viernes, 29 de junio de 2018

¡Mi camino hacia la madurez!

Francisco Aular                                            
perlasdelalma@gmail.com
Lectura devocional: 1 Corintios 13:9-13
Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño; cuando llegué a ser adulto, dejé atrás las cosas de niño. 1 Corintios 13:11 (NVI)

Al servicio de fotografía del hospital en donde trabajaba como fotógrafo clínico, me trajeron un hermoso niño que le calculé unos diez meses de edad, venía remitido por el Departamento de Genética del hospital. Lo había traído la abuela y ella era muy buena conversadora, me preguntó: ¿Cuántos meses cree que tiene el niño? Le dije la edad que había pensado, me respondió con un tono lastimero, en realidad él tiene seis años…

Los humanos somos muy parecidos tanto en lo físico como en lo espiritual. Por eso son necesarios, dos nacimientos: el humano que nos pone en la tierra, y el nuevo nacimiento (Juan 3:1-8) que nos coloca en el cielo. Ambos nacimientos nos obligan a crecer, a madurar; de no hacerlo, existe una incoherencia en el proceso normal de crecimiento. En efecto, el propósito de Dios al producir en nosotros tanto “el querer como el hacer por su buena voluntad” (Efesios 2:13), es para que podamos desarrollar un carácter como el de JESÚS (Gálatas 5:22-23). Lamentablemente millones de cristianos nacidos de nuevo han envejecido pero no han madurado en la fe, Dios quiere usarlos para que sirvan en Su reino y en Su iglesia, pero su infantilismo no los deja: “Yo, hermanos, no pude dirigirme a ustedes como a espirituales sino como a inmaduros, apenas niños en Cristo. Les di leche porque no podían asimilar alimento sólido, ni pueden todavía” (1 Corintios 3:1-2).

Pues bien, pensando en mi propia vida -inicie mi crecimiento en Cristo hace ya mas de cinco décadas-, no me encuentro satisfecho y hago todo lo que pueda intencionalmente para seguir sirviendo al Señor en los límites finito como el ser humano que soy; continúo trabajando y permitiendo que Dios me forme hasta cumplir Su propósito en mí “a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo” (Efesios 4:13b RV60).

En virtud de esto, haga la siguiente resolución: ¡Persistiré hasta alcanzar la madurez en Cristo! Así como no me quedé siendo un niño en lo físico, tampoco lo seré en lo espiritual. Aunque no nací en cuna de oro, tampoco nací en derrota ni para fracasar porque soy parte del plan de Dios, a mis nueve años, decidí no culpar a mis padres ni a mi preciosa familia que Dios me dio biológicamente de cualquier falla en mi carácter; un día de aquellos en que tenía que realizar varias tareas, las asumí con optimismo; desde entonces, me abstengo de escuchar y formar parte de aquellos que lloran y se quejan; no hago de los pesimistas mis compañeros de viaje porque dañan con sus lamentos el camino que Dios, en Su gracia me trazó; Dios me crió para crecer y los linderos de mi crecimiento es ser como Cristo: “Ese proceso continuará hasta que todos alcancemos tal unidad en nuestra fe y conocimiento del Hijo de Dios que seamos maduros en el Señor, es decir, hasta que lleguemos a la plena y completa medida de Cristo.” (Efesios 4:13. NTV).

¡Persistiré hasta alcanzar la madurez en Cristo! No me conformaré con los trofeos que se me den o se me nieguen en esta vida; porque el verdadero premio son las coronas que el Señor me dará al final de mi jornada, y no me corresponde a mí, elegirlas; cuando haya terminado mi día, y vaya al dormitorio a esperar mi resurrección de entre los muertos, diré como Pablo: “He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe” (2 Timoteo 4:7 RV60).

Ahora bien tengamos esto en cuenta: La salvación es iniciativa de Dios a mi favor, la madurez es iniciativa mía al buscar el favor de Dios para lograrlo. ¡Este es mi camino a la madurez! Nuestra vida aquí en la tierra, debo vivirla a la luz de mi vida eterna que también poseo. Tengo un destino eterno al final de esta vida temporal pero también tengo una misión histórica aquí en la tierra. Sin madurez en CRISTO, no puedo vivir la plenitud de la voluntad divina y el triunfo final al salir de esta vida presente. Emprende hoy de una vez por todas, tu  camino hacia la madurez.

Igualmente, en el plano humano diré como Amado Nervo: 
Amé, fui amado,
el sol acarició mi faz.
¡Vida, nada me debes!
¡Vida, estamos en paz!
Oración:
Padre eterno:
¡Gracias por designarme un lugar en tu reino y en tu iglesia! Ayúdame a echar muy lejos de mí, la queja, la amargura y el culpar a otros de las cosas que me ocurren; ayúdame a ser maduro en la fe y en el carácter. En el Nombre de JESÚS, amén.
Perla de hoy:
La madurez en CRISTO no es automática es una elección que se perfecciona en mi relación con Dios, el trato conmigo mismo y los demás.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento por obedecer?
¿Existe algún pecado por evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?

jueves, 28 de junio de 2018

Crecer en la gracia

Francisco Aular
perlasdelalma@gmail.com
En cambio, crezcan en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. ¡A él sea toda la gloria ahora y para siempre! Amén. 2 Pedro 3:18 (NTV)

Yo tendría un año en el Señor, y poco a poco crecía en la fe, me sentía lleno de entusiasmo en  las cosas de Dios. Mi pastor el misionero estadounidense, Carlos Clark, y su preciosa familia, habían impactado mi vida. Igualmente, Dios me había preparado dos amigos para ayudarme a crecer en esos primeros años de mi infancia espiritual, Adonis Rodríguez y Luis Magín Álvarez. Especialmente con Adonis, orábamos y soñábamos con formar familias que amaran al Señor, y con ellos, ayudar a la extensión del reino de Dios en la tierra. Así ha sido.

