jueves, 28 de febrero de 2019

¿Desanimado?

Francisco Aular
perlasdelalma@gmail.com
Lectura devocional: Salmos 103
Alaba, alma mía, al Señor, y no olvides ninguno de sus beneficios. Salmos 103:2 (NVI) 

Al caminar por los senderos de la Biblia nos encontramos a menudo con un hecho: el punto de partida para salir airosos en la labor que nos ha tocado hacer,  asciende o desciende según el estado de ánimo que tengamos. Sin embargo, no es pecado estar temporalmente desanimados, el pecado está en dejarnos dominar por el desánimo. Grandes hombres de Dios pasaron por el desánimo, Job, Nehemías, Elías, Jeremías y para no ser tan extensos, Juan el Bautista; pero todos ellos se libraron del desánimo.

El ánimo es la fuerza que nos pone en acción, el desánimo nos quita la fuerza. El rey David, en sus Salmos, nos confiesa en algunos de ellos, su breve paso por la tristeza y su compañero inseparable, el desánimo. En algunos de ellos, el salmista eleva su alma deprimida por la nostalgia de los éxitos del pasado, el asecho de sus enemigos y los recuerdos de Jerusalén con su templo. Pareciera que el salmista ha tocado fondo y no le quedan esperanzas para salir adelante; pero nuestro Dios está allí en esos momentos, cuando como seres humanos, conocemos y reconocemos nuestro desvalimiento, cuando no nos quedan más asideros de donde agarrarnos porque pareciera que todas las vigas de sustentamiento crujen y ceden ante nuestro peso, entonces ahí, Dios, que hasta ese momento ha estado acompañándonos sin que lo notemos, se levanta en el camino como la única columna de seguridad del creyente, al igual que ocurrió con el salmista, es una buena idea concentrarse en las bendiciones de Dios, en vez de nuestras carencias.

La tentación permanente del ser humano es la idolatría, es decir, poner cualquier cosa entre él y Dios: éxito, fuerza, poder, juventud, sexo, negocio, dinero, belleza, y el activismo político, deportivo o religioso; todo esto seduce al ser humano, y lo hace sucumbir y doblar sus rodillas ante estas cosas que lo mantienen ocupado y sin tiempo para Dios. Un día se da cuenta de que el gusano roe las entrañas de sus ídolos, que los sueños huyen, los muros se vienen abajo piedra por piedra, y es capaz de pensar la brevedad de su paso por este mundo; en esas condiciones el ser humano queda desnudo y desarmado ante la realidad, este puede ser el momento del desánimo pero está en condiciones de adorar y alabar a Dios de manera consistente si lo asume como su única esperanza:

“¿Por qué voy a inquietarme? ¿Por qué me voy a angustiar? En Dios pondré mi esperanza, y todavía lo alabaré. ¡Él es mi Salvador y mi Dios!” (Salmos 42:11, NVI).

Esto lo ilustro mejor por medio de una experiencia pastoral. Sonó el teléfono a medianoche, mientras caminaba para atenderlo vi el reloj de la sala y eran la 1:30 AM. ¿Quién sera a estas horas? Me pregunté. Atendí el teléfono y se trataba de una mujer cercana a sus cuarenta años, era fiel creyente, miembro de la iglesia. Su esposo y sus hijos adolescentes, eran un buen testimonio de quien era ella como esposa y madre. Pero tenía un fuerte cuadro de depresión en aquel momento. Hablamos y oramos, le pregunté: “¿Hija, tienes una Biblia cerca?” “La tengo entre mis manos”, fue su respuesta. Abrimos nuestras Biblias en el Salmo 103, le pedí que lo leyéramos al únisono, al dirigir la lectura, yo hacía énfasis en la alabanza al SEÑOR, al llegar al último versículo, nuestra voces unidas en aquella “noche triste del alma” para aquella mujer, escuché su voz, llena del gozo del SEÑOR que repitió entre sollozos de entusiasmo: “¡Alaba alma mía al SEÑOR!” Ese domingo siguiente, entre los asistentes a la iglesia creo que no había persona más feliz, en toda la congregación que aquella mujer.

