jueves, 18 de mayo de 2017

Dios cumple sus promesas

Francisco Aular
faular@hotmail.com
Lectura devocional: Josué 21:43-45
No faltó palabra de todas las buenas promesas que Jehová había hecho a la casa de Israel; todo se cumplió. Josué 21.45

Llegué a visitar a una hermana que había estado muy enferma; ella era una mujer fiel y de gran testimonio en nuestra iglesia. Al contrario de lo que yo esperaba, al imaginármela abatida por aquella prueba, me dijo llena de confianza: “Pastor, esta mañana mientras leía la Palabra de Dios y oraba, el Señor me dio una promesa en la cual me dice que, ¡Él hará un milagro en mi cuerpo¡”. Con los años he aprendido dos cosas, que Dios nos habla por medio de la Palabra y de la oración; allí estaba una mujer que desde hacía muchos años, como cristiana, tenía una relación muy especial con su Señor. Estábamos en una atmósfera de “esperanza, fe y amor”, y mi actitud fue solemne y de expectación ante su testimonio. Cantamos algunos himnos que hablan de las promesas de Dios, las cuales son apoyo de nuestra fe; leímos la Palabra y oramos. A los pocos días, al salir del culto, en dónde habíamos orado por la hermana y por otros enfermos, ella me dijo: “¡Pastor, siento que hoy el Señor me ha sanado!”. Me regocijé con ella, y con mi amado Padre celestial. Luego, todos en la iglesia verificamos el milagro porque aquella hermana, vivió muchos años más y Dios la usó grandemente en la extensión de Su reino. 
Ahora bien,  el Señor y yo hemos andado juntos por  más de medio siglo de mi existencia, Él es real y sé que cumple sus promesas, como lo dice su Palabra: “Por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia” (2 Pedro 1:4).
Encontramos en la Biblia a muchos hombres y mujeres que confiaron en las promesas de Dios, y el Señor las cumplió al pie de la letra. Una de mis favoritas es la promesa hecha por el Señor a Caleb, aquel héroe del libro de Moisés, que confió que Dios le daría la montaña de Hebrón, y cuarenta años después, Dios cumplió. Confiar en que Dios cumple lo que promete es el trasfondo de nuestro versículo de hoy: “No faltó palabra de todas las buenas promesas que Jehová había hecho a la casa de Israel; todo se cumplió” (Josué 21.45).
En realidad, todo cristiano nacido de nuevo es hijo de la promesa que nos ha hecho el Señor de hacernos sus hijos; igualmente, todo nuestro andar diario depende de confiar en las promesas del Señor. En efecto, la vida cristiana basa su esperanza en las “preciosas y grandísimas promesas” que Dios nos presenta en su Palabra.
Perla de hoy:
Dios y las promesas en su Palabra son un refugio seguro en las tormentas de la vida.
Oración:
Padre eterno:
¡Gracias por las promesas que me das en tu Palabra en medio de las luchas y circunstancias de la vida! Aquí estoy en esta hora delante de ti, esperando que tu mano me sostenga en esta hora difícil para mí y los míos. Confío en tu Palabra y en tu amor. ¡Gracias porque tus promesas son apoyo poderoso de mi fe! En el nombre de JESÚS. Amén.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento a obedecer?
¿Existe algún pecado a evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?

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