miércoles, 30 de septiembre de 2020

¡Volvamos a la Biblia y a la oración!

Francisco Aular
perlasdelalma@gmail.com
Lectura devocional: Jeremías 24: 1-10
Les daré un corazón que me reconozca como el SEÑOR. Ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios, porque se volverán a mí de todo corazón. Jeremías 24:7(NTV)

El muy recordado siervo del SEÑOR Oswald Smith en su libro Pasión por las almas, nos señala por lo menos 24 signos en nuestro estilo de vida que nos indican que es tiempo cuando debemos volver a la Biblia y a la oración.

Nos hace falta volver a la Biblia y la oración cuando no podemos responder sinceramente a la pregunta: 

1. ¿Hemos perdonado a todos los que nos han ofendido? ¿Existe alguna malicia en nuestro corazón, rencor, odio o enemistad enemistad en nuestros corazones? ¿Alimentamos resentimientos, y hemos rehusado reconciliarnos?

2. ¿Nos ponemos coléricos fácilmente? ¿Nos exaltamos por dentro? ¿Acaso damos ocasión a la ira por considerar que se nos ha ofendido?

3. ¿Hay sentimientos de celos? Cuando se prefiere a otro antes que, a nosotros, ¿nos invade la envidia? ¿Tenemos celos de aquellos que pueden orar, hablar, y hacer las cosas mejor que nosotros?

4. ¿Nos volvemos impacientes e irritables? ¿Acaso hay pequeñas cosas que nos abruman y enojan?  ¿O somos dulces, calmados, inconmoviblemente positivos bajo todas las circunstancias?

5. ¿Se nos ofende fácilmente? Cuando la gente no se da cuenta de nuestra presencia y nos esquiva sin dirigirse a nosotros, ¿nos duele? Si se atiende a los demás y a nosotros se nos deja de lado. ¿Cómo nos sentimos?

6. ¿Existe orgullo en nuestros corazones? ¿Nos vanagloriamos de nosotros mismos? ¿Sentimos que, sin nosotros, ese ministerio, esa área o nuestra iglesia no podrá seguir bien? ¿Pensamos que todos los demás están equivocados y solo nosotros tenemos la razón?

7. ¿Hemos sido deshonestos? ¿Son nuestros negocios tan limpios que pudiéramos emplear al mismo Señor Jesucristo? ¿Están nuestros negocios abiertos y limpios para enfrentar cualquier censura? ¿Damos un metro por un metro? ¿Y un kilo por un kilo?

8. ¿Hemos estado murmurando de otras personas? ¿Calumniamos el carácter de otros? ¿Somos chismosos y entrometidos en la vida privada de las otras personas?

9. ¿Criticamos sin amor, duramente, severamente? ¿Estamos siempre hallando fallos y buscando las equivocaciones de las demás personas?

10. ¿Le robamos a Dios? ¿Le robamos el tiempo que le pertenece a El? ¿Hemos retenido nuestros diezmos y ofrendas? ¿Enfatizamos tanto el amor de Dios que nos olvidamos de Su justicia?

11. ¿Somos mundanos en nuestra manera de vivir? ¿Nos gusta el brillo, la pompa y la gloria de esta vida? ¿Existe una diferencia entre el vivir de nuestros amigos mundanos y nosotros?

12. ¿Hemos robado? ¿Tomamos cosas pequeñas que no son nuestras?

13. ¿Anidamos en nosotros un espíritu y raíz de amargura hacia otros? ¿Existe odio en nuestro corazón?

14. ¿Están nuestras vidas llenas de ligerezas y frivolidad? ¿Es nuestra conducta tan indecorosa que consideraría el mundo que estamos de su lado?

15. ¿Hemos dañado a alguien y no hemos hecho restitución? ¿O como Zaqueo tenemos disposición de restaurar todas las cosas que Dios nos ha mostrado?

16. ¿Vivimos preocupados y ansiosos? ¿Dejamos de confiar en Dios en cuanto a nuestras necesidades temporales y espirituales? ¿Estamos continuamente sufriendo penalidades sin haber llegado a ellas?

17. ¿Somos culpables de inmoralidad? ¿Dejamos que nuestra mente anide imaginaciones impuras e impías?

18. ¿Somos veraces en nuestras afirmaciones, o exageramos y con ello transmitimos falsas impresiones? ¿Mentimos con facilidad?

19. ¿Somos culpables del pecado de incredulidad? A pesar de todo lo que El ha hecho por nosotros, ¿rehusamos aún creer Su Palabra? ¿Murmuramos y nos quejamos fácilmente de todo y de todos?

20. ¿Hemos cometido el pecado de la falta de oración? ¿Somos intercesores? ¿Oramos anhelando entrar al lugar santísimo de nuestra comunión espiritual con el Señor? ¿Hemos permitido que las muchas ocupaciones, los enemigos y los obstáculos desplazan a la oración de nuestras vidas?

21. ¿Estamos leyendo la palabra de Dios para ejercitar nuestras almas? ¿Cuántos capítulos leemos cada día? ¿Oímos, leemos, estudiamos, memorizamos, meditamos y aplicamos la Biblia cada día?

22. ¿Hemos dejado de testificar acerca de lo que conocemos personalmente del Señor Jesucristo? ¿Nos avergonzamos del Señor Jesús? ¿Cerramos nuestros labios cuando nos vemos rodeados de las personas sin Cristo? 

23. ¿Sentimos una carga por las personas sin Cristo, tenemos dolor del alma por los que no tienen la esperanza y el gozo de la salvación? ¿Tenemos un amor por los perdidos? ¿Existe una carga especial por la evangelización y la discipulación de nuestra nación y el mundo en nuestra generación?

24. ¿Hemos perdido nuestro primer amor y ya no tenemos fervor hacia Dios, Su Palabra y Su Iglesia? ¿Se hace más fácil criticar que alabar lo que Dios está haciendo en medio de Su iglesia? ¿Se me hace más fácil vivir sin la iglesia que apoyarla por medio de mi asistencia a los cultos, el apoyo al programa y a sus actividades?

Estas son algunas cosas, tanto negativas como positivas que detienen la obra de Dios en medio de Su pueblo. Por ello, necesitamos volver a la Biblia y a la oración.

Oración:
PADRE JUSTO:
Permíteme PADRE, que yo oiga, lea, estudie, memorice, medite, predique, enseñe y viva en tu Palabra. Que nada ni nadie me desvíe de tus estatutos eternos, en el nombre de JESÚS, amén.
Perla de hoy:
La PALABRA de DIOS tiene como propósito, no meramente informarnos, sino transformarnos.
Interacción:
¿Qué me dice DIOS hoy por medio de su Palabra? 
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento por obedecer?
¿Existe algún pecado por evitar?

martes, 29 de septiembre de 2020

Biblia y oración

Francisco Aular
faular@hotmail.com 
Lectura devocional: Juan 15:1-10
Si ustedes permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pueden pedir lo que quieran, ¡y les será concedido! Juan 15:7(Dios habla hoy)

La hermana Lola de Dámaso, mi difunta suegra, no la agarraba un amanecer sin estar con su Biblia y en oración, ambas, como compañeras de viaje para el día. Tengo su vieja Biblia delante de mí, y está subrayada desde el Génesis hasta el Apocalipsis. La leyó completa varias veces en su vida; tenía la costumbre de marcarla por la sencilla razón de que para ella, la Biblia era su libro de oración. Conocí a mi suegra por más de cuarenta años, y su servicio favorito era el culto de oración. ¡Imposible decir lo que DIOS hizo en muchos de nosotros por sus oraciones!

Igualmente, otro hombre de oración que conocí fue el hermano Jesús Bolívar; se convirtió al SEÑOR en mi último año de pastorado en la Iglesia Bautista El Buen Pastor de Maracay en Venezuela. Era un hombre sencillo y estaba al comienzo de su sexta década de vida,  y como yo salía a la evangelización de la patria, se me acercó, y me dijo: “Pastor, quiero acompañarlo en su ministerio con mi Biblia y con mis oraciones”, y así fue. Juntos viajamos y oramos por aquellos lugares en donde no había obra cristiana; hoy cuando escucho que en esos lugares existen iglesias, sé que el Padre respondió a su clamor. El hermano Bolívar se levantaba muy temprano, leía un pasaje de la Escritura a viva voz, y luego se arrodillaba hasta el amanecer. Nunca nos acostábamos sin que él me dijera: “Hermano, busquemos la sabiduría espiritual para mañana”, y yo sabía lo que eso significaba, leer la Biblia y orar. Como resultado de su vida de oración, palpé muy de cerca lo que DIOS es capaz de hacer con un hombre sin preparación académica de ningún tipo, y que nunca pisó la puerta de un Seminario Teológico, a no ser que fuera para acompañarme cuando yo impartía clases. 