¿Desanimado? ¡Pon en práctica la alabanza a DIOS!

Oración:
Amado Padre celestial:
¡Quiero alabarte Padre porque eres lleno de misericordia y amor por tus amados hijos en todo el mundo! ¡Me pongo a contar tus beneficios para conmigo de ayer, hoy y mañana que no hay maneras de sumar tus bendiciones! ¡Ayúdame para que mi gozo lo muestre hoy como testimonio a los demás! En el nombre de JESÚS. Amén.
Perla de hoy:
Dé gracias al Señor porque nunca estaremos tan desanimados como para que no contemos con Su presencia a nuestro lado y en nosotros.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento a obedecer?
¿Existe algún pecado a evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?

miércoles, 27 de febrero de 2019

¡Valor para vivir!

Francisco Aular
perlasdelalma@gmail.com
Lectura devocional: Josué 1:1-9
Ya te lo he ordenado: ¡Sé fuerte y valiente! ¡No tengas miedo ni te desanimes! Porque el Señor tu Dios te acompañará dondequiera que vayas. Josué 1:9 (NVI)

Tempestades de maldad soplan sobre la tierra, y un tsunami de corrupción parece dominarlo todo. Puedo afirmar que esta es una de las épocas más difíciles de la historia. Sin embargo, no dejo que el pesimismo ni el desánimo me dominen. Nuestra derrota o victoria dependerá del esfuerzo que hagamos y de la manera en como debamos luchar. Debemos recordar que la fe cristiana surgió en una época muy parecida a esta que nos ha tocado vivir. Como en esos días, los poderes espirituales de las tinieblas están allí, sus burlas hacia lo bueno, lo santo y lo puro, demuestran lo que el profeta había anunciado: “¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo!” (Isaías 5:20 RV60).

Ahora bien, ¿qué podemos hacer en un mundo como éste, injusto y lleno de maldad? ¿Nos desanimamos o mostramos nuestra valentía moral y espiritual? Hubo un hombre llamado Josué, él fue un libertador de su pueblo juntamente con Moisés; fue valiente, sincero y audaz. Como militar nunca retrocedió ante sus enemigos; como líder nunca dijo “vayan”, sino “¡síganme!”; como hombre de fe siguió al Dios Todopoderoso sin desmayar ni desviarse de sus caminos; como hombre de familia, tuvo la valentía de decirle a su pueblo: “Pero si a ustedes les parece mal servir al Señor, elijan ustedes mismos a quiénes van a servir: a los dioses que sirvieron sus antepasados al otro lado del río Éufrates, o a los dioses de los amorreos, en cuya tierra ustedes ahora habitan. Por mi parte, mi familia y yo serviremos al Señor” (Josué 24:15 NVI). ¡Qué valentía para un gobernante decir esto y vivirlo para la gloria de Dios!

Pues bien, los que por la gracia de Dios y por su elección, antes de que el mundo fuese, hemos sido apartados para Él, no podemos desmayar. Ser valiente no es una opción. El momento nos exige que seamos valientes. Es verdad que valiente es el que realiza una obra que requiere arrojo y temeridad; es valiente el que se precipita a las riendas de un caballo desbocado y lo detiene; es valiente el que a pesar del peligro se lanza a las vías de un tren cuando éste se acerca a toda velocidad para salvar una vida; es valiente el que detiene su automóvil y se lanza, atravesando las llamas de otro vehículo en un accidente y rescata las vidas que estaban allí adentro. Sin embargo, el valor es mucho más que estas hazañas que pueden ser producto de la exaltación y el impulso de la adrenalina en un momento dado. El valor implica mucho más que esto. 

