domingo, 7 de febrero de 2021

LA ORACIÓN QUE ESCUCHA: un acto de absorción mental

DÍA 35: 40 días de oración con propósito

 (4 de enero al 9 de febrero 2021)

Operación 6*3*9 en acción:

6:00 AM. Liderazgo pastoral y su familia

3:00 PM. (Hora de la muerte de JESÚS). Su

                  patria, sus gobernantes y los del mundo.

9:00 PM.  La familia modelo de DIOS al crearla. 

Perlas del alma

(Basado en el libro: La hora que cambia al mundo, Dick Eastman)

Francisco Aular

faular@hotmail.com 

Lectura devocional: Eclesiastés 5:1-7

Versículo de hoy: No hagas promesas a la ligera y no te apresures a presentar tus asuntos delante de Dios. Después de todo, Dios está en el cielo, y tú estás aquí en la tierra. Por lo tanto, que sean pocas tus palabras. Eclesiastés 5:2 (NTV)

 

“La oración es el peregrinaje del alma desde el yo hasta Dios; y el remedio más eficaz para combatir el egoísmo y el ensimismamiento, es el hábito de escuchar humildemente”. 

Anónimo del Siglo XIX

 

Por favor, no se confunda en los momentos de esperar, meditar y escuchar ¿Cuáles son las diferencias de estos momentos en nuestra oración personal? Esperar, es concentrarnos reflexivamente en DIOS, no apresurarnos es “silenciosa sumisión del alma”. La meditación bíblica por su parte “es un acto de evaluación espiritual como resultado poner práctica lo que DIOS me enseña en Su Palabra”. Escuchar es oír a DIOS con los ojos del espíritu y “es absolver mentalmente las instrucciones de DIOS con respecto a asuntos específicos de ese día.” 

 

En mi país Venezuela, como joven que iniciaba su vida cristiana, DIOS nos envió verdaderos héroes de la fe para iniciar la obra denominacional. Entre ellos, Don Germán Núñez Bríñez (1916-2008). Trabajé estrechamente con el Don Germán Núñez, en varias tareas dentro del reino de DIOS. Además, fue mi profesor de predicación en el Seminario.  Le oí varias veces, una ilustración que encaja muy bien en el tema de escuchar. 

 

Como todos sabemos en la obra evangélica nacional, el Rev. Germán Núñez B, llegó ha ser uno de los mejores oradores sagrados que hemos tenido. En aquel tiempo de esta ilustración, él era pastor de la Iglesia Bautista Central de Caracas. En aquellos años sesenta, la Universidad Central de Venezuela, lo invitó a unas conferencias especiales que tenían sobre la Biblia. Los directivos escogieron a tres venezolanos que se destacaban en el escenario: un sacerdote católico, un rabino judío y un pastor evangélico. 

 

El pastor Núñez, representó la obra evangélica y el sabía la gran responsabilidad sobre sus hombros porque más allá de una religión, él representaría a su amado SEÑOR JESUCRISTO. Llegó el día esperado. Obviamente, varios hermanos lo respaldaban en oración. Antes de ir a la universidad, pasó por el templo para un tiempo de oración con el SEÑOR, en su oración intensa de rodillas, entregó su sermón al Príncipe de los pastores, el SEÑOR JESÚS…Hubo un momento de silencio, en eso escuchó, suavemente en su espíritu: “Revisa la introducción” …

 

Inmediatamente, revisó las notas de su sermón que estaba sobre la mesa, y encontró el error. En efecto, el predicador Germán Núñez B, estaría hablando sobre la opinión de famosos escritores sobre la Biblia. Un gran escritor escocés, antes de morir, pidió a su mayordomo que le trajera el Libro de su biblioteca. El mayordomo, respondió: “Señor tienes muchos libros en tu biblioteca, ¿cuál de ellos?” ... Entonces, el afamado literato, respondió: “Existe solamente un Libro, la Biblia.” Pero en vez de mencionar a Sir Walter Scott, el literato, el hermano Núñez, había escrito Sir Walter Rayleigh, un famoso inglés que, entre muchos de sus oficios, se destaca por ser un navegante pirata del Caribe. Al buscarlo en el diccionario, vio la diferencia. ¡Cayó sobre sus rodillas otra vez, pero con acciones de gracias y alabanzas al SEÑOR! Terminaba esta experiencia, el pastor Germán Núñez Bríñez, diciendo: “¡Me fui a la universidad, sabiendo de que el Autor de la Biblia  iba conmigo y prediqué con autoridad, poder y gozo!”.