La oración es un acto de la voluntad que no requiere de ningún título, pero el hermano Bolívar pisaba el terreno del Lugar Santísimo por la Palabra y la oración, como lo dice la Biblia: “Así que, amados hermanos, podemos entrar con valentía en el Lugar Santísimo del cielo por causa de la sangre de Jesús. Por su muerte, Jesús abrió un nuevo camino -un camino que da vida- a través de la cortina al Lugar Santísimo. Ya que tenemos un gran Sumo Sacerdote que gobierna la casa de Dios, entremos directamente a la presencia de Dios con corazón sincero y con plena confianza en él. Pues nuestra conciencia culpable ha sido rociada con la sangre de Cristo a fin de purificarnos, y nuestro cuerpo ha sido lavado con agua pura” (Hebreos 10:19-22, NTV). ¡Solamente en el cielo sabremos todo lo que DIOS hizo por las oraciones del recordado hermano Jesús Bolívar, él hombre de la Biblia y la oración!

Biblia y oración van juntas, como el cerebro y el corazón, como el espíritu, el alma y el cuerpo. Es imposible separarlos. En efecto, la Palabra de DIOS es la plataforma de lanzamiento, y la oración su compañera inseparable para una adoración eficaz: “Que habite en ustedes la palabra de Cristo con toda su riqueza: instrúyanse y aconséjense unos a otros con toda sabiduría; canten salmos, himnos y canciones espirituales a Dios, con gratitud de corazón” (Colosenses 3:16, NVI).

Oración:
¡Gracias PADRE ETERNO
por dejarnos la revelación de tu Persona en tu bendita Palabra! Como dijo tu siervo David, tu Palabra es como la miel para mi boca. Me gozo más en ella que en las muchas riquezas, y bienaventurados los que guardan sus testimonios y con el corazón te buscan. En el nombre de JESÚS. Amén.
Perla de hoy:
DIOS nos dejó Su Libro y la oración, pero depende de nosotros, que Él haga Su obra por medio nuestro.
Interacción:
¿Qué me dice DIOS hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento a obedecer?
¿Existe algún pecado a evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?

lunes, 28 de septiembre de 2020

Entre la soledad y la esperanza

Francisco Aular
perlasdelalma@gmail.com  
Lectura devocional Salmo 71:1-9
No me deseches en el tiempo de la vejez; cuando mi fuerza se acabe no me desampares. Salmo 71:9 (RV60)

Estoy en mi oficina; escribo y escribo emocionado la última parte de mi próximo libro. Pongo una idea, la estudio, la dejo o la borro. Empiezo de nuevo. Hoy estoy decidido a terminar con ese libro de una vez por todas, antes de mi cumpleaños que se aproxima. Y hasta… cosa rara en mí, cancelé mi almuerzo y me quedo trabajando, no debo perder ni un minuto, la editora me ha dado un plazo y debo cumplirlo.  

En eso, suena el teléfono, no lucho por contestarlo o no, porque hasta mi familia sabe que siempre respondo a cualquier llamada y a cualquier hora. Atiendo, al otro lado de la línea habla una mujer, en inglés. Me pregunta que, si es la Iglesia Bautista Emanuel de Toronto, le digo que sí, “por favor -me dice-, ¡quiero hablar con el pastor!”, -pienso que esa será mi oportunidad para decirle que soy el pastor de la iglesia hispana y que no hablo bien el inglés como para darle consejería-, pero ella no me suelta: “Pastor, ¿qué cree usted sobre la salvación?” Le respondo que la salvación es una experiencia espiritual, que la Biblia llama el nuevo nacimiento, venimos a este mundo con la vida humana que es temporal, y necesitamos una nueva vida que la que DIOS nos da por medio de JESÚS. Me responde “¡qué precioso, cuán grande es la gracia de DIOS!”; luego dijo, “nací de nuevo hace más de sesenta años…, pero tenía otra pregunta, y otra más… 

“Pastor, ¿cree usted en la Segunda Venida de CRISTO?”. Como ese es uno de mis temas favoritos se lo explico con mucho gozo: ¡Si mi amada hermana, JESÚS viene otra vez, ¡como lo prometió! Él mismo dijo que volvería… Ella no deja que termine y exclama: “¡Gloria a DIOS!”, y entonces ella me declara con mucha sinceridad, lo que yo pienso la motivó a llamarme: “¿Sabe pastor? mi esposo y yo estuvimos casados por más de cincuenta años, murió hace veintiún años…, siempre, después del almuerzo nos sentábamos a hablar de la Biblia, y sobre todo, de la Segunda Venida de CRISTO…Hoy, en esta tarde, me sentí tan sola…, abrí la guía telefónica en busca de una iglesia, y llamé…, ¡y ya ve, me sale usted y ahora me doy cuenta de que no tengo por qué temer a la soledad, porque mi Señor está conmigo a través del Espíritu Santo, y un día, muy pronto, vendrá por mí…”. No hablamos más, le dije que iba a orar… “Sí pastor” -me respondió- me llamo Dorothy”. Así lo hice. Ambos dijimos, amén. 

Cerré el teléfono y me di cuenta, una vez más, que como yo,  Dorothy también podemos pasar momentos, entre la soledad y la esperanza, y nunca, aunque seamos viejos según la carne, DIOS nos dejará; somos Sus hijos y Él nos trata con ternura, y por eso, podemos afirmar con el salmista: “No me deseches en el tiempo de la vejez; cuando mi fuerza se acabe no me desampares” ¡Él cumplirá Su promesa!

Oración:
Amado PADRE ETERNO:
Cuán preciosa es tu Palabra que nos anima, exhorta y pone alas a nuestra esperanza. Bendito seas por hacerla ancla segura en medio de las tormentas de la vida y luz en medio de la oscuridad. Ayúdame para que la Biblia, tu santo Libro, continúe siendo en mí la única fuente segura, y alimento para mi alma y mi espíritu. En el nombre de JESÚS, amén.
Perla de hoy:
Las inmensas riquezas de la verdad de la Palabra de DIOS esperan ser descubiertas al oírlas, leerlas, estudiarlas, memorizarlas, meditarlas y aplicarlas.
Interacción:
¿Qué me dice DIOS hoy por medio de su Palabra? 
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento por obedecer?
¿Existe algún pecado por evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?

 

viernes, 25 de septiembre de 2020

La Biblia y su poder multiplicador

Mis amados perlistas todos en todas partes. Este próximo domingo 27 de septiembre, celebramos en nuestras iglesias en muchos países de Iberoamérica el Día de la Biblia, conmemorando aquel 26 de septiembre de 1569, en que Casiodoro Reina, su traductor, estaba en Basilea, Suiza. En sus manos tenía la primera edición de la Biblia en español. ¡Me uno de todo corazón a esta celebración! ¡Feliz día de la Biblia! Celebremos, leyendo, oyendo, estudiando, memorizando, meditando y aplicando, este Libro porque está ¡vivo y actual! ¡Adelante, siempre adelante!

Francisco Aular
faular@hotmail.com
Lectura devocional: Mateo 13:31-32

Les refirió otra parábola, diciendo: El reino de los cielos es semejante a un grano de mostaza, que un hombre tomó y sembró en su campo, y que de todas las semillas es la más pequeña; pero cuando ha crecido, es la mayor de las hortalizas, y se hace árbol, de modo que LAS AVES DEL CIELO vienen y ANIDAN EN SUS RAMAS. Mateo 13:31,32 (LBLA).

 

El gran historiador cristiano y catedrático de Yale, K.S. Latourette (1884-1968), dijo: “Los discípulos, como otros hombres y cristianos de todos lo siglos, continuaban siendo humanos. Sin embargo, en ellos hubo un poder, una vida que les vino por medio de Jesús, el cual obraba en transformación moral y espiritual. Aquel poder y aquella vida resultaron contagiosos. El relato de la operación de aquel poder y aquella vida en los siglos siguientes es la historia del Cristianismo”.

