miércoles, 21 de marzo de 2018

“¡SEÑOR: Ven pronto!”

Francisco Aular
perlasdelalma@gmail.com
Lectura devocional: Apocalipsis 22:6-21      
He aquí, yo vengo pronto, y mi recompensa está conmigo. Apocalipsis 22:12 (RV60)

Al final de un día largo y exhausto de tanto caminar, un vendedor regresó a la habitación de su hotel. Era tarde y estaba visiblemente agotado. Se sentó al borde de la cama y comenzó a quitarse uno de los zapatos que cayó al piso con un sonoro golpe y entonces el hombre pensó para sí mismo: Que descuidado de mi parte. Es tarde en la noche y es probable que mi zapato haya molestado a la persona en la habitación de abajo. Así que cuando se quitó el segundo zapato, lo colocó sobre el suelo muy suavemente y se puso a dormir. Alrededor de treinta minutos más tarde tocaron a la puerta. Cuando fue a abrir, allí estaba un hombre de pie con su ropa de dormir y unos círculos negros debajo de sus ojos. El hombre dijo: “¿Por favor podría tirar el otro zapato para que pueda dormir un poco?... Así está el mundo en esta hora, esperando que caiga el otro zapato.
En tan sólo una década el mundo ha sufrido una serie de cambios catastróficos, en todos los sentidos. Hemos vistos cambios sociales, religiosos, políticos, científicos, económicos y fenómenos naturales con millones de perdidas humanas y materiales. Mis amados me han buscado y preguntado: “Pastor, ¿hemos tocado fondo? ¿Son señales de la Segunda Venida de Cristo? ¿Son evidencias de la ira de Dios por el pecado de los seres humanos? ¿O son simplemente fenómenos humanos y naturales?”.
Sea cual fuera nuestra posición escatológica frente a estos sucesos, tenemos que verlos desde el punto de vista de Dios. En verdad el tiempo humano “cronos” y el tiempo de Dios “kairós”, son diferentes. El primero lo contamos con el reloj y el calendario, pero el “kairós” o tiempo de Dios son las manifestaciones que hace el SEÑOR, irrumpiendo en la historia humana -a veces en largos períodos de la historia-. Pero en el tiempo cronológico, vale decir, de ser humanos a través de los siglo estas cosas han sucedido una y otra vez. El ser humano mismo a través de la historia ha mostrado su naturaleza pecaminosa infligiendo sufrimientos y destrucción hacia los demás seres humanos, y cualquier sistema que este invente ya tiene la corrupción en su ADN. ¡Sólo JESÚS, es nuestra única esperanza!
Teniendo en mente esto. Alguien escribió: “Nuestros ciudadanos han renunciado a creer en el futuro, especialmente aquellos que viven en las partes más pobres de la ciudad. No tienen trabajo, tienen muy poca comida, y no tienen oportunidad para mejorar sus vidas. En algunos barrios de la ciudad se han desatado disturbios, pero en su mayor parte, hay demasiada desesperación para provocar disturbios. Seguramente Cristo escuchará nuestros llantos y vendrá pronto”. (Roma año 455 d.C)
La crisis en la cual estamos será superada una vez más, todavía la Iglesia del SEÑOR, tiene mucho trabajo para hacer en la tierra. Sin embargo, los desastres naturales y la maldad del ser humano continuarán de manera impredecible hasta que JESÚS vuelva con Sus llaves para decirnos: “¡Han fracasado, han desperdiciado todo los recursos que les presté! ¡Vengo a cerrar esto y apagar las luces!”. Pero los cristianos nacidos de nuevo, debemos aprovechar esta hora porque la palabra “kairós”, el tiempo de Dios también significa: una nueva oportunidad que no debemos dejar pasar:Aprovechen cada oportunidad que tengan de hacer el bien, porque estamos viviendo tiempos muy malos.” (Efesios 5:16,NTV).
En estos días son tiempos de cosecha espiritual, nuestra esperanza está puesta únicamente en JESÚS, ¡JESÚS vendrá con recompensa para todo aquel que ha creado en Segunda Venida! Debemos montarnos en las plataformas de las plazas, y proclamarlo a voz en cuello. Debemos ir por las calles y anunciarlo, debemos tocar las puertas para llevarlo a las familias humanas en toda la tierra. Eso sí, cuando nos reunamos como familia de Dios, y oremos, digamos como los discípulos del primer siglo y hasta cuando Él retorne a poner todas las cosas en orden: “¡SEÑOR: Ven pronto!”.
Oración:
Amantísimo Padre Celestial:
Te doy las gracias por habernos dejado tu santa Palabra llena de promesas que nos sostienen en los momentos difíciles, nos alientas para seguir, y son un ancla segura en medio de las tormentas de la vida. Que yo no sea alguien que sabe y lee mucho, sino alguien que pone en práctica lo que ya sabe. En el nombre de JESÚS. Amén.
Perla de hoy:
A medida que los sucesos mundiales se hacen más oscuros la promesa del regreso de JESÚS se hace más brillante.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento a obedecer?
¿Existe algún pecado a evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?
  

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