Valentía es una manera deliberada e intencional de ser diferentes y vivir por encima de nuestras circunstancias. Horacio dijo: “Admiraré a quien no se avergüence de sus andrajos, a quien mude de fortuna sin inmutarse, a quien en la prosperidad lo mismo que en la adversidad, mantenga la actitud de avanzar sin desmayar”. Valiente es quien puede afrontar las fuertes demandas de las circunstancias sin que se altere su espíritu, sin que merme su fe, sin declinar la intensidad de su lucha, aunque se sienta solo y sin apoyo. Valiente, es quien como Pablo, pueda decir desde una prisión de una cárcel romana de hace dos mil años, mientras esperaba que el sanguinario Nerón lo decapitara: “Pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.” (Filipenses 4:11-13 RV60). Esto es tener: ¡Valor para vivir!

Oración:
Amado Padre Celestial:
Gracias Señor por tu promesa de andar conmigo en este día en todo lo que tengo que hacer; hoy me esforzaré con mucho gozo en mi corazón para servir a los demás y para ser valiente y vencer al desánimo en cualquier parte de mi andar cotidiano. En el nombre de JESÚS. Amén.
Perla de hoy:
Experimentamos mejor nuestra valentía, al abrirnos paso en medio de la fuerza de las tormentas de la vida.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento por obedecer?
¿Existe algún pecado por evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?

martes, 26 de febrero de 2019

El Regalo de la paz

Francisco Aular
perlasdelalma@gmail.com
Lectura devocional: Isaías 52:1-12
¡Qué hermosos son sobre los montes   los pies del mensajero que trae buenas noticias, buenas noticias de paz y de salvación,
    las noticias de que el Dios de Israel reina! Isaías 52:7 (NTV).

Vivimos días de ambiente de guerra y ambiente de paz. Saltamos de un extremo a otro. Podemos afirmar que La tarea en estos días de la diplomacia mundial, es inmensa. Países grandes y pequeños, con sus mejores hombres reconciliadores, están soñando porque la paz haga su presencia y no la guerra. En realidad en la lucha por la paz que están enfrentando tanto las potencias de las grandes naciones del primer mundo, como la de los países en vías de desarrollo son dignos de admiración en que todavía se sueñe con un mundo de paz, en tiempos como éstos. Por ello, las palabras dichas por estadista oriental hace muchos años, cobran actualidad: “Quien quiera sangrar menos en tiempos de guerra, tendrá que sudar más en tiempos de paz.” Somos pacificadores a tiempo completo, y oramos por la paz.

Todo cristiano nacido de nuevo, es portador de Buenas Noticias de paz. No obstante la historia nos dice que, el sufrimiento, el dolor y la muerte han sido los compañeros de viaje, de los cristianos nacidos de nuevo, mientras llevan la Buena Noticia. Se calcula que al menos unos trescientos cincuenta millones de cristianos, en el mundo, sufrirán en este año, las consecuencias de mantener su fe viva en JESÚS. Sin embargo, en estos días llenos de problemas y dificultades, no debemos permitir que nada ni nadie nos impida llevar el Mensaje. Aquí debemos aprovechar aun las circunstancias adversas para ganar las batallas espirituales que enfrentamos. ¡Llevar noticias de paz y libertad debería llenar nuestro corazón de un optimismo contagioso! Cuando Leonidas, el valeroso general espartano, fue informado de que los soldados de Jerjes eran tanto que sus flechas oscurecían el sol, respondió: “Mejor, así pelearemos en la sombra.” ¡No importa el tamaño de la prueba, sino el tamaño de nuestro Dios!