Verá, la influencia positiva de nuestro pastor y su preciosa familia se reflejaba en muchos de los asistentes en nuestra Misión Bautista Emanuel. Como todas las cosas buenas de la vida, algunos de los nuevos creyentes, no sabíamos que aquella familia misionera, saldría de nuestra iglesia y retornaría a su país por un año. Al retorno, no sabíamos si los destinarían de nuevo para estar con nosotros. 

Así las cosas, todavía recuerdo aquella triste despedida del aeropuerto, cuando vi que el avión de Pan American World Airways, levantó vuelo y se perdió en las nubes. No encontré consuelo por aquella semana porque los Clark, venían a mi mente y corazón.  Confieso que ese domingo siguiente en la iglesia, lloré casi todo el culto. ¡Qué falta me hacía mi pastor y su familia! Pero mi amado pastor, me escribió una tarjeta postal, la cual recibí al mes siguiente de la despedida. En aquella postal escribió palabras llenas de consejos al niño en CRISTO que era yo, y además de sus palabras, añadió el versículo que encabeza este devocional: En cambio, crezcan en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. ¡A él sea toda la gloria ahora y para siempre! Amén.

¿Qué es la gracia de Dios? La gracia es el mayor regalo de Dios hacia los pecadores: “Dios los salvó por su gracia cuando creyeron. Ustedes no tienen ningún mérito en eso; es un regalo de Dios.  La salvación no es un premio por las cosas buenas que hayamos hecho, así que ninguno de nosotros puede jactarse de ser salvo.” (Efesios 2:8-9 NTV). Sí, la gracia es el amor de Dios aplicado a nuestra total indigencia espiritual. Esa gracia tiene su fuente en Dios mismo y nunca en nosotros. Dios es libre y soberano, y distribuye Su gracia como Él quiere y a quien Él quiera. De manera que nuestro orgullo acostumbrado a no ser recibir favores de nadie, siempre cree que puede hacer algo para ganarse, para merecerse la salvación que Dios otorga. Así el incrédulo rechaza la gracia. Mientras que el pecador arrepentido la recibe con humildad y gratitud.

¿Qué es crecer en la gracia? A medida que dejo que el Señor inunde mi vida con su río de gracia en abundancia, mi ser va creciendo. El Señor va llenando cada espacio mi “espíritu, alma y cuerpo” en la medida en que yo sea dócil a la llenura del Espíritu Santo en mi caminar cotidiano. El apóstol Pedro nos ordena crecer en la gracia, de modo que no es una elección, porque crecer o no crecer, no es una opción, sino un mandamiento para que podamos ser ejemplos a otros. Como dice el especialista en liderazgo John Maxwell “una persona influye en toda su vida, de manera indirecta o directa, en otros diez mil individuos”. ¿A cuántas personas estamos influenciando positivamente? Sin duda un cristiano nacido de nuevo en posición de liderazgo influye mucho más en toda su vida rendido bajo el poder de la gracia de Dios.

Les confieso que las despedidas siempre me llenan de mucha nostalgia, y eso lo saben muy bien mis compañeros en la Marcha Evangelizadora, tras cada evento que realizabamos, después del despliegue, limpiábamos todo asegurándonos que el sitio quedaba mejor que como lo habíamos encontrado. Entonces, acostumbraba irme al lugar que nos había servido de santuario principal en dónde estuvimos predicando, enseñando, orando, cantando, y mi alma se derramaba delante del SEÑOR. Los que viajaban conmigo, me dejaban ese tiempo con mi Padre Celestial. Sabía que sin Su gracia, yo no hubiera estado allí; ni tampoco habría bendición para el ejército de marchistas, servidores en el liderazgo y los nuevos convertidos que salían a sembra la Semilla. Me parecía oír a lo lejos la algarabía de los que habíamos estado allí, y sentía en los más porfundo de mi ser, el estruendo del silencio que es una muestra inéquivoca que nuestro liderazgo está creciendo, está madurando en el SEÑOR. ¡Eso es crecer en la gracia!

El consejo que dio el apóstol Pedro hace dos mil años a todos los cristianos, y que me dio mi amado pastor hace 54 años, se lo aconsejo a usted, ante todo debe: ¡Crecer en la gracia!

Oración:
Padre eterno y lleno de gracia:
Bendito sea tu sagrado nombre, tu gracia me ha llenado para serte útil en tu reino, es la única explicación por la cual me llamaste a tu salvación y para ser quien soy y realizar la labor que me has encomendado. Ayúdame a que nunca me olvide que no se trata de mí, sino de ti. En el nombre de JESÚS. Amén.
Perla de hoy:
En las buenas o en las malas, Dios y Su gracia, están conmigo. No puedo fallar.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento a obedecer?
¿Existe algún pecado a evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?

miércoles, 27 de junio de 2018

“Gente de paz”

Francisco Aular
perlasdelalma@gmail.com
Lectura devocional: Lucas 10:1-12
Cuando entren en la casa de alguien, primero digan: “La paz de Dios sea sobre esta casa”. Si los que viven en la casa son gente de paz, la bendición permanecerá; si no lo son, la bendición regresará a ustedes. Lucas 10: 5,6 (NTV).

