sábado, 31 de diciembre de 2011

Mis amados y amadas perlistas:
Permítanme unos momentos personales para expresar lo que tengo en mi corazón al finalizar este año y comenzar el nuevo. En efecto, la ocasión es propicia para agradecer a nuestro Dios bendito, SEÑOR del universo, del tiempo y de la vida, ya que sin Él no hubiera sido posible llegar a cada uno de ustedes en esto cuatro años que recién hemos cumplido en octubre, en este año y en los que nos quedan. Gratitud a nuestra amada Iglesia Bautista Emanuel de Toronto que patrocina Perlas, y cuyos miembros me apoyan y admiran esta labor. A mi amada esposa Mary quien desayuna sin mí cada día al venirme muy temprano a escribir. Igualmente, a la hermana Luisa Rivas García en San Fernando de Apure, Venezuela, ella es la editora de mis escritos que revisa todos los días, antes de cada envío, en la parte gramatical; a Jonathan Rivas García quien diseñó y administra otra manera de llegar a ustedes, un blog, para darme una sorpresa: http://perlistasoy.blogspot.com, también desde San Fernando; el pastor Sandor Berta desde Oklahoma, Estados Unidos; él sube todos los días el devocional al Facebook; a ustedes que reciben y reenvían nuestro devocional, y eso hace que lleguemos a unas diez mil personas, quienes nos consultan diariamente en muchas partes del mundo. Un saludo especial a los muchos que son frutos de este ministerio, teniendo un encuentro de salvación con el SEÑOR JESÚS o bien, subiendo a otro nivel en sus vidas cristianas. En fin, a todos ustedes los abrazo al estilo venezolano, con sonido de palmadas en espaldas y todo…, mientras les digo: ¡Feliz Año 2012 con JESUCRISTO nuestra pasión y triunfo!
Desde el corazón del pastor
¡Feliz 2012!

Entonces dijo el SEÑOR a Moisés: ¿Por qué clamas a mí? Di a los hijos de Israel que se pongan en marcha. Éxodo 14:15 (La Biblia de las Américas)

En mis años de recién convertido al Evangelio, en las iglesias de mi denominación, teníamos una organización que se reunía todos los domingos por la tarde: La Unión Bautista de Preparación, ¡allí forjábamos a los líderes!, y allí me formé yo. Un pensamiento que traía la revista guía de nuestros estudios, y, el cual me impactó, decía: “Pasaré por esta vida una sola vez. Si hay alguna palabra amable que pueda decir, algún acto de bondad, o cualquier cosa buena que puede hacer por mis semejantes, diga yo esa palabra, haga yo esa acción. Pasaré por esta vida solamente una vez”. Esto es particularmente cierto, si retrospectivamente miramos al año 2011, el cual, en pocas horas, se nos irá para siempre. Ciertamente, el 2011 vino y pasó, ya es historia. Las palabras que no dije en el momento preciso, las acciones que no hice a favor de otros, ya son oportunidades perdidas.
De esta manera, estamos en las últimas horas del viejo año, por lo tanto, es el momento de la presentación de cuentas de lo que hicimos en este año que se nos fue: ¿Cuál es el balance final? Al saber el resultado sería muy bueno recordar lo que alguien dijo: "El ayer es un cheque cancelado; olvídalo. El mañana es una nota promisoria, no cuentes con ella. Pero la bendición de hoy está presente y es en efectivo, aprovéchala porque no durará". En otras palabras, no vivas en el pasado, no desperdicies el presente, con San Pablo podemos afirmar: “…olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante” (Filipenses 3:13 RV60). En efecto,  frente al nuevo año tenemos que aprovechar el tiempo, no debemos desperdiciar ninguna oportunidad para ser útiles. Como alguien dijo: “el tiempo es un gran maestro para todos nosotros, el único problema es que este maestro acaba con sus discípulos”…
Frente al nuevo año y a los futuros que tendremos por delante con sus minutos y días, que se irán desgranando unos tras otros y cuyo número disminuye implacablemente hasta el número cero, ¿cuántos años nos quedan por vivir? No lo sabemos. Como Israel en su huída de Egipto, el país donde habían sido esclavos, lo tenían detrás de ellos, y delante, el desafío del mar.  Nosotros tenemos la misma perspectiva que ellos: Dejar que el miedo a lo conocido o a lo desconocido nos paralice y nos robe el presente para siempre, o marchar con la fe puesta en el SEÑOR hacia un fabuloso mañana. Con toda seguridad, ¡el SEÑOR va con nosotros como lo ha prometido!, y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo (Mateo 28:20b.) En su búsqueda de dirección, Moisés recibió de Dios una orden: “¡Di a los hijos de Israel que se pongan en marcha!”,  nosotros ya conocemos la historia, el pueblo de Israel marchó y cruzó el mar en seco y sus enemigos perecieron porque Dios no les permitió llegar a la orilla. ¡Dios hace maravillas cuando su Pueblo se pone en marcha!
¡Pongámonos en marcha y lancemos el salvavidas en este próximo 2012 a los que andan: según la corriente de este mundo (Efesios 2:2)! No sabemos cuántos años más pasaremos en esta tierra, por ello, debemos marchar, es decir, ponernos en acción mientras tengamos fortaleza para hacerlo. ¡Manos a la obra!
Pastor y amigo,
Francisco Aular




miércoles, 28 de diciembre de 2011

Mi tiempo con Dios

Francisco Aular

Los días de nuestra edad son setenta años; Y si en los más robustos son ochenta años, Con todo, su fortaleza es molestia y trabajo, Porque pronto pasan, y volamos. Salmo 90:10 (RV60)

