lunes, 19 de septiembre de 2011

¿Qué es nuestra vida?


Francisco Aular


¡Y eso que ni siquiera saben qué sucederá mañana! ¿Qué es su vida? Ustedes son como la niebla, que aparece por un momento y luego se desvanece. Santiago 4:14 (NVI)


¡Francisco! -dijo Shirley G. Clark, la presidenta de la Unión Bautista de Jóvenes-, tienes una parte para exponer en la iglesia de la revista de los jóvenes”. Yo tenía poco tiempo de haber llegado a la iglesia, así que me aterré todo y quise decir que no contaran conmigo, porque hablar en público no era mi fuerte, pero Shirley interpretó que mi silencio momentáneo era un sí. Pasé una semana angustiosa, pero un pensamiento que traía el fragmento que me tocaba exponer era: "Por este mundo pasaré solamente una vez, si hay una buena obra que pueda hacer, si hay una buena palabra que pueda decir; haré esa buena obra y diré esa buena palabra, pues ya nunca volveré a pasar por aquí" (Edmundo D' Amicis. "Corazón"). ¿Que cómo hablé? Bueno, sobreviví, y aquí estoy, pero desde ese entonces, ese pensamiento ha sido parte de mi vida. Sea que haya hecho algo bueno o cometido algún error; sea que se me hayan alabado o criticado, me he repetido a mí mismo: "Por este mundo pasaré solamente una vez", así que lo volveré a intentar. De igual manera me he dicho: La vida es breve y debo servirle a JESÚS de la mejor manera posible, el mayor tiempo posible y al mayor número de personas posibles. ¡No tengo otra oportunidad!

La carta de Santiago es eminentemente práctica. Pone a los lectores en acción. Porque Santiago, medio hermano de JESÚS, tuvo el gran privilegio de haber tenido en su propia casa, nada más y nada menos que a la Segunda Persona de la Trinidad. Santiago se convierte después de la resurrección de JESÚS, pero él no aprovechó a JESÚS, el Hijo de Dios humanado, al igual que muchos de los familiares y del pueblo del Señor. Por eso, Juan dice: "A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron" (Juan 1:11 RV60). Creo que el mayor de los remordimientos que vendrá a nosotros, algún día, al final de nuestras vidas, es el de no haber aprovechado las oportunidades que Dios nos dio para servirle mejor, que tuvimos sólo una vida para servirle a Dios, y no lo hicimos. Una cosa que debemos tener en cuenta es que el Señor no confía el mismo servicio a todos los creyentes; el Espíritu Santo se derramó en nosotros desde nuestra conversión (Romanos 5:5), y ahora tenemos tanto sus dones como su fruto en nosotros (Gálatas 5:23,24), y Él distribuye sus dones soberanamente, según su Voluntad. No todos reciben de Él la solicitud de un servicio de la misma magnitud. Aunque sea el más pequeño o el más humilde, uno tiene el deber de ser testigo fiel de su Amor y de su Gracia en donde se encuentre. No se trata de hacer algo para Él y su gloria por obligación, sino con un sentido de misión y de pasión contagiosos, sin tirar la toalla, sin mirar atrás, confiando en que Él nos dará el gozo de servirle, como dice el himnólogo Bentley De Forest Ackley (1872-1958), en el himno Gozo da servir a Cristo:

               I
Gozo da servir a Cristo;
En la vida diaria aquí;
Gozo, y grande alegría,
Siempre él me da a mí.

Coro:
Gozo hay, si en servir a Cristo,
Gozo en el corazón,
Cada día él da poder,
Me ayuda a vencer,
Y da gozo, gozo en el corazón.            

                II
Gozo da servir a Cristo;
Gozo que triunfante está
En la pena o tristeza:
Cristo todo vence ya.

              III
Gozo da servir a Cristo;
Aunque sólo ande yo;
Es el gozo permanente
Que el Calvario nos logró.

              IV
Gozo da servir a Cristo;
Gozo en la obscuridad,
Porque tengo el secreto,
De la Luz y la Verdad.

Oración:
Amado JESÚS: No quiero dejar pasar un tiempo más sin cumplir con la misión histórica que me señalaste. Tú quieres que yo te sirva con amor, gozo y humildad, sirviéndole a los demás seres humanos de mi generación, dándome todo, sin esperar recibir nada a cambio, porque en Ti lo tengo todo. Está escrito que pasaré por este mundo una sola vez, y quiero ser un instrumento en tus Manos hasta mi último aliento, de todo corazón para Ti. Amén.

Perla de hoy:
Frente al hecho de que estamos de paso, debemos comprender, de una vez por todas, que en esta vida humana y la vida espiritual, debemos tener una sola pasión: Él y solamente Él.

Interacción:
¿Qué te dice Dios hoy por medio de su Palabra?
Y en respuesta a ello…
¿Qué le dices tú a Él?

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