viernes, 9 de marzo de 2018

Canciones en el dolor

Lectura devocional: Hechos 16:20-31
Después de haberles azotado mucho, los echaron en la cárcel…Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios. Hechos 16.23,25 (RV60)

Mi admirado pastor y escritor cristiano, Rick Warren, autor del best seller: Una vida con propósito, dice: “Muchos cristianos interpretan mal las promesa de Jesús acerca de la “vida abundante”, como si eso quisiera decir una salud perfecta, un estilo de vida rodeado de comodidades, felicidad permanente, la plena realización de los sueños, y el alivio instantáneo de los problemas mediante la fe y la oración. En pocas palabras, esperan que la vida cristiana sea fácil. Esperan el cielo, aquí en la tierra”.
Que tales interpretaciones surjan de las personas que han hecho de la fe, un negocio, se entiende. Son enemigos de la cruz de Cristo. Ellos recibirán su pago, cuando el SEÑOR de la mies retorne. También es posible que algunos lo entiendan, al separarse de sus bienes, cuando la inevitable muerte venga por ellos. Sin embargo, los seres humanos santos y consagrados a Dios en toda la historia del cristianismo, son lo que actuaron  como lo hicieron Pablo y Silas: cantaron en medio del dolor y sufrimiento, nunca lo negaron.
Después de una vida fiel y consagrada, el evangelista chino: Dr. Juan Song, agonizaba de cáncer en el hospital de Pekín. A veces el dolor era tan intenso que no podía permanecer en su lecho. Para proporcionarle algún alivio se le levantaba con una gran sábana amarrada al techo. Un pastor amigo de él, estaba por esos días pasando por una gran tribulación, también. A causa de la guerra con el Japón había tenido que estar separado de su esposa e hijos. Pero al fin encontró la manera de reunirse otra vez con los suyos. Vale decir que mientras los días llegaban para reunificarse con su familia, le parecía siglos. ¡Cuán intenso fue su dolor cuando al llegar a buscarlos al puerto se le dijo que el barco y todos sus pasajeros habían perecido en el fondo del mar! ¡Se desvaneció de un solo golpe la esperanza que sustentaba su vida! Volvió a su casa con el corazón destrozado.
Cierto día fue a visitar al Dr. Song en el hospital. Allí estaba aquel hombre de Dios, sufriendo por aquellos dolores que la medicina de aquel tiempo, no las podía mitigar. Escuchó la historia triste de su amigo el pastor que le visitaba, le dijo dulcemente: “¿Podríamos cantar a dúo, no es cierto?” El pastor respondió: “¿Cantar un dúo?” “¿Cómo podríamos nosotros cantar?”, le preguntó al Dr. Song. La respuesta inmediata del Dr. Song fue esta: “Podríamos cantar la canción de Job. Usted canta el primer capítulo y yo, el segundo.”
Oración:
Señor Todopoderoso:
Aquí me tienes cantando una canción para Ti, desde lo más profundo de mi ser. Ayúdame a no quejarme tanto de mis sufrimientos y a no perder el tiempo compadeciéndome de mi mismo. Que no caiga yo en la debilidad de pensar que sufro más que los demás. Dame fuerzas para llevar mi dolor, sin quejas ni contra Ti, ni contra mí mismo y los demás. Aprendo de la escuela de Pablo y Silas, sacó lo mejor que todavía poseo: Tu divina presencia y guía, y te canto con todas las fuerzas que aún tengo, una canción para Ti. Porque Tú eres mi canción. En el nombre de JESÚS. Amén.
Perla de hoy:
Si le cantamos una canción al SEÑOR en medio de nuestro dolor, Él cantará con nosotros y haremos milagros juntos.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento por obedecer?
¿Existe algún pecado por evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?

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