jueves, 30 de junio de 2016

¡Oración y patria!

Francisco Aular
faular@hotmail.com
Lectura devocional: Efesios 2: 1-10
En primer lugar, te ruego que ores por todos los seres humanos. Pídele a Dios que los ayude; intercede en su favor, y da gracias por ellos. Ora de ese modo por los reyes y por todos los que están en autoridad, para que podamos tener una vida pacífica y tranquila, caracterizada por la devoción a Dios y la dignidad. Esto es bueno y le agrada a Dios nuestro Salvador, quien quiere que todos se salven y lleguen a conocer la verdad. Efesios 2:1-4 (NTV)

Nehemías (465-424 a. C.). Quien era un hombre laico, copero del rey Artajerjes, le llegó noticias de la patria lejana en los siguientes términos: “Las cosas no andan bien. Los que regresaron a la provincia de Judá tienen grandes dificultades y viven en desgracia. La muralla de Jerusalén fue derribada, y las puertas fueron consumidas por el fuego”. (Nehemías 1:3,4 NTV). Su reacción fue inmediata: “Cuando oí esto, me senté a llorar. De hecho, durante varios días estuve de duelo, ayuné y oré al Dios del cielo”. (Nehemías 1:5 NTV).  Es más el libro que lleva su nombre comienza y termina en oración. ¡Patria, ayuno y oración! Se convirtieron en su lema y en motivos principales de su andar cotidiano hasta que volvió a su patria e hizo una labor, la cual sirve hasta hoy de modelo de liderazgo en la obra de Dios. Así que orar por la patria, no es opcional, es la responsabilidad de cada cristiano nacido de nuevo.
En efecto, la Biblia nos dice que Dios es el Autor de todas las naciones y los pueblos étnicos que a lo largo de la historia de la humanidad se han formado. También nos dice claramente que Dios quiere que las naciones le pertenezcan: “Qué alegría para la nación cuyo Dios es el SEÑOR, cuyo pueblo él eligió como herencia.” (Salmo 33:12 NTV). De esta manera Dios nos ha dado una patria, con un territorio con características particulares en donde además de las bellezas naturales, está lo más hermoso de una nación, su gente. Sí gente que viene y gente que va, gente que habla en una forma particular, tiene una cultura; una nación que aprendimos a amar, cuando nuestra madres nos dormían en los años de nuestra inocencia con sus cantos, ya pegados de sus senos, ya meciendo la cuna; patria es un lugar y también un sentimiento porque en ella hemos nacido, nos hemos criado, vivido y allí descansan, los restos de nuestros padres, y esperamos que un día su tierra se abra para recibirnos también a nosotros al final de nuestros días. Mientras tanto, oremos por ellos, como dice este pasaje de hoy: En primer lugar, te ruego que ores por todos los seres humanos. Pídele a Dios que los ayude; intercede en su favor, y da gracias por ellos.
Pues bien, un día conocimos a través de la Biblia y por la obra del Espíritu Santo, la historia de la salvación; entonces, Dios nos salvó y nos dio la tarea de proclamar Su mensaje. Así somos ciudadanos de dos entidades, como hijos de Dios, nuestra ciudadanía está en los cielos; pero como hijos de una patria terrenal, nada de lo que sobre ella ocurra, debe ser ajeno para nosotros. Debemos dar gracias al Señor por la patria hermosa que Él nos ha dado; así amamos al suelo en donde hemos nacido, pero amamos a Dios sobre todas las cosas.
Ahora bien, no debemos confundir patria con gobierno. Los gobiernos son pasajeros, sus gobernantes tendrán que dar cuenta de sus acciones, tarde o temprano; ciertamente, nosotros debemos orar por la patria y por los que nos gobiernan, como lo dice el pasaje de hoy: “Ora de ese modo por los reyes y por todos los que están en autoridad, para que podamos tener una vida pacífica y tranquila, caracterizada por la devoción a Dios y la dignidad”. La patria seguirá y trascenderá hasta los confines de los tiempos: “Las naciones caminarán a la luz de la ciudad, y los reyes del mundo entrarán en ella con toda su gloria.” (Apocalipsis 21:24 NTV)
Se espera que los hijos de Dios pongan su mirada en el cielo, porque el reino de Dios, como Dios mismo, es trascendente e inmanente. El Señor dijo: “Mi reino no es de este mundo” (Juan 18:36), y Pablo, escribió: “Porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas” (2 Corintios 10:4 RV60). De esta manera vemos que la oración por la patria nos ayude a mantener la prioridad en lo eterno, y no en lo pasajero: Esto es bueno y le agrada a Dios nuestro Salvador, quien quiere que todos se salven y lleguen a conocer la verdad.”  Como lo dijo Jim Elliot, antes de salir para llevar el Evangelio a los Aucas del Ecuador, y allí murió asesinado, lejos de su patria: “No es ningún tonto quien renuncia a lo que no se puede llevar, para ganar lo que no puede perder.”
Oración:
Amado Padre Celestial:
Señor, gracias infinitas por la patria que me has dado; la libertad que tengo en Cristo y la Razón para vivir. Ayúdame para anunciar tu reino y orar y accionar hasta que tu voluntad sea hecha aquí como en los cielos. En el nombre de JESÚS, amén.
Perla de hoy:
Mantén la oración y acciones positivas por la patria terrenal, sin descuidar, la prioridad de la Patria Celestial.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento por obedecer?
¿Existe algún pecado por evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?

