martes, 29 de julio de 2025

MISIÓN CUMPLIDA (2-2)

Perlas del Alma
Francisco Aular
perlasdelalma@gmail.com
MIÉRCOLES, 30 de julio de 2025
Lectura devocional: Hechos 20:17-32 
Pero en ninguna manera estimo mi vida como valiosa para mí mismo, a fin de poder terminar mi carrera y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio solemnemente del evangelio de la gracia de Dios.
—Hechos 20:24 (LBLA)

L​A MARCHA EVANGELIZADORA ha sido probada de muchas maneras en muchos lugares y ocasiones, pero el Adiestramiento de 1980 nos lanzó a otro nivel. 

En efecto, el Adiestramiento de la Cuarta Marcha Evangelizadora, en agosto de 1980, probó que éramos capaces de hacer grandes cosas en el reino de DIOS y que habíamos venido para quedarnos; en ese Adiestramiento tuvimos dos conferencistas-predicadores, maestros de gran prestigio en la obra: Santiago Crane y Germán Núñez Bríñez -ambos ya están con el SEÑOR-; tuvimos el inicio de las 24 horas continuas de oración y, la Operacion 6 3 9; un gran equipo de líderes que habían sido preparados en el Curso Intensivo para Líderes Bautista en Evangelización de Venezuela (CILBEV), y marchistas que habían sido adiestrados y probados en las tres Marchas anteriores, todos ellos me ayudaron “sin reservas, sin retiradas y sin lamentos”; y la gran asistencia de amados que llegaron desde todos los rincones del país; la asistencia fue de mil personas por las noches bajo una gran carpa que instalamos en el antiguo Campamento Bautista de la Guásima, muy cerca de la ciudad de Valencia, Venezuela. ¡DIOS nos habló de muchas maneras en aquel Adiestramiento como lo ha hecho hasta hoy! ¡Es la misión cumplida!

Desde luego, al concluir ese Adiestramiento, había quedado exhausto, ¡pero muy feliz! E hice lo que ya era rutina en mí, desde los días de la Primera Marcha Evangelizadora -antes debo decir que, generalmente, después de una semana de intenso trabajo, concluimos el evento con el despliegue de los marchistas por todo el territorio nacional. Siempre ha sido una despedida muy emotiva, ¡ver a los facilitadores abrazados con sus discípulos que el SEÑOR les daba para entrenarlos, me llenaba de un inmenso gozo! 

¡En ese momento nadie economiza palabras, promesas ni lágrimas! Todos se marchaban a distintos lugares, pero, algunos líderes nos quedábamos limpiando y poniendo orden antes de salir también, para poder decir que el lugar lo estábamos dejando mejor que cómo lo habíamos encontrado-, al no sentir ese gran impacto de la algarabía de nuestro pueblo en su andar por aquellos lugares, le daba una vuelta a todo el campamento, y era inevitable derramar lágrimas de gozo, sentir nostalgia porque sabía que nunca volvería a vivir esa misma experiencia, porque cada evento es único e irrepetible. 

En esas horas de gratitud a DIOS, a solas, por Su presencia entre nosotros, y lo que sabía que haría con nuestros evangelizadores que se habían marchado, al pensar en sus vidas y en sus futuros, entonces, ¡yo recibía fuerzas para emprender nuevamente el camino!, ¡y por allí ando todavía! Esperando decir al final de mi vida: Misión cumplida.

¡Qué gran pasaje en la Biblia nos ha dejado el Espíritu Santo a todos a los que DIOS nos da una visión, un ministerio y una misión histórica que cumplir! 

Ciertamente, el apóstol Pablo es el hombre más importante en la historia del cristianismo, después de JESÚS, y DIOS le dio un proyecto de liderazgo mundial, el cual cumplió a cabalidad. Al final de su tercer viaje misionero, hizo una gran concentración y al clausurar la reunión surgió este gran texto, de la despedida de sus discípulos: “Todos lloraron, abrazaron y besaron a Pablo” (Hechos 20:37). En ocasiones cuando el maligno nos tienta como a JESÚS, con el hambre, el prestigio y la riqueza, respondamos como Pablo: “Pero en ninguna manera estimo mi vida como valiosa para mí mismo, a fin de poder terminar mi carrera y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio solemnemente del evangelio de la gracia de Dios.

—(Hechos 20:24” (LBLA)

Nosotros no sabemos cuando vamos a devolver el arado que el SEÑOR, por Su gracia, nos entregó. Entonces, repasa tu vida después de cada evento realizado, y con lágrimas di, ¡gracias SEÑOR, misión cumplida!

Oración:
SEÑOR JESÚS, día tras día acudo a ti para rogarte que tomes mi ser para cumplir con la misión histórica que me has encomendado, y lo hagas tuyo nada más. No permitas SEÑOR, que la mediocridad me aleje de hacer lo mejor para tu honra y gloria. No permitas SEÑOR, que yo sea estéril, inútil, indolente y sin propósito. Ubícame SEÑOR, en donde tú estás trabajando y déjame servirle al prójimo y a ti. Entonces, al final, podré decirte: SEÑOR, misión cumplida. Amén.
Perla de hoy:
Busca urgentemente en donde DIOS está trabajando y únete a Él.
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