 

Hemos escuchado que la oración no es un monólogo, sino un diálogo. También se me ha recomendado desde niño que el mejor consejero, es aquel que escucha, y no el que más habla. Alguien dijo: “En vez de hacer cada uno de nosotros que la oración sea un discurso dirigido a Él, tengamos una conversación con Él, incluyendo al SEÑOR en nuestra conversación, como hacemos cuando hablamos”. 

 

Recuerde, usted no busca al amigo más conversador (esos que no nos escuchan porque ellos están pendientes para hablar), sino a un amigo que es buen oyente, lleno de empatía que escucha y espera su turno.

 

¡SEÑOR, enséñame a escuchar!

¡Pongámonos en Marcha en este undécimo paso en la oración que cambia al mundo! ¡Adelante, siempre adelante!

 

1.      Durante el tiempo de escuchar en la oración no vacile usted en hacerle preguntas muy específicas a DIOS acerca de diferentes problemas y sus soluciones.

2.      Escudriñe las Escrituras en busca de respuestas para sus preguntas. Muy a menudo, DIOS habla por medio de Su Palabra, las circunstancias, escritos devocionales, predicaciones. Usted lee en el Antiguo Testamento acerca de profetas que DIOS les hablaba por medio de sueños y visiones. Recuerde, ellos no tenían en sus manos, ni en sus bibliotecas tantas Biblia y tantas versiones como nosotros. Por tanto, llénese de la Palabra de DIOS: óigala, léala, estúdiela, memorícela, medítale y practíquela.

3.      Acostúmbrese a tener a mano un cuaderno y anote allí lo usted le dice a DIOS y lo Él le dice a usted y usted escucha. 

 

Te escucho SEÑOR

Francisco Aular

Eclesiastés 5:2

“sean pocas tus palabras”

SEÑOR, ahora ayúdame 

a escuchar tu dulce voz

no con mis oídos

sino con mi corazón.

Tú, has vencido en el Calvario

me declaras vencedor…

¡Hoy son pocas mis palabras

para escucharte mejor!

Háblame en el silencio

solamente entre tú y yo.

Como JESÚS en el desierto

busco hoy, tu dirección.

No quiero apresurarme:

Al ofrecerte mi amor,

ni hacerte vanas promesas,

en esta conversación.

Tú estás en el cielo, Santo

Y yo de la tierra soy…

Tú, inclinaste tus oídos

y escuchaste mi oración,

viste el arrepentimiento

de este humilde pecador,

y me diste el Regalo

disfruto mi salvación.

¡Tú has roto mis cadenas!

¡Mantengo mi posición!…

Ahora tengo vida eterna,

cambiaste mi condición,

por eso puedo escucharte

cuando me hablas, SEÑOR.

Me regreso a la batalla

renovaste mi valor…

Hoy, son pocas las palabras

¿Que puedo decirte hoy?

Me deleito en tu Escritura.

Tú me dices los que soy.

Tú SEÑOR, lo sabes todo

de ti vine y a ti voy…

¡Bendito seas mi CRISTO

¡Tú, mi amado SALVADOR!

SEÑOR, ahora ayúdame 

a escuchar tu dulce voz

no con mis oídos

sino con mi corazón.

Tú, has vencido en el Calvario

me declaras vencedor…

¡Hoy son pocas mis palabras

para escucharte mejor!

 

Cochrane, 7 de febrero de 2021

Perla de hoy:

Escucha lo que DIOS te habla en la oración y ten valor de practicarlo en este día.

Interacción:

¿Qué me dice DIOS hoy por medio de su Palabra? 

¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?

¿Existe alguna lección por aprender?

¿Existe alguna bendición para disfrutar?

¿Existe algún mandamiento por obedecer?

¿Existe algún pecado por evitar?

¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo? 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Déjanos tus comentarios