domingo, 29 de diciembre de 2013

¡Feliz Año 2014!


Como un viaje
“No te desampararé, ni te dejaré.”
Hebreos 13:5
Por Francisco Aular
Como un viaje
nuestra vida cristiana
debe estar rendida a
la dirección de Dios
que nos ha dejado en
Su santa Palabra.
Siempre recordando
que Dios estará con nosotros en
en dondequiera que vayamos:
“No te desampararé,
ni te dejaré.”
Es posible que pasemos por
la senda del hambre, JESÚS dijo:
“Yo soy el pan de vida”.
Nuestros pasos en JESÚS,
están iluminados, Él dijo:
“Yo soy la luz de la vida”.
No hay manera en que nos
sintamos encerrados y sin salidas, El SEÑOR dijo:
“Yo soy la puerta.”
No importa lo alto de la montaña o la
profundidad del valle, Él nos dice:
“Yo soy el Buen Pastor”.
Nunca olvidemos, que esta vida es breve
 un día el ángel de la muerte tocará a nuestra puerta.
 ¡No tegamos miedo! Él dijo:
 “Yo soy la resurrección y la vida.”
Es posible que no seamos fructífero,
de todos modos seamos fieles: JESÚS, dijo:
“Yo soy la vid verdadera”.
Por la carretera de la vida nos encontremos
con la duda. No vacilemos, Él dijo:
“Yo soy elcamino.”
Si nos humillamos delante de JESÚS,
Él nos sostendrá en la hora de la prueba:
“Volarás alto, como el águila.

Correrás y no te cansarás;

caminarás y no desmayarás.”
Desde que emprendimos este viaje
Dios nos ha ungido con sus bendiciones y:
“Somos más que vencedores.”
Su gracia será suficiente, teniéndo
a JESÚS, lo tendremos todo en esta
vida y la venidera porque Él
es el Dueño de ambos lados y nos dice:
“Bástate mi gracia; porque mi poder
se perfecciona en la debilidad.”
Algún día llegaremos
al final del viaje,
pero Él seguirá siendo:
“El camino, y la verdad
y la vida…
Como un viaje
nuestra vida cristiana
debe estar rendida a
la dirección de Dios
que nos ha dejado en
Su santa Palabra.
Siempre recordando…
Que Dios estará con nosotros en
en dondequiera que vayamos:
“No te desampararé,
ni te dejaré.”


