viernes, 19 de mayo de 2017

SEÑOR: ¿Dónde estás?

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Lectura devocional: Salmo 10
Oh Señor, ¿por qué permaneces tan distante?
¿Por qué te escondes cuando estoy en apuros? Salmo 10:1 (NTV)

El Salmo 10, trata de la conducta del gobernante malvado que hace intolerable la vida de su pueblo y dice Spurgeon: 
“No hay, a juicio mío, un solo salmo que describa la mente, las costumbres, las obras, las palabras, los sentimientosy el destino del impío con tanta propiedad, plenitud y luz como este salmo.” 
En efecto, Agustín de Hipona y Martín Lutero, pensaron que este Salmo hace referencia al Anticristo.
SEÑOR: ¿Dónde estás? “¿por qué permaneces tan distante?” El salmista autor de este Salmo es un creyente a quien el mismo diablo sembró la duda en el corazón para desanimarlo y de esta manera poderlo manipular a su antojo.
El salmista se queja: “¿Por qué te escondes cuando estoy en apuros?”… ¿Dónde está Dios cuando sufro? Exactamente es el clamor tambien de nosotros los cristianos nacidos de nuevo, como seres humanos que somos y viendo que, “con arrogancia los malvados persiguen a los pobres”. “los malvados son demasiado orgullosos para buscar a Dios; parece que piensan que Dios está muerto.”
Ciertamente, el gobernante arrogante, trata injustamente al pobre, porque en realidad el pobre no es un invalido, pero el sistema antogánico a Dios, lo ha vuelto un desvalido. El inválido es el que está postrado y dependiente de otros, y está sin fuerza para valerse por sí mismo; y el desvalido es todo aquel que se encuentra desamparado, se mantiene en la lucha hasta que se agoten sus fuerzas, sin ayuda, sin atención y sin cooperación de quienes deben brindarle el apoyo necesario para poder ser libres, esforzados y prósperos, y desde allí ayudar a otros, y hacer properar a su familia y a su nación. Por el contrario, el arrogante usa el poder para hacer el mal, “se esconden en emboscadas en las aldeas, a la espera para matar a gente inocente; siempre buscan víctimas indefensas.”
SEÑOR: ¿Dónde estás? El salmista aunque está postrado sin poder hacer nada, entre otras cosas porque como dijo el Apóstol “Porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas.” (2 Corintios 10:4). Así que el salmista detona, la bomba “O” de la oración, y clama: “¡Levántate, oh SEÑOR! ¡Castiga a los malvados oh Dios, ohDios! ¡No te olvides de los indefensos!”,
Bien lo dijo Mattew Henry:
“Las palabras apasionadas contra los hombres malos hacen más mal que bien; si hablamos de su maldad que sea ante el Señor, en oración.”
Los hijos de Dios, tenemos que aprender esta gran lección, Satanás está vivo y activo, él ha prometido a los que aman al poder, dárselo:
Entonces el diablo lo llevó a una parte alta y desplegó ante él todos los reinos del mundo en un solo instante.—Te daré la gloria de estos reinos y autoridad sobre ellos —le dijo el diablo—, porque son míos para dárselos a quien yo quiera.” (Lucas 4:5,6, NTV). Lo único malo de tener al diablo por padre es que al final devora a sus hijos.
SEÑOR: ¿Dónde estás? El salmista nos dice donde está:
“¡El SEÑOR es rey por siempre y para siempre!” ¡Dios está en Su trono y desde allí nos bendecirá con Su eterna compañía, aún en medio de las tormentas de esta vida! ¡Vamos de triunfo en triunfo! Con los ojos de la fe el salmita miró al futuro y dijo:
“Harás justicia a los huérfanos y a los oprimidos, para que ya no los aterre un simple mortal”.
Muchas cosas han ocurrido desde que el salmista escribió el Salmo 10, entre ellas, la venida del Mesías prometido y con ello Su reino y nosotros reinaremos con Él! Ciertamente, ¡JESÚS, vino, vivió, murió y resucitó y muy pronto vendrá por nosotros!
Perla de hoy:
Dios está presente en medio de tu aflición, no dejes que la duda y tus lágrimas, lo oculten.
Oración:
Amado Padre Celestial:
Te confieso que algunas veces, en medio de las circuntancias de la vida, al buscarte en oración mi espíritu percibe tu presencia real, exclamo de todo corazón como tu siervo Jacob: “¡Ciertamente el SEÑOR está en este lugar, y yo ni me di cuenta!”. ¡Gracias por tu presencia en mi andar aun en medio del peligro! En el nombre de JESÚS. Amén.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento a obedecer?
¿Existe algún pecado a evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?

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