lunes, 8 de abril de 2024

¡AFÉRRATE A TUS SUEÑOS!


Francisco Aular
faular@hotmail.com
MARTES, 9 de abril de 2024
Lectura devocional: Génesis 37.1-11
Al poco tiempo José tuvo otro sueño y de nuevo se lo contó a sus hermanos.—Escuchen, tuve otro sueño —les dijo—. ¡El sol, la luna y once estrellas se inclinaban ante mí! Génesis 37:9 (NTV)

El relato bíblico sobre José, uno de los doce hijos de Jacob, es una vida llena de enseñanzas valiosas para los que somos soñadores. Así es, aquel joven había nacido de la hermosa Raquel, la esposa amada de Jacob y era el hijo preferido de su padre. Como era un soñador oníricamente hablando tuvo una visión de lo que DIOS hará con él. José, soñaba y contaba sus sueños a sus padres y hermanos. Esos sueños y su manera de interpretarlos, despertaron la envidia de sus hermanos, hasta que lo vendieron a unos mercaderes. Pero ¡José se aferró a sus sueños y venció! Su historia tiene un final feliz!

¿Me has oído la historia de mi perrito Jimmy? Pues bien, un día llegó a nuestra casa, “Jimmy”, como regalo a una primita en su primer cumpleaños. Era un perrito raza “cacri” (callejero con criollo); se ganó rápidamente el corazón de todos en casa, y particularmente se convirtió en “mi mejor amigo”. Era inteligente y un poco cómico, en las navidades de ese año los vecinos se divirtieron de lo lindo con “Jimmy”, porque lanzaban al aire los fuegos artificiales de la época, y él saltaba en un vano intento por atraparlos. Jimmy era pequeño, de color blanco con una raya marrón que le nacía en el lomo y dividía su carita en dos, sus orejas eran grandes y al moverlas y por sus ladridos, yo sabía lo que quería. 

Muchas cosas acontecieron desde que “Jimmy” llegó a mi vida, pero uno de los hechos -que mis hijos, cuando eran pequeños, me pedían que les relatara con frecuencia- ocurrió el día en que me defendió y expuso su vida por mí. 

Pasó así: Tal y como acostumbrábamos diariamente fuimos a hacer las compras, él siempre iba delante y yo lo seguía sin perderlo de vista, él siempre llegaba primero a la tienda, y algunas veces, el carnicero le tenía un huesito. De retorno a casa cambiábamos de lugar, yo iba delante y el detrás entretenido con su hueso, que sólo soltaba para ladrar a los otros perros que respondían desde sus casas el saludo. 

De repente, en una esquina, un señor italiano recién llegado al barrio apareció en escena, venía con su perro gigante y mal encarado que de inmediato se abalanzó sobre mí; el hombre le gritaba en italiano y yo le gritaba en español, pero el perro no se detenía. 

En fracción de segundos, “Jimmy”, que por el susto no me acordaba de él, entró en escena. Era una pelea desigual, temía por mi perro. Los vecinos salieron, algunos gritaban al señor italiano que evitara que su perro matara al mío -ya les dije que “Jimmy” tenía su público-, en un momento, ambos animales se trabaron en lucha, daban vueltas y vueltas, hasta que el perrote empezó a dar aullidos de dolor, y fue entonces, que descubrimos que “Jimmy” tenía asida la cola de su contendor entres los dientes, así que yo mismo, tuve que ayudarlo a abrir su hocico para que lo soltara. ¡Todos aplaudían! 

Aquel día aprendí algo que me ha ayudado en mi liderazgo con iglesias pequeñas. ¡No importa el tamaño del desafío, lo importante es la visión y la pasión para acometer en el nombre del SEÑOR! Cómo oró el profeta Eliseo por su discípulo Giezi en el “Valle de la visión”: “Señor, ábrele a Giezi los ojos para que vea.” El Señor así lo hizo, y el criado vio que la colina estaba llena de caballos y de carros de fuego alrededor de Eliseo. (2 Reyes 6:16,17) ¡Sin visión no habrá sueños para cumplir!

En la vida cristiana, debemos llenarnos de la visión divina para compartir a JESÚS y extender Su reino en toda la tierra. Esto es muy sencillo porque, el fruto de un cristiano es otro cristiano, y el de una iglesia es otra iglesia. ¡Ese es un sueño puesto por el mismo DIOS que inspiró a José! ¡Que Dios nos abra nuestros ojos para ver con los ojos del alma, nuestros sueños una realidad! 

Sé que todo depende del líder que está al frente del ministerio. Una sola cosa le pido al SEÑOR y lo palpo como nunca al final de mi vida que no ¡deje de soñar grandes cosas para Su honra y gloria!

Así nosotros, como pueblo de DIOS, tenemos que soñar grandes sueños y aferrarnos a ellos como mi perrito “Jimmy” con el perro grande, ¡no soltarlos hasta que los venzamos! 

También desde ese día entendí el dicho: “No es el tamaño del perro en la lucha, sino, la lucha en el perro lo que vale”. ¡No importa el tamaño de nuestra iglesia, sino el tamaño de nuestro DIOS! No sé cuál es tu plan personal o para la obra de DIOS, solo una cosa es necesaria al visionar y soñar con tu meta final: ¡Aférrate a tus sueños!

¡Adelante, siempre adelante!

Oración:
PADRE ETERNO:
La idea de escoger a una manada pequeña metida en un barrio a donde nadie va, o debajo de un puente o un árbol, tal vez en una cocina o una sala de un hogar, y de utilizar a hombres y mujeres comunes con visión y pasión para dar inicio al trabajo extraordinario de levantar una catedral para Ti, no es humano, nace en tu Corazón. Gracias, amado DIOS, porque en eso andamos por el mundo entero, somos tu Pueblo Visionario; danos tu bendición. En el nombre de JESÚS. Amén.
Perla de hoy:
¡No importa el tamaño del desafío, lo importante es la visión y la pasión para acometer en el nombre del SEÑOR!
*****

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Déjanos tus comentarios