miércoles, 29 de junio de 2016

Patria

Francisco Aular
Lectura devocional Salmo 137:1-8
Junto a los ríos de Babilonia nos sentábamos, y llorábamos al acordarnos de Sión (…) ¿cómo cantar las canciones del Señor en una tierra extraña?  Salmo 137:1,4 (NVI)

Hace algunos años, mi amigo el rabino Pynchas Brener de Caracas, nos compartía, la siguiente ilustración: Después de escuchar a su abuelo contar la historia del Holocausto judío, de cuyos horrores era un sobreviviente, el niño le preguntó: “¿Abuelo, nosotros somos el pueblo escogido de Dios?” “Sí -le respondió el abuelo-“. Entonces el niño con ese brillo de la inocencia en sus ojos, afirmó: “¿Por qué Dios no escogió a otro pueblo?”...
En efecto, Dios es el autor de todos los grupos étnicos y lenguas y delegó su autoridad para mantener a la sociedad en orden, al hogar, al estado,  a los gobiernos y a las escuelas. Así, la historia de la humanidad, formó, bajo la soberanía divina, a las diferentes naciones, sin embargo, escogió guardarse para sí una nación, con la cual ha tratado a través de los siglos: Israel. En el desarrollo de la historia de la salvación, el pueblo judío juega un papel importantísimo, en realidad, desde el mismo inicio de la historia, como la conocemos; así será hasta el final. Desde la venida de JESÚS, todos los cristianos nacidos de nuevo –tanto judíos como gentiles- formamos ahora la Israel espiritual, la Iglesia integrada por ambos pueblos: “Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación.” (Efesios 2:14). En efecto, en Cristo-JESÚS, se ha formado una nueva relación, en donde tanto judíos como gentiles hemos nacido de nuevo, y ahora somos parte de la Iglesia triunfante, la Esposa del Rey de reyes y Señor de señores para siempre en la Patria Celestial. ¿Cómo puede ser esto? El Apóstol los describe como un poder divino, benéfico y eterno, del cual no debemos avergonzarnos: “Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego.” (Romanos 1:16, RV60).
No hay que olvidar que todavía, nosotros estamos en la era prsente. Somos cristianos nacidos de nuevo, y el concepto de patria terrenal es importantísimo. Esto lo apreciamos mejor en el texto de hoy del Salmo 137 tenemos aquí una poesía que es una oda a la patria, es un lamento del alma, allí respiramos la nostalgia de la patria lejana, el gemido del que ha sido despojado por la violencia de sus hogares y de su nación; vemos el lamento de los de los que han salido al exilio, esperando volver. Ellos habían presenciado los horrores de sus compatriotas asesinados en las calles y en las plazas; sus esposas y hermanas violadas y sus hijos degollados; la barbaridad de ver a su amado templo destruido y los muros de Jerusalén derribados. A los más jóvenes se los llevaron cautivos, dejando ellos en el suelo patrio a sus seres amados. Sin duda, por el camino, de sus gargantas sollozantes, salían las hermosas canciones que desde la niñez solían cantar en sus hogares, en el trabajo y en el templo. Pero llegó el momento de guardar silencio, en medio de las burlas de sus opresores “sobre los sauces en medio de ella colgamos nuestras arpas, y los que nos habían llevado cautivos nos pedían que cantásemos, y los que nos habían desolado nos pedían alegría diciendo, diciendo: Cantadnos algunos de los cánticos de Sión. ¿Cómo cantaremos cantos de Jehová en tierra de extraños?” (Salmo 137:2-4, RV60).
