sábado, 23 de enero de 2021

La llave de la oración

 DÍA 20 : 40 días de oración con propósito
 (4 de enero al 9 de febrero 2021)
Operación 6*3*9 en acción:
6:00 AM. Liderazgo pastoral y su familia
3:00 PM. (Hora de la muerte de JESÚS). Su
                  patria, sus gobernantes y los del mundo.
9:00 PM.  La familia modelo de DIOS al crearla. 
Francisco Aular
faular@hotmail.com 
Lectura devocional: Mateo 7:7-12

Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Mateo 7:7 (RV60)


“La oración es la llave del tesoro de las riquezas espirituales de Dios.  Por medio de ella, podemos recibir de nuestro Padre, la unción del poder y la dirección del Espíritu Santo. En la misteriosa voluntad de Dios, la oración ha sido designada como la única comunicación que uno puede tener directamente con el Padre, y según la voluntad de Dios, el que no pide por medio de la oración, no recibe las bendiciones que pudiera tener”. 

Roy L. Lyon. El evangelismo según la gran comisión. El Paso, Texas: Casa Bautista de publicaciones. 1957, p.140

 

Pero ¿qué que es la oración? La oración es simplemente tener compañerismo con el PADRE Celestial. Es un acto tan sencillo y natural que generalmente es la práctica espiritual que aprendemos a realizar desde niños. Si en algo tenemos que hacernos como niños en la vida cristiana es en la oración. Por ello, me encantan las oraciones de los nuevos creyentes, sin palabras rebuscadas, sin entonaciones piadosas y con mucho gozo en su nuevo corazón transformado, sencillamente, hablan con Dios. ¡Qué precioso es que el ETERNO se ponga a la distancia de nuestras oraciones!

 

La historia del hombre sobre la tierra desde sus días del Paraíso ha sido la posibilidad de tener comunión con el ETERNO. Adán dialogaba cada día con su Creador. No necesitaba la oración porque la comunión era un hecho concreto y por lo tanto muy satisfactorio. 

 

Hoy en día la principal manera de comunicarnos con DIOS es a través de la oración. El Nuevo Testamento enseña que cada cristiano es templo del Espíritu Santo; para orar no necesita ir a ningún lugar, su propio espíritu es el lugar santísimo en donde mora la divinidad. Lo grande y hermoso es el privilegio que DIOS nos brinda, pues, gracias a la muerte del SEÑOR JESUCRISTO tenemos: “Libertad para entrar al Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió, esto es, de su carne, y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios, acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones, de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura. Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió” (Hebreos 10:19-22).

 

La oración es el vehículo espiritual para realizar la obra en reino de Dios; acorta la distancia entre lo humano y lo divino. En cuanto a los beneficios personales, la oración hace vivir con provecho al que la practica; produce como resultado paz, serenidad y quita la ansiedad en medio de las demandas normales de la vida. 

 

En la oración depositamos nuestra fe en las promesas de DIOS y en su Palabra, y confiadamente, esperamos en él; la oración pone alas a la esperanza al saber que nuestro omnipotente Dios tiene bajo su control y dominio todas las circunstancias de la vida; orar es poner en contacto lo finito con lo infinito en la búsqueda de fortaleza, recursos y la buena voluntad del ETERNO en lo que emprendamos para él. 

 

La oración es un mandato que no debemos eludir porque estrecha nuestra amistad con DIOS; en el cielo no necesitaremos orar, porque teniendo a nuestro DIOS cara a cara será lo máximo en nuestra relación con él.

 

Todavía recuerdo cantar un antiguo himno que era favorito en mi congregación en mis primeros años de convertido. Se llama “Dulce oración” es en realidad una preciosa canción acerca de la doctrina de la oración, encierra el privilegio, la responsabilidad, el propósito y el final del vehículo de la vida cristiana como lo es la oración:

I

Dulce oración, dulce oración,

de toda influencia mundanal

elevas tú mi corazón.

Al tierno Padre celestial.

¡Oh cuántas veces tuve en ti

auxilio en ruda tentación

y cuántos bienes recibí,

mediante ti, dulce oración.

II

Dulce oración, dulce oración,

al trono excelso de bondad

tú llevarás mi petición

A Dios que escucha con piedad.

Por fe espero recibir,

la gran divina bendición

y siempre a mi Señor servir

por tu virtud, dulce oración.

III

Dulce oración, dulce oración,

que aliento y gozo al alma das,

en esta tierra de aflicción

consuelo siempre me serás

hasta el momento en que veré

las puertas francas de Sión

Entonces me despediré

Feliz de ti dulce oración.

Himno Dulce oración  #138. Nuevo himnario popular. El Paso, Texas: Casa Bautista de Publicaciones. 1982

 

Oración:

PADRE ETERNO:

Aquí estoy rodilla en tierra y con la llave de la oración en mis labios. Hoy las puertas del cielo se abren y por tu misericordia, escuchas y harás tu voluntad sobre mí, respondiendo por tu gracia, mi oración y clamor. Ayúdame a ser oportuno y eficaz en la oración. Que seas honrado y glorificado en el nombre de JESÚS. Amén.

 

Perla de hoy:

Orar es poner en contacto lo finito con lo infinito en la búsqueda de fortaleza, recursos y la buena voluntad del Eterno en lo que emprendamos para Su Reino.

Interacción:

¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?

¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?

¿Existe alguna lección por aprender?

¿Existe alguna bendición para disfrutar?

¿Existe algún mandamiento a obedecer?

¿Existe algún pecado a evitar?

¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?

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