“Gente de paz”…son aquellos a los cuales Dios los ha escogido, desde antes de la fundación del mundo para la salvación eterna:  Incluso antes de haber hecho el mundo, Dios nos amó y nos eligió en Cristo para que seamos santos e intachables a sus ojos. Dios decidió de antemano adoptarnos como miembros de su familia al acercarnos a sí mismo por medio de Jesucristo. Eso es precisamente lo que él quería hacer, y le dio gran gusto hacerlo.” (Efesios 1: 4,5, NTV).  Sin embargo, ¡millones de gente de paz, nunca han escuchado la Buena Noticia! Porque aunque han sido elegidos, la salvación no es automática, necesitan escuchar el mensaje y responder a él, en forma positiva o negativa. Dios estaría violando sus propias leyes, si obligara al ser humano a seguirle. ¡Nadie estará en el cielo obligado! En efecto, JESÚS dijo: “Cuando entren en la casa de alguien, primero digan: “La paz de Dios sea sobre esta casa”. Si los que viven en la casa son gente de paz, la bendición permanecerá; si no lo son, la bendición regresará a ustedes.” (Lucas 10:5,6 NTV). Por eso, es necesario y vital llevarle el Mensaje, cueste lo que nos cueste, a cualquier precio! El pasaje devocional que estamos considerando JESÚS, puso las condiciones.

“Gente de paz”…son aquellas personas amables, correctas, decentes, religiosos, hasta generosos con los demás, sin embargo, eso no es suficiente: “Dios los salvó por su gracia cuando creyeron. Ustedes no tienen ningún mérito en eso; es un regalo de Dios. La salvación no es un premio por las cosas buenas que hayamos hecho, así que ninguno de nosotros puede jactarse de ser salvo.” (Efesios 2:1,2 NTV). El primer hombre que JESÚS, evangelizó al comenzar su Ministerio se llamaba, Nicodemo. Al ver al Nicodemo hacer lo que hizo, rápido lo puedo descubrir: ¡Nicodemo pertenecía al grupo de gente de paz! Dios había puesto en él hambre y sed por conocer verdaderamente a Dios y no tuvo dudas al buscar a JESÚS. ¿Quién era Nicodemo? Era un fariseo; un destacado y estricto respetuoso de los “Diez Mandamientos”, desde niño aprendió a citar de memoria los libros sagrados de su religión fundada por Moisés, en el Monte Sinaí; siempre en toda su vida procuró cumplir de la mejor forma posible, las leyes y reglamentos y por ello, tenía una conducta moral intachable. Pero Nicodemo, no estaba satisfecho con ser solamente un religioso, anhelaba tener paz en su espíritu y alma porque reconocía que las demandas de perfección de Dios, como a todos nosotros los seres humanos, ¡nos quedan muy grande!: “Sed, pues vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto” (Mateo 5:48).  ¡Si nosotros, seres humanos caídos del propósito original de Dios, pudiéramos vivir absolutamente perfecta esta vida humana como la vivió JESÚS, Él no hubiera ido a la cruz para salvarnos y volvernos a Dios! Efectivamente, la Biblia confirma en sus 66 libros el fracaso humano ante las demandas de un Dios tres veces santo: “No hay, justo, ni aun uno” (Romanos 3:10); también dice: “Pues todos hemos pecado; nadie puede alcanzar la meta gloriosa establecida por Dios.” (Romanos 3:23 NTV), pero tenemos la Buena Noticia de salvación:Pues la paga que deja el pecado es la muerte, pero el regalo que Dios da es la vida eterna por medio de Cristo Jesús nuestro Señor.” (Romanos 6:23, NTV). ¡JESÚS es el Regalo que Dios tiene para la gente de paz! para que nazcan de nuevo, y sean hijos de Dios. Por ello, JESÚS mismo le dijo a Nicodemo: “—Te digo la verdad, a menos que nazcas de nuevo, no puedes ver el reino de Dios.” (Juan 3:3, NTV).

“Gente de paz”…son millones de personas que tienen hambre de Dios, ellos están por todas partes y en todo el mundo. Dios ve a la humanidad como un campo de trigo, listo para la cosecha. ¡Las posibilidades de una cosecha abundante hace necesario enviar por grandes cantidades a obreros que vayan y recojan los frutos, antes de que venga la noche! Por ello, JESÚS, encomendó a sus discípulos:Y les dio las siguientes instrucciones: La cosecha es grande, pero los obreros son pocos. Así que oren al Señor que está a cargo de la cosecha; pídanle que envíe más obreros a sus campos.” (Lucas 10:2, NTV).

“Gente de paz”…son aquellos que en mi vida de más de 50 años llevando el Mensaje, los he encontrado por todas partes y en todos los segmentos de la sociedad. Hice lo que Dios me pidió que hiciera, fui en obediencia a Él, les prediqué la Palabra, algunos la oyeron y creyeron, ellos nacieron de nuevo; por lo tanto, les enseñé a obedecer a Dios, y los encomendé a ir y llevar el Mensaje como yo hice con ellos, y fueron. ¡Ya no me resulta posible contar lo que ellos han hecho! Una cosa sé: ¡Sólo la gente de paz, produce, gente de paz!

