lunes, 18 de junio de 2018

¡A ganar!

Francisco Aular 
perlasdelalma@gmail.com
Lectura devocional: 1 Corintios 9:16-27
¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis. 1 Corintios 9:24 (RV60)

Ya se dio el banderazo para la XXI Copa Mundial de la Federación internacional de Fútbol  a disputarse en Rusia, desde el 14 de junio al 15 de julio de 2018. Los corazones y los nervios de 32 naciones representadas en el evento no se darán tregua. De la garganta de los entrenadores solo surgirá un grito que elevará la adrenalina de sus jugadores: ¡A ganar! Tanto las victorias como las derrotas producen lágrimas, pero perder no es una opción que cuente.

Esta Copa Mundial de la FIFA Rusia 2018, ha sido realizada en 20 ocasiones, en las que ocho países han alzado la copa: Brasil es el equipo más exitoso, con cinco victorias; Alemania e Italia le siguen con cuatro trofeos; Argentina y Uruguay la han ganado dos veces, en tanto que Inglaterra, Francia y España se han titulado campeones una sola vez ...Este campeonato mundial convoca a más de mil millones de espectadores por televisión, pero también se estima que, de alguna manera, los siete mil millones de habitantes del planeta oirán o sabrán algo de esta Copa Mundial.

¿Quién será el campeón? “Todos a la verdad corren pero un solo se lleva el premio”. Sesenta y cuatro juegos servirán para ver en acción a verdaderas estrellas, algunos muy conocidos, que tal vez, no merecerán espacios en los titulares de prensa porque surgirán nombres nuevos. A lo mejor habrá sorpresas, los favoritos perderán y a los que nadie apostaba se lucirán. A esos 32 equipos los veremos correr, sudar, llorar encalambrados por el esfuerzo, protestar ante las injusticias del árbitro, sin embargo, uno solo será el campeón.

El apóstol Pablo hace alusión al deporte en muchos de sus escritos, nos habla de los esfuerzos de los entrenamientos y las disciplinas de los deportistas “y también el que lucha como atleta, no es coronado si no lucha legítimamente” (2 Timoteo 2:5). A la verdad la salvación es un Regalo que Dios nos ha dado en JESÚS, pero la participación de cada uno de los hijos de Dios en llevar adelante la victoria del Equipo del Reino, la Iglesia, es muy importante. La salvación nos dio la camiseta del equipo de JESÚS, pero el sudor, las lágrimas y la sangre los ponemos nosotros. No es suficiente ser salvos y nada más. Gracia y responsabilidad van juntas, son ambas caras de una misma moneda. En necesario que lo repita, la salvación no es un premio es un regalo: Ustedes han sido salvados porque aceptaron el amor de Dios. Ninguno de ustedes se ganó la salvación, sino que Dios se la regaló. La salvación de ustedes no es el resultado de sus propios esfuerzos. Por eso nadie puede sentirse orgulloso. Efesios 2:8,9 (Traducción en lenguaje actual).

Por ello, tan pronto como somos salvos, debemos comprometernos con nuestra familia espiritual, la iglesia local, allí podremos ejercitarnos para participar en la carrera cristiana; la iglesia local nos enseñará a amarnos los unos a los otros; nos enseñará a orar y a vivir para la gloria de Dios; allí aprenderemos a utilizar nuestros habilidades naturales y nuestros dones espirituales para ponerlos al servicio de la iglesia y del reino de Dios; la iglesia local es el gimnasio en donde nos entrenaremos para la verdadera vida que nos aguarda al salir de este mundo; debemos saber que nuestro equipo no necesita ganar, porque nuestro Capitán JESÚS alzó la Copa Mundial y Eterna al decirle al Padre: “No se haga mi voluntad, sino la tuya”, por ello, nosotros en JESÚS “somos más que vencedores” (Romanos 8:37).

Pues bien, aunque somos “victoriosos en CRISTO”, debemos sudar la camiseta de nuestro equipo en la búsqueda de otros que no lo han conocido; a ellos debemos alcanzarlos, enseñarle a obedecer al SEÑOR y entrenarlos para enviarlos como se nos envió a nosotros, y decirles como se nos dijo a nosotros: ¡A ganar!

Oración:
Padre eterno:
Al participar en la carrera en la cual me has puesto, tengo mi mirada en la meta de tu supremo llamamiento, y corro con paciencia para llevar tu mensaje de salvación a quienes no te conocen. Ayúdame Señor a lograrlo. En el nombre de JESÚS, amén. 
Perla de hoy:
Ningún esfuerzo en la obra de Dios se pierde, y por la ganancia, habrá premios al final de la historia de nuestras vidas.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento por obedecer?
¿Existe algún pecado por evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo? 

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