martes, 7 de junio de 2016

Bendición generacional

Francisco Aular      
faular @hotmail.com
Lectura devocional: Salmo 102
Nuestros hijos y nuestros nietos estarán a tu servicio, como lo estamos nosotros, y vivirán contigo para siempre". Salmo 102:28 (LBLA)
Mi inolvidable maestro el Dr. Roy Lyon, nos decía a sus estudiantes: “Si una generación cristiana se calla, la próxima no será cristiana” Lo mismo podemos afirmar en cuanto a la familia. Si perdemos la familia de hoy perderemos la familia del futuro. Existen fortalezas ideológicas dirigidas por el enemigo de Dios que tienden a destrozar las verdades fundamentales de la fe cristiana en nuestros hijos. En efecto, hoy aún en los países que han disfrutado por generaciones de las bendiciones de familias con valores cristianos, y sobre ellos edificaron sus sociedades y países -el escepticismo filosófico de nuestra educación en general, los ha minado- han logrado sacar la Biblia y la oración de las escuelas públicas, y el resultado lo tenemos a la vista. Hoy la confusión religiosa, la violencia y hogares destruidos son distintivos de nuestra sociedad. ¡Hasta en las mismas iglesias el analfabetismo bíblico reina! La Escuela Dominical, con su influencia en toda la familia en la enseñanza de la Biblia a todas las edades, se ha dejado como un fósil del pasado. Hoy más que nunca, los padres cristianos, sea cual fuere la iglesia o denominación religiosa, necesitamos volver a la Palabra de Dios, incrementar la enseñanza viva del poderoso Evangelio dada a nuestros hijos, especialmente, desde el hogar.
En consecuencia, creo con todo mi corazón que hay promesa de una bendición generacional para nuestros hijos y nietos en la Palabra de Dios. Más aún,  la Biblia está llena de amonestaciones para que nos aseguremos la fe cristiana en nuestros hijos hoy, y, ellos se encargarán de la vida espiritual de nuestros nietos y demás generaciones en el futuro. Dios dijo a Moisés: “Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con todas tus fuerzas. Grábate en el corazón estas palabras que hoy te mando. Incúlcaselas continuamente a tus hijos. Háblales de ellas cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes. Átalas a tus manos como un signo; llévalas en tu frente como una marca; escríbelas en los postes de tu casa y en los portones de tus ciudades.” (Deuteronomio 6:5-9 NVI) El apóstol Pablo dos mil años después del Sinaí, exclama: “Y ustedes, padres, no hagan enojar a sus hijos, sino críenlos según la disciplina e instrucción del Señor.” (Efesios 6:4 NVI) Igualmente en su carta a su hijo espiritual Timoteo, le recuerda: “Trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti también.” (2 Timoteo 1:5 RV60) Como vemos el deber y privilegio de educar a los hijos, según las Sagradas Escrituras, no recae principalmente sobre las iglesias, muchos menos sobre las escuelas, sino sobre los padres y madres. No puedo describir mi estado emocional de felicidad, cuando veo a una pareja que he casado que vienen a mí, trayendo a sus hijos para dedicarlos al Señor, después me anuncian que sus hijos han aceptado el regalo de la vida eterna en JESÚS, y luego, cuando son adolescentes, se me acercan, diciéndome: “¡pastor quiero bautizarme!” Sé que esa bendición comenzó en el hogar.
¿Serán cristianos nuestros hijos y nietos? Como los psicopedagogos nos afirman, los primeros años son importantísimos para la formación del carácter de nuestros niños. En la adolescencia, los años terribles del ser humano la enseñanza de la Palabra de Dios, obtenida en el hogar es un baluarte para sostenerlos, y conducirlos a la victoria. Por eso, ya la Biblia lo afirmó, miles de años antes, respondiendo la pregunta, con un rotundo sí. Pero es necesario que los padres asuman la enseñanza de sus hijos. Así, el sabio Salomón, aconsejó: “Instruye al niño en su camino y aun cuando fuere viejo, no se apartará de él”. (Proverbios 22:6 RV69) Entonces, Dios no da en este versículo, un mandato y una promesa. Obedezcámoslo sin dudar y veremos el cumplimiento de nuestro versículo hoy: “Nuestros hijos y nuestros nietos estarán a tu servicio, como lo estamos nosotros, y vivirán contigo para siempre". Salmo 102:28 (LBLA)
 Como todo en la vida, los que llegamos primero saldremos primero de este mundo, pero nuestros nietos y bisnietos: ¡Levantarás sus voces y enseñarán a sus hijos a estar firmes y constantes en las enseñanzas eternas de la Palabra de Dios, cuando ya no estemos! Esa es la herencia y nuestro legado. Nosotros cumplimos ahora les toca a ustedes. Sea cual sea la situación difícil que enfrentes con tus hijos hoy, aférrate a la promesa de Dios sobre tus hijos, ora y confía en el Señor, no desmayes.  Sé en lo profundo de mi ser que nuestros hijos y nietos tendrán también: Bendición generacional.
Oración:
Amantísimo Padre Celestial:
Hoy vengo delante de Ti, porque Tú eres el Creador de la familia y sé que sabes mejor que yo, cómo debe funcionar. Ayúdame a ser fiel en la enseñanza verbal, y en mi carácter y firmeza en la Palabra de Dios, en el nombre de JESÚS, amén.
Perla de hoy:
La Biblia es la brújula divina en nuestras manos que nos señala la dirección correcta.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento por obedecer?
¿Existe algún pecado por evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?

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