lunes, 4 de junio de 2018

La ira, enemigo número uno de la familia

Francisco Aular
LUNES, 4 de junio de 2018
Lectura devocional: Efesios 4:17-32  
Sea quitada de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritos, maledicencia, así como toda malicia. Sed más bien amables unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, así como también Dios os perdonó en Cristo. Efesios 4:31,32.

¡Salvemos a la familia de su enemigo numero uno: la ira no resuelta bíblicamente! ¡Este destructor anda suelto! Se disfraza de todas maneras pero cuando menos nos damos cuenta aparece nuevamente. La ira es la causante de mujeres maltratadas, hombres maltratados y niños maltratados. La ira es uno de los pecados que todos los miembros de la familia podemos cometer y sus resultados pueden enviarnos a la cárcel, el hospital, el cementerio y al infierno. Vale la pena repetirlo, nadie en la familia escapa a la ira. El esposo se llena de ira, pierde el apetito y sale tirando la puerta, tras de sí, jurando no volver más a la casa. La ira hace que empuñe la botella para olvidar y vive en un circo vicioso sin fin. La esposa se enoja y provoca la ira al esposo y a sus hijos, y se levanta un fuerte dolor de cabeza. El muchacho y la muchacha se disgustan y quiere hasta cambiarse el apellido, porque según dicen: ¡Sus padres no lo entienden! Hasta el bebé recién nacido se encoleriza y hace que todos en la casa, pierdan el sueño…La ira engendran el remordimiento, el rencor y la venganza en el corazón humano. La ira promueve la discordia en la familia, daños contra la sociedad y atentados contra el estado. La ira, lleva su cizaña a la escuela y allí descarga su pistola o su rifle. Muy a menudo la ira acaba con el matrimonio porque se disuelve para evitar males mayores. Por la ira de un gobernante se rompen las relaciones comerciales con otras naciones. Afilándose en la piedra del enojo no resuelto, el filo del cuchillo de la indignación corta las relaciones humanas, más antiguas. ¡Nadie puede decir estoy a salvo de este peligroso enemigo! Tiene mil vidas y un odio que usted consideraba muerto, puede resucitar en fracciones de segundos. ¿Cuál es el resultado? Hoy contemplamos llenos de terror los noticieros y por estos medios nos enteramos de los crímenes más horrendos. Madres que asesinan a sus hijos. Padres que asesinan a sus hijos. Hijos que asesinan a sus padres. ¡Vean ustedes los crímenes contra las mujeres en varias ciudades latinoamericanas y en otras naciones del mundo!

¡Salvemos a la familia de su enemgio número uno! Porque la Biblia condena la ira. Las iglesias denuncian y buscan soluciones bíblicas contra este flagelo que nos asedia, porque la ira ataca, asalta y mata. El Estado gasta millones de dólares intentando prevenirla. La ira no se sacia hasta no ver la destrucción, causando a las victimas daños espirituales, mentales y físicos. Como todos los sabemos la ira tiene dos vías y perjudica tanto al que la recibe como al que la envía. Por cuanto la ira ha causado el ser humano dolor, confusión, sufrimientos y muertes. Dios abomina la ira: “Deja la ira, y desecha el enojo; no te excites en manera alguna a hacer lo malo” (Salmo 37.8) Salomón lo expresó así: “Mejor es el que tarda en airarse que el fuerte; y el que se enseñorea de su espíritu, que el que toma una ciudad” (Proverbios 16.32) “Por esto mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse” (Santiago 1.19)

¡Salvemos a la familia de su enemigo numero uno! Buscando la solución que nos da la Biblia. De una vez por todas, tenemos que entender que Dios tiene un propósito en todo lo que ha hecho. ¡Su revelación está en la Biblia! Porque debemos recordar que “así como existen leyes naturales que rigen en el universo, también hay leyes espirituales que rigen nuestra relación con Dios”. La Biblia nos dice que todo comienza con Dios. Esta vida humana, no se trata de mí; sino de Él. En efecto la Biblia dice: “Porque todo, absolutamente todo en el cielo y en la tierra, visible e invisible…todo comenzó en Él y para los propósitos de Él” (Colosenses 1.16) Pero lo grande es que dice la Biblia que Dios es amor, y nos ama en “gran manera”: “Porque de tal manera amó Dios al mundo…” Pero el pecado que vive en cada ser humano, nos separa de Dios. El pecado nos impide conocer y experimentar el amor y el plan de Dios, tanto para el individuo, como el matrimonio, la sociedad y las naciones. Un abismo existía entre un Dios santo el hombre pecador. El hombre estaba perdido en cuanto a su relación con Dios. Por eso, vino Jesucristo a la tierra como la única provisión de Dios para el pecador. Sólo a través de Cristo quien es el regalo de la vida eterna para el pecador, el ser humano, es reconciliado con Dios. Así lo enseñó el Señor Jesucristo: “Porque el Hijo del Hombre vino  a buscar y a salvar lo que se había perdido” (Lucas 19.10) El hecho de que Jesucristo, vivió. Murió. Fue sepultado; pero al tercer día resucitó, nos garantiza que Dios está agradado del sacrificio del Señor Jesucristo por nosotros los pecadores. Jesucristo es nuestra única esperanza para salvación: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 1.14)

Nuestro lema es en estos días difícles para la conviencia y armonía familar es: ¡Salvemos a la familia! Porque ciertamente un matrimonio que sigue las directrices de Dios que están en la Biblia, triunfa. En efecto, en Jesucristo nacemos de nuevo, en Jesucristo crecemos día  a día. En Jesucristo podemos amar, respetar y perdonar. ¡No podrás vencer la ira solo! ¡Busca ayuda antes de que el enemigo te venza! Teniendo a JESUCRISTO, lo tenemos todo. Por ello, un individuo, un matrimonio y una familia que tiene una atmósfera hogareña que se respira “En el Señor”. Será un ejemplo, en esta hora difícil, para la familia y mantendrá a raya minutos a minuto y días tras día, a la ira el enemgio numero uno de la familia.

Nada te turbe,
nada te espante,
todo se pasa,
Dios no se muda,
la paciencia
todo lo alcanza.
Quien a Dios tiene
nada le falta.
Sólo Dios basta.
(Teresa de Jesús)
¡Gracias SEÑOR! Porque al darme la nueva vida,me has dado el secreto para librarme de la batalla contra mi ira, aún las que vienen de muy atrás porque tú has hecho una limpieza total en todo mi ser. Ayúdame a ser un instrumento de tu paz y amor en cualquier ambiente por donde camine. En el nombre de JESÚS. Amén
Perla de hoy:
Solo Dios puede hacernos: “pronto para oír, tarde para hablar, tardo para la ira.”
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento por obedecer?
¿Existe algún pecado por evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo? 

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