viernes, 20 de octubre de 2017

Las cinco perlas de la Reforma Protestante

Francisco Aular
faular @hotmail.com
Lectura devocional: 2 Timoteo 3:10-17
Desde niño conoces las Sagradas Escrituras que te pueden hacer sabio. Esa sabiduría te lleva a la salvación a través de la fe en Jesucristo. 2 Timoteo 3:15 (PDT)

Creo que los teólogos de la Reforma Protestante en todo aquel Siglo XVI, aprendieron que no podían vivir uniformados con una sola manera de aplicar las enseñanzas religiosas y muchos menos las bíblicas, al estilo de la Iglesia Católica Romana, ni tampoco llevar a la muerte a todo aquel que no estuviera de acuerdo. Así que regresaron a lo que San Agustin unos 1000 antes, había escrito:
In necesariis unitas, in dublis libertas, in ómnibus caritas: En lo esencial, unidad; en lo dudoso, libertad; en todo, amor.” Había que mantener la unidad en nuestra diversidad. Desde luego que traigo la cita de Agustín solamente para nombrar a unos de los llamados “Padres de la Iglesia”. En realidad Pablo lo había dicho 1500 años antes, en uno de sus escritos del Nuevo Testamento en Efesios 4:1-7 (5)
Hay un solo Señor,
una sola fe y
un solo bautismo.
Efesios 4:5
Debido a la reacción de la Iglesia Católica Romana frente a las verdades bíblicas esgrimidas por los teólogos de la Reforma, hubo necesidad de revisar no solamente las prácticas religiosa de las ventas de indulgencias para cancelar las deudas en la construcción de la famosa Capilla Sixtina en el Vaticano (1483-1512), denunciadas en las 95 tesis clavadas por Martín Lutero, en la puerta de la catedral de Wittember, aquel memorable 31 de octubre de 1517. Aquellas 95 tesis fueron el chispazo inicial que puso en acción una revisión total de la teología que la Iglesia Católica Romana había enseñado, especialmente sobre la soteriología o el panorama de la salvación del ser humano. A la pregunta: ¿Cómo se salva uno? Los teólogos de la Reforma Protestante, acudieron a las Sagradas Escrituras y se puede resumir, ese viraje en cinco frases que son las perlas de nuestra fe, escrita en el idioma religioso romano, el latín:
SOLA SCRIPTURA: Sola Escritura, la Biblia es la Palabra de Dios.
SOLO CHRIPTUS: Solo CRISTO es el Mensaje central de la Biblia.
SOLA GRATIA: Solo la GRACIA, la salvación es el regalo de Dios al ser humano pecador.
SOLA FIDE: Sola Fe. La salvación es un acto de fe en CRISTO.
SOLI DEO GLORIA. Solo a Dios la gloria porque la salvación del ser humano, es el plan divino como lo planteó el Apóstol Pablo, “desde antes de la fundación del mundo”.
Verá, estas cinco frases son las llamadas cinco “Solas” en la teología de la Reforma, y si usted es ahora un cristiano nacido nuevo, es porque usted las ha puesto en práctica. Vale afirmar que cada “Sola” está respaldada por muchos versículos y pasajes completos de las Sagradas Escrituras. Desde luego, cuando un teólogo protestante o un simple creyente, se enfrentaba a los tribunales religiosos o civiles y en consecuencia a la prisión o a la muerte. Su fe, basada en la Palabra de Dios, lo mantenía firme y moría dándole la gloria a Dios.
Cinco siglos han pasado y las “cinco Solas” siguen allí, y seguirán porque son la esencia de nuestra fe en CRISTO. Toda la doctrina cristiana se puede resumir en esos cinco aspectos. Y desde luego, parece obvio pero es mejor que lo afirmemos de una vez, en aquel siglo XVI, no resultaba nada fácil enfrentar a todo un imperio religioso y político porque tanto el estado como religión, estaban totalmente muy cerca de Roma pero lejos de Dios, la corrupción en todas las esferas era palpable. De allí, que la Reforma no solamente abarcó el aspecto religioso, sino también, lo social, económico, lo político, filosófico, ciencia, cultural y en las artes. La Palabra de Dios fue literalmente sacada del  cajón de antigüedades y los recuerdos, en donde estuvo escondida por casi mil quinientos años… y puesto en el pináculo de la transformación y desde allí, ha iluminado y debe dirigir nuestra nuestro diario vivir: “Desde niño conoces las Sagradas Escrituras que te pueden hacer sabio. Esa sabiduría te lleva a la salvación a través de la fe en Jesucristo” (2 Timoteo 3:15,PDT).
Gary Smalley en su libro “Amémonos siempre”, me ayudó a interpretar la parábola moderna sobre la perla. En efecto, me llevó a descubrir que el origen de una perla es la clave para entender la parábola. Todas las perlas se encuentran en ostras. Aunque hoy en día se cultivan, el valor de una perla natural, es superior. ¿Cómo se forma? en el fondo del mar las ostras nacen y crecen tranquilas, pero a veces se forman verdaderas tormentas de arenas a su alrededor, el molusco se abre para respirar y comer, pero la tormenta introduce, por accidente, un granito de arena en su organismo. Esta es una experiencia muy dolorosa para la ostra, porque le irrita todo el organismo, pero, como defensa a su dolor, la ostra emite una sustancia llamada nácar. En el nácar hay cristales que cubren el grano de arena, y allí viene el valioso resultado: ¡Surge la perla!, y esta es la enseñanza: que algo bello, precioso y muy valioso, surge del dolor y del sufrimiento inicial.
De allí que el ala del Cristianismo que formamos ese grupo que se gestaron en los días dolorosos de la Reforma Protestante, le demos mucha importancia a la magna conmemoración de los 500 años del inicio de una auténtica revolución espiritual. La cual, Dios mediante, celebraremos este 31 de octubre de 2017.
Pues bien, en el camino de estos cinco siglos hasta años muy recientes, los mártires que hicieron posible que el Libro de los libros, la Biblia, llegara hasta nosotros, no deben ser olvidados. Todavía algunos en nuestras iglesias modernas nos puede criticar porque miramos al pasado. En realidad mis amados, eso fue lo que precisamente aquellos modernos del siglo XVI, hicieron. Ciertamente, la Biblia no es moderna, es actual ayer, hoy y siempre. Pero mucho de lo que hacemos los modernos de hoy, debemos revisarlo, porque si es muy moderno, tal vez, no sea bíblico.
Lo importante es volver a la verdadera doctrina Cristo-céntrica y ver como hubo transformación a través del sufrimiento de nuestros héroes del pasado.
En efecto, Dios en su andar eterno, nos trajo estas cinco perlas de aquel sufrimiento: Sola Escritura. Solo Cristo. Solo Gracia.
Soli Deo Gloria.
Padre Justo:
Hoy vengo a ti y me postro delante de tu presencia para darte la gloria que te mereces por la historia de la salvación. Lleno de gratitud por darnos el Regalo de la Vida Eterna en tu Hijo amado. Ayúdame a no olvidar que voy de paso, y que yo no tome el legado de los héroes del pasado en vano. En el nombre de JESÚS. Amén
Perla de hoy:
“Nos pueden despojar
De bienes, nombre, hogar,
El cuerpo destruir,
Mas siempre ha de existir
De Dios el Reino eterno.”
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento por obedecer?
¿Existe algún pecado por evitar?
¿Existe algún nuevo pensamiento para llevarlo conmigo? 

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