Muy de acuerdo con el amado catedrático y hermano en la fe. En consecuencia, con esa verdad del poder multiplicador de la Palabra del Evangelio, estoy en capacidad de comprobar en mi propia experiencia personal -el poder multiplicador de una Biblia que tuve en mis manos- aquel Jueves Santo, 11 de abril de 1963. Sin duda que algunos de ustedes tendrán otros ejemplos que agregar. Permítanme hacer referencia a mi testimonio. En aquella ocasión toda mi familia se había marchado a la playa y yo quedé solo en la casa. El Espíritu Santo ya había trabajado en mí. Yo andaba según mi pensar buscando a DIOS, y resulta que ¡DIOS me andaba buscando! Sentí unas ganas de leer, sentado en la azotea con el maravilloso “Parque nacional el Ávila”, la montaña que rodea el norte de Caracas, enfrente de mí. 

 

Entonces, recordé a mi primo Miguel, unos años atrás, cuando llegó con una Biblia, y bromeando, nos dijo: “¡Miren un loco evangélico de mi equipo de trabajo, me regaló y dedicó esta Biblia!” … Y diciendo esas palabras, puso la Biblia en el estante de una pequeña biblioteca, que teníamos. Bajé las escaleras y busqué la Biblia, allí estaba. Tengo la absoluta seguridad que el Espíritu Santo, me llevó también al Evangelio de San Juan. Lo leí de un solo tirón. Después, poco a poco. 

 

Así llegué al capitulo 17, en donde JESÚS, ora por Sus discípulos. Me detuve en el versículo 20 al leer: “Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos”. (Juan 17:20, RV60). Sin duda bajo la iluminación que el SEÑOR en Su gracia, poder y fe nos da para creer y depositar toda nuestra confianza en JESUCRISTO para hacerlo, SEÑOR de nuestras vidas: “…que, si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo”. (Romanos 10:9, RV60). 

 

En esa hora, me arrepentí de mis pecados y le pedí a JESÚS que fuera el SEÑOR de mi vida. Esa decisión cambió mi vida desde aquel día. ¡No podía creer lo que ese versículo de Juan 17:20, me dijo y que me lo recuerda todos los días: ¡JESÚS oró por mí! En efecto, al orar JESÚS, por Sus discípulos, ¡también oró por mí! ¡Soy fruto del maravilloso plan de DIOS, y el poder multiplicador de Su Palabra!

 

Desde aquel momento de mi experiencia con DIOS, mi vida dio un giro increíble que incluyó buscar una iglesia local para congregarme. Por todas partes, anduve testificando del SEÑOR, y nuevas personas se añadieron al Reino, hasta el día de hoy… Debo decir que un año después de convertido, hice otra decisión importante ante el llamado de DIOS a servirle, en la primera línea de combate y servicio en Su Reino como uno de Sus obreros. Pensé que si la lectura de aquella Biblia me había hecho tanto bien ese mismo efecto hará en otros. Desde entonces he estado compartiendo mi fe por medio de Su Palabra sembrada en mi corazón “semejante a un grano de mostaza”. 

 

¡DIOS ha permitido que en 57 años de aquella experiencia al compartir mi testimonio y dedicado a compartir la Palabra, he visto crecer al Reino y puedo también decir que la semilla nació, creció y se multiplicó hasta convertirse en un árbol de la gracia de Dios, de tal manera, “que LAS AVES DEL CIELO vienen y ANIDAN EN SUS RAMAS”! Pero añado con el Apóstol y puedo decir, con toda humildad: “Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo, antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo”. (1 Corintios 15:10, RV60).

 

Indiscutiblemente, han pasado 57 años desde aquella ocasión de mi encuentro con la Palabra de Dios. ¡Todo comenzó con una Biblia ajena que DIOS puso en mis manos! ¡Allí está el poder multiplicador de la Biblia! Misteriosamente para mí, aquella Biblia que fue un regalo para alguien que lamentablemente, no la leyó, ni la creyó. En la economía divina, no era para él, sino para mí. Porque lo creo y lo predico: “para que todo aquel que el cree, no se pierda; más tenga vida eterna”. (Juan 3:16b). DIOS nos ofrece el cielo como un regalo a través de JESÚS, aceptarlo o rechazarlo, es nuestra responsabilidad. ¡Uno no se pierde porque DIOS quiere, sino porque uno quiere! ¡Si crees tu también podrás ver a la Biblia y su poder multiplicador!

 

Oración:
Amado PADRE ETERNO:
Soy testigo de primera mano de lo que tú Palabra puede hacer en un terreno fértil. Ayúdame a seguir extendiendo tu Reino con todo el poder multiplicador de tu Palabra, en el nombre de JESÚS. Amén.
Perla de hoy:
La Biblia es el mejor regalo que podamos dar y recibir.
Interacción:
¿Qué me dice DIOS hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento por obedecer?
¿Existe algún pecado por evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo? 

jueves, 24 de septiembre de 2020

La Biblia dice


Francisco Aular
faular@hotmail.com
Lectura devocional: 2 Timoteo 3:10-17
Y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús” (2 Timoteo 3:15 RV60).

 La Biblia dice que es el libro de la evangelización: “Así es también la palabra que sale de mi boca: No volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo deseo y cumplirá con mis propósitos” (Isaías 55:11 NVI).

La Biblia dice que el hombre sin JESÚS está perdido: “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14:6).

La Biblia dice que el ser humano sin JESÚS puede llegar a conocerlo y salvarse: “Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío, primeramente, y también al griego” (Romanos 1:16).

La Biblia dice que el Señor JESÚS es la única esperanza de la persona perdida: “Sólo Jesús tiene poder para salvar. Sólo él fue enviado por Dios, y en este mundo sólo él tiene poder para salvarnos” (Hechos 4:12 LBLA).

La Biblia dice que los que hemos sido salvados, el único propósito que tenemos en esta tierra es alcanzar a nuestra generación para CRISTO: “Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo” (Mateo 28:19-20 NVI).

La Biblia dice que obedecer a JESÚS es el comportamiento normal del cristiano nacido de nuevo: “Y todos los días, en el templo y por las casas, no cesaban de enseñar y predicar a Jesucristo” (Hechos 5:42 RV60).

La Biblia dice que la evangelización personal es indispensable para alcanzar al Mundo para JESÚS: “Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero” (Juan 6:44 RV60).

La Biblia dice que el discipulado de cada creyente es indispensable en todos sus niveles, formas y ambientes: “Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros” (2 Timoteo 2:2 RV60).

La Biblia dice que la Iglesia local es la institución fundada por JESÚS para evangelizar a los perdidos y ser la familia espiritual de cada creyente: “Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón. Alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos” (Hechos 2:46-47 RV60). 

La Biblia dice que el espíritu de la evangelización es el Espíritu Santo: “Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra” (Hechos 1:8 RV60).

La Biblia dice que la oración es el mayor recurso para la evangelización: “Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra” (2 Crónicas 7:14 RV60).

La Biblia dice que no nacimos humana y espiritualmente como un accidente: ¡Somos parte del propósito eterno de DIOS! “Dios nos escogió en él antes de la creación del mundo, para que seamos santos y sin mancha delante de él. En amor” (Efesios 1:4 NVI).

La Biblia dice que el tiempo de la iglesia para alcanzar al mundo, se acabará. El SEÑOR se llevará a Su Iglesia con Él en el arrebatamiento: “Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor” (1 Tesalonicenses 4:7 RV60).

La Biblia dice que toda marcha hacia un final: “Vi a un cielo y una tierra nuevos; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más” (Apocalipsis 21:1 RV60).

La Biblia dice que hay un fabuloso mañana, la Nueva Jerusalén: “La ciudad no necesita ni sol ni luna que la alumbren, porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera. Las naciones caminarán a la luz de la ciudad, y los reyes de la tierra le entregarán sus espléndidas riquezas. Sus puertas estarán abiertas todo el día, pues allí no habrá noche Y llevarán a ella todas las riquezas y el honor de las naciones” (Apocalipsis 21:22-26, NVI).

¡Hagamos que nuestra Patria esté allí!

¡Adelante, siempre adelante!