Así aprendemos, que la patria es el lugar en donde tuvimos el amor de nuestros padres, abuelos y otros familiares que iluminaron nuestro andar en la inocencia. Patria es recordar lo que nos fascinó en otro tiempo, que enardeció nuestro corazón al escuchar el nombre de nuestros héroes y sus esfuerzos por darnos una nacionalidad; el sollozo en nuestras gargantas al cantar la canción nacional, mientras los colores de nuestra bandera tremolaban en el viento. Patria son los valores que nos enseñaron nuestros padres y abuelos: El temor y obediencia a Dios, el agradecimiento, la amabilidad, el valor de la amistad, el amor al prójimo, la conciencia del deber, el coraje cívico, la cortesía, el respeto a los demás y a nosotros mismos, la educación, la compasión, la importancia de la iglesia y apoyo a sus planes, los momentos de felicidad y esperanza; en fin, todo lo bueno, lo puro y lo noble.
Mi familia y yo, hace 25 años que vinimos a una nueva patria, Canadá, que abrió sus brazos para recibirnos. Por aquellos días, -a principios de diciembre de 1990-, de la habitación de mi hijo mayor, Daniel, salieron las notas de una canción que oí por primera vez; mi corazón se llenó de recuerdos mientras la oía y las lágrimas fluyeron sin esfuerzo alguno. El autor de la canción es el panameño Rubén Blades. En ese entonces, Panamá estaba bajo la dictadura y el autor está conmovido. Confieso que moriré, recordando a la patria lejana, no con un sentimentalismo vago, sino como el que sueña que tarde o temprano ¡florecerá la esperanza y afinaremos el arpa, el cuatro y las maracas, y volveremos a cantar!
En momentos como estos, el alma se quebranta y quejumbrosa ora a Dios, porque nuevamente la patria sea como lo dijera don Rómulo Gallegos en Doña Bárbara: “Tierra ancha y tendida, toda horizontes como la esperanza, toda caminos como la voluntad. Tierra propicia para el esfuerzo, como lo fue para la hazaña, tierra de horizontes abiertos, donde una raza buena, ama, sufre y espera”. ¡Eso y mucho más es patria!
Patria
Ruben Blades
Hace algún tiempo
me preguntaba un chiquillo
por el significado
de la palabra patria
me sorprendió con su pregunta
y con el alma en la garganta
le dije así: Flor de barrio, hermanito
Patria, son tantas cosas bellas
como aquel viejo árbol
que nos habla y renueva
como el cariño que guardas
después de muerta la abuela
Patria son tantas cosas bellas
son las paredes de un barrio
de su esperanza morena…
Es lo que lleva en el alma
todo aquel cuando se aleja
son los mártires que gritan
bandera, bandera, bandera,
bandera
No memorices lecciones
de dictaduras o encierros
la patria no la define
los que suprimen a un pueblo
la patria es un sentimiento
en la mirada de un viejo
son la entera primavera
brisa de hermanita nueva
te contesto, hermanito,
Patria son tantas cosas bellas
Oración:
Amantísimo Padre Celestial:
Creador de todo cuanto existe visible e invisible, haz que llegado el día cuando las naciones desfilen delante de ti, mi patria esté allí. En el nombre de JESÚS, amén.
Perla de hoy:
Patria es el lugar en donde Dios nos puso para influir, para impactar y para cambiar.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento por obedecer?
¿Existe algún pecado por evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo? 

martes, 28 de junio de 2016

Dios y patria

Francisco Aular
Lectura devocional: Salmo 144:12-15      
Bienaventurado el pueblo cuyo Dios es el SEÑOR. Salmo 144:15b (NVI)