martes, 24 de diciembre de 2013

Una canción inmortal


Por Francisco Aular
faular @hotmail.com

Lectura devocional Lucas 2:16-20
Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón. Lucas 2:7 (RV60)
A mediados de un caluroso mes de julio, un miércoles por la noche, al iniciar el servicio de oración, sorprendí a la congregación preguntándole que cuál era su himno favorito de nuestro himnario, y a quién le gustaría cantarlo en esta oportunidad; sin pensarlo mucho, la mano de un niño de unos ocho años se alzó primero que la de los demás, era Pedrito, desde su asiento, al lado de la madre dijo a voz en cuello: “¡Pastor el número 58!”… Conociendo la secuencia numérica y los énfasis, pensé: “¡Ese es un himno de Navidad!”… Cuando algunos de la congregación se dieron cuenta comenzaron a sonreír. Era evidente que para aquel niño, la Navidad no era asunto de temporada como lo es para los mayores, así que invité amablemente a la congregación a que se pusiera en pie, la pianista empezó a tocar y cantamos aquel bello himno navideño en pleno verano; y les digo algo, pocas veces uno se conmueve tanto al cantar como lo hicimos aquella noche; los integrantes del coro de la iglesia estaban allí y lo entonamos a cuatro voces, cantamos las tres estrofas con su respectivo coro de la inmortal canción: “Noche de Paz”.
La historia de este precioso himno tuvo su inicio la noche del 24 de diciembre de 1818 en el pueblecito Hallein, en los Alpes austríacos, cuando al joven sacerdote José Mohr leyendo el relato evangélico para su sermón, le vino la inspiración repentina y compuso el poema, y al día siguiente, Día de Navidad, el músico de la parroquia Francisco Javier Gruber le puso la melodía. Así que en aquella tarde navideña el párroco y el maestro cantaron por primera vez aquella canción allí en la capilla. ¡Aquellos dos hombres estaban muy lejos de saber que en pocos años esa melodía iba sonar con categoría de himno inmortal en todo el mundo! Los niños del pueblo al escuchar la nueva canción se acercaron, si algo natural poseían los habitantes en todo aquel extenso valle de Zillertal en el Tirol austríaco, eran buenas voces, así que el maestro empezó a ensayar con ellos inmediatamente  la canción a cuatro voces. En aquel tiempo se consideraba que el único instrumento digno para los himnos en las iglesias era el órgano, pero este instrumento se había dañado. Sin embargo, los cantores no se detuvieron y resignadamente ensayaron con lo único que disponían: sus voces y una guitarra que Francisco Javier tocaba muy bien; él dijo: “Después de todo… Dios nos oirá con órgano o sin él”, así, el coro de niños estrenó la canción durante el domingo después de Navidad. Entre aquellos niños, los hermanitos Strasser: Carolina, José, Andrea y la pequeña Amalia. En el pueblo se decía de ellos: “Esos Strasser…, parecen unos ruiseñores”. Al año siguiente, aquellos niños fueron invitados a un concurso en donde estarían el rey y la reina de Sajonia. Desde luego que estaban muy nerviosos, así que cuando les llegó su turno, lo primero que cantaron fue Noche de Paz. Cuando terminaron, los oyentes, sobrecogidos, emocionados, guardaron silencio, pero los reyes rompieron el protocolo, se pusieron de pie y empezaron a aplaudir. Lo demás es historia, aquella sencilla melodía dejó de ser un villancico para volverse himno, y ahora es para el mundo cristiano y aun para el profano: una canción inmortal.
Oración:
I
¡Noche de paz, noche de amor!
Todo duerme en derredor,
Entre los astros que esparcen su luz,
Bella anunciando al niñito JESÚS,
Brilla la estrella de paz
Brilla la estrella de paz.
II
¡Noche de paz, noche de amor!
Oye humilde al fiel pastor,
Coros celestes que anuncian salud
Gracias y glorias en gran plenitud…
Brilla la estrella de paz,
Brilla la estrella de paz.
III
¡Noche de paz, noche de amor!
Ved que bello resplandor
Luce en el rostro del niño JESÚS,
En el pesebre, del mundo la luz
Astro de eterno fulgor,
Astro de eterno fulgor.
(Himnario Bautista #58,CBP,1994)
Perla de hoy:
Si lo único que tienes como regalo para JESÚS es el poema de tu vida, dáselo y Él hará de ti una canción inmortal.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un mandamiento a obedecer?
¿Existe un pecado a evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?

lunes, 23 de diciembre de 2013

¡Otra vez la Navidad!