Tengo delante de mí el libro de poesía gauchesca Martín Fierro de José Hernández; me río con las ocurrencias de el Moreno y sus preguntas a Martín, el cual responde siempre tocando su inseparable guitarra. Al final del libro el Moreno pregunta: “Respóndeme al momento -inquiere el Moreno en tanto rasguea su guitarra-: ¿Cuándo formó Dios el tiempo y por qué lo dividió? Martín Fierro se aclara la garganta ya que la pregunta es muy difícil, pero el cantor no se arredra, templa el instrumento y responde:

“Moreno voy a decir,
Según mi saber alcanza:
El tiempo sólo es tardanza
De lo que está por venir;
No tuvo nunca principio
Ni jamás acabará.
Porque el tiempo es una rueda,
Y rueda es eternidad;
Y si el hombre lo divide
Sólo lo hace en mi sentir,
Por saber lo que ha vivido
O le resta que vivir.”

El filósofo griego Aristóteles concebía el tiempo como una especie de círculo que se movía constantemente pero que se repetía –de aquí la idea de la rueda que el poeta José Hernández pone en la respuesta de Martín Fierro-, sin embargo, la concepción aristotélica no satisface. La idea de la vida cíclica nos condena a la repetición fastidiosa, y como lo afirma Alberto Camus: “Levántate, toma el autobús, come de nuevo, duerme; y así el lunes, el martes, el miércoles, el jueves, el viernes, el sábado. Siempre el mismo ritmo, continuamente la misma rutina. Queda ese tremendo “por qué” que nadie sabe contestar adecuadamente. Y a la mañana siguiente todo empieza de nuevo” (El Extranjero).
Por otra parte, la Biblia nos plantea que la historia del ser humano sobre la tierra tuvo un Génesis y tendrá un Apocalipsis, por eso Job dice: “Mis días se van más veloces que una lanzadera, y sin esperanza alguna llegan a su fin” (Job 7:6 RV60). Y Moisés afirma: “Los días de nuestra edad son setenta años; Y si en los más robustos son ochenta años, Con todo, su fortaleza es molestia y trabajo, Porque pronto pasan, y volamos”. Según la concepción de la vida cíclica, muchos creen en la reencarnación hasta llegar a ser perfeccionados, porque reconocen que este tiempo es imperfecto como lo somos todos los seres humanos.
Por el contrario, la Biblia propone la esperanza de la resurrección de entre los muertos de los cristianos nacidos de nuevo, con un cuerpo resucitado y perfecto para disfrutar una vida perfecta al lado de Señor JESÚS: “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá” (Juan 11:25 RV60). Desde luego que, frente a las últimas horas de este año que ya se nos va, y la realidad inevitable al despegar la postrera hoja del calendario de este año y ver la nueva del que llega, nos preguntemos: ¿Será este año el final de mi vida en esta tierra? ¿Se cumplirán en mí las palabras de Moisés al definir la vida “como sueño”, “como la hierba que crece en la mañana (…) a la tarde es cortada y se seca”? Puede ser, sin embargo, que para el cristiano el final de la vida no es un salto al vacío, morir es depositarse en las poderosas manos de nuestro Señor Resucitado y plenamente confiar en su Promesa: “No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis” (Juan 14:1-3 RV60).
Pues bien, mi tiempo con Dios en el más allá depende de lo hicimos con Él en esta vida presente. Debemos tomar conciencia del poco tiempo que disponemos para cumplir con el único propósito por el cual Dios nos puso en esta tierra, que es el de conocerlo a través de la Biblia, arrepentirnos de nuestros pecados y confiar únicamente en Él para la salvación de nuestras almas. El tiempo de Dios “kairós” según la Biblia es la historia de las intervenciones del Padre y el gran regalo de su gracia, amor, perdón y esperanza que Él nos ofrece para que nuestro tiempo humano “cronos” se lo rindamos a Él, y vivamos aquí para su gloria y honra. De allí que el apóstol Pablo nos aconseje: “aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos” (Efesios 5:16). Habrá un tiempo que nunca será perdido: Mi tiempo con Dios.

Oración:
Yo sólo espero ese día cuando Cristo volverá,
Yo solo espero ese día cuando Cristo volverá,
Afán y todo trabajo para mí terminarán,
Cuando Cristo venga, a su reino me llevará,
Cuando Cristo venga, a su reino me llevará
(…) Yo sólo espero ese día cuando me levantaré,
De la tumba fría con un cuerpo ya inmortal.
Entonces allí triunfante y victorioso estaré,
A mi Señor Jesucristo, cara a cara le veré.
Allí no habrá más tristezas, ni trabajos para mí,
Con los redimidos al Cordero alabaré,
Con los redimidos al Cordero alabaré,
(HAE #132, Texas: Mundo Hispano)

Perla de hoy:
Mi tiempo con Dios diariamente es la única fuente para renovar mis fuerzas y seguir adelante.

Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un mandamiento por obedecer?
¿Existe un pecado por evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?

martes, 27 de diciembre de 2011

Luz para el camino

Francisco Aular

La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella. Juan 1:5 (RV60).

Estoy en la larga fila de la seguridad del aeropuerto. Vamos pasando uno por uno. Los agentes hacen su trabajo y los pasajeros colaboramos, lo mejor posible. Tengo tantos años viajando y recuerdo que viajar era un placer en un pasado cercano. Hoy se ha vuelto una pesadilla, quitarse los zapatos, echar al basurero todo material que no esté permitido, quitarse el cinturón, vaciarse los bolsillos de todo lo metálico, y someterse al toque del policía sobre nuestro cuerpo, las infaltables preguntas si por casualidad calzamos el perfil de algún terrorista, es parte ya de la rutina de viajar. No me acostumbro todavía como cambió todo debido a los atentados terroristas. Uno siente que tanto nosotros como el resto de la humanidad estamos en peligro constante. Una sensación de inseguridad lo invade todo.
Me asomo al mundo en que vivimos, y veo tinieblas que cubren la tierra. Son tinieblas espirituales. ¿Cómo disipar esta oscuridad? ¿Cómo hacer que el ser humano cambie su indiferencia hacia Dios? ¿Cómo hacer que la Palabra de Dios, llegue e ilumine con su sabiduría a una buena porción de la humanidad actual? ¿Cómo llegarles con el mensaje de JESÚS en donde, Él asevera: “Yo soy la luz del mundo”?
¿Cambiará este estado de cosas después del 31 de diciembre o amaneceremos el 1 de enero en esta misma situación mundial a pesar de los festejos y saludos de ¡Feliz Año Nuevo!? ¿Qué puede hacer que el año nuevo puede ser feliz? En realidad, un nuevo año y la posibilidad de atravesarlo felizmente, comienza al hacerle caso a JESÚS, cuando nos dice:Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios” (Juan 3:3 RV60) Dios no se ha propuesto cambiar al mundo, sino cambiar al individuo a través del nuevo nacimiento. Dios nos ama y quiere hacernos miembros de Su familia (Juan 3:16). ¡JESÚS nos saca de las tinieblas y nos lleva a su Luz eterna! Es mas nos hace pequeñas luces a nosotros para que brillemos en este mundo.
Se cuenta que negras nubes se cernían sobre todo el cielo de Europa en el año 1940. Hitler estaba en el cenit de todo su poderío pensando como todos los de su clase que su reino no tendría fin, y ahora se preparaba para asestar su golpe final al invadir a Inglaterra. Los ingleses estaban acorralados, se presagiaban días muy oscuros aquel 31 de diciembre de 1939. La guerra era inminente y ya en la distancia se escuchaban el tronar de los cañones y el vuelo de los aviones, dejando caer sus bombas en todo el territorio. En ese momento el Rey Jorge VI escribió una breve oración que fue de mucho consuelo para toda la nación. Esta es la oración: _Le dije al anciano que cuida la puerta del Año Nuevo: ¡Dame, te pido un camino y una luz para el camino! Y el anciano que cuida la puerta del Año Nuevo me respondió: _Penetremos en las tinieblas sin miedo. Pon tu mano sobre la mano de Dios y Él será para ti mejor que un camino y más que una luz para ese camino.

Oración:
Amado y eterno Padre:
Has estado conmigo durante toda mi vida y especialmente el año que estamos terminando. Ahora, estamos en el umbral de un nuevo año según mi reloj y calendario, Tú eres eterno, permite que mis preocupaciones frente al futuro se aplaquen y ahora deposito mi mano mortal sobre la tuya que es fuerte, firme e inmortal en el Nombre de JESÚS, amén.

Perla de hoy:
Frente a las tinieblas y el futuro que desconoces, pon tu mirada de fe en JESÚS a quien conoces y avanza con seguridad y sin temor.

Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un mandamiento por obedecer?
¿Existe un pecado por evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?







 

 



viernes, 23 de diciembre de 2011

Salutación navideña

Mis amados perlistas:
Más de 300 profecías bíblicas se cumplieron en la vida humana de JESÚS, por ello, cada uno de nosotros puede decir: ¡JESUCRISTO mi SEÑOR incomparable! Con esto en mente escribo todos los días estos devocionales.  Ha sido para mí un gran privilegio estar con ustedes este año, de Navidad a Navidad. En esta oportunidad me acerco para darles las gracias por todo el apoyo que nos han dado. Quiero decirles que según nuestros registros, tenemos perlistas en muchas partes del mundo, ¡qué bendición contar con una congregación de 10.000 personas a los cuales les escribo cada día! Así que a cada uno de ustedes: ¡Feliz Navidad! Sin duda alguna, estarán en mi memoria al sentarme a la mesa con mi familia para el momento de acción de gracias y la Cena de Navidad.

Oración:
¡JESUCRISTO mi SEÑOR incomparable! Te amo, y me postro delante de ti con el canto de gozo y gratitud; me levanto de mis rodillas, y al reconocer que eres la verdadera Razón de esta celebración, puedo decirle a todos: ¡Feliz Navidad con JESUCRISTO mi SEÑOR incomparable!