Oración:
Amado Padre Celestial
Estoy postrado delante de ti y delante de tu verdad del amor que se desprende desde tu Trono por nosotros los pecadores. Tú eres Señor mi pasión y triunfo. Contigo todo lo puedo, sin ti no soy nadie. Ayúdame a vivir la pasión evangelizadora de tus grandes hombres y mujeres a través de la historia de la salvación. En el nombre de JESÚS. Amén
Perla de hoy:
Fe es creerle a la Biblia y hacerla nuestra única fuente de la Verdad.
Interacción:
¿Qué me dice DIOS hoy por medio de su Palabra? 
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento a obedecer?
¿Existe algún pecado a evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?

miércoles, 23 de septiembre de 2020

La Biblia: Escuela para padres

Francisco Aular
faular@hotmail.com
Lectura devocional: Salmo 128
Tu esposa será como una vid fructífera, floreciente en el hogar. Tus hijos serán como vigorosos retoños de olivo alrededor de tu mesa. Salmo 128:3 (NTV)

¡Vaya a la escuela con sus hijos!

Toda la Biblia es una escuela que nos forma para la vida, “en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y el conocimiento” (Colosenses 2:3 RV60), sus verdades están abiertas delante de nosotros porque cada día que pasa, tú y yo, estamos escribiendo la historia de nuestras vidas con lo que somos y hacemos, y será de bendición cuando nuestros hijos estudien su pasado, dentro de algunos años,  y sepan que sus padres, muchas veces fueron al viejo Libro para que ellos fueran tratados “como vigorosos retoños de olivo alrededor de tu mesa”. Es decir, hijos amados en todo tiempo y en toda circunstancia, cultivados para dar lo mejor de sí en todo lo que hagan para la gloria de DIOS.

La Biblia nos habla de cuatro momentos de la familia

En los Salmos 127 y 128, encontramos cuatro momentos o etapas principales por las que atraviesa una familia, estas son: En primer lugar, la familia en su fundación, desde la boda a la llegada del primer hijo (Salmo 127:1,2); a continuación, la familia y sus hijos emprendiendo juntos el camino de la grandeza familiar (Salmo 127:3-5); después, el tercer momento, la familia y el cumplimiento de su propósito, la Biblia es una escuela para padres (Salmo 128:1-3; y, finalmente la familia y el nido vacío (Salmo 128:4-6). Todos estos momentos son importantes dentro del poco espacio y tiempo en que estaremos en este mundo. 

La Biblia el “GPS” que nos guía desde arriba

Las especialidades en consejería para la familia aumentan cada día, si va a una librería buscando textos que traten el tema de la familia, le quedarán muchos peldaños de libros que ni siquiera podrá hojear, hay muchísimos en el mercado; sin embargo, deberá tener cuidado porque muchos de esos libros han salido de laboratorios humanos que no contemplan, para nada, la opinión divina. Busque la opinión de comentaristas bíblicos, y usted mismo, bajo la orientación del Espíritu Santo, vaya a la escuela para padres que es la Biblia. El tercer momento de la familia, es un tiempo agotador puede abarcar unos 20 años, es etapa para educar, corregir, modelar, edificar en amor y disciplina, y finalmente, los enamoramientos de los retoños, posterior casamiento, y quedar de nuevo con el nido vacío como al principio.

La Biblia y la Iglesia local como medios de gracia

Es igualmente interesante notar que el salmista aconseja que todas las etapas de la familia deben estar bajo la dirección de DIOS para que la familia sea feliz: “¡Qué feliz es el que teme al Señor, todo el que sigue sus caminos! Gozarás del fruto de tu trabajo; ¡qué feliz y próspero serás!” (Salmo 128:1,2 NTV). Así que en esta escuela para padres que es la Biblia, debemos aprender a amar a DIOS por sobre todas las cosas, y a buscarlo a Él como una acción de nuestra voluntad, mucho más allá de simple experiencia emocional: “Busquen el reino de Dios por encima de todo lo demás y lleven una vida justa, y él les dará todo lo que necesiten. Así que no se preocupen por el mañana, porque el día de mañana traerá sus propias preocupaciones. Los problemas del día de hoy son suficientes por hoy” (Mateo 8:33,34 NTV). Por supuesto, la iglesia en todas las etapas de la familia es un medio de gracia para ayudarnos al triunfo final, y debemos enseñar por medio del ejemplo a nuestros hijos, el compromiso innegociable con nuestra membresía responsable en una iglesia local. 

¡SEÑOR danos un bello hogar!

Aunque pareciera que el hogar, el matrimonio y la familia como lo presenta la Biblia, sucumbieran a todos los ataques y por todos los frentes que por diversos enemigos les llega, yo soy optimista, y sé que DIOS todavía está con nosotros; Él es nuestra única esperanza. Nuestra oración de hoy es el himno: Danos un bello hogar… ¡Hazlo tuyo y vívelo!

I
Danos un bello hogar:
Donde la Biblia se pueda ver;
Donde tú amor bienestar nos dé;
Donde en ti todos tengan fe.
¡Danos un bello hogar!
¡Danos un bello hogar!
II
 Danos un bello hogar:
Donde el padre es fuerte y fiel;
Donde no haya el sabor a hiel,
Donde en su ambiente haya sólo miel.
¡Danos un bello hogar!
¡Danos un bello hogar!
III
Danos un bello hogar:
Donde la madre con devoción,
Sepa mostrarnos Tu compasión.
Donde tú habites con santa unción.
¡Danos un bello hogar!
¡Danos un bello hogar!
IV
Danos un bello hogar:
Donde los hijos podrán saber
Como Jesús los quiere ver
A su amparo y así vencer.
¡Danos un bello hogar!
¡Danos un bello hogar!
(B.B.McKinney.Himnario de alabanza evangélica, número 405, EMH, 1978)
Perla de hoy:
La primera lección de la Escuela para padres es amar a DIOS y honrar a los padres. Y esto se aprende en todas las etapas de la familia.
Interacción:
¿Qué me dice DIOS hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento a obedecer?
¿Existe algún pecado a evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?

martes, 22 de septiembre de 2020

¿Qué hace la Biblia?

Perlas del alma
Francisco Aular
faular@hotmail.com
Lectura devocional: Salmo 119:25-32
“Estoy tirado en el polvo; revíveme con tu palabra”. Salmo 119:25 (NTV)

¿Es acaso la Biblia una simple colección de mitos y leyendas, o es la Palabra inspirada de DIOS? ¿Es un amuleto que nos cuida la casa, abriéndola en un Salmo? No. La bendita Palabra de DIOS, nos ha demostrado ser la Palabra de DIOS. En efecto, la Biblia se ha enfrentado con éxito tanto a la falsa crítica científica como a la especulación metafísica y la superstición. Los estudiosos de las religiones del pasado y del presente han intentado desacreditar la Biblia, ¡pero tanto los hechos históricos como los descubrimientos de la moderna arqueología confirman que su contenido es verídico!

¿Qué hace la Biblia? La enfermera vino al servicio de fotografía del Instituto de Anatomía Patológica del Hospital Vargas de Caracas, en donde yo trabajaba como fotógrafo clínico, sin duda, ella me había visto andar en mis tiempos libres por las salas de los enfermos del hospital, llevando la Buena Noticia de salvación, alentando a los enfermos, y por sobre todo, leyéndoles la Biblia -así que pareció extraño que la enfermera llegara-, puesto que ella no había visto con agrado mis visitas a su sala, y tiempo atrás, me había hecho saber su opinión: “Si algún día, uno de mis enfermos buscara ayuda espiritual, yo no te llamaría a ti, sino a un sacerdote de mi religión”, pero ahora, estaba frente a mí. No perdió tiempo para hablarme, “Aular, en nuestra sala está un hombre entre la vida y la muerte, no puede hablar, pero con sus ojos desesperados, en cuanto sale del coma, pareciera que pide auxilio. Yo le he puesto medallas, le he traído a un sacerdote de la parroquia, pero no encuentra alivio, ¿pudieras venir?”. Pedí permiso al director de mi departamento, y corrí a la sala indicada.