La Biblia nos dice que Dios es el Autor de la raza humana, y de las lenguas, pueblos y gobiernos que en el transcurso de la historia de la humanidad se han formado. El Creador mismo puso en el corazón del ser humano la necesidad de un sentido de Dios, de familia y de patria para poder orientarse en la vida con un propósito.
Cuando leemos en la Palabra de Dios y revisamos la historia del pueblo israelita, nos damos cuenta que el pueblo escogido y dirigido bajo la soberanía de Señor, siempre se ha caracterizado, en primer lugar, por su adoración al único y verdadero Dios, y en segundo lugar, por el celo con que ha amado a su nación, a la familia, a su lengua y sus costumbres, es decir, los elementos con los cuales describimos lo que es patria.
Uno de los héroes del pueblo judío es el rey David, todavía se visita y se ofrecen los respetos debidos a sus restos en Jerusalén. David fue un verdadero patriota. Entre sus muchas cualidades está la de compositor de salmos o himnos; en muchos de ellos deja sentir su amor, su visión e intercesión delante de Dios por su patria. Para el rey David, Dios y patria son el binomio de la prosperidad de una nación. Pues bien, unas de las citas en donde se ve claramente el concepto que el rey tenía del binomio Dios-patria, es la siguiente:
“Que nuestros hijos florezcan en su juventud como plantas bien nutridas; que nuestras hijas sean como columnas elegantes, talladas para embellecer un palacio. Que nuestros graneros estén llenos de toda clase de cosechas; que los rebaños en nuestros campos se multipliquen de a miles, y hasta de a diez miles, y que nuestros bueyes estén muy cargados de alimentos. Que ningún enemigo penetre nuestras murallas,  ni nos lleve cautivos, ni haya gritos de alarma en las plazas de nuestras ciudades. ¡Felices los que viven así!  Felices de verdad son los que tienen a Dios como el SEÑOR” (Salmo 144:12-15. Nueva traducción viviente).
El pasaje anterior nos dice que Dios nos ha dado un hogar que pasa a ser como un palacio, en donde los hijos son un jardín espiritual y las hijas son doncellas de honor; en un hogar así, temeroso de Dios y de su Palabra, el padre es un rey y la madre una reina. ¡Oremos por nuestros hogares y familias de nuestra patria!
Igualmente, Dios nos ha dado una patria, con una lengua que entendemos, con una cultura muy particular, lugares bellísimos y gente amable que se gana el corazón de los extranjeros. En esa patria nacimos, nos hemos criado y vivimos. ¡Oremos por una patria nueva llena de hombres y mujeres con valores cristianos!
Aunque el cristiano nacido de nuevo tiene una Patria celestial, todavía está en la tierra y por lo tanto tiene una patria terrena. En efecto, el cristiano está en el mundo –en sentido físico-, pero no es del mundo porque este es un sistema antagónico a Dios, por ello JESÚS dijo con respecto a nosotros sus discípulos: “No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo” (Juan 17:16 RV60), y el Señor añadió: “No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal” (Juan 17:5 RV60). Así podemos decir que según el Señor JESÚS, el cristiano nacido de nuevo es ciudadano de dos mundos. Como el salmista, debemos orar, trabajar, velar y soñar con una patria terrenal en donde la seguridad sea para preservar, especialmente a nuestra familia, niñez y juventud. ¡Soñemos y nos cansemos de soñar con una patria en donde los mejores nos dirijan y nos lleven a la prosperidad espiritual y humana! Cierta vez, un dirigente judío dijo: “Más vale morir que ser expulsado de la propia patria”. Los judíos que anduvieron dispersos por el mundo por dos mil años, saben lo que es patria. Nosotros que tenemos patria tenemos que alcanzar a nuestra nación con el mensaje e influencia de nuestro Señor Jesucristo, porque en la medida que pongamos como la base de nuestros valores las enseñanzas de la Biblia, tendremos la patria que Dios quiso que tuviéramos bajo su soberanía y misericordia.
Y como ciudadanos de ambos mundos debemos caminar sobre nuestro suelo patrio con la mirada puesta en la patria celestial, porque poseemos la esperanza, de que pase lo que pase, tenemos a Dios y a la patria.
Oración:
Padre celestial:
Bendito sea tu nombre porque según tu voluntad pusiste un amor especial por la patria en que nací y por la patria que adopté en esta tierra, pero lo mejor de todo es que por gracia y poder me has dado la esperanza definitiva de una patria nueva, en donde moraré contigo para siempre. Ayúdame a ser un instrumento en tus manos para que mi patria te conozca. En el nombre de JESÚS. Amén.
Perla de hoy:
La seguridad de nuestra patria celestial, hace posible que nunca nos sintamos, ciudadanos de segunda clase en ningun lugar.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento a obedecer?
¿Existe algún pecado a evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?

lunes, 27 de junio de 2016

Ester: ¡Belleza y coraje!