Perla de hoy:
¡Feliz Navidad con JESUCRISTO mi SEÑOR incomparable!

jueves, 22 de diciembre de 2011

La Navidad y el estrés (2)

Francisco Aular

Lectura devocional Lucas 2: 1-7

Mientras estaban en Belén, a María le llegó la hora de tener  su primer hijo. Como no encontraron ningún cuarto donde pasar la noche, los hospedaron en el lugar de la casa donde se cuidan los animales. Cuando el niño nació, María lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre. Lucas 2:6,7 (NTV)

Hace unos cuántos años, aquí, en la gran ciudad de Toronto, acompañé a un hermano que trabajaba como misionero entre las personas que viven en las calles, ya sabemos que el gobierno tiene albergues para ellos, también el Ejército de salvación, pero muchos de ellos no se sujetan a esos sitios seguros, les gusta estar en la calle, y huyen por eso; pero existen misiones de las iglesias que levantan ayudas y compran comida y sacos de dormir para esas personas en situación de calle, porque con la temperatura bajo cero les espera una muerte segura; así que allí andábamos el misionero y yo, cuando me encontré a un hombre que dijo ser profesional –sin yo preguntárselo-, pero por un desencanto con su familia ya no quería ni vivir… Le expresé en mi inglés recién adquirido, “¡Feliz Navidad aquí tiene comida y un saco para dormir!”… Él me miró con sus ojos azules apagados, desilusionados y me susurró al tomar aquellas cosas: “¡Qué Navidad, para mí no existe Navidad ni nada!”…
Tal vez, Navidad no sea una época muy feliz para algunos de nosotros, sino una carga emocional y un desafío al estrés y la depresión. A lo mejor no llegamos tan lejos como aquel hombre de la calle, pero le hemos abierto las puertas a la enfermedad de moda: el estrés. Es cierto, en estos días todos los seres humanos, sobre todo, los que vivimos en las grandes ciudades estamos siendo sometidos a muchas presiones en estos días navideños, y al ventilar nuestros sentimientos nos damos cuenta que vivimos una crisis emocional de Navidad. Todo lo contrario nos presenta la propuesta bíblica, JESÚS nació para librarnos de todas nuestras crisis, incluyendo la de estos días de Navidad. Eso sí debemos recordar que: “Esto lo hacemos al fijar la mirada en Jesús, el campeón que inicia y perfecciona nuestra fe. Debido al gozo que le esperaba, Jesús soportó la cruz, sin importarle la vergüenza que ésta representaba. Ahora está sentado en el lugar de honor, junto al trono de Dios” (Hebreos 12:2 NTV).
¿Por qué estresarnos y deprimirnos en estos días en que se supone que estamos celebrando con alegría a JESÚS y su entrada a este mundo para venir a rescatarnos de nuestras crisis? Una razón puede ser que, nos fijamos expectativas demasiado altas de nosotros mismos y de los demás en estos días. Por ejemplo, las amas de casa a veces se imponen muchas cargas extra en estos días: El arreglo de la casa, el no excederse en el presupuesto, pero al mismo tiempo el endeudamiento con el afán de quedar bien, la preparación impecable de la cena familiar, las tarjetas, los regalos, y hasta la preocupación por la tía Alicia con su “síndrome de pobrecita yo”, que le gusta formar siempre un espectáculo -exactamente en víspera de cualquier fiesta familiar para llamar la atención-, y,  ¿cómo decirle al tío Pedro –bebedor consuetudinario, que lo queremos a él pero no a su botella? En fin, todos estos detalles y muchos más como los afanes de la fiesta de fin de año de su trabajo, someten a una presión mucho más allá de sus fuerzas a una mujer, y con ella a toda la familia. Recuerden que la verdadera razón de la Navidad es JESÚS, no para los regalos y las fiestas, tampoco creo que no debamos hacerlo, pero el centro de todo debe ser Dios y la familia. No asuma toda la responsabilidad de hacer tantas cosas usted sola, delegue, involucre a toda la familia en el gozo de la Navidad.
Igualmente la llegada de la Navidad nos impulsa al pasado feliz que disfrutamos, tal vez en nuestra juventud, nuestra adolescencia o nuestra niñez, y nos damos cuenta que nunca más volveremos a vivirlos. En esta misma idea, si la muerte nos arrebató a un ser querido, preparémonos de antemano para el impacto de la silla vacía en este año. Pensemos que todos vamos de paso, algún día, tampoco nosotros estaremos,  y por un propósito específico de Dios todavía estamos aquí, así que seamos y hagamos felices a los otros.
¿Qué podemos hacer en estos días de Navidad y el posible estrés que padecemos? La Biblia nos da un buen consejo para ello, nos dice que debemos “fijar la mirada en JESÚS”, y no ponerla en nosotros y muchos menos en los demás, todavía no somos perfectos, tampoco los otros lo son. Otro aspecto a considerar es que podemos recordar al pasado, dar gracias a Dios por aquellos momentos felices que hemos pasado, pero no debemos vivir en el pasado. Aparte del mismo JESÚS, creo que el cristianismo nunca ha tenido en sus filas una vida tan desafiante como la del apóstol Pablo de Tarso, él nos legó muchas enseñanzas para vivir a plenitud; he aquí una de las más aprecio en estos días de Navidad y de fin de año: “No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús” (Filipenses 4:12-14 RV60). Así que en el nombre del Cumpleañero, exclamemos: ¡Fuera estrés! Soy territorio libre decretado por JESÚS al nacer, morir y resucitar por mí. ¡Feliz Navidad!