Oración:
Padre como un manto negro, la muerte vendrá sobre mí y mi generación. Ayúdame a llevarle tu Mensaje de salvación. Iré a buscar a tu gente de paz en dondequiera estén y a cualquier precio. En el nombre de JESÚS. Amén.
La mejor ofrenda que podemos hacer en gratitud a Dios, quien por gracia, nos ha salvado, es ir a buscar y traer a la gente de paz, que están listos para la cosecha. ¡Vamos por ellos!
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento a obedecer?
¿Existe algún pecado a evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?
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martes, 26 de junio de 2018

¿Dónde estás SEÑOR?

Francisco Aular
perlasdelalma@gmail.com
Lectura devocional: Romanos 8:19-28
Porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios. Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora. Romanos 8:21,22 (RV60)

Rayma, por muchos años, era la caricaturista del periódico más antiguo de Venezuela, “El Universal”, perspicaz como es, en sus dibujos plasmó la realidad de nuestro planeta tierra; dibujó al planeta y por los cuatro costados del globo terráqueo ella escribió: “Caos”.

Ciertamente, hace dos mil años, el apóstol Pablo presentó algo similar, desde otra perspectiva. Él habló del sufrimiento causado por la corrupción del ser humano, iniciado cuando en el Paraíso, nuestros primeros padres, Adán y Eva, le dieron la espalda a Dios, escogieron ser “soberanos de su propio destino”, y a partir de allí, rápidamente, al surgir las nuevas generaciones, los seres humanos como caballos indomables se lanzaron en un relincho sin fin hasta el presente. ¿Hace falta que yo describa aquí lo que usted mismo puede ver y tal vez, sufrir? Sin embargo, hay esperanza, porque así como el ser humano debe tener un nuevo nacimiento para entrar de nuevo al Paraíso perdido en su relación con Dios, también la tierra nacerá de nuevo: “Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más” (Apocalipsis 21:1 RV60).

Sí, sobre las cenizas de este mundo en caos, Dios hará todo de nuevo. Pero antes de que ocurran esas cosas, ¡JESÚS volverá a la tierra en compañía de Su Iglesia para gobernar este mundo! Vendrá el reinado de JESÚS, el Cordero de Dios, y será un tiempo de paz como Dios siempre ha querido en este mundo caído. Entonces, veremos el cumplimiento de las palabras del profeta Isaías: “Él juzgará entre las naciones y será árbitro de muchos pueblos. Convertirán sus espadas en arados y sus lanzas en hoces. No levantará espada nación contra nación,  y nunca más se adiestrarán para la guerra” (Isaías 2:4 NVI). ¡El caos, como lo ve Rayma, en el cual está envuelto el mundo será por fin aniquilado!: “Porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios…”. (Romanos 8:21)

“¿Dónde estaba Dios?”… Aquella mañana del 11 de septiembre del 2001 Mary -mi esposa- y yo, íbamos por la carretera 28, hacia Manassas, Virginia, Estados Unidos, en donde comenzaríamos una nueva iglesia. Por encima de nosotros pasó el avión que luego se estrellaría en el Pentágono. Precisamente, estábamos escuchando la radio informar sobre los dos aviones que se habían estrellado contra las Torres de Nueva York. “Esto no es casualidad”… recuerdo que le dije. Nos dimos cuenta que ¡Estados Unidos estaba siendo atacada por terroristas! Nos hicimos a un lado en la carretera y oramos. Lo demás es historia. Nunca el mundo volverá a tener seguridad. La verdad, sea dicha ¡estamos en manos de fanáticos religiosos que no se detendrán!

En aquellos días difíciles, era común que la gente me preguntara: "¿Dónde está Dios que ha permitido esto?". En efecto,  en un programa de televisión, le hicieron esa misma pregunta a la hija de Billy Graham, la destacada oradora y escritora Anne Graham Lotz, "¿cómo pudo Dios permitir que sucediera esto?", ella dio una respuesta sumamente profunda y llena de sabiduría: "Al igual que nosotros, creo que Dios está profundamente triste por este suceso, pero durante años hemos estado diciéndole a Dios que se salga de nuestras escuelas, que se salga de nuestro gobierno y que se salga de nuestras vidas. Y siendo el caballero que Él es, creo que se ha retirado tranquilamente. ¿Cómo podemos esperar que Dios nos dé Su bendición y su protección cuando le hemos exigido que nos deje estar solos?".

¿Dónde está Dios en relación contigo, en tu vida o fuera de ella?, la Biblia dice: “¡Mira! Yo estoy a la puerta y llamo. Si oyes mi voz y abres la puerta, yo entraré y cenaremos juntos como amigos.” Apocalipsis 3:20). Esta asombrosa afirmación se la hizo el SEÑOR JESÚS a la Iglesia de Laodicea…esa misma afirmación también nos la hace a nosotros en lo individual. ¿Dónde hemos puesto al SEÑOR en relación con nosotros? ¡Déjalo entrar en tu vida y Él hará!

