viernes, 27 de octubre de 2017

SOLO A DIOS LA GLORIA

Lectura devocional: 1 Timoteo 1:12-17
¡Que todo el honor y toda la gloria sean para Dios por siempre y para siempre! Él es el Rey eterno, el invisible que nunca muere; solamente él es Dios. Amén. 1 Timoteo 1:17

Estamos a pocos días de la magna celebración de los 500 años del inicio de la Reforma Protestante, nadie duda que el DIOS de la Historia, estuvo allí en aquellos hechos como va con nosotros hoy guiándonos porque el milagro más grande de Dios es palpable en Su obra, Su Iglesia en este día y siempre. Como dijeron los reformadores: SOLO A DIOS LA GLORIA.
Nuestro queridísimo asistente el diccionario, nos define Gloria, de esta manera: Gloria es la fama, el honor y la reputación que se obtiene gracias a los grandes logros o las buenas acciones.” La teología nos define la palabra Gloria en cuanto a Dios: es la exposición de sus atributos y perfecciones divinas (Salmo 19:1) o el resplandor de su presencia (Lucas 2:9). Sobre el hombre, la gloria es la manifestación de sus cualidades encomiables, como la sabiduría, la justicia, el autocontrol, la capacidad, Gloria es el destino de los creyentes (Filipenses 3:21; Romanos 8:21; 1 Corintios 15:43). 
El gran aporte de la Reforma fue sacar el significado de la palabra Gloria del vocabulario religioso y aplicarlo a todos los aspectos de la vida del creyente, los reformadores se hicieron la pregunta: ¿Cuál es el fin primordial del ser humano? Y respondieron con la Biblia en la mano: “Para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado.” (Efesios 1:5, RV60). La verdad es esta: El ser humano fue hecho para la gloria de Dios. Y mientras el ser humano, no nazca de nuevo y tenga la vida eterna, no podrá disfrutar esta hermosa relación de persona a Persona, con Dios. Lo hermoso es que la Biblia nos presenta a Dios amando y buscando esa relación con el ser humano, y tomando la iniciativa para salvarlo y llevarlo a Su gloria:
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” (Juan 3:16, RV60).
 Ciertamente, “El fin principal del hombre es el glorificar a Dios, y gozar de Él para siempre.” Con esto en mente aquellos hombres de fuego que fueron esos teólogo reformadores de los siglos XVI y XVII,  vieron que desde el principio hasta el fin el plan de salvación del ser humano es obra de Dios solamente, exclamaron: “Soli Deo Gloria”. Solo a Dios la gloria. Así que años después se resumió todas esas doctrinas sobre la aplicación de la justificación al ser humano y salieron las famosas “Cinco Solas”… Solo por la ESCRITURA. Solo por CRISTO. Solo por FE. Solo por GRACIA. Solo a DIOS LA GLORIA. Esas declaraciones son las Cinco Perlas de la Reforma. 
De hecho, más de cuatrocientas citas de toda la Biblia, nos hablan de la gloria de Dios, y nos dicen que cada acción del ser humano debe ser hecha para la gloria de Dios.
Si en realidad, actualmente hiciéramos todo para la gloria de Dios, en la obra del Señor no nos haría falta nada. Pondríamos a Dios en primer lugar todos los días y horas de la semana, y no solamente los domingos. Llevaríamos a Dios con nosotros por donde vayamos, en el hogar, la universidad, y el taller. ¡No vendríamos a la iglesia para que Dios haga algo por nosotros, sino para Su gloria! ¡Nada ni nadie, frenaría al ejercito de la gloria de Dios marchando con gozo y en orden!
Ahora bien, dejemos que nos hable la ESCRITURA (NTV) al respecto:
“Tuyos, oh Señor, son la grandeza, el poder, la gloria, la victoria y la majestad. Todo lo que hay en los cielos y en la tierra es tuyo, oh Señor, y este es tu reino. Te adoramos como el que está por sobre todas las cosas. Así que, sea que coman o beban o cualquier otra cosa que hagan, háganlo todo para la gloria de Dios. ¿Has recibido el don de hablar en público? Entonces, habla como si Dios mismo estuviera hablando por medio de ti. ¿Has recibido el don de ayudar a otros? Ayúdalos con toda la fuerza y la energía que Dios te da. Así, cada cosa que hagan traerá gloria a Dios por medio de Jesucristo. ¡A él sea toda la gloria y todo el poder por siempre y para siempre! Amén. Y ahora, que toda la gloria sea para Dios, quien es poderoso para evitar que caigan, y para llevarlos sin mancha y con gran alegría a su gloriosa presencia. Que toda la gloria sea para él, quien es el único Dios, nuestro Salvador por medio de Jesucristo nuestro Señor. ¡Toda la gloria, la majestad, el poder y la autoridad le pertenecen a él desde antes de todos los tiempos, en el presente y por toda la eternidad! Amén. Él ha hecho de nosotros un reino de sacerdotes para Dios, su Padre. ¡A él sea toda la gloria y el poder por siempre y para siempre! Amén. ¡Gloria a él en la iglesia y en Cristo Jesús por todas las generaciones desde hoy y para siempre! Amén. Y todos los ángeles estaban de pie alrededor del trono y alrededor de los ancianos y de los cuatro seres vivientes; y se postraron rostro en tierra delante del trono y adoraron a Dios, cantando:
«¡Amén! ¡La bendición y la gloria y la sabiduría
 y la acción de gracias y el honor
y el poder y la fuerza pertenecen
a nuestro Dios por siempre y para
siempre! Amén».
Pues todas las cosas provienen de él y existen por su poder y son para su gloria. ¡A él sea toda la gloria por siempre! Amén.
¡Que todo el honor y toda la gloria sean para Dios por siempre y para siempre! Él es el Rey eterno, el invisible que nunca muere; solamente él es Dios. Amén.
SOLI DEO GLORIA.
Amantísimo Padre Celestial
Perla de hoy:
Soy único y fui creado para la gloria de Dios, le daré a Dios lo mejor de mí en todo tiempo.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento a obedecer?
¿Existe algún pecado a evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?

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