jueves, 28 de enero de 2021

Alabanza: un acto de adoración a DIOS

  DÍA 25: 40 días de oración con propósito
 (4 de enero al 9 de febrero 2021)
Operación 6*3*9 en acción:
6:00 AM. Liderazgo pastoral y su familia
3:00 PM. (Hora de la muerte de JESÚS). Su
                  patria, sus gobernantes y los del mundo.
9:00 PM.  La familia modelo de DIOS al crearla. 
(Basado en el libro: La hora que cambia al mundo, Dick Eastman)
Francisco Aular
Lectura devocional: Salmo 63:1-11
Porque mejor es tu misericordia que la vida;
Mis labios te alabarán. Salmo 63:3
 
"Mejor que vida es, tu misericordia (bis)
Oh DIOS te alabo y te bendigo;
Yo quiero alzar mis manos ante ti.
Alzo mis manos ante tu nombre (bis)
Oh DIOS te alabo y te bendigo,
Yo quiero alzar mis manos ante ti".
(Cántico latinoamericano)
 
Mi amado permíteme dirigirme a ti en esta oportunidad. Te felicito por recibir este devocional, y especialmente sumergirte conmigo en la búsqueda más profunda del PADRE SOBERANO a través de la oración con propósito. ¡Tenemos poco tiempo! La gran noticia es que te miro con mucho gozo desde mis años andando con el SEÑOR, y sé que servimos al DIOS vivo. Como David en todo el Salmo 63, deja bien claro y podemos repetir con él: “Porque mejor es tu misericordia que la vida; Mis labios te alabarán”. Salmo 63:3.
 
¿Quién es DIOS?
 
“Dios decidió de antemano adoptarnos como miembros de su familia al acercarnos a sí mismo por medio de Jesucristo. Eso es precisamente lo que él quería hacer, y le dio gran gusto hacerlo. De manera que alabamos a Dios por la abundante gracia que derramó sobre nosotros, los que pertenecemos a su Hijo amado”. (Efesios 1:5,6, NTV).

¿Qué es la alabanza?

La alabanza y la acción de gracias son dos maneras de honrar y glorificar a nuestro DIOS, en nuestras oraciones. Hoy nos ocuparemos de la alabanza. La alabanza es el momento de la oración en el cual expresamos gratitud al SEÑOR por lo que, Él, es. La alabanza adorar a DIOS por Su Persona, Su carácter y Sus atributos. Es muy humano que lleguemos delante de DIOS por Sus hechos tan poderosos que nos impactan y nos impresionan. ¡Pero el mismo SEÑOR, nos recomienda una mejor manera de abrir nuestra comunión con el PADRE, la alabanza!

“Oraréis así…” 

Cuando abrimos los Evangelios, y buscamos el tema sobre la oración, nos encontramos a JESÚS, orando: a solas en las madrugadas; orando entre Sus apóstoles y orando con las multitudes. Hubo un día en que Sus discípulos le pidieron que les enseñara a orar. El SEÑOR, les respondió: “Vosotros, pues oraréis así” … Es llamada la oración modelo en Mateo 6:9-13, más resumida en Lucas 11:2-4). 

El Padrenuestro

Esta oración es conocida como el “Padrenuestro” o la “Oración del SEÑOR”. La oración comienza, con once palabras: “Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre”. (Mateo 6:9). Ese modelo para que lo sigamos también termina: “Porque tuyo es el reino y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén”. De tal manera que la oración modelo comienza y termina con la alabanza. Por eso dice el salmista: “El que sacrifica alabanza me honrará”. (Salmo 50:23). Al alabar a DIOS al principio y al final de nuestras oraciones, estamos anunciando Su soberanía y reconocemos su naturaleza, Sus atributos y Su poder. ¡DIOS inclina Su oído para escucharnos, nosotros nos esforzamos en Su gracia, buscando Su respuesta, pero le estamos diciendo, con mucho respeto a Su Majestad: “Haz SEÑOR lo que bien te parezca”! 

En la alabanza ponemos a DIOS en Su lugar

Sin duda podemos acercarnos a DIOS como en aquella ocasión en que JESÚS alimentó milagrosamente, a las multitudes que le seguían: 
 “Jesús les contestó:
—Les digo la verdad, ustedes quieren estar conmigo porque les di de comer, no porque hayan entendido las señales milagrosas”. (Juan 6:25, NTV).
 
Creo que nosotros debemos alabar a DIOS desde el inicio de nuestras oraciones porque somos Su pueblo agradecido por lo que Él, es. Así como fue la actitud de JESÚS, dándonos sin esperar nada. Eso me parece que estaba en la mente de un poeta anónimo de la edad de oro de nuestra lengua española. Ese soneto que aprendí desde joven, al llegar a la iglesia, y recitarlo en un programa de los jóvenes.
 
El Soneto al Cristo Crucificado
 
No me mueve, mi Dios, para quererte, 
el cielo que me tienes prometido, 
ni me mueve el infierno tan temido 
para dejar por eso de ofenderte.
Tú me mueves, Señor, muéveme el verte 
clavado en una cruz y escarnecido, 
muéveme ver tu cuerpo tan herido, 
muévenme tus afrentas y tu muerte.
Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera 
que aunque no hubiera cielo yo te amara, 
y aunque no hubiese infierno te temiera.
No me tienes que dar porque te quiera, 
porque, aunque lo que espero no esperara, 
lo mismo que te quiero te quisiera.

En conclusión, termino alabando a DIOS:
“Te alabo…te adoro, bendigo tu nombre, te exalto, ensalzo. Te doy loor, te glorifico y honro, glorificado sea tu nombre para siempre”. 
¿Cuándo debo alabar al SEÑOR? ¡Continuamente!
¿Dónde debo alabar al SEÑOR? ¡En todas partes!
¿Quiénes deben alabar al SEÑOR? ¡Todos los que respiramos!
 
¡Pongamos en marcha con la alabanza!
¡Adelante, siempre adelante!
Oración:
PADRE SOBERANO: ¡Te alabo nuevamente en esta hora en mi tiempo de comunión contigo! Ayúdame a disciplinarme y a ejercitarme en la oración. En el nombre de JESÚS, amén. 
Perla de hoy:
La alabanza desde el principio de nuestra oración es música a los oídos de DIOS.
Interacción:
¿Qué me dice DIOS hoy por medio de su Palabra? 
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento por obedecer?
¿Existe algún pecado por evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?

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