En el pasaje de hoy, encontramos las palabras del profeta Isaías (“Dios es salvación” es el significado de su nombre), quien profetizó durante los reinados de Uzías, Jotam, Acaz y Ezequías.  A este profeta los especialistas del Antiguo Testamento, lo califican del “profeta evangelista” Por la visión mesiánica del profeta al legarnos numerosas profecías acerca de la venida, el carácter, el ministerio, la predicación, los sufrimientos y la muerte del Siervo de Dios, el Mesías. Pero también habla del triunfo y Reino futuro y eterno del Mesías. Los escritores de Nuevo Testamento, especialmente Pablo, nos presentan al Mesías prometido en la singularidad de la Personas de JESÚS. En efecto, ¡JESÚS es el Regalo de Dios para nosotros los pecadores. Su vida, Su carácter, Su ministerio, Su muerte y Resurrección, nos trajo, la Buena Noticia de la salvación! Conocer al Mesías prometido y aceptar el regalo de su salvación, nos hace propagadores de estas buenas noticias de paz: “¡Qué hermosos son sobre los montes   los pies del mensajero que trae buenas noticias, buenas noticias de paz y de salvación,
    las noticias de que el Dios de Israel reina!” (Isaías 52:6 NTV).

Pues bien, tal vez algunos de nosotros sobrellevamos una batalla secreta de la cual no podemos hablar con nadie, Dios lo sabe. A lo mejor es una enfermedad que nos consume día tras día, las energías se han ido y ya sentimos desmayar, Dios lo sabe. Quizás es un problema que ocultamos a nuestros semejantes; sin embargo, nos persigue constantemente, nos asfixia y, a veces nos hunde en desesperación y tristeza, Dios lo sabe. Cualquiera sea nuestra situación y condición: ¡JESÚS es el Regalo de paz para nosotros! Así es porque esa búsqueda de paz, no es la falta de algo, sino de Alguien: JESÚS. A pocas hora de ir a la cruz, JESÚS le dijo a su discípulos: “Les dejo un regalo: paz en la mente y en el corazón. Y la paz que yo doy es un regalo que el mundo no puede dar. Así que no se angustien ni tengan miedo.” (Juan 14:27 NTV) ¡JESÚS nos regala la verdadera paz con Dios, paz interior y paz con los demás! Aquí no hablamos de paz como ausencia de la guerra, sino de un estado del alma y del espíritu a pesar del rugido de las tormentas a nuestro alrededor. Teniendo a JESÚS, lo tenemos todo. JESÚS es nuestro triunfo sobre el miedo: “Así que no se angustien ni tengan miedo.” ¡JESÚS es nuestra pasión y triunfo¡ ¡JESÚS es el Regalo de la paz!

Oración:
Padre amado, extiende la primavera del Espíritu Santo sobre mi vida, transformando mis conflictos en paz, el caos en orden, inseguridad en la certeza de que teniendo a ti, lo tengo todo. Soy tuyo, y nada ni nadie podrá quitarme el Regalo que me has dado para siempre. Ayúdame a ser un mensajero de tu paz. En el nombre de JESÚS. Amén.
Perla de hoy:
¡JESÚS es nuestra pasión y triunfo! ¡JESÚS es el Regalo de paz!
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento a obedecer?
¿Existe algún pecado a evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?
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lunes, 25 de febrero de 2019

¡No al desánimo!

Francisco Aular
perlasdelalma@gmail.com        
Lectura devocional: 1 Reyes 19:1-8
El anduvo por el desierto un día de camino, y vino y se sentó bajo un enebro; pidió morirse y dijo: Basta ya, SEÑOR, toma mi vida porque yo no soy mejor que mis padres. 1 Reyes 19:4 (LBLA)

Hoy escucho decir que el mundo está lleno de maldad y que el mal se manifiesta en todo lugar. Es verdad. No lo niego. Pero no permitiré que el desánimo se anide en mi vida y me obligue a vivir aplastado bajo el peso de una mortal congoja, tanto, que anhele morir antes que enfrentar la vida con sus demandas normales. La vida es breve, es tan solo un paréntesis de la eternidad que está abierto como un papel en blanco en el cual yo soy el escritor, pero, no cerraré ese paréntesis sin cumplir el propósito para el cual Dios me dio esta preciosa vida humana y la Vida que viene del cielo. Por muy oscuro que hoy se vea el horizonte, sé que más allá brilla el sol, también sé que Dios es real y va conmigo, Él me sostendrá. En efecto, Dios tiene hombres y mujeres clamando día y noche por un mundo mejor. ¡Me uniré a ellos!