En efecto, el hombre estaba sumido en un sueño letal, pero no moría. Al llegar a la cama del enfermo, pedí a la enfermera y a la familia del hombre cerrar las cortinas que, que rodeaba el lecho, y eso hicieron. Empecé a leer la Biblia en aquellos pasajes hermosos como Romanos 8:28-39; tomé la mano del enfermo, me incliné y le hablé en voz baja: “José, si me oyes, aprieta mi mano, y repite conmigo la oración”, yo cerré mis ojos para orar, y en un momento que oraba, sentí levemente la presión de su mano en mi mano…, entonces, escuché de uno de los familiares, y de la  enfermera que estaban allí, con mucha alegría: “¡José, está llorando”…, y otra voz dijo: “¡Son lágrimas de gozo!”… Aquella misma tarde, José partió con la paz en las promesas de la Palabra de DIOS. ¡Eso hace la Biblia!: “Estoy tirado en el polvo; revíveme con tu palabra.” (Salmo 119:25). “Revivir” significa dar vida, pero no la vida humana solamente, ya que es temporal, sino la vida que viene del cielo, la vida Zoé en griego: “Pues han nacido de nuevo, pero no a una vida que pronto se acabará. Su nueva vida durará para siempre porque proviene de la eterna y viviente palabra de Dios.” (1 Pedro 1:23; NTV). La Biblia es la Palabra viva, y muy poderosa: “Pues la palabra de Dios es viva y poderosa. Es más cortante que cualquier espada de dos filos; penetra entre el alma y el espíritu, entre la articulación y la médula del hueso. Deja al descubierto nuestros pensamientos y deseos más íntimos” (Hebreos 4:12; NTV), pero, también nos reanima cuando estamos débiles, desanimados y aparentemente derrotados por los problemas normales de esta vida. El despertamiento espiritual del cristiano nacido de nuevo viene cuando nos rendimos a la Palabra de DIOS, de igual manera, para mantener la llama viva y el gozo de nuestra salvación, con fe, esperanza y amor.

¿Qué hace la Biblia? Desde luego, la Palabra de DIOS hace tantas cosas que no las puedo mencionar todas en un devocional como éste, sin embargo, me detendré en algunas. La Biblia bendice y hace feliz a la persona que le cree y deposita toda su confianza para la salvación en lo que nos dice DIOS a través de ella: “Felices son los íntegros, los que siguen las enseñanzas del Señor. Felices son los que obedecen sus leyes    y lo buscan con todo el corazón.” (vv.1,2). 

La Palabra nos fortalece, al saber que aun en medio de grandes necesidades en esta vida presente, el SEÑOR nos enseñara a vivir para Él, y ser felices con lo que Él nos da porque: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4:13); DIOS nos salva con un propósito y nos sostiene con su poder: “Pero ahora, oh Jacob, escucha al Señor, quien te creó.   Oh Israel, el que te formó dice: «No tengas miedo, porque he pagado tu rescate; te he llamado por tu nombre; eres mío. Cuando pases por aguas profundas, yo estaré contigo. Cuando pases por ríos de dificultad, no te ahogarás. Cuando pases por el fuego de la opresión, no te quemarás; las llamas no te consumirán. Pues yo soy el Señor, tu Dios, el Santo de Israel, tu Salvador” (Isaías 43:1-3ª; NTV). 

¡Todo esto y muchísimo más hace de la Biblia un Libro diferente!
Oración cantada:
Santa Biblia para mí
I
Santa Biblia para mí
Eres un tesoro aquí;
Tú contienes con verdad
La divina voluntad;
Tú me dices lo que soy,
De quién vine y a quién voy.
 II
Tú reprendes mi dudar;
Tú me exhortas sin cesar;
Eres faro que a mi pie,
Lo conduce por la fe
A las fuentes del amor
Del bendito Salvador.
III
Eres infalible voz
Del Espíritu de Dios,
Que vigor al alma da
Cuando en aflicción está;
Tú me enseñas a triunfar
De la muerte y el pecar.
 IV
Por tu santa letra sé
Que con Cristo reinaré;
Yo, que tan indigno soy,
Por tu luz al cielo voy;
¡Santa Biblia! para mí
Eres un tesoro aquí.
John Burton (1773-1820). Tr.,Pedro Castro
HB#126CBP,1994
Perla de hoy:
¡Necesitamos conocer la Biblia porque va a afectar nuestra vida aquí y más allá!
Interacción:
¿Qué me dice DIOS hoy por medio de su Palabra? 
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento a obedecer?
¿Existe algún pecado a evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?

lunes, 21 de septiembre de 2020

La Biblia: la semilla de la cosecha

Francisco Aular
faular @hotmail.com
Lectura devocional: Isaías 55:1-13
Así como la lluvia y la nieve descienden del cielo, y no vuelven allá sin regar antes la tierra y hacerla fecundar y germinar para que dé semilla al que siembra y pan al que come, así es también la palabra que sale de mi boca: No volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo deseo y cumplirá con mis propósitos. _Isaías 55.10,11 (NVI)

Vivimos en un mundo en donde reina la confusión. Voces de todo tipo en este mosaico religioso en que vivimos, se levantan proclamando su verdad. A menudo estas voces que compiten y se contradicen entre sí, reclaman nuestra lealtad. ¿Cómo podemos saber que andamos en la verdad en medio de tantas contradicciones? DIOS lo sabía por eso nos dejó Su guía infalible, la Biblia. Las Sagradas Escrituras se constituyen en el mapa de DIOS mediante el cual quien se guía por ellas encontrará, tarde o temprano a Quien es el centro de ellas a JESÚS. La Palabra de DIOS es la semilla que, al caer en los diferentes tipos de corazones, hará la obra para la cual DIOS la envió: dar vida eterna. El evangelizador, no es responsable por los distintos tipos de suelos en la cual la semilla cae, pero debe ser obediente y convertirse en un sembrador fiel.

Sí, en efecto, la Biblia es la semilla de la cosecha porque es el Libro que cuenta la Historia de la Salvación. Narra que antes de los tiempos, DIOS se propuso tener a Su lado para siempre a dos seres, los ángeles que no tienen cuerpo, y nosotros los seres humanos. DIOS nos hizo. Una parte de los ángeles liderados por Satanás quisieron hacerse autónomos y cayeron en desobediencia. El ser humano creado y puesto en el mejor ambiente posible, también se quiso hacer como Su Creador y desobedeció, por esta razón fue echado del Paraíso y desde allí en adelante, la Biblia cuenta todos los esfuerzos del ser humano para encontrar nuevamente la comunión con DIOS. Sin embargo, DIOS había tomado la iniciativa de venir al rescate del ser humano, “antes de la creación del mundo” (Efesios 1.4), y así lo cumplió. 

De hecho, todo el Nuevo Testamento nos explica esa preciosa historia de gracia, fe, amor y esperanza, ignorar las Escrituras es ignorar a JESÚS mismo. Ignorar a JESÚS, es perder la oportunidad de la salvación eterna. Porque Él, dijo: “Yo soy el camino, y la verdad y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14.6).

La Biblia no sólo es la Historia de la Salvación, pero también nos inspira, nos exhorta, nos envía y nos exige: “Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a obedecer todo lo que le es mandado a ustedes” (Mateo 28.19 NVI). 

Dicho de otra manera, ¡la Palabra de DIOS es la semilla de la gran cosecha de hoy, como lo fue ayer y por los siglos de los siglos! Hace 57 años, leyendo un ejemplar de la Biblia que alguien se la había regalado a un primo, me convertí en un cristiano nacido de nuevo. Esa Palabra no volvió vacía, lamentablemente mi primo nunca la leyó y creyó, pero hasta hoy esa Palabra está viva para mí, y en mí. Ciertamente, la Biblia nos dice que no todos creerán a este Mensaje, pero todos deben tener la oportunidad de oírlo, y conscientemente aceptarlo o rechazarlo. 

En estos momentos de pandemia universal y en especial aquí en el occidente, estamos viviendo el cierre de los templos en muchos países. No obstante, la Palabra de DIOS, no está presa. Como nunca nunca, la presencia del Mensaje esta llegando con eficacia a muchos corazones y haciendo su obra en muchos corazones. Con esto quiero decir que el llamado urgente de DIOS para venir a Él está abierto, como lo escribió el profeta Isaías: “Busquen al Señor mientras puedan encontrarlo;
    llámenlo ahora, mientras está cerca.” (Isaías 55:6, NTV). 

Como ya lo hemos dicho, no sabemos quienes responderán ni quienes lo rechazarán, el tipo de corazón en donde caerá no es asunto nuestro, sin embargo, debemos sembrar abundantemente porque ciertamente, la Biblia es la semilla de la cosecha que se aproxima.

