viernes, 25 de enero de 2013

Nuestro Hacedor está en control


Francisco Aular
faular@hotmail.com

Del Señor es la tierra y todo cuanto hay en ella, el mundo y cuantos lo habitan. Salmo 24:1 (NVI)

En medio de una conferencia que estaba realizando en la ciudad llanera de Calabozo, Venezuela, fui invitado a la casa de la familia Márquez, dueños de una arrocera. El señor Lebel Márquez, dado que al lado de su vivienda estaba la fábrica de arroz de su propiedad, me paseó frente a una gran máquina que él y sus hijos habían diseñado. Yo estaba maravillado, porque además de gustarme el arroz, pude apreciar parte del proceso desde la producción hasta el empaquetado que llega a nuestro hogar. Después del paseo nos sentamos a disfrutar el banquete que la señora Cira, su esposa, había preparado para nosotros. Sucedió, que en medio de la comida escuchamos un ruido estridente que salía de la máquina que ya habíamos visto. El señor Márquez se disculpó y rápido corrió hacia la máquina. Nosotros, llenos de curiosidad, salimos rápidamente detrás de él. El ingeniero mecánico encargado del mantenimiento ya estaba allí, pero no encontró la falla. Nunca olvidaré la escena, el señor Márquez fue exactamente al engranaje, a la pieza que había fallado. Saldada la dificultad, volvimos a la mesa. Inevitablemente, hice alusión a la manera como el señor Márquez me había sorprendido, yendo directamente a donde estaba el problema para solucionarlo. Lacónicamente, él me respondió: “Yo la hice”.
Algunas personas se atormentan con preguntas tales como: ¿Por qué existe el mundo? ¿De dónde vine y adónde voy? ¿Por qué existen las diferencias sociales y otras injusticias? ¿En dónde está Dios cuando yo sufro? ¿Por qué tengo problemas con el dinero, con mi cónyuge y mis hijos? Y allí no queda la cosa, todavía hay miles de preguntas más que superan la comprensión humana.
Sin duda, en una máquina, cada detalle tiene su motivo y, a menudo, un motivo esencial, en la cual, el más pequeño tornillo, como la rueda motriz, deben estar en su preciso lugar, de lo contrario, todo el mecanismo rehúsa funcionar. ¿Quién puede hacer mejor el trabajo de conservar la máquina y hacerla funcionar? Sin duda, un técnico que conozca el “porqué” de los más ínfimos detalles. Pero nadie podrá superar en su destreza y conocimiento al que fabricó la máquina. Indiscutiblemente, los que piensan que esa máquina es producto de la evolución y que hizo sola, estarán mucho más lejos del arreglo a la hora de la falla. No así, el que conoce al fabricante y acude a él.
Alcemos pues, las miradas hacia nuestro Creador, el Padre Celestial. Dios nos dejó la Biblia, su Palabra, el Manual viviente para que nos conduzca a Él. En efecto, la Biblia como dice un himno evangélico, es el tesoro de sabiduría, incalculable: Santa Biblia para mí/Eres un tesoro aquí, /Tú contienes con verdad/La divina voluntad/Tú me dices lo que soy/De quien vine y a quien voy.
Claro, es obvio pero de todos modos lo escribo. Hay una diferencia esencial entre nosotros y la máquina: ¡nosotros somos miembros vivientes y no un engranaje inanimado en este vasto universo! ¡Dios nos ha creado con un propósito eterno, el cual se va cumpliendo a través de los siglos! Dios no es un amo humano que tiene un látigo en sus manos para castigarnos, sino un Padre bueno y tierno. Pongamos en Él nuestra confianza, dejémonos conducir, seamos dóciles a las enseñanzas de su Palabra, no existe un “porqué”, sino un “para qué”; Dios tiene un propósito eterno y seguro para cada uno de sus hijos; no somos frutos de la casualidad. ¡Tenemos un bendito Creador y al salir de este mundo lo conocernos cara a cara! Los cristianos nacidos de nuevo tenemos que ser fieles en la posición que JESÚS compró en la cruz para nosotros y estaremos tranquilos en Él, de esta manera, tendremos la paz interior en medio de las tormentas de la vida, y la serenidad que Él nos dará por su gracia, estará por encima de cualquier circunstancia. Sí, nuestro Hacedor está en control.

Oración:
Amado Padre Celestial:
Por gracia, ¡oh Padre!
Somos hechos tus hijos
JESÚS, nuestro Señor y Salvador
Por Él, y en Él y para Él, fuimos adquiridos
Ayúdanos a andar con los ojos en Ti: fijos.
Perla de hoy:
Honramos el nombre de nuestro Creador cuando le llamamos Padre y vivimos como sus hijos.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un mandamiento a obedecer?
¿Existe un pecado a evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?

 

 

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