¡Por asombroso que nos parezca por la sencillez del Mensaje! Invítalo a entrar en tu corazón y Él hará que tengas un verdadero propósito para vivir en esta tierra: servirle a Él como tu Señor y Salvador. Te invito a hacer la oración que está al pie, y por favor, escríbeme diciéndomelo para hacerte llegar un material bíblico para tu crecimiento en la vida cristiana. Entonces, podrás responder con certeza a la pregunta: ¿Dónde estás SEÑOR?
Oración:
PADRE ETERNO:
Ahora entiendo que tú me amas y que desde antes de la creación del mundo, tú quisiste que yo fuera parte de tu familia. Señor, con humildad te pido que perdones mis pecados, me arrepiento, y te ruego que vengas a mi vida. Gracias JESÚS por salvarme y de ahora en adelante, tú eres mi SEÑOR y SALVADOR. Amén.
Perla de hoy:
Nuestro breve paso por esta tierra está en las manos de Dios; nuestros espíritus y nuestras almas están bajo Sus cuidados. ¡No temamos!
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento a obedecer?
¿Existe algún pecado a evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?

viernes, 22 de junio de 2018

¡Buenos días belleza!

Francisco Aular
perladelalma@gmail.com
Lectura devocional: Salmo 118:15-29
Este es el día que el SEÑOR ha hecho; regocijémonos y alegrémonos en él. Salmo 118:24 (LBLA)

¡Este es el día que hizo nuestro Dios! Es nuestro. Nadie no los podrá quitar. Solamente nosotros tenemos la clave para hacerlo grande o pequeño.

Hoy nos empinaremos sobre nuestras imposibilidades, y con la ayuda de nuestro Dios seremos lo que Él planeó para nosotros antes de que el mundo fuese. Somos parte del plan eterno de Dios para el universo, y por eso, no somos poca cosa.

Hoy diré a los pensamientos de derrota: ¡Se equivocaron conmigo!, porque al ser un hijo de Dios tengo todo lo que la vida me puede dar.

Hoy los pensamientos de culpabilidad por los momentos perdidos, y otras cosas que mi fragilidad humana permitió serán crucificados y exhibidos por JESÚS en la cruz como hace dos mil años. Respiraré profundo, confesaré mis pecados, y me asiré de su perdón, amor y gracia.

Hoy no me sentiré solo porque la presencia de JESÚS va conmigo, como Él lo prometió. Este cuerpo por débil que me parezca es una catedral donde mora todo el poder de Dios; ¡el mismo poder que levantó a JESÚS de la tumba!

Hoy la paz de Dios que sobrepasa todo pensamiento, gobernará mi mente, mi voluntad y mis emociones, nada me perturbará. Nada ni nadie me distraerá de mis responsabilidades y privilegios, haré lo mejor que pueda para la honra y gloria de mi Señor y Salvador JESÚS.

Hoy aprenderé a contentarme cualquiera sean mis circunstancias. Aprenderé a ser feliz, porque la felicidad es gozarse por lo que se tiene. Tengo en mí lo único que debo poseer como ser humano: la vida que viene del cielo y que me acompañará para siempre. ¡JESÚS es la vida eterna, teniéndolo a Él lo tengo todo!

Hoy mis pensamientos, mis actitudes y mis acciones estarán basados en la honestidad, la justicia, la pureza y todo lo que sea de buen nombre; desecharé  todo lo demás por inútil.

Hoy ratifico mis dos resoluciones para esta vida humana: Primera: Viviré para la gloria de Dios. Segunda: Aunque otros no lo hagan, yo lo haré.

Hoy viviré dándolo gracias a Dios por todo. No dejaré que mi corazón se llene de críticas sin presentar soluciones. No dejaré que un recuerdo me haga su prisionero.

Hoy seré como el sándalo que perfuma el hacha que lo hiere. Buscaré el perdón de quienes he ofendido. Borraré con el perdón las ofensas de quienes me han ofendido. Los verdugos de la enemistad no podrán hacerme daño.

Hoy seré libre, cabalgaré con todo lo que soy y tengo sobre el caballo blanco de la victoria. Pondré alas a mi esperanza y volaré. Seré más de Él, y menos de mí mismo.

Hoy le diré al Señor, gracias por hacerme libre para ser tu siervo. Ser discípulo de JESÚS es humillarse bajo su poderosa mano.

Hoy le diré a la vida: ¡Buenos días belleza!

Oración:
Padre eterno:
DIOS TODOPODEROSO:
Hoy entro a tu presencia por la puerta de mi gratitud. Gracias, oh Dios, por esta vida temporal y la vida eterna a través de JESÚS. Gracias por los dones y habilidades los cuales te rindo en obediencia. Gracias porque has puesto en mi ser el no depender del éxito o  de las circunstancias para ser feliz. Contigo lo tengo todo, y por eso no me canso de  alabarte y bendecir tu nombre. Te doy gracias por lo que me das, y si nada me das, también te doy gracias. Gracias por la perla de gran precio de la salvación, por enviar a tu Hijo amado para comprármela y regalármela por su muerte y resurrección. Él no murió en vano, porque no tendré en poco una salvación tan grande. ¡Bendito y alabado seas! En el nombre de JESÚS, amén.
Perla de hoy:
Hoy le diré a la vida: ¡Buenos días belleza!
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento a obedecer?
¿Existe algún pecado a evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?

jueves, 21 de junio de 2018

La Biblia, la Palabra viviente

Francisco Aular
Lectura devocional: Hebreos 4:1-13
La Biblia, la Palabra viviente
Pues la palabra de Dios es viva y poderosa. Es más cortante que cualquier espada de dos filos; penetra entre el alma y el espíritu, entre la articulación y la médula del hueso. Deja al descubierto nuestros pensamientos y deseos más íntimos. Hebreos 4:12 (NTV)

Desde el incio de mi nacimiento espiritual en 1963, me ha gustado mucho hacer cada día, mi devocional personal. Así a principios de diciembre de 2003, cayó en mis manos el “best seller” de Rick Warren, Una vida con propósito. ¡Me lo bebí en 40 días! Lo que esta afamado autor dice de la Biblia, casi me dejó sin aliento. Se los comparto:

La Biblia es mucho más que una guía doctrinal. ¡Genera vida, crea fe, produce cambios, asusta al diablo, realiza milagros, sana heridas, edifica el carácter, transforma las circunstancias, imparte alegría, supera la adversidad, derrota la tentación, infunde esperanza, libera poder, limpia nuestras mentes, hace que las cosas existan y garantiza nuestro futuro para siempre! ¡Aleluya! ¡No podemos vivir sin la Palabra de Dios! (página 201, Editorial Vida 2003).