Oración:
Amado Padre Celestial:
No hay DIOS tan grande como Tú, el que eras, eres y serás. Hazme consciente de que he sido bendecido para bendecir a otros, he sido salvo para llevar Tu salvación a los demás. Ayúdame para ser un sembrador de Tu Palabra eficaz, en el nombre de JESÚS, amén.
Perla de hoy:
Conocer la Palabra de DIOS debe dar como resultado obedecer la Palabra de DIOS.
Interacción:
¿Qué me dice DIOS hoy por medio de su Palabra? 
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento a obedecer?
¿Existe algún pecado a evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?

viernes, 18 de septiembre de 2020

La Biblia y la oración


La Biblia es al alma, lo que la oración es al espíritu, vivifica. La Palabra de DIOS es el manual de vida para llevarnos a ÉL; es la disciplina del alma para que nuestros pensamientos, voluntad y emociones estén alineados con la voluntad divina; mediante la Biblia, DIOS nos habla, y mediante la oración nosotros hablamos con DIOS. En el mismo grado que creamos y vivamos en la Palabra de DIOS, y podamos permanecer en ella, el SEÑOR nos promete: “pedid todo lo que queréis, y os será hecho”; no hay límites para lo que puede ocurrir con una oración saturada de Biblia. En efecto, uno de los grandes hombres de Dios que he admirado toda mi vida, ha sido, Leonard Ravenhill, y una de sus citas que más recuerdo es ésta: “Cualquier día de estos, algún alma sencilla tomará el Libro de Dios y lo leerá, y lo creerá. Los demás nos quedaremos avergonzados. Hemos adoptado la teoría conveniente de que la Biblia es un libro que ha de ser explicado; pero primero y por encima de todo, es un libro que ha de ser creído (y después de eso, ha de ser obedecido)”.

Nunca olvidaré mi primer pastorado en la Iglesia Bautista El Buen Pastor de la ciudad de Maracay, en Venezuela. Los nombres de muchos de los miembros de aquel, mi primer redil, todavía los recuerdo con cariño. Allí ocurrieron hechos divinos que han influido en el resto de mis años vividos; con ese grupo de amados hicimos de la oración y el estudio de la Palabra, a la par que la evangelización y el discipulado, una razón para vivir. Días de oración, ayunos voluntarios y vigilias de oración nos mantenían en sintonía con DIOS, toda esa disciplina de la oración, desarrollaron fe en la Palabra de DIOS; entonces, creíamos en las promesas de DIOS en Su Palabra, orábamos y DIOS nos oía. Las conversiones al Evangelio eran algo rutinario, tanto en el templo como en las plazas, en las calles y en las casas. 

De tal manera que un domingo de aquellos, en nuestro templo celebrábamos la Cena del SEÑOR –el bautismo y la Cena del SEÑOR son las dos ordenanzas que instituyó nuestro SEÑOR JESUCRISTO-, el culto estaba vestido de solemnidad, los diáconos y yo, presidíamos la ceremonia; por la calle pasaba un hombre de unos sesenta años, iba en su bicicleta, miró hacia nosotros, detuvo su marcha, lo vi cuando puso su bicicleta en una de las columnas del templo, pasó y se sentó en la última banca; expliqué el símbolo de pan, que representa el cuerpo de JESÚS, y el vino representa la sangre del SEÑOR derramada por nosotros; de repente el hombre que había entrado, corrió hacia mí por el largo pasillo, se arrodilló y en voz alta dijo: “¡Yo estuve allí, cuando el SEÑOR murió por mí, en estos momentos me arrepiento de mis pecados y le entrego mi vida!”, todos lo escuchamos, le tendí mi mano, lo levanté y lo abracé, dándole la bienvenida a la iglesia del SEÑOR. Aquel hombre, era el hermano Jesús Bolívar, a quien después el SEÑOR utilizaría grandemente al lado de mi ministerio con las Marchas Evangelizadoras en toda nuestra nación. 

Según mi punto de vista,¡nadie como el hermano Jesús Bolívar oraba citando la Palabra de DIOS en la oración! Sé que DIOS hizo grandes cosas en la evangelización y el discipulado en esos años en toda nuestra nación, en respuesta al clamor y la oración de Su siervo Jesús Bolívar. El día para Jesús Bolívar, estuviéramos en donde estuviéramos, sin importar la hora en que fuéramos a dormir, comenzaba a las tres de la mañana con la lectura de la Palabra y la oración empapada de lágrimas y clamor por, una larga lista de nombres de personas y sus problemas, por nuestra nación y el mundo. No he conocido a un hombre con un alma tan sencilla como Jesús Bolívar, quien tomó la Biblia, creyó todo lo que DIOS promete en ella, y oró. Lo que vino después es historia. ¡La Biblia y la oración juntas mueven los cimientos mismos del Reino de DIOS y se suelta en bendición sobre la tierra!: “Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho”. Juan 15:7 (RV60).

Oración:
PADRE ETERNO: ¡Te alabo nuevamente en esta hora en mi tiempo de comunión contigo! Ayúdame a disciplinarme y a ejercitarme en la Palabra de DIOS y en la oración. En el nombre de JESÚS, amén. 
Perla de hoy:
Si siempre permanecemos en la Palabra de DIOS y la oración, entonces JESÚS permanece en y con nosotros hasta el fin del mundo.
Interacción:
¿Qué me dice DIOS hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento por obedecer?
¿Existe algún pecado por evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?

jueves, 17 de septiembre de 2020

La singularidad de la Biblia

Francisco Aular
perlasdelalma@gmail.com
Descubre la singularidad de la Biblia
La hierba se seca y la flor se marchita, pero la palabra de nuestro Dios permanece para siempre. Isaías 40:8 (NVI)

Mi profesor de química en mis días de bachillerato se confesó “libre pensador”, cuando le di mi testimonio de estudiante de la Biblia. Así que un día en la clase aconsejándonos para que hiciéramos el máximo esfuerzo para estudiar su materia, dijo con cierto aire de grandeza como “lector” del Libro sagrado: “La Biblia dice “¡ayúdate que yo te ayudaré!” … ¿Verdad Aular?... Nosotros sabemos que tal afirmación, no está en la Biblia. Pero algunas personas, ignoran que la Biblia es un libro singular, es único. 

¿Cómo nos llegó la Biblia a nuestras manos? Obviamente, la pregunta exige una respuesta que no podré abarcar en toda su extensión en un devocional como éste. Sin embargo, aquí va un intento: La Biblia es el manual vivo que DIOS nos dejó para que lo conozcamos en esta vida, crezcamos a Su estatura y nos preparemos para un mayor nivel en el más allá. Sin esta revelación especial que hace DIOS de Sí mismo a través del Libro de los libros, andaríamos a la deriva en los asuntos espirituales. Este sagrado libro fue escrito en un período de 1600 años; escrito a lo largo de 60 generaciones del pueblo hebreo –a quienes DIOS hizo guardianes de Sus Sagradas Escrituras- ellos lo han cumplido; escrito por más de 40 autores de todas las clases sociales, incluyendo reyes, campesinos, filósofos, pescadores, poetas, estadistas, eruditos, cobradores de impuesto, médicos, militares y por supuesto, rabinos; escrito en diferentes lugares: en el desierto, en una celda carcelaria, en palacios, en medio de una campaña militar, en remansos, de noche, de día, en medio de sufrimientos y bajo amenazas constante a los escritores; escrito bajo diferentes estado de ánimo, algunos estaban en la cumbre del gozo espiritual, pero otros desde estados emotivos de la tristeza y desesperación; escrito en tres continentes, Asia, África y Europa; y, escrito en tres idiomas: hebreo, es el idioma del Antiguo Testamento, en arameo, el lenguaje familiar, y el griego, el idioma del Nuevo Testamento. El griego era el idioma internacional en los tiempos de JESÚS.

La Biblia ha sido mi compañera inseparable, desde hace 57 años –no tengo ninguna jactancia en esto, en cuanto a su enseñanza infinita, todavía estoy por la empastadura- soy sincero en decir, que mi vida hubiera sido un desperdicio, si DIOS, no me hubiera conducido hacia sus páginas doradas, en los días apasionados de mi juventud. Puedo afirmar, que he sido influenciado por aquellos hombres y mujeres que aparecen en la Biblia, algunos de ellos, no debieran aparecer allí, por lo que hicieron. En efecto, algunos cayeron y se levantaron, como todo ser humano: no existe la infalibilidad en sus personajes centrales -excepto en JESÚS-. Son tan humanos como yo y puedo sentir sus lágrimas, sufrimientos, alegrías, sus subidas y bajadas. Contrario a lo que algunos dicen, este libro no es para santos impecables, sino para gente ordinaria y pecadores como yo que tiene la bendición de ser usados por el DIOS extraordinario que se nos revela en sus páginas.   