Francisco Aular
faular@hotmail.com
Lectura devocional Lucas 2:1-7
Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley. Gálatas 4:4
La Navidad está llena de recuerdos imborrables. Es admirable, que una sociedad secular, materialista y global como en la que estamos viviendo, no haya sido capaz de acabar con el amor, la fe, la esperanza, y aún la ilusión de estas fechas. Todavía más adimrable son los Ebenezer Scrooge, el personaje central de la novela de Charles Dickens (1812-1870) El Canto de Navidad, “allí el protagonista, es un hombre avaro y tacaño que no celebra la fiesta de Navidad a causa de su solitaria vida y su adicción al trabajo”. Hace algunos años, se le preguntó a un millonario chino de Hong Kong, que estaba abriendo nuevas empresas aquí en Canadá, su parecer sobre el calendario laboral de esta nación, el millonario respondió: “Es una lástima que se pierda tanto tiempo en días de fiestas como los domingos y Navidad.” Otro enemigo de la Navidad son los neoevangélicos que han llegado y que están haciendo todo lo posible por demostrarnos que la celebración de esta fecha es contra la Biblia, esta gente sigue las pisadas de las sectas, el judaismo extremo e igual el islamismo. Sin embargo, la Navidad es todavía ocasión para sacar lo mejor de nosotros, entre ellos, el dar; como lo recordó el Apóstol Pablo a sus discípulos en Mileto: En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir.” (Hechos 20:35 RV 60).
Ciertamente, el Señor nos dijo que no solo de pan y del bienestar material vivirá el ser humano. Porque el ser humano además de cuerpo y alma, es también espíritu, y por eso, aunque sea de manera superficial, necesita alimentarse de una fiesta del espíritu, como lo es la celebración de la verdadera Navidad. La Navidad nos lleva al relato bíblico y nos pone en contacto con los secretos de Dios para salvar al pecador y volverlo a una relación con Él.
En efecto, cada año al llegar diciembre, los relatos de la Palabra de Dios sobre la Navidad desfilan ante nosotros con todo su contenido espiritual, humildes y verdaderos. Si tuvimos el privilegio de venir al mundo en un hogar en donde la Biblia ocupaba su verdadero lugar, entonces, estamos familiarizados con esos relatos desde que tuvimos conciencia, y los recordaremos años tras años, contándolos a nuestros hijos y nietos; esos relatos son seguros, aleccionadores e inmortales, ente los más resaltantes encontramos: La fascinante Anunciación del ángel a la Virgen María; la vigilia de los pastores cuidando sus rebaños, y de repente la aparición de los ángeles que no pudieron callar el Nacimiento de JESÚS, y alabaron a Dios, diciendo: “¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!” (Lucas 2:14); el nacimiento de Juan el Bautista; el sueño de José confirmando que un milagro había ocurrido en el seno virginal de María; el nacimiento de JESÚS en un lugar de pobreza extrema, un sucio pesebre en dónse se colocaban los corderitos que después serían sacrificados en el templo; el asombro y gozo de los pastores al verificar la realidad de la noticia y de las profecías; la circuncisión de JESÚS; el descanso definitivo de Simeón porque el Espíritu Santo le había revelado de que no moriría sin tener en sus brazos al Mesías prometido; y las acciones de gracias de Ana, la ancianita que permanecía en el templo desde hacía ochenta y cuatro años, orando y ayunando en espera del Mesías; la estrella con su fulgor que apareció en el cielo para guiar a los tres sabios que vinieron desde lejanas tierras para adorar a JESÚS; la matanza de los niños decretada por el rey Herodes; la huída a Egipto, y el posterior regreso a Jerusalén: “Y el niño crecía y se fortalecía, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios era sobre él” (Lucas 2:40 RV60).
Sí, el Cristianismo tiene historia y es historia que estamos haciendo, empezando desde un humilde pesebre en la primera venida de JESÚS, hasta llegar a su Entronización definitiva como SEÑOR de señores y Rey de reyes al final de la historia, tal y como la conocemos: “Y miré, y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono, y de los seres vivientes, y de los ancianos; y su número era millones de millones, que decían a gran voz: El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza. Y a todo lo creado que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, oí decir: Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos” (Apocalipsis 5:11-13 RV60).
Cierto, ¡otra vez Navidad!, y con esta celebración, una nueva oportunidad se nos presenta a los cristianos nacidos de nuevo para volver a contar la bella historia que cambió al mundo; porque ese hecho fue la culminación de la historia de la salvación del ser humano, lo que habíamos perdido en el Edén, lo recobramos en el pesebre y en el Calvario y la Resurrección. La Navidad, la Encarnación del Verbo, es la suma de las verdades divinas reveladas por el mismo Dios que vino a buscarnos y salvarnos. Poco importa si JESÚS nació en diciembre, en abril o en septiembre. La Navidad no es una fecha; es un estado de salvación espiritual concebida en la mente divina para llevarnos a ser familia de Dios. ¡Esto hay que celebrarlo!, ¡Y yo, me uno de todo corazón a esta celebración porque esto no me añade ni me quista nada en cuanto a la salvación, la cual es un Regalo de Dios! ¡Yo me entusiamo, y con mi familia e iglesia cantamos los aguinaldos e himnos, y celebro con toda sobriedad estas verdades eternas! ¡Gracias mi amado Emanuel, “Dios con nosotros”! ¡Gracias mi amado JESÚS por venir a buscarnos! Así que cualquier hora, día o mes del año es bueno para hacerlo, porque no es un día al año, nada más, en definitiva, Navidad es la memoria de todas las memorias nobles que el ser humano percibe con todo su ser, espíritu, alma y cuerpo. Recibamos la buena noticia que celebramos en estos días, y digamos con gozo espiritual: ¡Otra vez Navidad! ¡Feliz Navidad!
Oración:
Padre eterno:
¡Gracias por darnos esa primera Navidad! Ayúdame a contar otra vez, esa bella historia; que no me pierda nada más en la celebración, sino en ver al Celebrado, y darle un lugar en el pesebre de mi corazón; darle las gracias, por la fe, el amor y la esperanza en Él. En el nombre de JESÚS, amén.
Perla de hoy:
Navidad es una fiesta del espíritu, en donde JESÚS ha entrado dándole vida en abundancia.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un mandamiento a obedecer?
¿Existe un pecado a evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?

viernes, 20 de diciembre de 2013

Navidad: El Regalo de Dios (2)