Francisco Aular
Lectura devocional: Ester 4:1-16
«Ve y reúne a todos los judíos que están en Susa, para que ayunen por mí. Durante tres días no coman ni beban, ni de día ni de noche. Yo, por mi parte, ayunaré con mis doncellas al igual que ustedes. Cuando cumpla con esto, me presentaré ante el rey, por más que vaya en contra de la ley. ¡Y si perezco, que perezca!» Ester 4:16 (NVI)
Al repasar las páginas doradas del más venerable de los libros, la Biblia, encontramos un relato que impresiona profundamente por su realismo y actualidad, el libro de Ester. En efecto, el libro de Ester nos presente una de las más emocionantes escenas de la historia sagrada, tanto para los judíos como para los cristianos. En este libro no se menciona el nombre de  Dios, pero la acción divina está reflejada desde el principio hasta el final. Porque entre otras cosas Dios es Señor de la historia.
El significado del nombre de Ester nos puede iluminar algunos rasgos de la personalidad de esta hermosa reina. En efecto, el verdadero nombre de Ester era Hadasa (2:7), cuyo significado es “mirto”, preciosa flor aromática que representa al amor puro. Así que los padres esperaban que aquella niña, al nacer allí en Persia, en un humilde hogar judío descendiente de Benjamín, ¡sería una mujer especial! Igualmente, al adoptar el nombre persa Ester, apuntaba al mismo símbolo exitoso, pues, significa “la estrella de esperanza”, “buena suerte”, “estrella del gozo”, “preeminencia.” Exactamente, cuando su pueblo fue condenado al genocidio, Ester se derramó como un perfume y brilló como una estrella en la oscura noche de su amado pueblo.
¿Qué puede hacer un hijo de Dios en medio de un gobierno que lo controla todo? ¿Qué puede hacer una reina de belleza cuando ve a su pueblo injusta e impíamente masacrado?  Aunque algunos métodos han cambiado en los sistemas políticos humanos para intentar suavizar la tiranía de unos pocos sobre otros muchos, todavía, algunos sistemas humanos continúan igual o peor que los gobiernos que ellos suplantaron. A veces, los tiranos piensan que ellos copan la escena, que serán gobierno para siempre y por eso abusan del poder, cometen injusticias, hacen planes para destruir a sus enemigos, y ciertamente lo logran; se rodean de colaboradores corruptos, pero tarde o temprano, les llega su fin.
Repasemos la historia que nos atañe: Habiendo el rey Asuero (Jerjes) repudiando a la reina Vasti, la judía Ester vino a ser su esposa y reina de Persia. Ella, confiada en Dios y sobreponiéndose a su debilidad, intercedió por su pueblo cuando el primer ministro Amán concibió el proyecto de exterminar a todos los judíos, comenzando por Mardoqueo, el tío y padre adoptivo de Ester. Ester se preparó espiritualmente con oración y ayuno, y tuvo un pensamiento que la acompañaba día y noche, interceder por su pueblo. Valientemente, dijo: “Y entonces, entraré a ver el rey, aunque no sea conforme a la ley; y si perezco que perezca” (4:16), y con esta convicción metida como fuego en su corazón, en un banquete, Ester descubrió al rey su nacionalidad hebrea y pidió protección para sí y para los suyos contra su perseguidor Amán. El rey concedió su pedido, Amán fue colgado en el mismo patíbulo que había preparado para Mardoqueo, y el pueblo judío fue autorizado a vengarse de sus enemigos, el mismo día en que según el edicto de Amán debía ser aniquilado en el reino de los persas. En memoria de este feliz acontecimiento los judíos instituyeron la fiesta de Purim (Fiesta de las Suertes) hasta el día de hoy.
