miércoles, 30 de septiembre de 2020

¡Volvamos a la Biblia y a la oración!

Francisco Aular
perlasdelalma@gmail.com
Lectura devocional: Jeremías 24: 1-10
Les daré un corazón que me reconozca como el SEÑOR. Ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios, porque se volverán a mí de todo corazón. Jeremías 24:7(NTV)

El muy recordado siervo del SEÑOR Oswald Smith en su libro Pasión por las almas, nos señala por lo menos 24 signos en nuestro estilo de vida que nos indican que es tiempo cuando debemos volver a la Biblia y a la oración.

Nos hace falta volver a la Biblia y la oración cuando no podemos responder sinceramente a la pregunta: 

1. ¿Hemos perdonado a todos los que nos han ofendido? ¿Existe alguna malicia en nuestro corazón, rencor, odio o enemistad enemistad en nuestros corazones? ¿Alimentamos resentimientos, y hemos rehusado reconciliarnos?

2. ¿Nos ponemos coléricos fácilmente? ¿Nos exaltamos por dentro? ¿Acaso damos ocasión a la ira por considerar que se nos ha ofendido?

3. ¿Hay sentimientos de celos? Cuando se prefiere a otro antes que, a nosotros, ¿nos invade la envidia? ¿Tenemos celos de aquellos que pueden orar, hablar, y hacer las cosas mejor que nosotros?

4. ¿Nos volvemos impacientes e irritables? ¿Acaso hay pequeñas cosas que nos abruman y enojan?  ¿O somos dulces, calmados, inconmoviblemente positivos bajo todas las circunstancias?

5. ¿Se nos ofende fácilmente? Cuando la gente no se da cuenta de nuestra presencia y nos esquiva sin dirigirse a nosotros, ¿nos duele? Si se atiende a los demás y a nosotros se nos deja de lado. ¿Cómo nos sentimos?

6. ¿Existe orgullo en nuestros corazones? ¿Nos vanagloriamos de nosotros mismos? ¿Sentimos que, sin nosotros, ese ministerio, esa área o nuestra iglesia no podrá seguir bien? ¿Pensamos que todos los demás están equivocados y solo nosotros tenemos la razón?

7. ¿Hemos sido deshonestos? ¿Son nuestros negocios tan limpios que pudiéramos emplear al mismo Señor Jesucristo? ¿Están nuestros negocios abiertos y limpios para enfrentar cualquier censura? ¿Damos un metro por un metro? ¿Y un kilo por un kilo?

8. ¿Hemos estado murmurando de otras personas? ¿Calumniamos el carácter de otros? ¿Somos chismosos y entrometidos en la vida privada de las otras personas?

9. ¿Criticamos sin amor, duramente, severamente? ¿Estamos siempre hallando fallos y buscando las equivocaciones de las demás personas?

10. ¿Le robamos a Dios? ¿Le robamos el tiempo que le pertenece a El? ¿Hemos retenido nuestros diezmos y ofrendas? ¿Enfatizamos tanto el amor de Dios que nos olvidamos de Su justicia?

11. ¿Somos mundanos en nuestra manera de vivir? ¿Nos gusta el brillo, la pompa y la gloria de esta vida? ¿Existe una diferencia entre el vivir de nuestros amigos mundanos y nosotros?

12. ¿Hemos robado? ¿Tomamos cosas pequeñas que no son nuestras?

13. ¿Anidamos en nosotros un espíritu y raíz de amargura hacia otros? ¿Existe odio en nuestro corazón?

14. ¿Están nuestras vidas llenas de ligerezas y frivolidad? ¿Es nuestra conducta tan indecorosa que consideraría el mundo que estamos de su lado?

15. ¿Hemos dañado a alguien y no hemos hecho restitución? ¿O como Zaqueo tenemos disposición de restaurar todas las cosas que Dios nos ha mostrado?

16. ¿Vivimos preocupados y ansiosos? ¿Dejamos de confiar en Dios en cuanto a nuestras necesidades temporales y espirituales? ¿Estamos continuamente sufriendo penalidades sin haber llegado a ellas?

17. ¿Somos culpables de inmoralidad? ¿Dejamos que nuestra mente anide imaginaciones impuras e impías?

18. ¿Somos veraces en nuestras afirmaciones, o exageramos y con ello transmitimos falsas impresiones? ¿Mentimos con facilidad?

19. ¿Somos culpables del pecado de incredulidad? A pesar de todo lo que El ha hecho por nosotros, ¿rehusamos aún creer Su Palabra? ¿Murmuramos y nos quejamos fácilmente de todo y de todos?

20. ¿Hemos cometido el pecado de la falta de oración? ¿Somos intercesores? ¿Oramos anhelando entrar al lugar santísimo de nuestra comunión espiritual con el Señor? ¿Hemos permitido que las muchas ocupaciones, los enemigos y los obstáculos desplazan a la oración de nuestras vidas?

21. ¿Estamos leyendo la palabra de Dios para ejercitar nuestras almas? ¿Cuántos capítulos leemos cada día? ¿Oímos, leemos, estudiamos, memorizamos, meditamos y aplicamos la Biblia cada día?

22. ¿Hemos dejado de testificar acerca de lo que conocemos personalmente del Señor Jesucristo? ¿Nos avergonzamos del Señor Jesús? ¿Cerramos nuestros labios cuando nos vemos rodeados de las personas sin Cristo? 

23. ¿Sentimos una carga por las personas sin Cristo, tenemos dolor del alma por los que no tienen la esperanza y el gozo de la salvación? ¿Tenemos un amor por los perdidos? ¿Existe una carga especial por la evangelización y la discipulación de nuestra nación y el mundo en nuestra generación?

24. ¿Hemos perdido nuestro primer amor y ya no tenemos fervor hacia Dios, Su Palabra y Su Iglesia? ¿Se hace más fácil criticar que alabar lo que Dios está haciendo en medio de Su iglesia? ¿Se me hace más fácil vivir sin la iglesia que apoyarla por medio de mi asistencia a los cultos, el apoyo al programa y a sus actividades?

Estas son algunas cosas, tanto negativas como positivas que detienen la obra de Dios en medio de Su pueblo. Por ello, necesitamos volver a la Biblia y a la oración.

Oración:
PADRE JUSTO:
Permíteme PADRE, que yo oiga, lea, estudie, memorice, medite, predique, enseñe y viva en tu Palabra. Que nada ni nadie me desvíe de tus estatutos eternos, en el nombre de JESÚS, amén.
Perla de hoy:
La PALABRA de DIOS tiene como propósito, no meramente informarnos, sino transformarnos.
Interacción:
¿Qué me dice DIOS hoy por medio de su Palabra? 
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento por obedecer?
¿Existe algún pecado por evitar?

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Déjanos tus comentarios