Oración:
SEÑOR JESÚS:
Tú eres la verdadera razón de la Navidad, hoy pongo mis ojos únicamente en ti, no me estresaré si las personas y las cosas no llenan mis expectativas, porque sé que yo tampoco soy perfecto, y sin embargo, tú no te has rendido, sino que sigues y seguirás trabajando conmigo y en mí. Ayúdame a hacer todo conforme a las fuerzas que me has dado, y te dejo a ti los resultados. Hoy seré feliz porque te tengo a ti. Amén.

Perla de hoy:
¡Fuera estrés! Soy territorio libre decretado por JESÚS al nacer, morir y resucitar por mí. ¡Feliz Navidad!

Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un mandamiento por obedecer?
¿Existe un pecado por evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?








miércoles, 21 de diciembre de 2011

La Navidad y el estrés (1)

Francisco Aular

Lectura devocional Lucas 2: 1-7

Mientras estaban en Belén, a María le llegó la hora de tener  su primer hijo. Como no encontraron ningún cuarto donde pasar la noche, los hospedaron en el lugar de la casa donde se cuidan los animales. Cuando el niño nació, María lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre. Lucas 2:6,7 (NTV)

Cada año, al llegar diciembre, los relatos evangélicos de la Navidad desfilan ante nosotros humildes y verdaderos. Los eventos que fueron parte del cumplimiento de las profecías -el mayor, el nacimiento de JESÚS-, debieron ser estresantes para los seres humanos que los vivieron, si me permiten usar esa palabra actual. En efecto, nosotros que conocemos la historia, tenemos el cuadro completo del plan eterno de Dios. Aquellos que tuvieron el privilegio de estar allí, debieron sufrir como seres humanos, las exigencias y la ansiedad de situaciones que pusieron a prueba el ser completamente: espíritu, alma y cuerpo. Solamente la fe que promovió la Palabra de Dios los mantuvo firmes.
Hoy, nos identificamos con esos humanos de excepción y con los hechos milagrosos que los rodearon, y que hicieron que el ángel Gabriel dijera: “Porque nada es imposible para Dios” (Lucas 2:37); con esa verdad angelical, recordamos esos relatos, año tras año, aleccionadores e inmortales: La aparición del ángel Gabriel anunciándole al sacerdote Zacarías que su esposa Elizabet, estéril y anciana, ¡concebiría y daría a luz un hijo!, el impacto del milagro dejó mudo al sacerdote, y Elizabet su mujer no salió de la casa hasta que nació Juan el Bautista;  la anunciación del mismo ángel Gabriel a la virgen María que sería la madre de JESÚS, pero, ¿cómo podía ser esto posible? Ella era una señorita comprometida con José para casarse y no habían tenido relaciones sexuales. Obviamente, José fue invadido por la duda, pero no quería que su novia fuera avergonzada, y tal fue su crisis que Dios le aclaró todo por medio de un sueño; el nacimiento de Juan el Bautista; el viaje de José y María desde Nazaret hasta Belén, y estando allí para cumplir con el deber cívico, María comienza con los dolores de parto, imagino a José nervioso, corriendo en busca de ayuda, yendo de un lugar a otro para que María diera a luz, pero, ¡no había lugar porque todos los hospedajes estaban ocupados!, por fin encuentra un lugar, ¡un establo en donde los animales descansan!, y allí nace JESÚS en humilde pesebre; luego, siguiendo el relato, y sin reponernos del asombro, cuando los ángeles y la gloria del Señor iluminan aquella noche en que los pastores cuidan a sus rebaños en el campo, se escucha el primer canto navideño del cual se tenga noticias: “¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz y buena voluntad para con los hombres!”, entonces se manifiesta la alegría de los pastores en aquella noche que se convirtió en el verdadero día para nosotros los pecadores; la circuncisión de JESÚS a los ocho días de su nacimiento; su presentación en el templo 32 días después de la circuncisión; la adoración de los sabios que llegaron del Oriente; la vengativa matanza de los niños decretadas por el rey Herodes; la huida a Egipto y su posterior retorno a Nazaret. Sí, humanamente hablando son situaciones estresantes, pero cuando Dios hace su aparición en escena, el estrés y la depresión huyen y la gloria de Dios se manifiesta. ¡Alabado sea el Señor!
Todo esto está envuelto en una gran historia, porque el cristianismo es historia, y al mismo tiempo, un sistema de verdades divinas que proclaman que JESÚS es la verdadera razón de la Navidad, y el hecho mismo nos desafía a reconocerlo. ¡Nosotros también estamos haciendo historia! Sin duda que, en estos días pasamos por situaciones estresantes, posiblemente sentimos que no hay lugar para nosotros en ninguna parte, pero, recuerda que JESÚS ya estuvo allí; a lo mejor, tú eres de las personas que disfruta regalando y no lo pudiste hacer, o disfrutas el recibir regalos y nadie te ha dado nada, pero, JESÚS es el Regalo de Dios para nosotros, y si ya lo hemos recibido, regalémoslo a otro que lo necesite. En fin, lleva este pensamiento contigo, a mí me ha ayudado mucho, la Navidad no se trata de mí, sino de JESÚS, si lo tenemos a Él lo tenemos todo. El Apóstol dijo: “Sé vivir con casi nada o con todo lo necesario. He aprendido el secreto de vivir en cualquier situación, sea con el estómago lleno o vacío, con mucho o con poco. Pues todo lo puedo hacer por medio de Cristo, quien me da las fuerzas” (Filipenses 4:12,13 NTV). ¿Cómo dominar las presiones de estos días, cómo vencer el estrés y celebrar a JESÚS con toda la alegría en Él?: “Esto lo hacemos al fijar la mirada en Jesús, el campeón que inicia y perfecciona nuestra fe. Debido al gozo que le esperaba, Jesús soportó la cruz, sin importarle la vergüenza que ésta representaba. Ahora está sentado en el lugar de honor, junto al trono de Dios” (Hebreos 12:2 NTV). ¡En otras palabras Él venció y nosotros también venceremos! ¡Feliz Navidad¡

