lunes, 9 de mayo de 2011

De la curiosidad a la salvación

Francisco Aular

Jesús le dijo: Hoy ha venido la salvación a esta casa; por cuanto él también es hijo de Abraham. Lucas 19:9

¿Están realmente perdidos los seres humanos sin JESÚS?”, así rezaba el cartel que colgaba sobre mi cabeza cuando diserté sobre quién es Jesús. Los jóvenes cristianos de la universidad que me invitó, habían hecho un gran trabajo porque el auditorio estaba lleno. Me recibieron con un aplauso, y mientras me presentaban, yo oraba que aquellos aplausos del inicio se convirtieran en alabanzas a nuestro Dios al finalizar mi conferencia. Al terminar mi conferencia, ciertamente, 16 jóvenes hicieron decisión de fe, aceptando a Jesús como Señor y Salvador.

¿Quién dijo que los seres humanos sin JESUS están perdidos? La Biblia nos dice que los seres humanos sin JESUS están perdidos. Por eso, la Biblia es ante todo, la Historia de la Salvación del ser humano. Pero esto supone un estado anterior de perdición. JESUS definió su misión en este mundo en forma tan clara que no nos deja ninguna duda de la verdad de la condición del ser humano: “Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y salvar lo que se había perdido” (Lucas 19:10).

En efecto, la verdad es que el ser humano delante de Dios se perdió, y se echó a perder. Lo ilustraré de la siguiente manera: Es como cuando un ladrón nos roba la cartera con su contenido, la cartera pasa de nuestro bolsillo al del que se la llevó, pero no es que se daña, sino que se extravía, no está en su lugar. Así, Dios, hizo al ser humano para Él, pero Satanás se lo llevó para su propio servicio, y ahora el ser humano, “está muerto en su delitos y pecados” con respecto a su relación con Dios, es decir, para usar palabras comunes, es “cartera” en el bolsillo de otro que no es Dios. Daré otro ejemplo, si uno compra un kilo de carne, y sin ponerlo a refrigerar se va de viaje por dos días, al retornar, la carne se habrá echado a perder. El ser humano delante de Dios está perdido y echado a perder. El ser humano descendió de ser un hijo de Dios y su amigo, a ser su enemigo y esclavo del pecado y de Satanás. Así, cuando éramos enemigos de Dios, y perdidos de su plan para el ser humano, vino Jesús a buscarnos y reconciliarnos con Dios. En la salvación, Dios toma la iniciativa en buscar al ser humano, aunque a veces pareciera que es el ser humano quien busca a Dios.

El que Dios tome la iniciativa, lo podemos ver claramente con la historia de  Zaqueo, el cobrador de impuestos y hombre muy rico, quien movido, tal vez, por la conciencia de pecador o por la curiosidad natural, vino a ver a Jesús. Debió haberse quedado mudo cuando Jesús le dijo: “Zaqueo, date prisa desciende porque hoy es necesario que pose yo en tu casa”, Zaqueo no sólo vio a Jesús, sino que se convirtió en su discípulo. Debemos entender que la salvación no es algo, sino Alguien: ¡Jesús morando en nosotros!


Oración:
Amantísimo Padre Celestial
Tú eres el autor de la salvación eterna porque quieres que lleguemos a ser tu familia en esta vida presente y en la venidera. ¡Gracias Señor por esta salvación tan grande por la que yo puedo honrar tu amor por mí, viviendo con el gozo de haber llegado a ser, no solamente una creación tuya, sino tu hijo. Ayúdame a anunciar esta verdad. En el nombre de JESUS, amén.


Perla de hoy:
La salvación es gratuita, pero llegar a ser un verdadero discípulo del Señor nos costará lo que somos y tenemos. Dígale al Señor que usted quiere ser un verdadero discípulo en su reino.


Interacción:
¿Qué te dice Dios hoy por medio de su Palabra?
Y en respuesta a ello…
¿Qué le dices tú a Él?

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