jueves, 24 de mayo de 2018

Escuela para padres

Francisco Aular
perlasdelalma@gmail.com
Lectura devocional: Salmo 128
Tu esposa será como una vid fructífera, floreciente en el hogar. Tus hijos serán como vigorosos retoños de olivo alrededor de tu mesa. Salmo 128:3 (NTV)

En nuestro calendario denominacional anual, encontramos que mayo es el Mes del Hogar y la Familia. Ciertamente, la familia es tan importante en el plan de Dios para forjar el reino que está en proceso para Su Hijo JESUCRISTO en la eternidad futura que la Segunda Persona de la Trinidad, vino a este mundo, en el seno de una familia. En efecto, la Biblia es un Manual para que la familia se forme, desarrolle y cumpla su propósito eterno que estuvo en la Mente de Dios antes de la formación del mundo. Por sobre todo, es una escuela para padres.

En efecto, toda la Biblia es una escuela que nos forma para la vida, “en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y el conocimiento” (Colosenses 2:3 RV60), sus verdades están abiertas delante de nosotros porque cada día que pasa, tú y yo, estamos escribiendo la historia de nuestras vidas con lo que somos y hacemos, y será de bendición cuando nuestros hijos estudien su pasado, dentro de algunos años,  y sepan que sus padres, muchas veces fueron al viejo Libro para que ellos fueran tratados “como vigorosos retoños de olivo alrededor de tu mesa”. Es decir, hijos amados en todo tiempo y en toda circunstancia, cultivados para dar lo mejor de sí en todo lo que hagan para la gloria de Dios.

En los Salmos 127 y 128, encontramos cuatro momentos o etapas principales por las que atraviesa una familia, estas son: La familia en su fundación, desde la boda a la llegada del primer hijo (Salmo 127:1,2); la familia y sus hijos emprendiendo juntos el camino de la grandeza familiar (Salmo 127:3-5); el tercer momento, la familia y el cumplimiento de su propósito, la Biblia es una escuela para padres (Salmo 128:1-3; y, finalmente la familia y el nido vacío (Salmo 128:4-6). Todos estos momentos son importantes dentro del poco espacio y tiempo en que estaremos en este mundo.

Las especialidades en consejería para la familia aumentan cada día, si va a una librería buscando textos que traten el tema de la familia, le quedarán muchos peldaños de libros que ni siquiera podrá hojear, hay muchísimos en el mercado; sin embargo, tendrá que tener cuidado porque muchos de esos libros han salido de laboratorios humanos que no contemplan, para nada, la opinión divina. Busque la opinión de comentaristas bíblicos, y usted mismo, bajo la orientación del Espíritu Santo, vaya a la escuela para padres que es la Biblia.

El tercer momento de la familia, es un tiempo agotador puede abarcar unos 20 años, es etapa para educar, corregir, modelar, edificar en amor y disciplina, y finalmente, los enamoramientos de los retoños, posterior casamiento, y quedar de nuevo con el nido vacío como al principio.

Es igualmente interesante notar que el salmista aconseja que todas las etapas de la familia  deben estar bajo la dirección de Dios para que la familia sea feliz: “¡Qué feliz es el que teme al Señor, todo el que sigue sus caminos! Gozarás del fruto de tu trabajo; ¡qué feliz y próspero serás!” (Salmo 128:1,2 NTV). Así que en esta escuela para padres que es la Biblia, debemos aprender a amar a Dios por sobre todas las cosas, y a buscarlo a Él como una acción de nuestra voluntad, mucho más allá de simple experiencia emocional: “Busquen el reino de Dios por encima de todo lo demás y lleven una vida justa, y él les dará todo lo que necesiten. Así que no se preocupen por el mañana, porque el día de mañana traerá sus propias preocupaciones. Los problemas del día de hoy son suficientes por hoy” (Mateo 8:33,34 NTV). Por supuesto, la iglesia en todas las etapas de la familia es un medio de gracia para ayudarnos al triunfo final, y debemos enseñar por medio del ejemplo a nuestros hijos, el compromiso innegociable con nuestra membresía responsable en una iglesia local.

Aunque pareciera que el hogar, el matrimonio y la familia como lo presenta la Biblia, sucumbieran a todos los ataques y por todos los frentes que por diversos enemigos les llega, yo soy optimista, y sé que Dios todavía está con nosotros; Él es nuestra única esperanza. Nuestra oración de hoy es el himno: Danos un bello hogar de B.B. McKinney. ¡Hazlo tuyo y vívelo!
I
Danos un bello hogar:
Donde la Biblia se pueda ver;
Donde tú amor bienestar nos dé;
Donde en ti todos tengan fe.
¡Danos un bello hogar¡
¡Danos un bello hogar¡
II
 Danos un bello hogar:
Donde el padre es fuerte y fiel;
Donde no haya el sabor a hiel,
Donde en su ambiente haya sólo miel.
¡Danos un bello hogar¡
¡Danos un bello hogar¡
III
Danos un bello hogar:
Donde la madre con devoción,
Sepa mostrarnos Tú compasión.
Donde tú habites con santa unción.
¡Danos un bello hogar¡
¡Danos un bello hogar¡
IV
Danos un bello hogar:
Donde los hijos podrán saber
Como Jesús los quiere ver
A su amparo y así vencer.
¡Danos un bello hogar¡
¡Danos un bello hogar¡
(Himnario de alabanza evangélica, número 405, EMH, 1978)
La primera lección de la Escuela para padres es amar a Dios y honrar a los padres. Y esto se aprende en todas las etapas de la familia.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento a obedecer?
¿Existe algún pecado a evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?


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