Oración:
¡Gracias SEÑOR JESÚS!, porque tú mismo eres la razón de la Navidad. No sé cuánto tiempo más estaré aquí entre los míos, pero ayúdame a reflejar tu carácter lleno de gracia y de verdad para con todos y en todas las circunstancias que enfrente; no le abriré la puerta al estrés ni a la depresión; estos días son de gozo y de victoria porque: “¡Nada es imposible para Dios!” Amén.

Perla de hoy:
Una vida de gozo y triunfo es tuya cuando conoces y celebras a JESÚS, la única razón de la verdadera Navidad.

Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un mandamiento por obedecer?
¿Existe un pecado por evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?








martes, 20 de diciembre de 2011

El Regalo de Dios

Francisco Aular

¡No tenemos palabras para agradecer a Dios por el regalo de su generoso amor! 2 Corintios 9:15 (Palabra de Dios para todos).

Navidad es una fecha grata, no sólo para el creyente, que gracias a la Palabra de Dios ha entendido las profecías sobre el nacimiento de JESÚS, sino que estos son días que tocan los corazones de los indiferentes. Es la fiesta del dar con liberalidad. Es más, aun los corazones y los bolsillos cerrados se abren un poco con motivo de ella; ayer nada más aquí, en esta enorme ciudad en donde vivo, y gracias a la cultura del dar, las organizaciones que recogen comida, ropa y dinero, como el banco de comidas de la ciudad, el Ejercito de Salvación y los hospitales, dieron el informe de que a pesar de la situación financiera actual, los habitantes de la ciudad se han acordado de los menos favorecidos, y los recursos han llegado. Aunque el mundo no lo entienda en el aspecto espiritual, y pese que vivimos en una sociedad postcristiana, es innegable que la tradición cristiana le ha dado ese carácter generoso y distintivo a las fiestas de estos días, porque celebramos la Natividad del Señor JESÚS, lo que San Pablo llamaba: “don maravilloso que no podemos describir con palabras” (2 Corintios 9:15, Lo más importante es el amor).
En realidad, los dones de Dios, sus regalos para todos nosotros, están a la vista, y todos los días disfrutamos de ellos, la vida, la luz, el aire, el agua ¡Los seres humanos consideran que estos regalos son tan admirables e indispensables que hacen congresos mundiales para ver cómo podemos seguir conservándolos y disfrutándolos! Sin embargo, comparados estos dones con el Regalo de Dios en JESÚS, no se pueden igualar porque ese Regalo es “tan maravilloso que no lo podemos describir con palabras”.
Efectivamente, aquella noche de la primera Navidad se cumplió lo dicho por el ángel a José en sueño: “María (…) darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados” (Mateo 2:20,21 NVI). De manera que la salvación del pecador es un regalo de Dios; es iniciativa de Dios a favor del ser humano pecador desde antes de la creación misma; es la expresión de su amor extremo por nosotros:Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16 RV60).
¡JESÚS es el Regalo de Dios para que “todo aquel que en él cree, no se pierda”! Por ello, nunca olvidaré el día en el que descubrí que la salvación es la obra de Dios solo a favor del ser humano pecador. Ciertamente, abriendo la Biblia, lo veía claro: la salvación es el Regalo de Dios que me ofrece a través de depositar toda mi confianza y fe en la obra que JESÚS hizo en la cruz del Calvario; eso hice hace cuarenta y ocho años, extendí mi mano y recibí el maravilloso Regalo de Dios, la Vida Eterna y como dice San Juan: “Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida”  (1 Juan 5:11:12 RV60). La verdad es esta, frente a un regalo que se nos ofrece podemos hacer dos cosas, aceptarlo o lo rechazarlo. San Pablo, al igual que todos los pecadores redimidos por la sangre de JESÚS, había aceptado el don de Dios, y por eso, ante la grandeza del amor de Dios y su Regalo en JESUS, exclamó: Gracias a Dios por su Hijo, don maravilloso que no podemos describir con palabras.

Oración:
¡Gracias Padre por ese Regalo que no merezco ni mereceré nunca! ¡Gracias Señor por ese gran Regalo de tu amado Hijo para nosotros y por nosotros! Me postro delante de ti, en el Nombre de JESÚS, amén.

