miércoles, 20 de junio de 2012

El incomparable JESÚS

Francisco Aular                                            

Para que ante el nombre de Jesús se doble toda rodilla en el cielo y en la tierra y debajo de la tierra, y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre. Filipenses 2:9-11 (NVI)

¿Qué hace tan especial al cristianismo? Ciertamente que como religión ha tenido sus fallas, aunque es innegable su aporte positivo al desarrollo de los individuos y de la humanidad. Lo que lo hace especial es JESÚS, su fundador. JESÚS es el Único Hijo de Dios en su carácter y obra; es Dios con nosotros; Él es poseedor de la naturaleza divina y de la humana; sujeto a sufrimientos, necesidades y muerte; además de ello, la eficacia de su muerte en la cruz, el poder de su resurrección de entre los muertos; el poder trascendente de su ascensión, y el triunfo final en la entronización, todos esos siete elementos reunidos, por decirlo en alguna manera, en JESÚS, hacen de Él un ser incomparable.
En efecto, los sesenta y seis libros de la Biblia proclaman a JESÚS. Su tipología arranca desde Génesis 3:15; se hace presente en forma maravillosa en más de 300 profecías del Antiguo Testamento que apuntan hacia Él. Llegamos al Nuevo Testamento y JESÚS abre las páginas con su nacimiento, y las cierra en Apocalipsis con su entronización en la Nueva Jerusalén. ¡JESÚS es incomparable!
Sin JESÚS no tuviéramos cristianismo; sin JESÚS no tuviéramos Iglesia; sin JESÚS no supiéramos quién es Dios como Padre; sin JESÚS nunca hubiéramos conocido de alguien que vivió una vida extraordinaria y es modelo de ser humano y de Dios; sin JESÚS no supiéramos lo que es el amor, el perdón, la fe y la esperanza; sin JESÚS no tuviéramos salvación y vida eterna; sin JESÚS no tendríamos respuestas a nuestras oraciones; sin JESÚS no hay buenas nuevas de salvación; sin JESÚS no conoceríamos la verdad que proclama que estamos en un período de transición entre su promesa de que Él mismo vendrá por su Iglesia en el rapto; sin JESÚS no tuviéramos la esperanza de su triunfo final en su Segunda Venida, cuando vendrá a juzgar a los vivos y a los muertos. Debido a todas estas verdades bíblicas, el cristiano nacido de nuevo no es vencido por las circunstancias ni el pesimismo, vive seguro de cara a un fabuloso futuro que le espera; el verdadero cristiano sabe que aunque está en este mundo, no pertenece a este mundo, no cambia lo eterno por lo temporal.  El Apóstol lo describió con cuatro palabras, él dijo que en JESÚS: “Somos más que vencedores” (Romanos 8:37). Sí, el Día del SEÑOR vendrá, ese día en que toda la creación en el nombre de JESÚS doblará sus rodillas, y todo ser humano tendrá que confesar que JESÚS el incomparable: ¡Es el SEÑOR!

Oración:
Padre eterno: ¡Gracias por enviarnos a JESÚS! Ayúdame a vivir para su honra y gloria. Amén
Perla de hoy:
Nadie ha ejercido una influencia tan positiva sobre el individuo y la humanidad como JESÚS: ¡Síguelo!
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un mandamiento a obedecer?
¿Existe un pecado a evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?


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