martes, 26 de marzo de 2019

¡El poder de la esperanza!

Francisco Aular
perlasdelalma@gmail.com
Lectura devocional: Isaías 9:1-7 
Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz. Isaías 9:6 (RV60)

¿Qué es la esperanza?

"Este año el horizonte de la esperanza se oscureció (…) parece que el mundo se está derrumbando mientras se acumulan las crisis y se extiende la enfermedad".  Así se expresó hace unos años el Secretario General de las Naciones Unidads Ban Ki-Moon, ante 140 jefes de estado de los países que componen esta máxima organización, sobre el oscuro panorama de la situación mundial. Por eso podemos afirmar contundentemente que lo que el mundo necesita es el verdadero mensaje de la esperanza. El diccionario DRAE, entre otras acepciones, nos dice: “La esperanza es la doctrina cristiana, virtud teologal por la que se espera que Dios dé los bienes que ha prometido”.  De hecho, cada año la cultura occidental celebra al menos dos grandes acontecimientos, la Navidad y también el recordatorio de la Pasión de CRISTO, en lo que llamamos, la Semana Santa. En efecto, en ambas fechas vemos el cabal cumplimiento de más de 300 profecías del Antiguo Testamento relacionado con El Mesías JESÚS: “Alaben al Señor, el Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo. Nos envió un poderoso Salvador del linaje real de su siervo David, como lo prometió mediante sus santos profetas hace mucho tiempo” (Mateo 1:68-70, NTV). De esta manera  pudiéramos decir que todo el fundamento de nuestra fe cristiana se resume en la esperanza, al lado de la fe, y el amor (1 Corintios 13:3). 

Usted no puede leer las profecías de la Biblia sobre el nacimiento del Mesías sin la esperanza de su fiel cumplimiento. Porque dicha promesa fue hecha en medio de situaciones muy parecidas a las que confrontamos es estos días en el mundo: “El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz; los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos” (Isaías 9:2, RV60). Como todas las profecías, esta de Isaías, tiene un mensaje doble, el Rey vino a fundar Su Reino, hace dos mil años, se cumplió en parte; pero volverá para reinar para siempre y nosotros reinaremos con Él, ¡Hoy estamos con la esperanza viviente en que será pronto! Nunca como hoy una densa oscuridad se desplaza trayendo sobre la humanidad, dolor y angustia; hay un clima sombrío que amenaza con llevarnos a la depresión y destrucción final como seres humanos. La Biblia nos habla de cuando nosotros no habíamos experimentado el nuevo nacimiento: “En esos tiempos, ustedes vivían apartados de Cristo. No se les permitía ser ciudadanos de Israel, y no conocían las promesas del pacto que Dios había hecho con ellos. Ustedes vivían en este mundo sin Dios y sin esperanza” (Efesios 2:12, NTV). ¡Es imposible que los dirigentes mundiales de ayer, hoy y mañana nos den de lo que no tienen, esperanza! Solamente los cristianos nacidos de nuevo pueden ser optimistas con relación al mundo y a su futuro: Anunciando el misterio que se ha mantenido oculto por siglos y generaciones, pero que ahora se ha manifestado a sus santos. A éstos Dios se propuso dar a conocer cuál es la gloriosa riqueza de este misterio entre las naciones, que es Cristo en ustedes, la esperanza de gloria” (Colosenses 1:26,27; NVI).

La esperanza en acción

Por otra parte, la esperanza no es solamente sentarse a esperar que Dios nos ayude, ¡la esperanza cristiana no es algo sino Alguien: JESÚS! Es más que una fe subjetiva porque es actuar en hechos concretos como lo hicieron los cristianos nacidos de nuevo del primer siglo. Ellos emprendieron grandes cosas en el nombre de Dios y se lanzaron a la conquista de un mundo en tinieblas, porque creyeron a la verdad bíblica: “Cristo en ellos, la esperanza de gloria”. En otras palabras, como lo dijo un hombre de Dios: “La esperanza se nos da a favor de los que no la tienen”. Les confieso que la presentación que Dios hace en la profecía del nacimiento de su Hijo JESÚS me deja sin aliento por lo asombrosa: “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz” (Isaías 9:6, RV60). Sí, ¡JESÚS es la única esperanza! Así, que por todo esto soy optimista a tiempo completo. Por ello, hoy viviré con la esperanza que vive en mí y se la mostraré a los que no la tienen. ¡Gracias al Eterno por darme nueva vida y nueva esperanza! JESÚS al Encarnarse como un ser humano y vivir como nadie vivió, nos mostró: ¡El Poder de la esperanza!

Oración:
Padre Eterno:
¡Gracias por darme nueva vida y nueva esperanza por medio de JESÚS! Ayúdame a llevar esta Buena Nueva a quienes viven sin Dios y esperanza en el mundo. Que pueda mostrar tu gracia y el poder la esperanza en mí por dondequiera que vaya. En el nombre de JESÚS. Amén
Perla de hoy:
JESÚS por Su Encarnación y Su Resurreción, nos heredó: ¡El poder da esperanza!
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento a obedecer?
¿Existe algún pecado a evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Déjanos tus comentarios