Hoy busco los tonos claros y las notas agudas en el teclado de la vida. No nací en una cuna dorada, ni rodeado de privilegios, tampoco provengo de una familia pudiente, pero, en esta hora reconozco que esta preciosa vida que poseo es todo un milagro de Dios, porque, durante los nueves meses de mi gestación, mi madre tuvo que enfrentar el fuerte desafío de su vida campesina y ser una mujer luchadora y tenaz, que al lado de mi padre tenía que buscar algo para comer cada día, porque los rigores de los efectos de la Segunda Guerra Mundial hasta allí habían llegado. Así nací en un caserío, bajo las matas de café, de cacao, de aguacate, de limones agrios y dulces, y éramos tan pobres y tan alejados de un hospital que mi padre y mi abuela materna fueron los parteros que me recibieron en sus manos y me cargaron llenos de amor. De todas maneras, algo me dice que soy parte del propósito de Dios para este mundo, y Él estaba allí con nosotros. ¡No soy un accidente en la cadena de seres humanos que el mundo ha tenido! ¡No permito que el desánimo me quite el gozo de saber que soy único, porque Dios rompió el molde, después que nací!

Hoy, confieso que muchas veces el desánimo ha tocado la puerta de mi vida, pero nunca he permitido que se anidara en mi corazón y me postrara. He comprendido en mi largo vivir que tal estado de ánimo, podría, quizás, explicarse, y aún tolerarse, considerando las vicisitudes y las penurias por las cuales los seres humanos pasamos, pero también he descubierto que en muchos casos se trata simplemente de debilidad de carácter y del complejo de mártir que se tiene, a veces. Algunas personas no encaran los problemas normales de la vida con criterios de vencedores, sino, por el contrario, se dejan vencer por las circunstancias. Aún, habiéndoles Dios provisto desde la cuna muchas bendiciones que otros no hemos tenido, el pesimismo les llena la vida sin que hagan el menor esfuerzo por librarse de él. Afirmo, más aún, si los observamos bien veremos que tales personas justifican su estado de ánimo y amargura de la vida, echándoles la culpa a otros, y de ello no se escapa, ni el mismo Dios.

Hoy abro la puerta y las ventanas de mi vida de par en par, porque quiero que el sol entre a raudales, porque la luz siempre hace huir a las tinieblas. Quiero que la luz del Señor haga el milagro de vestir de gloria, amor, fe y esperanza hasta el rincón más oscuro de mi ser. ¡JESÚS es mi Luz y mi Salvación! ¡Me llenaré de Dios y seré “más que vencedor”! Me acercaré a las rosas de mi jardín para verlas mejor y olerlas y palparlas por los lados sin espinas. Me inclinaré para ver la simetría y belleza de sus pétalos, y nuevamente diré: ¡Dios es real! Quien hizo esto, cuidará también de mí.

Hoy me asomo al espejo de mí mismo, y quito todo lo malo que pueda reflejar, quiero que se miren en mí y en los sentimientos que les pueda inspirar. Ellos verán que soy frágil, pero limpio. Aunque me rompa en mil pedazos, cada pedazo de mí lo seguirá reflejando. He decido seguir el consejo de Pablo: “Estad siempre gozosos” (1 Tesalonicenses 5.16). He decido también, reflejar la alegría y el optimismo que viven en mí por el poder del Espíritu de Dios. Nadie da lo que no tiene. Hoy salgo a repartir lo que poseo, y nadie me lo puede arrebatar, mucho menos el desánimo. Se trata del fruto del Espíritu Santo que vive en mí: “amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre y templanza” (Gálatas 5:22-23).