Francisco Aular
faular@hotmail.com
Lectura devocional: Colosenses 1:19-27
¡Gracias a Dios, porque nos ha hecho un regalo tan grande que no tenemos palabras para expresarlo! 2 Corintios 9:15 (DHH)
¿Qué hace usted cuando recibe un regalo? Me encanta ver las reacciones de las distintas personas al momento de recibir un regalo. Algunos saltan de alegría y corren hacia quien le hizo el obsequio para abrazarlo; algunos lloran de emoción y con eso, lo dicen todo. Otros simplemente, hacen un chiste “¿cómo te diste cuenta que necesitaba este perfume, o este libro sobre como adelgazar?”; pero otros, sin mostrar mayor entusiasmo, tendremos que imaginarnos que les gustó. Así somos. Otra pregunta: ¿Qué hace con el regalo que le dan? ¿Lo usa o simplemente lo guarda para mantenerlo nuevo en un futuro?
Navidad es tiempo de darnos a los demás. Aunque no soy de esos que les gusta ir a lo grandes centros comerciales, acompaño a mi esposa, claro mientras ella compra, me siento a ver la gente esforzarse hasta el estrés buscando un regalo para algún familiar o un amigo. Entonces, me viene a la mente una pregunta: ¿Utilizarán ese regalo? A un amigo, una vez, le regalaron una camisa, cuando abrió el regalo se dio cuenta que quien le hizo el regalo, se había olvidado que había sido él mismo, quien le había regalado esa camisa, el año anterior. ¡Todo un año sin usar el regalo y a su vez por un error se lo había devuelto!
Hace dos mil años, Dios nos envió el Regalo que tenía preparado para dárnoslo, antes de que el mundo fuese. Toda la explicación que nos dan los Evangelios, apuntan al gozo del Cielo porque el Príncipe de aquel lugar, se desprendía de Su gloria y Su poder para venir a la tierra como el Regalo que Dios nos envía a los seres humanos pecadores, de allí que los ángeles, se pronuncian como este mensaje especial a la humanidad: “¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!” (Lucas 2:14 RV60) ¡JESÚS, el Regalo que el Dios de voluntad, santa, perfecta, agradable e inmortal, vino a traernos en una Navidad! ¡Dios espera que hagamos uso de Su Regalo, mientras estemos aquí en la tierra; muchos regalos en estos días se usan por fuera, pero el Regalo de Dios en JESÚS ¡se usa por dentro! De esta manera, el impacto de nuestras vidas da testimonio del buen uso del Regalo de Dios, desde luego, esto se traduce en Buena Noticia para el pecador. En efecto, he contado, al menos 33 verdades, cualidades divinas que tenemos en Jesucristo, Aquí están algunas:
¿Quién soy en Cristo? (2)
2 Corintios 5:17 Yo soy una persona nueva ¡he nacido de nuevo!
Efesios 2:10 Yo soy hechura de Dios, creado en Cristo Jesús para buenas obras
Juan 3:16 Yo soy un monumento andante del amor de Dios por el pecador.
Filipenses 1:6 Yo soy un cristiano en construcción, todavía Dios está construyendo el ser humano que debo ser tanto en la tierra como en el cielo. ¡Gracias Señor por no desecharme!
1 Tesalonicenses 5:23 Yo soy un ser espiritual que todavía habito en una tienda de campaña muy frágil aquí en la tierra; pero Dios me está construyendo, un cuerpo glorificado para disfrutar para siempre del Cielo.
Santiago 1:22,25 Yo soy hacedor de la Palabra construido por la obediencia al seguir las pisadas de mi amado Señor.