En efecto, la Biblia es la Palabra viviente. Desde los 17 años, soy un estudiante de la Biblia. Puedo afirmar, sin ninguna duda, que si todos los libros se desaparecieran, y no quedara nada más que uno: la Biblia, no habríamos perdido mucho. Porque la Biblia vale muchos más que todos los libros que los grandes literatos han producido en toda la historia de la humanidad. Esta no es solamente mi opinión, Sir Walter Scott (1771-1832), en cierta manera fue el Cervantes para la lengua inglesa de su tiempo. Este afamado hombre de las letras, estando en agonía de muerte, susurró: _Acérquenme el libro. _ ¿Cuál libro, pues, tienes muchos en tu biblioteca? Hay solamente un Libro, la Biblia, fue la respuesta. Ciertamente, la Biblia es la Palabra viviente.

Porque amo a Dios y quiero servirle con honestidad y gozo, debo también amar Su Palabra. Precisamente, el Salmo 119, el capítulo más largo de la Biblia con 176 versículos, es un poema acróstico a la Biblia como libro de la Ley de Dios, en cada versículo se hace referencia a Dios como el autor de este Libro. El número ocho aparece en todo el Salmo, fue a propósito que lo diseño el salmista, porque la palabra “ocho” en hebreo significa “abundancia, más que suficiente”. En efecto, el escritor nos está diciendo: “La Palabrea de Dios es más que suficiente”. Entonces, cada sección tiene ocho versículos; se mencionan ocho nombres especiales para la Palabra de Dios; se dan ocho símbolos para la Palabra de Dios: Ley del SEÑOR, testimonios, caminos, preceptos, estatutos, mandamientos, juicios y palabra; igualmente, el creyente tiene ocho responsabilidades con la Palabra. Podemos añadir que Dios como el Creador también del ser humano, nos dejó un mapa para llegar a Él y saber cómo hacer Su voluntad, ¡ese mapa es la Biblia! Sí, la Biblia es la Palabra viviente.

En conlusión, amo la Biblia por lo que es, como lo dice el versículo de hoy: “Pues la palabra de Dios es viva y poderosa. Es más cortante que cualquier espada de dos filos; penetra entre el alma y el espíritu, entre la articulación y la médula del hueso. Deja al descubierto nuestros pensamientos y deseos más íntimos.” (Hebreos 4:12 NTV). Pero volviendo al Salmos 119, allí apreciamos que la Biblia es agua para nuestra limpieza, desde nuestra juventud: “¿Con qué limpiara el joven su camino?” V.9; la Biblia es riqueza y tesoro: “Me he gozado en el camino de tus testimonios, más que de toda riqueza.” V.14; la Biblia es una compañera y consejera en todo tiempo: “Pues tus testimonios son mis delicias y mis consejeros.” V.24; la Biblia, es una canción que acompaña siempre: “Cánticos fueron para mí tus estatutos, en la casa en donde fui extranjero.”V.54; la Biblia tiene una dulzura mayor que la que el mundo, nos da: “¡Cuán dulce son a mi paladar tus palabras!” V.103; la Biblia nos ilumina el camino: “Lámpara es a mi pies tu palabra, y lumbrera a mi camino”V.105; la Biblia es mi herencia que me han dejado lo que murieron por ella: “Por heredad he tomado tus testimonios para siempre” V.111; La Biblia es y será mi riqueza para siempre: “Me alegro en tu palabra como alguien que descubre un gran tesoro” V.162 NTV. Sí, la Biblia es la Palabra viviente.

Oración:
Amado Señor:
Gracias por tu palabra que me ha dado la vida verdadera y eterna a través del nuevo nacimiento, incrementa mi fe, sana mis heridas, me alienta porque pone alas a mi esperanza, transforma las circunstancias, me imparte el gozo continuo en mi ser, limpia mi corazón, mi alma y mi espíritu, es mi herencia la cual debo pasar a los que me seguirán, cuando ya no esté. ¡Bendito y alabado seas por este gran tesoro, por ella vivo sin ella muero! En el nombre de JESÚS, amén.

Perla de hoy:
La Palabra de Dios es alimento espiritual que me mantiene en pie, es el Menú del banquete al cual Dios, por su gracia, nos ha invitado. 
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento por obedecer?
¿Existe algún pecado por evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?

miércoles, 20 de junio de 2018

¿Por qué amo la Biblia?

