miércoles, 7 de diciembre de 2022

Navidad: “SE HIZO POBRE, SIENDO RICO” (3-3)

Perlas del Alma

Francisco Aular

JUEVES, 8 de diciembre de 2022

faular@hotmail.com

Lectura devocional: 2 Corintios 8.1-15

Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos. 2 Corintios 8:9 (RV60)


“Nunca dirigió un ejército, ni destacó un soldad, ni disparó un fusil: pero ningún jefe ha tenido su mando más voluntarios, ni ha obligado a más rebeldes a deponer las armas y rendirse sin disparar un solo tiro”. —Anónimo


Se dice del libertador Simón Bolívar que la Biblia, era su libro preferido, especialmente los Proverbios; JESÚS fue una inspiración constante para el libertador venezolano. En una recepción que se le hizo en Ecuador, expresó su admiración por el HIJO de DIOS, al decir: “Jesús, fue la luz de la tierra, no quiso dignidades ni coronas en el mundo. El llamaba a los hombres hermanos, les enseñó la igualdad, les predicó las virtudes civiles más republicanas y les mandó a ser libres porque los amonestó que debían de ser perfectos. No hay perfección en la servidumbre, ni moral en el letargo de las facultades de la humanidad.” 

(Simón Bolívar. Proclamas y discursos). 


Pues bien, Simón Bolívar es uno de los pocos seres humanos, que, siendo rico, se hizo pobre, y con su pobreza contribuyó a la riqueza de la libertad de los pueblos. ¡Eso ya es grande para un grande! 

Ciertamente, los libertadores humanos no pueden ir más allá de la libertad temporal para este mundo, pero libertad plena y espiritual que ocurre desde el aquí hasta el más allá, es otra cosa. 

En efecto, la verdadera libertad es llegar y traspasar el umbral de la eternidad y confiar para nuestra salvación y libertad eternos, únicamente, en la Persona maravillosa de JESÚS, porque Él y sólo Él, es la Vida eterna, como Él lo afirmo: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.” (Juan 14:6). Tan asombrosa afirmación, la anuncia una y otra vez: Jesús se dirigió entonces a los judíos que habían creído en él, y les dijo: —Si se mantienen fieles a mis enseñanzas, serán realmente mis discípulos; y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres.” (Juan 8:31,32 NTV).  

Ahora bien, JESÚS, antes de venir a la tierra era inmensamente rico, pero no solamente en el sentido humano limitado y temporal, sino en el sentido absoluto de Su divinidad. A pocas horas antes de ir a la Cruz, JESÚS oró: “Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese.” (Juan 17:5 RV60).

 

¿Dónde estaba JESÚS, antes de venir en aquella primera Navidad? Ese lugar nosotros lo escribimos con cinco letras: Cielo. Pero lo describimos, como el lugar en donde JESÚS, era el Hijo del Rey, y disfrutaba todas las bendiciones que se encontraba a su paso cuando paseaba en carrozas por las bellezas inefables del cielo, los arcángeles, serafines y ángeles con sus vestiduras blancas, se quitaban sus coronas de oro para lanzarlas a su Príncipe; los habitantes de aquel lugar se asomaban haciendo un coro y entonando alabanzas, ninguno de ellos tiene arrugas en su frente, ni nunca han padecido de sufrimientos y mucho menos la muerte; allí todo es gozo, santidad y alabanzas, no existe la envidia, ni el rencor, todos se sienten iguales entres sus iguales; allí todo los jardines y frutas dan sus olores naturales porque la primavera y el verano, son eternos. ¡Todo allí es gozo y alegría inmensa porque el Príncipe es rico en poder!, Su voluntad es ley, y millones de seres angelicales dispuestos y disponibles eternamente para obedecerle. 

 

JESÚS era rico en posesiones porque todos los edificios eternos que brillan con el oro y piedras preciosas de que están hechos, son de Él; el Rey mismo le prometió: “Pídeme, y te daré por herencia las naciones, y como posesión tuya los confines de la tierra.” (Salmo 2:8); JESÚS, era rico en amor y misericordia, y por eso, cuando en el cielo se escuchó el primer “ay” por la caída del ser humano en pecado que le aleja del Paraíso, el mismo JESÚS, Príncipe del cielo, tenía todo el derecho al ser igual a DIOS, aferrarse y dejar condenado para siempre al ser humano al dominio y esclavitud de Satanás, quien había sido desechado y arrastrar con él a la condenación eterna al ser humano pecador. 

 

Sin embargo, JESÚS quien era Espíritu, y por lo tanto, no tenía un cuerpo humano, se ofreció como nuestro Redentor y venir a nuestro rescate: “Por eso, al entrar en el mundo, CRISTO dijo: 

“A ti no te complacen sacrificios ni ofrendas;
en su lugar, me preparaste un cuerpo; 

no te agradaron ni holocaustos
ni sacrificios por el pecado. Por eso dije: 

“Aquí me tienes como el libro dice de mí—. 

He venido, oh Dios, a hacer tu voluntad”. 

(Hebreos 10:5,6 NVI).

 

Por eso, en Navidad al igual que en el Calvario, la voluntad de DIOS fue hecha, y ahora, tenemos el derecho de ser llamados “hijos de Dios”, si aceptamos el Regalo de la Vida eterna, a través de Aquel que “se hizo pobre, siendo rico”. …


¡Adelante, siempre adelante!


Oración:

PADRE ETERNO:

Ayúdame a buscar Tu Reino y poner mi corazón en Tus riquezas infinitas, y acumular allí todo lo que soy y tengo. ¡Qué tenga un corazón piadoso y comparta Tu riqueza con los pobres y muertos en espíritu! En el nombre de JESÚS. Amén

Perla de hoy:

Pongamos nuestros corazones en Sus riquezas, y al llegar el cielo, seremos ricos como Él, es. 

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