Romanos 8:17 Yo soy coheredero con Cristo, de las riquezas de la divinidad. ¡Dónde Cristo esté, estoy; Dónde yo estoy Cristo está! ¡Todo lo mío es Suyo; todo lo de Él, es mío!
Romanos 8:37 Yo soy más que vencedor por medio de Aquel que me amó y se dio por mí.
2 Pedro 1: Yo soy partícipe de la naturaleza divina, la cual vive y se perfecciona en mí.
2 Corintios 5:20 Yo soy un embajador en el nombre de Cristo por donde quiera que voy.
1 Pedro 2:9 Yo soy parte de un pueblo escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, que Dios está levantando para morar con Él.
2 Corintios 5:21 Yo soy justicia de Dios en Cristo porque Cristo se hizo pecado para venir a rescatarme.
1 Corintios 6:19 Yo soy templo del Espíritu Santo y no me pertenezco a mí mismo, Dios está levantando una catedral en mí para Su honra y gloria.
Romanos 8: 33 Yo soy escogido de Dios, desde antes de la fundación del mundo, no lo merecía, no lo merezco; pero Dios es amor.
Efesios 1:7 Yo soy perdonado de todos mis pecados y redimido por la preciosa sangre de Cristo.
Colosenses 1:13 Yo soy libre del poder de las tinieblas, y he sido trasladado al reino del Hijo de Dios.
2 Timoteo 1:7 Yo soy un testigo valiente del amor de Dios, y lo proclamaré sin miedo; porque Dios no me ha dado un espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de autocontrol.
1 Corintios 9:19 Soy un apasionado por anunciar el Evangelio a todo el mundo, porque es una obligación ineludible: “Sin reservas, sin retiradas, sin lamentos.”
Filipenses 4:13 Yo soy victorioso en todos los problemas, tribulaciones y circunstancias que se me presenten en mi peregrinación, porque sencillamente: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.”
Ahora bien, al pensar y escribir sobre este asunto, hago mías las palabras paulinas: ¡Gracias a Dios, porque nos ha hecho un regalo tan grande que no tenemos palabras para expresarlo! 2 Corintios 9:15 (DHH)
¡Gracias al Señor por todas Sus bendiciones!, así hemos realizado juntos este devocional. Hace ya 50 años, recibí en mi vida este Regalo inefable de Dios; en los límites como ser humano que soy, Dios me ha permitido por Su gracia infinita, que yo lo comparta con otros. Ciertamente, es importantísimo recibir individualmente a JESÚS, como el Regalo de Dios que nos dio en una Navidad; pero esto es importante también, por favor, una vez que lo recibas y con ello las bendiciones divinas de ser un hijo de Dios, ¡tienes que compartirlo! Y la Navidad, es un buen tiempo para celebrarlo y anunciarlo, claro, esto no deber ser solamente en esta época porque después de todo, la Navidad es un estilo de vida. Recuerda, la Navidad: Es el Regalo de Dios.
Oración:
Padre Todopoderoso:
¡Gracias por enviar a tu Hijo amado a este mundo, hace ya dos mil año; yo me uno de corazón a esta celebración porque tú me llevaste de la mano para recibirlo, desde antes de que el mundo fuese. Oh Señor, ¡esto es demasiado hermoso para mí! Ayúdame a compartir con otros las verdades, las virtudes del andar con Cristo en esta vida, a la luz de tu propósito y plan eterno, por tu buena voluntad al pecador. En el nombre de JESÚS. Amén
Perla de hoy:
No se tiene en verdadero disfrute de la Navidad, si Emanuel el Regalo de Dios, no está en el corazón.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un mandamiento a obedecer?
¿Existe un pecado a evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?