Perla de hoy:
Bajo el árbol de la vida Dios te puso el Regalo, acéptalo, ábrelo y disfrútalo para siempre.

Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un mandamiento por obedecer?
¿Existe un pecado por evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?








lunes, 19 de diciembre de 2011

¡Celebremos a JESÚS!

Francisco Aular

Lectura devocional Lucas 1:26-38

Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS. Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre, y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin. Lucas 1:31-33 (RV60)

 “Fran, nadie ha venido después de muerto para decirnos cómo es el más allá…”, me dijo la doctora recién graduada, planteándome algunos de sus postulados ateos que había aprendido en sus años universitarios, pero en mi caso, yo había llegado a conocer a JESÚS, después de haber hecho algunas investigaciones acerca del Ser más extraordinario que ha pisado esta tierra, y le dije: “Querida amiga, te equivocas con ese argumento porque precisamente, del más allá vino JESÚS”. ¡Ese gran acontecimiento lo celebramos cada año con el nombre de la Natividad del SEÑOR!  
En efecto, JESÚS es la única Persona que nos puede decir quién es Dios y lo que Él se ha propuesto que seamos, desde antes de la fundación del mundo,  para poder morar como su Familia al final de la historia tal y como la conocemos. Siguiendo a JESÚS podemos saber  quién es Dios y cómo debemos ser sus seguidores. Antes del nacimiento de JESÚS en aquel pueblito de Belén, los seres humanos andaban dominados por ideas vagas y erróneas que se transformaron en religiones y filosofías vanas, que apenas eran esfuerzos para llegar a Dios, y era como caminar a tientas en la oscuridad buscando un rayito de luz.
¡Este mundo no ha sido el mismo desde que JESÚS hizo su entrada en él! Los milagros que JESÚS hizo, desde antes de su nacimiento, lo rodean de divinidad. ¡Nadie pudo nacer como Él nació! Sus palabras resuenan desde que Él las pronunció y no vuelven vacías, dan resultado, y funcionan hoy como cuando Él las enunció por primera vez, por ejemplo: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar” Mateo 11:28 (RV60). El mundo en aquel tiempo -y lamentablemente todavía hoy-, estaba plagado de religiones que imponían cargas muy pesadas sobre los hombros de los seres humanos, pero JESÚS vino a darnos libertad al ofrecernos la Salvación como un Regalo en Él: “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” Juan 14:6 (RV60). “Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” Juan 10:10b. Pero lo más grandioso de todo: JESÚS es la traducción griega del nombre hebreo Josué que significa El SEÑOR es salvación. Pero también es EMMANUEL, DIOS con nosotros, predicho por más de trescientas profecías del Antiguo Testamento; como ésta:Por tanto, el Señor mismo os dará una señal: He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel” Isaías 7:14 (La Biblia de las Américas). Por eso, ningún otros de los grandes líderes religiosos que en mundo han existido, pudo decir como JESÚS: El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre?” Juan 14:9 (RV60). Sí, JESÚS hizo que Dios se acercara a nosotros y lo contempláramos en toda su grandeza en el amor, la compasión, la misericordia, el perdón, la libertad y la paz. La venida de JESÚS en aquella primera Navidad, trajo la certeza de lo que Dios requiere de nosotros, y no debemos andar más a tientas porque: Él y sólo Él es la luz del mundo. ¡JESÚS vino del más allá para que andemos con Él en el más acá!...
¿Qué podemos hacer en esta fecha en la cual recordamos el nacimiento de JESÚS? Postrarnos delante de Él, y abrir nuestro espíritu y corazón para que Él, Dios con nosotros, more en nuestras vidas y reine como Él quiera. ¡Celebremos a JESÚS!

Oración:
Amantísimo Padre Celestial:
Mi alma se postra delante de Ti para alabar tu santo nombre. La sencillez de aquella noche en que naciste hace que se convierta en un emblema para vivir tu vida en mí. Tu Hijo amado en la única respuesta a mis crisis como ser humano. Permíteme que celebre este acontecimiento lleno de gozo y gratitud. En el nombre de JESÚS, amén.

Perla de hoy:
El nombre de JESÚS es precioso para sus Hijos, y tropezadero para quienes lo rechazan.

Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un mandamiento por obedecer?
¿Existe un pecado por evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?

viernes, 16 de diciembre de 2011

De la Navidad al Calvario

Francisco Aular

Lectura devocional Lucas 2:21-38

Simeón los bendijo, y le dijo a María: "Dios envió a este niño para que muchos en Israel se salven, y para que otros sean castigados. Él será una señal de advertencia, y muchos estarán en su contra.  Así se sabrá lo que en verdad piensa cada uno. Y a ti, María, esto te hará sufrir como si te clavaran una espada en el corazón". Lucas 2:34,35 (La Biblia traducción actual)

