lunes, 4 de junio de 2012

Hoy es tiempo de orar


Francisco Aular

Así que recomiendo, ante todo, que se hagan plegarias, oraciones, súplicas y acciones de gracias por todos, especialmente por los gobernantes y por todas las autoridades, para que tengamos paz y tranquilidad, y llevemos una vida piadosa y digna. 1 Timoteo 2:1,2 (NVI)

Si alguna vez se necesitó oración por el mundo en el cual vivimos es ahora. Nuestro mundo ya no es aquel en el cual nacimos los que tenemos varias décadas encima. Aunque los humanos pecadores siempre hemos sido iguales, nuestros días contemplan una multiplicación de la maldad, como si el mismo Satanás hubiese abierto las puertas del infierno y lanzado a sus demonios por toda la tierra. Nuestro mundo ha emprendido un viaje sin retorno a su propia destrucción, y el ser humano sin Dios nunca podrá detenerlo. Vivimos en el período más difícil de la historia de la humanidad y lo que necesitamos ahora es a JESÚS y su mensaje de amor, fe y esperanza.
El apóstol Pablo vivió igualmente en un mundo en crisis bajo la dictadura del imperio romano. Siguiendo el ejemplo de JESÚS, el Apóstol no dedicó ninguna línea de sus numerosos escritos a la historia profana, excepto para pedir "plegarias, súplicas y acciones de gracias por todos especialmente por los gobernantes y por todas las autoridades". Usted podría criticar a JESÚS y a Pablo por sus posiciones políticas al respecto, sin embargo, hoy en día los recordamos por lo que fueron, pero de los gobernantes que ostentaban el poder en aquella época, el mundo los ha puesto en el olvido. Como decía mi buen profesor el doctor Roy Lyon en mis días de seminarista: "El gran apóstol Pablo murió decapitado por orden del emperador Nerón, pero hoy en día, cuando a usted le nace un niño le pone por nombre Pablo en honor del Apóstol, pero si le regalan un perro bravo usted lo nombra Nerón". ¡Esa es la gloria con que la historia premia a los dictadores!
El famoso predicador, doctor Billy Graham ha contado en sus predicaciones y en sus libros, la conversación que tuvo hace muchos años en Nueva York con el señor Dag Hammarskjold, entonces Secretario General de las Naciones Unidas. Relata: “Durante nuestra conversación parecía profundamente deprimido. Mirando desde la ventana el panorama de Nueva York, dijo con voz queda: "No veo esperanza de una paz permanente para el mundo. Lo hemos intentado arduamente, y hemos fracasado miserablemente". Después de una pausa me miró y dijo: "A no ser que el mundo tenga un renacimiento espiritual dentro de los próximos años, la civilización estará condenada…”.
Escucho que un grupo de pastores de mi denominación bautista del sur en Estados Unidos han tomado sus púlpitos para fijar sus posiciones políticas a favor de determinados candidatos, y desde allí hacen sus propagandas… ¡En tiempos como este, no es hacia la política partidista que debemos mirar sino hacia Dios! Esto mide un poco hasta dónde hemos descendido nosotros conjuntamente con nuestra generación. ¿Dónde están los hombres y mujeres de Dios que oran por un avivamiento espiritual? Hoy necesitamos a hombres como Abraham, intercediendo por un pueblo pagano como Sodoma y Gomorra; como Moisés, intercediendo delante de un Dios airado por el pecado idolátrico de Israel, su pueblo. El Señor le dijo: "Déjame que los destruya" (Deuteronomio 9:14 NIV). Moisés se asustó de la ira y el justo enojo de Dios, pero libró una de las grandes batallas que los intercesores por sus naciones hacen, y con esa grandeza que sólo tienen los hombres y mujeres de oración por sus pueblos, dijo: "Volvió entonces Moisés para hablar con el Señor, y le dijo: — ¡Qué pecado tan grande ha cometido este pueblo al hacerse dioses de oro! Sin embargo, yo te ruego que les perdones su pecado. Pero si no vas a perdonarlos, ¡bórrame del libro que has escrito!" (Éxodo 32:31,32 NIV).
De hecho, nosotros sabemos que cuando oramos Dios obra. La oración es un asunto serio que puede sacudir a nuestras naciones y al mundo entero. Yo la he llamado la bomba "O", detonémosla, porque Dios puede cambiar la historia si consigue que alguien ore. No es que la oración sea poderosa en sí misma, sino que es Dios Todopoderoso quien promete hacer grades cosas y vencer dificultades que nosotros desconocemos: "Clama a mí y te responderé, y te daré a conocer cosas grandes y ocultas que tú no sabes" (Jeremías 33:3 NIV). Unámonos a los ministerios de oración por un mundo en crisis porque es tiempo de orar.

Oración:
Señor, Dios del cielo, grande y temible, que cumples el pacto y eres fiel con los que te aman y obedecen tus mandamientos, te suplico que me prestes atención, que fijes tus ojos en este siervo tuyo que día y noche ora en favor de tu pueblo Israel. Confieso que los israelitas, entre los cuales estamos incluidos mi familia y yo, hemos pecado contra ti. Te hemos ofendido y nos hemos corrompido mucho; hemos desobedecido los mandamientos, preceptos y decretos que tú mismo diste a tu siervo Moisés.  »Recuerda, te suplico, lo que le dijiste a tu siervo Moisés: "Si ustedes pecan, yo los dispersaré entre las naciones: pero si se vuelven a mí, y obedecen y ponen en práctica mis mandamientos, aunque hayan sido llevados al lugar más apartado del mundo los recogeré y los haré volver al lugar donde he decidido habitar." »Ellos son tus siervos y tu pueblo al cual redimiste con gran despliegue de fuerza y poder. Señor, te suplico que escuches nuestra oración, pues somos tus siervos y nos complacemos en honrar tu nombre. Y te pido que a este siervo tuyo le concedas tener éxito y ganarse el favor del rey. » (Nehemías 1:5-11 NIV).
Perla de hoy:
Dios es todavía el Dios de la historia. Nada humano es demasiado grande o demasiado pequeño como para no llevarlo delante de Él.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un mandamiento a obedecer?
¿Existe un pecado a evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?


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