Esto nos enseña la verdad de que, no se trata del tamaño del que decide hacer algo a favor de su pueblo e inevitablemente entra en la lucha, sino la intensidad con que una persona de profunda convicción por la libertad es capaz de luchar por todos los medios pacíficos posibles, porque como hace muchos años, un estadista oriental lo expresó: “Quien quiera sangrar menos en tiempos de guerra, tendrá que sudar más en tiempos de paz”.
Estamos enfrentando días difíciles, llenos de problemas y dificultades. Los que estamos en cualquier lugar de la sociedad en la cual Dios nos ha puesto, debemos usar nuestra influencia e iluminar con nuestra luz la oscuridad reinante. El cristiano sabiendo que no es de este mundo pero que vive en él, debe asumir intencionalmente una posición positiva por la justicia y trabajar de todo corazón para lograr respeto mutuo, la hermandad, libertad y paz en todas las relaciones entre los hombres, los grupos étnicos y las distintas naciones.
Como Ester, un verdadero hijo de Dios, debe buscar la dirección divina en tiempos de dificultades (4:15-17); un cristiano que llegue a ser parte de un gobierno que abraza un sistema contrario a su fe, debe estar listo para renunciar a sus propios intereses, y levantar su voz en contra de las injusticias, y ponerse a favor de su pueblo, porque tarde o temprano, si mantiene sus convicciones originales y lealtad suprema al Señor, sufrirá persecución (4:12-14); al pensar en el final que le espera a los que no saben administrar la justicia, vemos que Amán, recibió en sí mismo, todo el mal que había planeado hacer a Mardoqueo (7:9-10); el cristiano nacido de nuevo, debe saber, porque así lo enseña la Palabra de Dios, la naturaleza transitoria de la grandeza terrenal y el triste final de todo poder y de las posesiones ganadas ilegalmente (9:24,25); tarde o temprano todo aquel que haya luchado legitimamente contra la corrupción y las injusticias será vencedor, como lo refleja la historia de Mardoqueo y su sobrina Ester (10:1-3). ¡Alabado sea el nombre de Dios para siempre!
En el libro de Ester encontramos la vida de dos mujeres que llegan al poder, la reina Vasti, quien se negó, valientemente,  a complacer al rey persa y sus caprichos ante sus amigos del palacio, y por ello fue destituida; la reina Ester por su parte, arriesgó su vida a favor de su pueblo, al entrar en la presencia del rey sin permiso y con la determinación convertida en pasión por la justicia: “¡Y si perezco, que perezca!”… Estas mujeres, como lo han hecho otras a través de la historia, son ejemplo para muchos de nosotros que nos sentimos intimidados ante los poderosos de turno. ¡Ellas han levantado su voz y han cambiado la historia! Imposible describir en este momento lo que siento en mi ser cuando veo la valentía de las mujeres de mi pueblo, al poner en riesgo lo que son y lo que tienen. Cuando las veo, pienso nuevamente en Ester: ¡Belleza y coraje!
Oración:
Padre eterno, Padre justo:
Aquí estoy clavado sobre mis rodillas delante de ti. Pase lo que pase, yo te creo Señor, sé que tu gracia nos acompaña en esta hora difícil que nos ha tocado vivir. ¡Cuántas lágrimas, cuánto dolor, cuanta injusticia, cuantas amenazas de los poderosos actuales! Lo que más necesito en esta hora Señor es coraje cívico para no quedarme callado, y proclamar que de las cenizas de este mundo en llamas, tú harás un fabuloso mañana para todo tu pueblo. Entonces celebraremos tu glorioso Nombre para siempre en la compañía del Amado JESÚS. Amén.
Perla de hoy:
Somos libres y levantamos nuestra voz ante la injusticia: “¡Si perezco, que perezca!”.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento a obedecer?
¿Existe algún pecado a evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?


