miércoles, 16 de agosto de 2023

PUNTO DE NO RETORNO (1-2)

Con todas las fuerzas de mi ser, llego a través de la oración con los marchistas del 2023, que están en primera línea. ¡Gracias por estar allí! Recuerden los demás que no pudimos ir al frente de batalla: ¡Clamemos al SEÑOR! ¡Esta batalla es espiritual y ya, está ganada. ¡Adelante, siempre adelante!
Francisco Aular
faular@hotmail.com
JUEVES, 17 de agosto de 2023
Lectura devocional: Lucas 9:51-62
Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios. Lucas 9:62 (RV60).
 
Aclaro que el punto de no retorno, según las explicaciones de ese gran consiervo y marchista, el General de la Fuerza Aérea venezolana, Daniel Robayo Quintero: “Sirve para designar el momento de un vuelo en el cual, debido al consumo de combustible, es imposible volver al punto de origen y no hay otra opción más que buscar otro destino”.
 
Al mirar retrospectivamente hacia la Primera Marcha Evangelizadora -sin duda, uno de los momentos históricos más emocionantes y significativos de nuestra obra evangélica venezolana-, vienen a mi mente los primeros tiempos, esos días en que nuestro pequeño auto era un santuario para orar, alabar y dar gloria a DIOS, aquellos lejanos días en que un sentimiento no definido me embargaba, pasando por los días en que sólo mi esposa me oía los planes, hasta cuando tuve la santa seguridad de que DIOS haría grandes cosas con nuestra amada obra. Supe entonces que asumiría el reto de ponerme al frente y pagaría el precio, había llegado al punto de no retorno.
 
Como es sabido, cada vez que DIOS quiere hacer algo, lo primero que hace es establecer una relación de amor con un individuo común, le muestra la visión, y luego llega esa santa seguridad al saberse que uno es invitado por DIOS para la realización de la tarea. La seguridad no viene, en la mayoría de los casos, por experimentar una visión milagrosa, viene sin nada sensacional ni peculiar, es un asunto de obedecer al compromiso y responsabilidad de ser hijos de DIOS. 
 
Debo decir, que DIOS premia la fe de Sus hijos en todas las épocas, así que, nada ni nadie podría detener a un hombre o mujer, verdaderamente llamados por DIOS a su ministerio, es más cuando el SEÑOR, nos llama a emprender una obra para Él, es porque Él mismo está involucrado en el desafío y con toda seguridad, ya está trabajando en esa labor. Eso me recuerda en una conferencia del Dr. Henry Blackaby, terminó diciendo: “Averigua en dónde DIOS está trabajando y únete a Él”.
 
Existe un momento decisivo en el llamado que nos hace DIOS, y esto es muy parecido a la salida del pueblo de DIOS de Egipto. Moisés era un hombre de 80 años, 40 años en el palacio y 40 años en el desierto. Todos esos años, DIOS había trabajado con Moisés en su formación para la obra que emprendería. 

Por misterioso que parezca el gran YO SOY, nos necesita, nos prepara y nos llama a Su servicio. DIOS puede hacerlo solo pero nos da el privilegio de trabajar con Él! Se espera de los llamados que respondamos, y estemos dispuestos a pagar el costo humanamente hablando de la obra que DIOS quiere hacer. Así que DIOS hace grandes cosas extraordinarias por medio de Moisés y Aaron Sus siervos. 

Al fin el pueblo sale, ¡imagínense más de un millón de personas hacia el desierto para llegar a la Tierra Prometida! Llegan frente al Mar Rojo, es de noche, y sienten detrás de ellos, los cascos de los caballos y camellos, las ruedas de los carros de guerra, los gritos del Faraón y el ejército egipcio…El pueblo de Israel aterrado, fue a su líder Moisés y juntos clamaron a Dios, entonces, la respuesta de Dios a su siervo fue: “…¿Por qué clamas a mí? Di a los hijos de Israel que marchen.” (Éxodo 14:15). Moisés y su pueblo habían llegado al punto de no retorno. ¡Marcharon y triunfaron!

¡Adelante, siempre adelante!

Oración:
PADRE CELESTIAL:
¡Hoy es día de cantarte alabanzas por lo que has hecho en medio de nosotros! Te damos gloria por el llamado que nos hiciste a participar contigo en la búsqueda de aquellos que tú ya habías escogido, por medio de la oración, la evangelización y el discipulado. ¡Haz SEÑOR que como ayer, marchemos en tu nombre, y que tú Ángel y tu columna de fuego vayan detrás de nosotros, iluminando el camino por dónde hemos de andar. En el nombre de JESÚS. Amén.
Perla de hoy:
La oración por los perdidos sin acción evangelizadora es una ilusión.
****

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Déjanos tus comentarios