Francisco Aular
perlasdelalma@gmail.com
Lectura devocional: 2 Timoteo 3:10-17
Toda la Escritura es inspirada por Dios y es útil para enseñarnos lo que es verdad y para hacernos ver lo que está mal en nuestra vida. Nos corrige cuando estamos equivocados y nos enseña a hacer lo correcto. 2 Timoteo 3:16 (NTV)

¿Por qué amo a la Biblia? Existen muchas razones por las cuales amo la Biblia la Palabra de Dios; por las Sagradas Escrituras, llegué al conocimiento del Plan de Dios para alcanzar al ser humano con la Vida eterna, y darle el cielo como un regalo: “… las cuales te han dado la sabiduría para recibir la salvación que viene por confiar en Cristo Jesús”; por las Sagradas Escrituras he recibido el fortalecimiento de Dios mismo en la hora de la lucha, como todo ser humano que se enfrenta a muchas limitaciones: “Toda la Escritura es inspirada por Dios y es útil para enseñarnos lo que es verdad y para hacernos ver lo que está mal en nuestra vida. Nos corrige cuando estamos equivocados y nos enseña a hacer lo correcto”. Por eso, decía San Jerónimo: “Ignorar las Escrituras es ignorar al mismo Cristo”.

¿Por qué amo la Biblia? Amo la Biblia porque es un tesoro perfecto de instrucción divina en donde Dios se revela a sí mismo al ser humano: “Sobre todo, tienen que entender que ninguna profecía de la Escritura jamás surgió de la comprensión personal de los profetas ni por iniciativa humana. Al contrario, fue el Espíritu Santo quien impulsó a los profetas y ellos hablaron de parte de Dios” (2 Pedro 1:20,21 NTV), por ello, muchos de los grandes literatos han encontrado en la Biblia un libro especial, como lo dijera la premio Nobel de Literatura, Gabriela Mistral: “La Biblia es para mí el Libro de los libros. No sé cómo uno pudiera vivir sin ella”.

¿Por qué amo la Biblia? Porque tiene a Dios como su autor, a JESÚS como su centro, y al Espíritu Santo su administrador para darla a conocer en medio de los tiempos. En honor a la Biblia, en este mes, en Perlas del Alma estaré meditando en el Salmo 119; es el poema más antiguo dedicado todo a la Palabra de Dios. Es el más largo de los capítulos bíblicos (176 versículos), y un acróstico que sigue las letras del alfabeto hebreo. ¡Qué profundidad le dio el Espíritu Santo al autor del Salmo 119 para ofrecer esta joya literaria a la Palabra de Dios! Hace varios años expresé mi amor por la Biblia en un poema. Aquí se los dejo:
Romance bíblico
Francisco Aular
Amo la Biblia completa
y lo digo desde adentro:
Esta Palabra es de Dios
y sigo sus mandamientos.
y se divide en dos partes:
Viejo y Nuevo Testamentos.
Cuando me habla el Libro
eleva mis pensamientos,
que ni sé si piso tierra
o camino por los cielos.
Me encuentro con Abraham
veo a Moisés y a Pedro;
voces de gloria y triunfo,
de penas y sufrimientos.
¡Éste libro está vivo!,
al mundo le voy diciendo:
Es el ancla de esperanza
Y una voz en el silencio…
Que de mí se lleven todo;
pero con la Biblia quedo;
como mi amado JESÚS,
no será el pan lo primero.
Al enfrentar la tentación
que vivo en este desierto…
Firme estoy en la tormenta
y excluyo el desconcierto.
“Crítica bíblica” llega,
profundos conocimientos,
que me parcelan mi Biblia,
yo no los tengo por cierto.
Dejen que sea Dios Quien hable
y habrá entendimiento.
Porque mi Dios está vivo
y me guía por el sendero,
pues la mente es corrupta
y el corazón traicionero.
Así me veo en la Biblia,
porque ella es un espejo.
Es espada de dos filos,
es martillo y es fuego.
Por eso amo mi Biblia,
y así lo voy repitiendo:
Que de mí se lleven todo
pero con la Biblia quedo.
¡Con esta Palabra vivo!
¡Sin esta Palabra… muero!
Primicias del Alma, Francisco Aular, Toronto: Kerigma 1998, p.55
Oración:
Te alabo SEÑOR porque tu gloria es perfecta y sin fin. No soy una casualidad en este mundo; te doy gracias por hacerme parte de los que han podido encontrarte en las páginas doradas de las Sagradas Escrituras. Ayúdame SEÑOR a compartirla con otros. En el nombre de JESÚS. Amén.
Perla de hoy:
Descuidar el oír, leer, estudiar, memorizar, meditar y aplicar la Palabra de Dios, te hará morir del hambre; vivir en ella, te alimentará con el pan y el agua divinos.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento por obedecer?
¿Existe algún pecado por evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?

martes, 19 de junio de 2018

¡No tires la toalla!

Francisco Aular
perlasdelalma@gmail.com
Lectura devocional: 1 Reyes 19:1-18 
¿Qué haces aquí, Elías? He servido con gran celo al SEÑOR Dios Todopoderoso; pero el pueblo de Israel ha roto su pacto contigo, derribó tus altares y mató a cada uno de tus profetas. Yo soy el único que queda con vida, y ahora me buscan para matarme a mí también. 1 Reyes 19:13b,14 (Nueva traducción viviente)

¿Alguna vez has pensado en abandonar lo que Dios te comisionó? ¿Te sientes fatigado de tus mejores intentos y no ves fruto? ¿Sientes en la labor que realizas presiones que te vienen de todos lados, especialmente, dentro de ti mismo? ¿Has pensado en rendirte y tirar la toalla? Bueno, tirar la toalla es una frase prestada del lenguaje boxístico, y significa claudicar, renunciar, rendirse ante las dificultades de algo. En el boxeo, cuan­do el entrenador de uno de los contendientes considera que su pupilo está siendo claramente derrotado, y el seguir la pelea pone en peligro la salud del boxeador, arroja la toalla para dar a entender al árbitro que debe parar la pelea y dar como vencedor al otro púgil. 