martes, 21 de junio de 2016

¡Gente de paz!

Francisco Aular
faular@hotmail.com
Lectura devocional: Lucas 10:1-12
Cuando entren en la casa de alguien, primero digan: “La paz de Dios sea sobre esta casa”. Si los que viven en la casa son gente de paz, la bendición permanecerá; si no lo son, la bendición regresará a ustedes. Lucas 10: 5,6 (NTV).

¡Gente de paz! Son aquellos a los cuales Dios los ha escogido, desde antes de la fundación del mundo para la salvación eterna:  Incluso antes de haber hecho el mundo, Dios nos amó y nos eligió en Cristo para que seamos santos e intachables a sus ojos. Dios decidió de antemano adoptarnos como miembros de su familia al acercarnos a sí mismo por medio de Jesucristo. Eso es precisamente lo que él quería hacer, y le dio gran gusto hacerlo.” (Efesios 1: 4,5)  Sin embargo, ¡millones de gente de paz, nunca han escuchado la Buena Noticia! Porque aunque han sido elegidos, la salvación no es automática, necesitan escuchar el mensaje y responder a él, en forma positiva o negativa. Dios estaría violando sus propias leyes, si obligara al ser humano a seguirle. ¡Nadie estará en el cielo obligado! En efecto, JESÚS dijo: “Cuando entren en la casa de alguien, primero digan: “La paz de Dios sea sobre esta casa”. Si los que viven en la casa son gente de paz, la bendición permanecerá; si no lo son, la bendición regresará a ustedes.” (Lucas 10:5,6 NTV). Por eso, es necesario y vital llevarle el Mensaje, cueste lo que nos cueste, a cualquier precio! El pasaje devocional que estamos considerando JESÚS, puso las condiciones.
¡Gente de paz son aquellos! Que son personas amables, correctas, decentes, religiosos, hasta generosos con los demás, sin embargo, eso no es suficiente: “Dios los salvó por su gracia cuando creyeron. Ustedes no tienen ningún mérito en eso; es un regalo de Dios. La salvación no es un premio por las cosas buenas que hayamos hecho, así que ninguno de nosotros puede jactarse de ser salvo.” (Efesios 2:1,2 NTV). El primer hombre que JESÚS, evangelizó al comenzar su Ministerio se llamaba, Nicodemo. Al ver al Nicodemo hacer lo que hizo, rápido lo puedo descubrir: ¡Nicodemo pertenecía al grupo de gente de paz! Dios había puesto en él hambre y sed por conocer verdaderamente a Dios y no tuvo dudas al buscar a JESÚS. ¿Quién era Nicodemo? Era un fariseo; un destacado y estricto respetuoso de los “Diez Mandamientos”, desde niño aprendió a citar de memoria los libros sagrados de su religión fundada por Moisés, en el Monte Sinaí; siempre en toda su vida procuró cumplir de la mejor forma posible, las leyes y reglamentos y por ello, tenía una conducta moral intachable. Pero Nicodemo, no estaba satisfecho con ser solamente un religioso, anhelaba tener paz en su espíritu y alma porque reconocía que las demandas de perfección de Dios, como a todos nosotros los seres humanos, ¡nos quedan muy grande!: “Sed, pues vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto” (Mateo 5:48).  ¡Si nosotros, seres humanos caídos del propósito original de Dios, pudiéramos vivir absolutamente perfecta esta vida humana como la vivió JESÚS, Él no hubiera ido a la cruz para salvarnos y volvernos a Dios! Efectivamente, la Biblia confirma en sus 66 libros el fracaso humano ante las demandas de un Dios tres veces santo: “No hay, justo, ni aun uno” (Romanos 3:10); también dice: “Pues todos hemos pecado; nadie puede alcanzar la meta gloriosa establecida por Dios.” (Romanos 3:23 NTV), pero tenemos la Buena Noticia de salvación:Pues la paga que deja el pecado es la muerte, pero el regalo que Dios da es la vida eterna por medio de Cristo Jesús nuestro Señor.” (Romanos 6:23 NTV). ¡JESÚS es el Regalo que Dios tiene para la gente de paz! para que nazcan de nuevo, y sean hijos de Dios. Por ello, JESÚS mismo le dijo a Nicodemo: “—Te digo la verdad, a menos que nazcas de nuevo, no puedes ver el reino de Dios.” (Juan 3:3 NTV).
¡Gente de paz! Son millones de personas que tienen hambre de Dios, ellos están por todas partes y en todo el mundo. Dios ve a la humanidad como un campo de trigo, listo para la cosecha. ¡Las posibilidades de una cosecha abundante hace necesario enviar por grandes cantidades a obreros que vayan y recojan los frutos, antes de que venga la noche! Por ello, JESÚS, encomendó a sus discípulos:Y les dio las siguientes instrucciones: La cosecha es grande, pero los obreros son pocos. Así que oren al Señor que está a cargo de la cosecha; pídanle que envíe más obreros a sus campos.” (Lucas 10:2 NTV).
¡Gente de paz! Son aquellos que en mi vida de más de 50 años llevando el Mensaje, los he encontrado por todas partes y en todos los segmentos de la sociedad. Hice lo que Dios me pidió que hiciera, fui en obediencia a Él, les prediqué la Palabra, algunos la oyeron y creyeron, ellos nacieron de nuevo; por lo tanto, les enseñé a obedecer a Dios, y los encomendé a ir y llevar el Mensaje como yo hice con ellos, y fueron. ¡Ya no me resulta posible contar lo que ellos han hecho! Una cosa sé: ¡Sólo la gente de paz, produce, gente de paz!
Oración:
Padre como un manto negro, la muerte vendrá sobre mí y mi generación. Ayúdame a llevarle tu Mensaje de salvación. Iré a buscar a tu gente de paz en dondequiera estén y a cualquier precio. En el nombre de JESÚS. Amén.
Perla de hoy:
La mejor ofrenda que podemos hacer en gratitud a Dios, quien por gracia, nos ha salvado, es ir a buscar y traer a la gente de paz, que están listos para la cosecha. ¡Vamos por ellos!
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento a obedecer?
¿Existe algún pecado a evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?https://mail.google.com/mail/images/cleardot.gif