La vida terrenal de JESÚS estuvo signada por dos hechos imposibles en cualquier otro ser humano: Su Encarnación por medio de una virgen y su resurrección. JESÚS es el único hombre que desde antes de nacer sabía todos los misterios, secretos y designios del Padre sobre su vida, muerte y resurrección. Sin duda no lo supo desde que era un bebé, por eso el evangelista Lucas lo aclara: El niño Jesús crecía en estatura y con poder espiritual. Estaba lleno de sabiduría, y Dios estaba muy contento con él. Lucas 2:40 (La Biblia traducción actual).
Durante la temporada navideña, y mientras celebramos a JESÚS es bueno que mantengamos en mente dos aspectos tocantes al bebé que descansa en el pesebre: La Navidad y el Calvario. Ambos eventos los celebramos los seguidores de JESÚS, distantes el uno del otro. Sin embargo, ambos eventos son parte de la iniciativa de Dios para alcanzar al ser humano con sus planes de salvación a los pecadores. Alguien dijo: “A la vida de JESÚS se le cataloga por dos imposibilidades: el vientre de una virgen y una tumba vacía”. JESÚS entró al mundo a través de una puerta que tenía el aviso de “no se permite la entrada” y salió del mundo a través de otra puerta que tenía el aviso de “Sin salida”.
En efecto, el pesebre de Belén y la cruz del Calvario nos recuerdan que JESÚS vino en el tiempo de Dios, que nunca se mide por nuestros relojes humanos ni por una fecha del calendario. El tiempo de Dios (cairós) es cada uno de los eventos divinos en los cuales Dios mismo interviene en el tiempo humano (cronos) para hacer un milagro. Así lo señala el escritor de Hebreos: Pero cuando llegó el día señalado por Dios, él envió a su Hijo, que nació de una mujer y se sometió la ley de los judíos. Dios lo envió para liberar a todos los que teníamos que obedecer la ley, y luego nos adoptó como hijos suyos. Gálatas 4:4,5 (La Biblia traducción actual).
La Biblia nos dice que Dios, desde antes de la fundación del mundo, quiso tener una familia compuesta por dos tipos de seres: los ángeles y los humanos. Los hizo con la libertad de que escogiéramos si queremos ser familia de Dios o no. La obediencia al Padre fue y es, la condición para mantenerse en los planes perfectos de Dios. Ambos seres le han fallado. Los ángeles que desobedecieron a Dios se convirtieron en demonios sin posibilidades de retorno y están comandados por Satanás. Los seres humanos estábamos en los hombros de Adán y Eva, nuestros primeros padres, en el día en que desobedecieron, y a raíz de ello, el ser humano se declaró enemigo de Dios pero con la esperanza del arrepentimiento y retorno a la familia de Dios. Satanás, el enemigo de Dios, fue el agente para la desobediencia de los seres humanos en forma de serpiente. Satanás es el acusador de los seres humanos delante de Dios en el tiempo presente, sin embargo, Dios dice: Pondré enemistad entre tú y la mujer, y entre tu simiente y la de ella; su simiente te aplastará la cabeza, pero tú le morderás el talón. Génesis 3:15 (NVI). ¡JESÚS es prometido!, pero en el día señalado por Dios, ¡Él vino para deshacer la obra del diablo! Y pronto volverá para acabar con Satanás para siempre. ¡El poderoso enemigo de Dios y de nosotros tiene sus días contados!
Así tenemos que en Navidad celebramos el cumplimiento de esta profecía. JESÚS se vistió con un cuerpo como el nuestro, pero nacido de una virgen. JESÚS es la simiente de la mujer prometida. JESÚS vivió como nuestro Maestro para llevarnos a conocer al Padre. Un día, aquella mujer, la madre de JESÚS, vio el sacrificio del fruto de su vientre clavado en una cruz por nosotros los pecadores. ¡Allí JESÚS estaba uniendo al cielo con la tierra! ¡Reconciliándonos con Dios por medio de su obediencia perfecta¡ Hoy podemos ser llamados hijos de Dios; somos parte de la familia de Dios, ¡porque JESÚS lo hizo posible! Sí, JESÚS murió y fue sepultado, pero el primer día de la semana, el domingo, muy de mañana, el Padre lo resucitó de la tumba. Hoy en día usted va allí y ve asombrado: ¡la tumba vacía! Sí, en efecto, por su resurrección el Padre lo ha hecho SEÑOR Y SALVADOR.

Oración:
Amantísimo Padre Celestial:
Te alabo por la maravilla de la Natividad del SEÑOR que hizo posible que mi corazón cansado y agobiado encuentre su paz en Ti. Hoy no tengo que arrastrar mis pies por el peso de la culpa de mis pecados, ni mis manos tiemblan por el miedo a vivir. Gracias Dios por tu buena voluntad “agradable y perfecta” al enviar a tu Hijo amado a hablarme con su dulce tono de amor, de fe y esperanza. Te confieso SEÑOR cada uno de mis pecados, y me apropio de tu promesa de perdón. En estos días, ayúdame a no perderme entre las muchas distracciones que nos desvían del verdadero significado de la Navidad y el Calvario. Hoy me inclino como tu súbdito amante y sincero, y anhelo sobre todas las cosas que me permitas cumplir tu propósito eterno en mí para llevar tu mensaje de salvación a los que no te conocen. En el nombre de JESÚS, amén.

Perla de hoy:
La vida de JESÚS sobre la tierra está marcada por dos imposibilidades: el vientre de una virgen y la tumba vacía; para hacer posible dos realidades: nuestra salvación y nuestra resurrección.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un mandamiento por obedecer?
¿Existe un pecado por evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?