La Biblia es santa porque es la Palabra de un DIOS Santo. Dicho sea de paso, santo significa apartado. Este libro fue apartado de los demás libros que podamos leer, para que nosotros a su vez, podamos ser apartados de la contaminación de este mundo y separados para DIOS. 
La Biblia nos advierte que nuestra vida terrenal, es breve: “La hierba se seca y la flor se marchita, pero la palabra de nuestro Dios permanece para siempre”. (Isaías 40:8, NVI), en esta hora sé que saldré de este mundo, sin dejarle a los míos otra herencia que no sea, la incorruptible verdad que se encuentra en la Palabra de DIOS. Mi esposa y yo, hemos encaminado a nuestros hijos por los senderos de la Biblia, y ellos tomaron sus propias decisiones, ¡DIOS tiene solamente hijos, no tiene nietos! Sin embargo, en Su gracia, ha enriquecido nuestra vida dándonos nueve nietos, hasta ahora… ¡Ellos seguirán la senda trazada aquel día en que tuve el privilegio de tener en mis manos el primer ejemplar de la Palabra de DIOS! Como todos los hombres y mujeres que han venido y se han ido, yo me iré. Pero las voces de mis nietos estarán allí cuando se calle la mía. ¡Sé y oro para que el DIOS de sus abuelos y sus padres, les guíe en esta única fuente verdadera de los recursos de DIOS que es Su Palabra! Confío en Su promesa: “Nuestros hijos y nuestros nietos estarán a tu servicio, como lo estamos nosotros, y vivirán contigo para siempre". (Salmo 102:28 LBLA) 

¡Por la Palabra de DIOS, vivo y por esta Palabra, muero! Así ocurre en esta vida a quien: descubre la singularidad de la Biblia.

Oración:
Amantísimo PADRE Celestial:
Permíteme PADRE, que yo oiga, lea, estudie, memorice, medite, predique, enseñe y viva en tu Palabra. Que nada ni nadie me desvíe de Tus estatutos eternos, en el nombre de JESÚS, amén.
Perla de hoy:
La Palabra de DIOS tiene como propósito, no meramente informarnos, sino transformarnos.
Interacción:
¿Qué me dice DIOS hoy por medio de su Palabra? 
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento por obedecer?
¿Existe algún pecado por evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?

miércoles, 16 de septiembre de 2020

La Biblia: el Libro de la evangelización

Francisco Aular
perlasdelalma@gmail.com
Lectura devocional: 2 Timoteo 3:10-17
Desde tu niñez conoces las Sagradas Escrituras, que pueden darte la sabiduría necesaria para la salvación mediante la fe en Cristo Jesús. 2 Timoteo 3:15 (NVI)
Si DIOS es DIOS, tenía que dejarnos un mapa infalible para llegar a dónde Él, está.
¡Ese mapa es la Biblia! Que me condujo hacia SEÑOR JESÚS. En efecto en la Semana Santa de 1963, toda mi familia se fue a la playa, pero yo me quedé en casa, y como desde muy jovencito he amado la lectura, descubrí una Biblia que le habían regalado a un primo mío, y decidí pasar el día leyéndola. Hacía un año que había oído el Evangelio y una invitación pública para hacer la decisión para salvación en una de las dos noches en que el Dr. Billy Graham, predicó en Caracas, Venezuela, el 21 de enero de 1962. En aquella ocasión, no pasé entre mucha gente que hizo manifestación de fe.

Pero en aquella mañana del 11 de abril de 1963, el Espíritu Santo me guió hacia Evangelio de Juan, lo leí dos veces y la segunda vez, mi mirada fue a la Oración Sacerdotal del SEÑOR JESÚS, al versículo 20 del capítulo 17: “Más no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mi por la palabra de ellos”. Bajo la convicción del Espíritu Santo, concluí que yo estaba leyendo precisamente la palabra de uno de Sus amados discípulos, así que JESÚS: ¡había orado por mí!... Esa verdad me conmovió y como el salmista dije: “¿Qué es el hombre, para que en él pienses? ¿Qué es el ser humano, para que lo tomes en cuenta?” Salmo 8.4 (NVI), el entendimiento entenebrecido y mi espíritu muerto tuvo el toque divino y la gracia de DIOS, vino a mí y creí.

Concretamente, comprender estas verdades, quitó la venda de mis ojos, confesé mis pecados y me arrepentí, y desde allí, le rendí mi vida a Él. Creí en JESÚS quien es la Vida eterna porque la fe salvadora, viene por el oír la Palabra de DIOS. De hecho, en el evangelio se revela la salvación que proviene de DIOS, la cual es por fe de principio a fin, tal como está escrito: «El justo vivirá por la fe». (Romanos 1:17, NVI). Entonces, mi vida cambió para siempre. ¡El mapa -la Biblia- que DIOS por medio de alguien puso en las manos de mi primo, no era para él, porque no la apreció, era para mí y me condujo a Sus pies!
 
Sería muy prolijo contarles en esta hora, a cuantos peregrinos en este mundo he conducido hacia DIOS, utilizando este mismo mapa. Pero además, este libro sagrado me acompaña cada día porque la Biblia es mucho más que un libro religioso, con ella en la mano, en mi mente y el corazón, puedo contar y vivir estos hechos: Me hizo una persona nueva, renueva mi mente, está formando y moldeando mi carácter cada día, me libra del miedo del mañana, de mi culpabilidad de mi pasado, de cobardía frente al peligro, de antipatía y rencor hacia alguien, de pereza cuando hay que trabajar, de la envidia frente al éxito de los demás, de sabiduría espiritual para entenderme a mi mismo y a los otros, me hace ver que simplemente soy un cristiano a quien DIOS mismo está construyendo y transformando cada día hasta que llegue a ser como JESÚS.
 
Igualmente, la Biblia transforma las circunstancias, derrota mis tentaciones, me levanta del fracaso al usarlo como oportunidad para empezar otra vez, me produce fe suficiente para iluminar las tinieblas, fuerza abundante para cumplir las tareas que Él me asigna, me enseña la lealtad necesaria para cumplir con los propósito del reino de DIOS en esta tierra, me ayuda a conocer y superar mis limitaciones, sabiduría para enfrentar las demandas normales del vivir humano, me da el poder para ayudar a otros para aconsejarlos y levantarlos si han caído, hace posible que ya palpe desde el aquí y el ahora las bendiciones que Dios nos tiene guardados para los que le aman, puedo decir, enseñar, escribir, predicar, y cantar una nueva canción, no por lo que alguien me ha dicho, sino por lo que yo mismo he experimentado por más de cinco décadas, he levantado mi vida, fundado un hogar y ser parte de la familia de DIOS guiados por sus consejos. Verdaderamente: ¡Este libro está vivo! ¡No podemos vivir ni morir en paz sin la Palabra de DIOS!

Por eso, y por muchísima más razones, ¡pido la palabra y propongo que la Biblia, sea el libro de la Patria Nueva! Porque tengo una visión y una pasión que algún día se diga que la nación en donde nací, es el pueblo de DIOS: “¡Dichoso el pueblo que recibe todo esto! ¡Dichoso el pueblo cuyo Dios es el Señor!” (Salmo 144:15, NVI). De allí que proclame a voz en cuello que la Biblia es el libro de la evangelización.
Oración:
PADRE ETERNO:
¡Gracias por ayudarme en cada situación en que me ha tocado compartir con otros el “Kerigma”, tu Mensaje; te ruego una bendición especial para cada uno de los que has puesto en sus corazones que te busquen y de los evangelizadores prestos a llevar esta comida celestial a otros en todo lugar, en cualquier hora y cualquier precio. En el nombre de JESÚS. Amén.
Perla de hoy:
DIOS y Su Palabra nos guían en las tormentas de esta vida, y también nos llevaran al puerto seguro al salir de aquí. ¡No pierdas tiempo! ¡Léela y vívela! 
Interacción:
¿Qué me dice DIOS hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento a obedecer?
¿Existe algún pecado a evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?

martes, 15 de septiembre de 2020

¡Arriésgate a creerle a la Biblia! (2-2)