Permítame relatarle una experiencia personal que viene al caso. Yo tenía apenas seis meses en los caminos del Señor, cuando la iglesia me nombró director de la Unión Bautista de Preparación; fue la primera responsabilidad que asumí en la iglesia, y la primera persona nombrada para fundar ese departamento dentro del liderazgo de la iglesia; nosotros somos iglesias con gobierno congregacional, todo lo resolvemos con las voces y los votos de nuestros miembros. Dos miembros de la iglesia, me expresaron después de la reunión que yo era muy nuevo para un cargo así, por tanto ellos no estaban de acuerdo. Me entristeció porque yo era un nuevo creyente y quería honrar al SEÑOR con lo mejor de mí, me entristecí en gran manera. Les confieso que tirar la toalla no era una opción para mí. Entonces, ore al SEÑOR y  el Padre Celestial vino a mi auxilio, como lo ha hecho siempre que se me ha dado una responsabilidad. Tuve muchas presiones internas, pero como ya lo he dicho, la posibilidad de renunciar nunca vino a mi mente. Entendí que el SEÑOR y la iglesia me había dado aquella responsabilidad y la tendría que llevar hasta el final del período designado. Así fue. Verá, no estamos hablando aquí de la renuncia a un cargo en donde llevemos años porque sentimos el llamado de Dios de ir a otra labor de la misma obra. Como se dice por allí, a veces, tal renuncia es justa y necesaria.

Por otra parte, sé que cualquier decisión que haga afectará, directa o indirectamente, la obra de Dios. Por ello, y alabado sea Dios por su gracia, no se sabe que yo haya renunciado a nada en la obra que se me haya pedido hacer. Lo reitero, tirar la toalla no es una opción en mi servicio al SEÑOR, ¡cuando tengo la santa seguridad que es una designación desde el Cielo para mí! ¿Cómo sé que Dios me ha puesto en ese lugar? Bueno, porque no creo que yo sea un accidente en este mundo, y por lo que Dios me permita ser y hacer con los dones y talentos que me ha dado para servir en su Nombre en cualquier lugar en que me coloque; por eso mi lema ministerial es el mismo del apóstol Pablo: Pero mi vida no vale nada para mí a menos que la use para terminar la tarea que me asignó el Señor Jesús, la tarea de contarles a otros la Buena Noticia acerca de la maravillosa gracia de Dios” (Hechos 20:24 NTV).

En la actitud del profeta Elías -de huir por temor a la diabólica Jezabel, después de haber sido el instrumento de la divinidad para mostrarle al pueblo de Israel, quién es el verdadero Dios-, encontramos el camino al desánimo en el liderazgo, que termina en la renuncia. La depresión en que cayó el gran profeta fue tal, que sus mismas palabras expresan el dolor de su alma y de su espíritu: “Luego siguió solo todo el día hasta llegar al desierto. Se sentó bajo un solitario árbol de retama y pidió morirse: «Basta ya, SEÑOR; quítame la vida, porque no soy mejor que mis antepasados que ya murieron” (1 Reyes 19:4).  Sin embargo, en toda la huida del profeta Elías, él no va solo, Dios va con él, lo alimenta, lo arrulla, lo sostiene: “Entonces se acostó y durmió debajo del árbol. Mientras dormía, un ángel lo tocó y le dijo: «¡Levántate y come!». Elías miró a su alrededor, y cerca de su cabeza había un poco de pan horneado sobre piedras calientes y un jarro de agua. Así que comió y bebió, y volvió a acostarse” (1 Reyes 19:5,6). Elías cayó en un síndrome que yo denomino el terrible PY (pobrecito yo). ¡La autoconmiseración es un camino para para huir de una responsabilidad que Dios nos da!

Así que, como al Profeta, Dios te sostendrá para que termines tu labor con éxito: “Mientras iban caminando y conversando, de pronto apareció un carro de fuego, tirado por caballos de fuego. Pasó entre los dos hombres y los separó, y Elías fue llevado al cielo por un torbellino” (2 Reyes 2:11). ¡Dios se llevó a Elías directamente para el cielo, sin ver la muerte física! Unos mil años después de la experiencia del profeta, en solo dos versículos se describe su biografía: “Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, y oró fervientemente para que no lloviese, y no llovió sobre la tierra por tres años y seis meses. Y otra vez oró, y el cielo dio lluvia, y la tierra produjo su fruto” (Santiago 5:17,18 RV60). ¡Aférrate del SEÑOR y no abandones tu lugar de servicio en el reino!

Dios te guiará hasta que cruces la meta: ¡No tires la toalla!

Oración:
Padre Celestial:
En esta hora difícil en que estamos, tú necesitas a hombres y mujeres que crean, lo que tú en tu gracia has prometido para ellos. Por favor, dame de tus fuerzas para vencer. En el nombre de JESÚS. Amén
Cuando estés convencido de que el trabajo que estás realizando lo haces para la gloria de Dios, (Colosenses 3:23), la palabra renuncia, nunca pasará por tu mente.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento a obedecer?
¿Existe algún pecado a evitar?