Como en la vida cristiana el “dar es mejor que recibir” ¡Hoy salgo con la ayuda de Dios, a darme a los demás, sin quejas, sin lamentos y sin retiradas!

¡Hoy salgo a   triunfar en donde los desanimados han fracasado!

Oración:
Amado Dios Todopoderoso:
Hoy mi acción de gracias llega delante de Ti por lo que has hecho en mi vida. Bendigo el día en que nací y el cuidado que has tenido de mi vida, aún antes de nacer. Nací esclavo y me has hecho libre. Nací perdido y me encontraste. Nací sin conocer tu propósito y hoy lo sé, y esa es la dinamita que me hace explotar de alegría por dondequiera que voy. Ayúdame a que mi optimismo por la vida humana y la vida espiritual sean tales, que contagie con el gozo de servirte a los desanimados que pongas a mi lado. ¡Que tu nombre sea honrado y alabado! En el nombre de JESÚS, mi SEÑOR Y SALVADOR, amén.
Perla de hoy:
Aquéllos que por la fe son hijos de Dios no tienen nada más que buscar para ser felices en esta vida.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento por obedecer?
¿Existe algún pecado por evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?

viernes, 22 de febrero de 2019

Patria Nueva

Francisco Aular
perlasdelalma@gmail.com
Lectura devocional: Salmo 144:12-15        
¡Dichoso el pueblo que recibe todo esto! ¡Dichoso el pueblo cuyo Dios es el Señor! Salmo 144:15 (NVI)

Me encontraba en el umbral de mis diecinueve años, en septiembre de 1964, tenía apenas un año de convertido. Era mi primera vez en que visitaba el hermoso templo de la Iglesia Bautista Central de Caracas. Aquel culto fue llamado por la directiva de Evangelismo a Fondo: “Profundización espiritual”. Evangelismo a Fondo había sido inspirado por el misionero argentino-estadounidense que vivía en Costa Rica, Kenneth Strachan. Este movimiento fue un gran evento nacional de evangelización de dos años, 1964-1965. Evangelismo a Fondo logró que todo el pueblo evangélico unido diera testimonio de la Buena Noticia del Evangelio para Venezuela y otros países bolivarianos.

Lo cierto es que en aquel memorable Servicio, un trío de jóvenes de la Misión Bautista Emanuel de Chacaíto, estábamos allí: Adonis Rodríguez, José “Pepe” Alemán y yo. Aquel santuario estaba lleno, y recuerdo muy bien que entonamos el cántico lema del evento: “Venezuela será para CRISTO”, un Coro Unido de muchas voces, con sus túnicas, estaba en los bancos detrás del púlpito. Al frente, sentados estaban varios pastores de las distintas iglesias evangélicas de la ciudad, en la silla central, el evangelista argentino invitado: Fernando Vangioni, poderosamente expuso la Palabra. Su tema fue sobre la necesidad de alcanzar a nuestra Patria para CRISTO, basado en Mateo 13:1-9, la Parábola del Sembrador. ¡Mi corazón saltaba de gozo y parecía que se me iba a salir, corriendo por aquel largo pasillo central del templo! El Rev. Ramón González, el puertorriqueño que había hecho de Venezuela, su segunda patria, pastor de la Iglesia Presbiteriana El Redentor de la ciudad. El pastor González, visiblemente emocionado y entre lágrimas hizo la invitación final, especialmente para la juventud que allí estábamos.

¡Dios no tuvo que esperar mucho por mí, me abrí campo y empecé a marchar hacia la plataforma y el púlpito, los pastores nos esperaban! Me arrodillé y empecé a orar y a clamar por una Venezuela Nueva, y como una ofrenda para Dios, le rendí mi vida. Sentí que dos personas estaban arrodillados a mi lado y me abrazaban, eran mis amados Adonis Rodríguez y Pepe Alemán. El pastor de la Iglesia Bautista Central, don Germán Núñez Bríñez, nos dedicó al SEÑOR. ¡Perdónenme -casi no veo el teclado cuando lloro-, de esto hace 55 años y nuestro lema de Venezuela nueva para Cristo, sigue en pie!