Francisco Aular
faular@hotmail.com
Lectura devocional: Santiago 2:14-19
Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan. Santiago 2:19 (RV60)
“¡Yo también creo en DIOS y en la Biblia!” Me dijo el catedrático de una universidad, al momento de oírme presentarle el evangelio a su esposa que se había mostrado muy interesada en la fe salvadora, la fe mediante la cual, uno reconoce que no es suficiente para la salvación el conocimiento meramente religioso e intelectual de la existencia de DIOS, que generalmente poseemos en nuestra cultura, y pone su confianza solamente en JESÚS, quien es la vida eterna (Juan 14:6). Me volteé hacia aquel hombre, y le respondí: Sabe doctor no es lo mismo creer en DIOS que creerle a DIOS. Creer en DIOS, puede significar tan solo un conocimiento intelectual, en tal caso como nos dice el apóstol Santiago en el versículo 19: “Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan”. En efecto, cuando el SEÑOR expulsó los demonios del endemoniado gadareno exclamaron: “¿Qué tienes con nosotros, Jesús, Hijo de Dios? ¿Has venido acá para atormentarnos antes de tiempo?” (Mateo 8:29 RV60), doctor le dije: ¡El mismo diablo cree en la existencia de DIOS y la divinidad de JESÚS, y le esté sujeto, pero sigue siendo demonio! Así que ese tipo de creencia no es suficiente para ser salvo. Cuando le dije eso, el doctor dejó de ser indiferente y atendió el mensaje y juntamente con su esposa, se convirtió en un cristiano nacido de nuevo.

En cuanto a creer en la Biblia y creerle a la Biblia, es la misma situación. Hace cinco décadas cuando yo le creí a la Biblia y vine a CRISTO, estaba de moda, ser ateo. Hoy está de moda creer en la Biblia, la gente sabe que este libro ha soportado todos los ataques de sus enemigos través de los siglos, y permanece siendo el libro más popular y de mayor venta en el mundo. Así que un conocimiento meramente intelectual de la veracidad de la Biblia no es suficiente, el diablo se sabe la Biblia de memoria, por eso le dijo a JESÚS: “Si eres Hijo de Dios, échate de aquí abajo; porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden, y, En las manos te sostendrán, Para que no tropieces con tu pie en piedra.” (Lucas 4:9-11 RV60). Sí, el diablo maneja la Biblia muy bien; pero JESÚS, es el Autor de la Biblia, y con ella misma le respondió: “Vete de mí Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás” (Lucas 4:8 RV60). Así vemos que, una cosa es creer en la Biblia y otra muy diferente es hacerla “la norma suprema por la cual toda conducta, credos, y opiniones religiosas deben ser juzgados. El criterio por el cual la Biblia ha de ser interpretada es Cristo Jesús” (Fe y Mensaje Bautistas, página 7). Por ello, a la luz de estas verdades divinas: ¡Arriésgate a creerle a la Biblia! 

Oración:
PADRE ETERNO:
¡Gracias por tu Palabra santa! Sé que es un Libro con sus relatos históricos verídicos; pero más allá, es el Libro de los libros que nos lleva al conocimiento de nuestro amado SEÑOR y SALVADOR JESÚS. Ayúdame SEÑOR a no apartarme de esta medicina para mi espíritu, mi alma y mi cuerpo; y por sobre todo a proclamarlo para que mi generación, lo crea, lo oiga, lo estudie, lo memorice, lo medite y lo aplique, en el nombre de JESÚS, amén.
Perla de hoy:
En un mundo cambiante y a la deriva, puedes confiar en el DIOS inmutable y en Su Palabra viviente. 
Interacción:
¿Qué me dice DIOS hoy por medio de su Palabra? 
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento por obedecer?
¿Existe algún pecado por evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?

lunes, 14 de septiembre de 2020

¡Arriésgate a creerle a la Biblia! (1-2)

Perlas del alma
Francisco Aular
faular@hotmail.co
Lectura devocional: 1 Pedro 1:13-25
Mas la palabra del Señor permanece para siempre. Y esta es la palabra que por el evangelio os ha sido anunciada. I Pedro 1:25 (RV60)
¿Por qué me arriesgo a creerle a la Biblia? 

Tengo muchas razones, pero seré breve: La Biblia es divina en su origen; es un libro que está vivo y activo, como ningún otro en el día de hoy; la Palabra de DIOS es indestructible, ha vencido a todos sus perseguidores del pasado que hoy la proclaman como la verdadera Palabra de DIOS; la Palabra de DIOS, convence porque juzga los pensamientos y actitudes del corazón; la Biblia es clara en su mensaje, porque nos habla de la eternidad pasada, nos sostiene en la eternidad presente, y nos proyecta a una eternidad futura.

Personalmente creo que la Biblia le da un verdadero sentido a la vida humana, nos explica por qué estamos en la tierra, que no somos un accidente en el mundo, la vida humana desde la perspectiva de DIOS y aprendemos cómo obtener el nuevo nacimiento y desde allí la vida eterna, la vida que nos viene desde el cielo; es en las páginas de la Biblia que entendemos que fuimos creados para agradar a DIOS, y al mismo tiempo como agradarlo a Él, como servirle, como vivir y como morir; es por la Biblia que entendemos la existencia de una familia espiritual en donde podemos crecer en la madurez espiritual, llamada: la iglesia; y desde la iglesia y por medio de la de la Biblia, entender que fuimos creados para ser como CRISTO y estamos llamados a ser como Él es; igualmente, es por la Biblia que entendemos que el propósito final de nuestro breve andar en este mundo, es llegar a conocer a DIOS y la salvación que Él ha dispuesto en JESÚS; es por el conocimiento bíblico que entendemos que a los nacidos de nuevo, fuimos escogidos “desde antes de la fundación del mundo” (Efesios 1:4), tenemos una misión en el mundo la cual el apóstol Pablo, la definió así: “Sin embargo, considero que mi vida carece de valor para mí mismo, con tal de que termine mi carrera y lleve a cabo el servicio que me ha encomendado el Señor Jesús, que es el de dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios” (Hechos 20:24 NVI).

Cuando tomé la Biblia por primera vez y abrí sus páginas, descubrí que es un libro que está vivo y vibra en cada uno de sus preceptos; es apasionante leerlo desde cualquier punto de vista que usted quiera; en efecto, en las páginas de la Biblia, se nos presenta a los seres humanos, tales y como somos; allí encontramos héroes y villanos; de lo que somos capaces de hacer cuando llegamos al poder, un joven bueno y amado se convierte en rey y de allí a un malvado sin control que DIOS mismo le quita la vida; vemos como amar, como hacer la guerra y como hacer la paz; la Biblia no encubre a los hombres y mujeres buenos que hacen cosas malas, pero vemos a los malos arrepentirse y encontrar aceptación y perdón de DIOS; en simples palabras; allí en la Biblia encontramos la vida y la muerte en acción; el buscar a Dios o rechazarle; en ser útiles en la obra de DIOS, o ser piedra de tropiezo para otros; nos da la razón para ser santos y apartados del mal y empinarnos a vida virtuosa, que es el amor de Dios en acción (Juan 3:16), ¿Cómo podemos fallarle a Dios y no vivir como JESÚS vivió? (1 Juan 2:6).

No obstante, la Biblia es algo más que la lectura que nos atrae, historias cortas con sus enseñanzas eternas; consejos a tiempo para apartarnos del mal y acercarnos a DIOS; allí está contemplado la caída del ser humano y su expulsión del Paraíso; pero también la manera de volverse a DIOS y recuperar lo perdido. Al investigar y escudriñar la Biblia, podemos aprender más de DIOS de ella misma que los grandes libros de los teólogos, las especulaciones filosóficas y enseñanzas de todas las religiones juntas. 

Pues bien, en abril de este año 2020, cumplí 57 años desde la primera vez que este libro cayó en mis manos y DIOS me habló por medio de ella, la he probado y funciona. Por ello, puedo decir lleno de fe, esperanza y amor por las Sagradas Escrituras: ¡Arriésgate a creerle a la Biblia!

Oración:
PADRE MISERICORDIOSO:
¡Gracias por dejarnos el Libro que nos guía hacia ti! Ayúdame a leerlo, estudiarlo, memorizarlo, meditarlo y aplicarlo a mi vida hasta el último latido de mi corazón y de mi última actividad cerebral, en el nombre de JESÚS, amén.
Perla de hoy:
Un acercamiento sincero y sin prejuicios a la Biblia, te llevará al corazón de ella: JESÚS.
Interacción:
¿Qué me dice DIOS hoy por medio de su Palabra? 
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento por obedecer?
¿Existe algún pecado por evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?