viernes, 22 de marzo de 2019

El salto de la esperanza

Francisco Aular        
perlasdelalma@gmail.com
Lectura devocional: Romanos 15:7-13
Que el Dios de la esperanza los llene de toda alegría y paz a ustedes que creen en él, para que rebosen de esperanza por el poder del Espíritu Santo. Romanos 15:13 (NVI)

El salto formidable

El doctor Emeterio Gómez, economista, filósofo y catedrático venezolano, convertido desde la fila del ateísmo, escribió: “El Cristianismo es el salto formidable de una visión del Hombre centrada en lo natural, la necesidad, la Razón, la exterioridad y el mundo, a otra centrada en el Espíritu, la libertad individual, la interioridad, el alma, la conciencia y la persona. Pero es, sobre todo, el salto espectacular del pensamiento inerte a la calidez de los sentimientos y, más aún, ¡a la dureza de los sufrimientos! De los conceptos y Esencias abstractas, muertas y vacías, a la Existencia, a la vida concreta y fáctica, "de carne y hueso.” (Emeterio Gómez, El cristianismo: la gran esperanza,
El Universal, Caracas, domingo 29 de marzo, 2009.)

El desafío viviente

Como consecuencia, desde los primeros siglos del Cristianismo hasta nuestros días, los discípulos de JESÚS han sido un enigma y un desafío para aquellos que los contemplan desde lejos, pero que no ha puesto su única confianza en JESUCRISTO para la salvación eterna. Los historiadores paganos se maravillaban de que hombres, mujeres y hasta niños se dejaran despedazar por las fieras, quemar en las hogueras, sufrieran en las cárceles y, el ostracismo, pero ellos prefirieron padecer, antes que negar su amor, su fe y su esperanza en JESÚS. El sufrimiento de los cristianos no se ha detenido a través de los siglos, por ello, en la Edad Media con su terrible Santa Inquisición, y hasta el día de hoy, hombres, mujeres y niños han continuado padeciendo por JESÚS y dando sus vidas por Él. ¿Cómo podemos explicar esa esperanza gloriosa de la vida cristiana, y este fenómeno de devoción tan extraordinarios?...

Relación contra religión

Como hoy, había muchas religiones en los días de los Apóstoles, pero el Cristianismo se impuso. Esto es posible porque la esperanza del Cristianismo está fundamentada en una relación personal con JESÚS; Pablo nos dice: “Que el Dios de la esperanza los llene de toda alegría y paz a ustedes que creen en él…” Ciertamente, “toda legría y paz”, son las consecuencias de una persona que tiene buena relación con Dios, debemos señalar que, el Apóstol escribe 30 años después de la resurrección de JESÚS a una iglesia compuesta tanto por judíos como gentiles. Estos eran creyentes, que así como nosotros hoy en día, habían tenido un encuentro con JESÚS aunque nunca lo habían visto. Dado que la fe salvadora viene por oír la Palabra de Dios, por eso, no hace falta demostraciones de fenómenos metafísicos para depositar nuestra fe únicamente en JESÚS, como nuestro Señor y Salvador. Esta es una decisión individual; Dios establece con sus hijos una relación personal por medio de JESÚS (Juan 1:12). ¡La esperanza de la resurrección y ser llamados hijos de Dios, es el único fundamento “para que rebosen de esperanza por el poder del Espíritu Santo.”  ¡El reboso de la esperanza de JESÚS que vive en mí es dinamizada por el poder del Espíritu Santo! ¡Nada ni nadie la podrá apagar!

Fuente de la esperanza

La esperanza del Cristianismo se apoya en la nueva persona que Dios forma, el “Hombre Nuevo” (Juan 3:3), el cual no es fruto de nada externo, sino de la metamorfosis que ocurre de adentro hacia afuera, por el poder del Espíritu Santo y su Palabra. Así las cosas, el Evangelio no se propone cambiar la sociedad sino al individuo, y esto lo hace Dios mismo, según su voluntad. El encuentro individual con JESÚS es como si uno volviera a nacer. Con esta idea Pablo lo explica así: “Ahora que estamos unidos a Cristo, somos una nueva creación. Dios ya no tiene en cuenta nuestra antigua manera de vivir, sino que nos ha hecho comenzar una vida nueva. Y todo esto viene de Dios. Antes éramos sus enemigos, pero ahora, por medio de Cristo, hemos llegado a ser sus amigos, y nos ha encargado que anunciemos a todo el mundo esta buena noticia: Por medio de Cristo, Dios perdona los pecados y hace las paces con todos” (2 Corintios 5:17-19 LBLA). El Hombre Nuevo es JESÚS viviendo en nosotros: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí” (Gálatas 2:20 RV60). Por esa razón, ser cristiano nacido de nuevo es el salto de la esperaza. En resumen, la esperanza no es algo, es Alguien: ¡CRISTO vive en mí!

Oración:
Amantísimo Padre Celestial:
¡Gracias por enviarnos a JESÚS a empequeñecerse como uno de nosotros para que fuésemos engrandecidos! Ayúdame a anunciar por donde yo vaya, estas buenas noticias de de fe, esperanza y amor. En el nombre de JESÚS. Amén.
Perla de hoy:
La iglesia del SEÑOR JESÚS es la esperanza de un mundo sin Dios para cambiarlo, influirlo e impactarlo.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento por obedecer?
¿Existe algún pecado por evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo? 

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