Sueño con la Patria Nueva para exclamar como el rey poeta David: ¡Dichoso el pueblo que recibe todo esto! ¡Dichoso el pueblo cuyo Dios es el Señor! Salmo 144:15 (NVI).

Patria nueva
Salmo 144:12-15
Francisco Aular (*)
Dios es, Autor de mi Patria.
También formó mi linaje.
Puso en mi boca un lenguaje
que me enseñaron en casa.
Es lugar en que descansa
salpicados de recuerdos,
el reposo de mis viejos,
creadores de mi existencia
guardianes que mi inocencia
cuidaron con pasos prestos.

Cuando ando por tus pueblos,
sueño con la Patria nueva,
donde la esperanza se acendra,
al ver los ganados nuevos
y ver los graneros llenos.
Ya no hay gritos en sus plazas
ni en casa las amenazas.
Ya no hay dolor en el alma,
ni lágrimas sobre la almohada
ni tristeza en sus miradas.

Como plantas de jardín
nuestros hijos van creciendo.
las muchachas van luciendo
su candidez hasta el fin.
Los muchachos con postín
felices y muy contentos,
marchan sin ningún lamento
Diciendo: “¡Viva la Patria!”…
“¡Viva Dios que por Su gracia
nos ha dado todo esto!”…

El corazón se desborda
del gozo que lo conmueve.
Esta verdad los sostiene:
¡Dios se ha puesto de moda!
Su presencia nos decora
y bendice nuestra tierra,
como la lluvia que tierna,
pone en el campo alegría
así está la vida mía:
¡Al ver a mi Patria nueva!

(*) Primicias del alma, página 117
Kerigma productions, Toroto, Canadá
1998.

Oración:
Padre Todopoderoso:
Por derecho de creación todas las naciones son tuya. Tu Palabra no se imagina un futuro del Reino sin que estén allí, las naciones cuyos gobernantes y pueblo, se rendirán delante de ti para que tu seas REY de reyes y SEÑOR de señores. Ayúdame para que mi Patria en donde nací y en donde moro, sean tuya para siempre. En el nombre de JESÚS. Amén.
Perla de hoy:
El poder de Dios que edificará una Patria Nueva, es superior al de Satanás para impedirlo.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento por obedecer?
¿Existe algún pecado por evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?

jueves, 21 de febrero de 2019

“Y si perezco, que perezca.”

Francisco Aular
perlasdelalma@gmail.com
Lectura devocional: Ester 4:1-17        
Ve y reúne a todos los judíos que se hallan en Susa, y ayunad por mí, y no comáis ni bebáis en tres días, noche y día; yo también con mis doncellas ayunaré igualmente, y entonces entraré a ver al rey, aunque no sea conforme a la ley; y si perezco, que perezca. Ester 4:16 (RV60)

Lamentablemente toda la historia del ser humano ha sido de enemistad, escasez y guerra. Los gobernantes que debieran facilitar el acercamiento entre los pueblos y prosperar en un ambiente de paz, buscan la guerra para justificar la mediocridad, la corrupción  y su sed de poder que no se sacia. Así ha sido desde nuestros orígenes, y se levantan grandes imperios para dominar a los demás, hasta que derrotados por un poder terrenal superior se pierden entre el basurero de la historia. ¿Dónde están los nombres de esos imperios e imperadores que han dominado a los pueblos? ¿Quién pagó la cuenta por tanta sangre derramada, en sus cárceles, campos de castigos y guerras? ¿Existe alguna esperanza de paz para el ser humano? Ciertamente sí, la Biblia dice: “El SEÑOR mediará entre los pueblos y resolverá conflictos entre naciones poderosas y lejanas. Ellos forjarán sus espadas para convertirlas en rejas de arado y sus lanzas en podaderas. No peleará más nación contra nación, ni seguirán entrenándose para la guerra.” (Miqueas 4:3,NTV). 