viernes, 17 de junio de 2016

Romance al padre

Francisco Aular
faular@hotmail.com
Lectura devocional: 6:1-4.
Honra a tu padre y a tu madre —que es el primer mandamiento con promesa-” (Efesios 6:2,NVI)
Era la tercera semana de junio de 1999, y entonces, sonó el teléfono de mi oficina, y desde el otro lado oí la voz de Ivonne, mi nuera: “Pastor, ¿pudiera escribir un poemita al padre para este domingo? Así surgió… “Romance al Padre”…Hoy, en vista de la cercanía del Día del Padre, enviamos esta perla del alma como homenaje a los padres que invierten sus vidas en sus ramitas de olivos, es decir sus hijos. ¡Feliz día del padre a todos en todas partes! Aquí el poema:
Romance al padre
Francisco Aular
“Honra a tu padre y a tu madre
—que es el primer mandamiento con promesa—“
Efesios 6:2 (NVI)
El padre es superhombre,
encontrado en el camino.
Palabra de cinco letras,
y un significado infinito.
Él siempre tiene respuestas,
a las preguntas del hijo.
El padre lo arregla todo
con solo decir: "_¡Hijo mío!"
O con un, ¿qué será de ti
una vez que me haya ido?
Mi padre, ¡cómo lo recuerdo!
Su andar comunicativo...
Dándome sabios consejos
desde que era muy chico:
“Encomiéndate al Señor,
ámalo en Superlativo.
Apoya a tu iglesia siempre
y no sólo los domingos.
¿Acaso es tuyo lo tuyo?
¿No es de Dios lo recibido?
Dale al Señor lo primero
y cambiará tu destino.
Ahorra para el mañana,
da mucho más de ti mismo.
Cuando vayas de visita
Lleva un regalo contigo...
Porque nunca está demás
en la mesa de un amigo.
Esta vida es muy breve,
y no hay que ser indeciso.
Pues pronto se apagará
este tizón encendido.
Y no podrá calentarte
este sol de mi cariño.
¡Levántate y sé hombre
Deja las cosas de niño!
Y me diste el testimonio
Para ser tan efectivo:
_Porque un día acudí a Dios,
en busca de mi destino.
Y, Él, me dio una mujer
y,  de la vida me río...
Tengo amor, techo y pan
 el cuidado de mis hijos..."
Así pasaron los años,
veloces, inadvertidos...
Te confieso padre amado:
¡Qué recuerdos tan benditos!
¿Dónde te fuiste mi viejo
cuando más te necesito?...
Y ahora te busco padre,
por toditos los caminos...
Y casi siento tu voz
al decirme: "_¡Hola! hijito"
Aquí vengo padre amado,
con mi corazón herido...
Cuando ya no queda nada
de aquellos años altivos...
Pero tú estabas allí...
Esperando... compasivo.
Con tu corazón de padre
y el apoyo de un amigo...
Modelaste en mi inocencia
cuando no tenía sentido,
lo que vale un ser humano
cuando es agradecido...
A servir a mis hermanos,
a no ser competitivo.
Porque en tu alma no cabía
algún hijo favorito…
A perdonar ampliamente,
Rechazar lo vengativo.
Y no sacar leña fácil,
del árbol cuando ha caído.
Tus besos y tus abrazos
Doy a mis nietos e hijos
ellos que son tu retoño…
Son el tronco florecido,
Son herencia de mi Dios
Son como plantas de olivos,
Son flechas en mis manos,
de mi juventud habidos.
¡Cristo, mi pasión y triunfo...!
Por eso soy bendecido.
Papá, hoy las gracias te doy…
Tengo tu herencia conmigo:
¡Dios, familia y ministerio
Y los hijos de mis hijos!
El padre es superhombre,
encontrado en el camino.
Palabra de cinco letras,
y un significado infinito.

Oración:
Amado Padre Celestil
Gracias por poner a mi lado a mi padre, no fue perfecto, pero estaba allí al lado de mi madre, cuando yo desperté. Llevo conmigo su imagen y una gran ola de buenos recuerdos y gracias por permitir honrarlo mientras vivió. Ahora Señor, te ruego por todos los padres que estamos al frente de nuestros hogares en estos días tan difíciles para proveerles siempre a nuestros hijos la figura de un hombre de Dios. ¡Gracias Señor por responderme en el hombre de JESÚS!
Perla de hoy:
El padre es superhombre,
encontrado en el camino.
Palabra de cinco letras,
y un significado infinito.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un mandamiento por obedecer?
¿Existe un pecado por evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?