miércoles, 30 de octubre de 2024

LEJOS DE ROMA CERCA DE DIOS (2-3)

SELECCIONES
Perlas del Alma
Francisco Aular
faular @hotmail.com
JUEVES, 31 de octubre de 2024
Lectura devocional: Romanos 1:1-17 
Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá. Romanos 1:17 (RV60)
“¿Qué es Dios para los cristianos? Un gran castillo, un poderoso escudo, una buena arma”.
—Martín Lutero (1483 -1546).

EL AQUEL AÑO, EL 31 DE OCTUBRE cayó en domingo. Un domingo antes le pregunté a la iglesia: ¿Qué día celebramos el próximo domingo?, un primer grupo distraído, respondió: —¡Halloween!... No, les dije, ese día Martín Lutero, inició un evento llamado por los historiadores: La Reforma Protestante, y añadí: —¡Ese evento cambió la historia del cristianismo! Entre los que creen que son salvos por las buenas obras, y los creemos que somos salvos por la fe. Verdaderamente, ¡un regreso al Nuevo Testamento y sus enseñanzas!

 

Desde allí, Martín Lutero nunca vaciló en cuanto a la importancia de la Palabra de DIOS, tampoco vaciló en su empeño de hacer que se tradujera al alemán, su lengua materna. El latín era el idioma oficial de la religión, todo se hacía en un idioma casi desconocido para el pueblo, pero, sin duda, una de las grandes facetas de Lutero era la de escritor, así que, escondido en el Castillo de Wartburg, el reformador pasó por momentos de muchas aflicciones y pruebas, sin embargo, no estuvo ocioso, escribió, una docena de libros y tradujo todo el Nuevo Testamento del griego al alemán, en solo nueve meses, años más tarde hizo también la traducción completa de la Biblia de los idiomas originales al alemán. 

 

A la impresión y distribución de las Sagradas Escrituras, también contribuyó otro alemán, Johannes Gutemberg quien inventó la imprenta, y así, el primer libro que se imprime es precisamente, la Biblia. Desde aquel lejano día, e impulsado años más tarde por las Sociedades Bíblicas, ¡el Sagrado Libro no se ha dejado de imprimir y distribuir! Debo también dar crédito a las muchas y excelentes versiones católicas, que, ¡por fin!, se distribuyen en gran manera, cumpliéndose el sueño de Lutero y de los otros grandes reformadores protestantes: ¡Por lo menos una Biblia debe estar en cada hogar! 

 

En mi caso, y me emocion​o mucho al contarlo, un día, por cierto, Jueves Santo, tomé un ejemplar de la Biblia que había sido dedicada a un primo mío, pero en la misericordia de DIOS conmigo, no era para él, sino para mí, así que la tomé en mis manos y leyendo San Juan 17:20, ¡esa bendita Palabra habló a mi corazón, tuve un encuentro con el SEÑOR JESUCRISTO y nací de nuevo!, ya algunos amados evangélicos me habían dicho que hacer en un momento como aquel, yo era solamente un joven de 17 años, pero el ESPÍRITU SANTO me guió y me ha guiado no solo a oírla, leerla, estudiarla, memorizarla y meditarla, sino también, a practicarla. 

 

Soy producto de lo que DIOS ha hecho en la humilde vida de un hombre de pueblo por el poder de la Escritura. Para mí, la Biblia es mucho más que una guía doctrinal, toda ella es vida, produce la fe; produce cambios en mí, con ella asusto al mismo diablo, aliento al enfermo, sana mis heridas ya sean físicas, emocionales o espirituales, pero, por sobre todo, mediante la Palabra y el Espíritu Santo, nací de nuevo. ¡Con esta Palabra vivo, sin esta Palabra muero!

 

Lutero hizo mucho uso de la música como parte de la liturgia evangélica, y como lo dice el especialista y músico Cecilio McConnel en su libro “Comentario sobre los himnos que cantamos”: “Martín Lutero fue una de las figuras más sobresalientes en la historia de la iglesia cristiana. Su influencia en el himno también era descollante”.

 

Cuando Lutero apareció, el canto cristiano estaba en el nivel más bajo. Los pocos himnos eran cantados por personas eclesiásticas especializadas en latín un idioma que la mayoría de la gente no entendía (…) Lutero insistió en que tenía que ser en el idioma del pueblo y que toda la congregación cantase su regocijo en el SEÑOR, Martín Lutero fue también un poeta y escritor de muchos himnos, uno de ellos es considerado el himno nacional del pueblo evangélico, me refiero a “Castillo fuerte es nuestro Dios”, porque entre otras cosas, gracias a su amigo el elector Federico el Sabio de Sajonia, señor de Wittemberg dentro de cuya jurisdicción vivía Lutero, lo salvó de las garras de sus enemigos que querían matarlo, como lo habían hecho cien años antes con Juan Huss. 

 

Oración:

Amantísimo Padre Celestial:

Gracias por darnos tu Palabra que es fiel y verdadera. Ayúdame a vivirla por el poder de tu Santo Espíritu. En el nombre de JESÚS, amén.

Perla de hoy:

Los tesoros de la Biblia están a la disposición de los que escarben buscándolos.

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