En los alrededores del edificio de las Naciones Unidas en Nueva York, existe una estatua de bronce de un hombre que con un martillo esta convirtiendo una espada en un arado… ¡Lo más asombroso de todo es que la estatua a la paz fue un regalo de la Unión Soviética!, cuya historia contada ahora, después de su caída, cuenta de millones que murieron en las guerras causadas por esa potencia. Sin embargo, el cumplimiento de la Palabra de Dios, es tal, que se nos promete en las profecías un ¡fabuloso mañana!: “Entonces los ojos de los ciegos serán abiertos, y los oídos de los sordos se abrirán. Entonces el cojo saltará como un ciervo, y cantará la lengua del mudo; porque aguas serán cavadas en el desierto, y torrentes en la soledad” (Isaías 35:5,6,RV60). ¡Alabado sea el SEÑOR ese mañana cada día se aproxima y ya me parece oír los cascos de los cuatro jinetes del Apocalipsis prometidos!

Como consecuencia de estas verdades y realidades bíblicas, el verdadero discípulo del SEÑOR vive con un sentido de urgencia cumpliendo su misión histórica, mientras todavía estamos en esta tierra. El cristiano nacido de nuevo tiene doble ciudadanía, y deber ser buen ciudadano en esos dos reinos. El verdadero hijo de Dios, no puede ser indiferente frente al sufrimiento que atraviesa la nación que lo vio nacer, ni por su pueblo y ciudades; no puede voltear la cabeza, sino que tiene que asumir con una valentía y coraje cívicos, su hora con  la misma determinación que tuvo la hermosa reina Ester durante el imperio persa, cuando exclamó: “Ve y reúne a todos los judíos que se hallan en Susa, y ayunad por mí, y no comáis ni bebáis en tres días, noche y día; yo también con mis doncellas ayunaré igualmente, y entonces entraré a ver al rey, aunque no sea conforme a la ley; y si perezco, que perezca.” (Ester 4:19, RV60). ¡Ayuno, oración y Patria!

Finalmente, ni siquiera se trata del tamaño del reto que tenemos delante como cristianos nacidos de nuevo, sino de la intensidad con que seamos capaces de luchar por el ideal de la libertad, la paz y la prosperidad para nuestro pueblo; no debemos olvidar esta verdad, nosotros por gracia del SEÑOR JESUCRISTO, tenemos la guerra ganada; pero la batalla está delante de nosotros y no sabemos el precio que tendremos que pagar, pero la victoria será nuestra. Desde luego nuestra prioridad es ayudar a buscar la paz en vez del conflicto.  Aquí una cita que tanto me gusta, como lo afirmara un estadista oriental: “Quien quiera sangrar menos en tiempos de guerra, tendrá que sudar más en tiempo de paz.”

¡Manos a la obra!

Oración:
Padre Todopoderoso:
Aquí estoy delante de ti, doblada las rodillas y el corazón frente a tu grandeza para clamarte con la voz del corazón por mi Patria terrenal. Vengo a rogarte por la nación en que me permitetes nacer, crecer y madurar ¡Cuánto te lo agradezco! Ayúdame para ayudar a mi pueblo en esta hora de tanta necesidad y sufrimiento. ¡Gracias por los pueblos hermanos que hoy nos acompañan con su amor y acción! ¡Gracias porque vemos tu dedo acabar con imperios de mentira, sostenido por poderes oscuros! ¡Gracias por la victoria que tenemos en ti, ayer, hoy y siempre! En le nombre de JESÚS. Amén.
Perla de hoy:
La mejor medida de nuestro valentía moral se muestra al ponernos del lado de la justicia.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento por obedecer?
¿Existe algún pecado por evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?