jueves, 19 de diciembre de 2013

Navidad: El Regalo de Dios (1)


Francisco Aular
faular@hotmail.com
Lectura devocional: Lucas 2:8-20
¡Gracias a Dios, porque nos ha hecho un regalo tan grande que no tenemos palabras para expresarlo! 2 Corintios 9:15 (DHH)
¿Quieres o no celebrar la Navidad? Celebrarla o no celebrarla no quita ni añade nada a tu salvación eterna, porque el Cielo no es un premio por lo que hagas, sea bueno o malo, sino un Regalo incondicional de Dios a todos los pecadores que se arrepienten de sus pecados, y aceptan a este Regalo en sus propias vidas. Sin embargo, la Navidad está llena de valores y recuerdos imborrables. El Cristianismo tiene historia. El Cristianismo es historia que estamos haciendo al andar, en medio de una sociedad secularizada y una confusión religiosa en sectores de la cristiandad, que después de dos mil años, deberíamos estar claros. No es así. Por ello, en este momento, no me volcaré a la historia de la Navidad, sino al sistema de verdades divinas que especialmente el Nuevo Testamento nos brinda.
En efecto, muchas cosas ocurren al momento de nacer de nuevo. He contado al menos 33 de  estas bendiciones que por mi unión con JESÚS, me hacen rico y se cumplen las palabras del Apóstol: “Porque ya saben ustedes que nuestro Señor Jesucristo, en su bondad, siendo rico se hizo pobre por causa de ustedes, para que por su pobreza ustedes se hicieran ricos” (2 Corintios 8:9; DHH), desde luego no puede ser riqueza material de la vida “bíos”, que se queda aquí en breves años al irnos, sino la riqueza espiritual de la vida “zoé” la cual disfrutamos tanto aquí en la tierra como en el cielo. Esta es la verdadera riqueza por la cual JESÚS se hizo cuerpo en una Navidad y murió y resucitó en una Semana Santa, como se le denomina en un amplio sector del Cristianismo.
¿En que consiste el Regalo que Dios nos hizo al nacer como JESÚS en aquella Navidad? Consiste en aceptar el hecho de la Buena Noticia de la salvación por medio de la fe únicamente el Él, mi arrepentimiento para con Dios, y la confesión de mi fe para que otros también reciban el Regalo de la vida eterna. Aquí están algunas de esas bendiciones que son nuestras porque en una Navidad, Dios nos la regaló en JESÚS; y dirás al contemplarlas y experimentarlas, lo mismo que Pablo: ¡Gracias a Dios, porque nos ha hecho un regalo tan grande que no tenemos palabras para expresarlo! 2 Corintios 9:15 (DHH). Lo pondré en primera persona porque la realidad es que Dios quiere verlas en mí y en ti primero, y desde allí en lo posible llevar esta Buena Noticia a otros. ¡Disfrútalas!
¿Quién soy en Cristo?
Juan 1:12.  Yo soy hijo de Dios porque he renacido por el poder del Espíritu Santo y la Palabra de Dios y ahora soy simiente incorruptible que vive y permanece para siempre (1 Pedro 1:23).
Juan 15:5. Yo soy amigo de Cristo porque Él destruyó para siempre mi enemistad con Dios.
Romanos 5:1. Yo he sido justificado por la fe en mi amado JESÚS.
1 Corintios 6:17. Yo estoy unido con el Señor y soy uno con Él en el Espíritu.
1 Juan 5:18. Yo soy nacido de Dios y el maligno no me toca sin permiso de mi amado Padre.
1 Corintios 6:20. Yo fui comprado por un elevado precio; Dios es mi Señor y Dueño.
1 Corintios 12:27. Yo soy miembro de la Iglesia del Señor, el Cuerpo de Cristo.
Efesios 1:1. Yo he sido separado (santo) para Dios, por lo tanto, Yo soy un santo viviente para siempre.
Efesios 1:5. He sido adoptado como hijo de Dios con los mismos derechos de JESÚS.
Efesios 2:18 Yo tengo acceso directo a Dios por medio del Espíritu Santo, todo el tiempo.
Colosenses 1:14. Yo he sido redimido y perdonado de todos mis pecados.
Colosenses 3:12. Yo soy amado infinitamente por Dios.
Colosenses 1:11. Yo soy fortalecido con todo poder para vencer los problemas y las circunstancias de la vida y brillar para la gloria de Dios.
Efesios 5:20. Yo soy un eterno agradecido por tantas bendiciones recibidas sin merecerlo, y doy gracias a Dios por todo y en todas circunstancias, por medio del Regalo que el Padre me dio por la Natividad de mi Señor JESÚS.
Pues bien, ¡ya la Navidad como celebración de la cristiandad en general está aquí! Como hemos visto, en lo particular, yo tengo mucho que celebrar, a pesar del clima desfavorable –el invierno vino duro este año-, como iglesia nos estamos preparando para un gran programa de Navidad, y como todos los programas en las iglesias evangélicas que todavía celebramos, exaltaremos el darnos a Dios, como Él se dio a nosotros; igualmente, lo celebraremos en familia, pero mi celebración también, tiene un carácter individual, me miro a mí mismo y sé que no merezco tanta misericordia de Dios; el relato de los Evangelios acerca de la Encarnación de Dios, todavía me deja atónito, confirma lo que pienso: Navidad no es solamente una celebración, sino un estilo de vida lleno de gratitud a Dios, y exclamo como el Apóstol: ¡Gracias a Dios, porque nos ha hecho un regalo tan grande que no tenemos palabras para expresarlo! 2 Corintios 9:15 (DHH).
Oración:
Padre Todopoderoso:
Amado Dios, sé que tu ves con tus ojos misericordiosos, todo el acontecer mundial, pero en medio de las pruebas y luchas de este mundo, hacemos un tiempo para recordar tu manera de darnos tantas bendiciones espirituales y hacernos ricos en ellas para que celebremos la verdadera Navidad, y tu Regalo a todos nosotros. ¡Gracias nuevamente! En el nombre de JESÚS. Amén
Perla de hoy:
El modelo para dar no es lo que otros dan, sino JESÚS quien se dio asimismo por nosotros.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un mandamiento a obedecer?
¿Existe un pecado a evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?