domingo, 20 de agosto de 2023

¿POR QUÉ CONTINUAR MARCHANDO? (2-4)

Francisco Aular
faular@hotmail.com
Lectura devocional: Juan 3:15-21
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. —Juan 3:16 (RV60)
 

Cuando nuestra hija Mary Ruth, tenía unos cuatro años, ella y yo, teníamos un juego, yo le preguntaba: ¿Mi Pechochita, cuántos me amas? Ella abría sus bracitos y me decía, con esa ternura infantil: —¡Papi, te amo de este tamaño!...

 

Creo que en Juan 3:16, el Apóstol hizo esa misma pregunta, y respondió:

 

·    DIOS ES EL AMOR QUE NO SE PUEDE MEDIR:Porque de tal manera amó Dios al mundo”

·    DIOS ES EL AMOR INCONDICIONAL QUE SE DA: : que ha dado a su Hijo unigénito.

·    DIOS ES UN AMOR QUE REDIME: “para que todo aquel que en él cree, no se pierda”.

·    DIOS ES EL AMOR ETERNO: “mas tenga vida eterna”.

 

“Porque de tal manera amó Dios”… La Salvación eterna del ser humano comienza en el corazón de DIOS. Hace algunos años, una joven griega llegó a nuestra iglesia Bautista Emanuel de Toronto. 


La joven griega, no hablaba español; pero  al entregar su corazón a CRISTO con alguien de nuestra iglesia, le puse a uno de nuestros miembros de habla inglesa para que le compartiera el discipulado inicial. 


Esta mujer estaba muy impresionada a medida que avanzaba su aprendizaje, como griega empezó a leer el Nuevo Testamento en griego, entonces exclamó con mucho entusiasmo: 

­—“¡Toda esta historia del amor de DIOS por el pecador es tan grande y hermosa, que nosotros los humanos y mucho menos los griegos, pudiéramos inventarla!”.


¡Es verdad, a esa misma conclusión llegué yo, hace 60 años!, al leer el evangelio de Juan, especialmente en el capítulo 17. Todo ese capítulo, esa lectura es descrita por los teólogos como la oración sacerdotal de JESÚS, en la noche en que fue entregado. 

 

Aquella tarde del Jueves Santo, 11 de abril de 1963, el ESPÍRITU SANTO, convirtió ese versículo en oro puro para mí, cuando me quitó el velo de mis ojos de mi entendimiento, y lo vi orar por mí. Confieso que eso fue demasiado. Allí mismo en la azotea de nuestra casa en San José del Avila en Caracas. 

 

En aquel mismo instante, confesé mis pecados al SEÑOR, y Él en Su gracia me dio Su amor, perdón y Su paz. ¡Esa oración de JESÚS, cambió mi vida, y aquí sigo sirviéndole como mi SALVADOR Y SEÑOR de mi vida. Desde luego, millones de personas de mi generación, son ahora “hijos de DIOS”…¡Gloria y más gloria sean dadas a DIOS!  

 

Agregado a lo anterior, JESÚS ora por Él mismo: “Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese”. (V. 5).

 

Igualmente, debo añadir que en su famosa oración sacerdotal, tiene otro motivo: ora por Sus Apóstoles:   “Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque tuyos son”. (V.9). A dos mil años, nadie puede negar que los Apóstoles verdaderos de JESÚS, fueron sostenidos hasta el mismo momento de ser sacrificados en la extensión de Su reino. Por ellos, ¡aquí estamos nosotros!

 

Importantísimo, al mismo tiempo, oró por nosotros Sus discípulos actuales: “Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos”. (V.17). 

 

¿Podemos medir en alguna forma el alto significado de esa oración intercesora para nosotros? Lo hago personal. Sí, hace 2000 años, ¡JESÚS oró por mí! ¡Antes de que yo naciera, yo no tuve nada que hacer por Él aquella noche en que oró por mí! DIOS proveyó Su salvación, mucho antes del mismo JESÚS humanado como lo vislumbró el apóstol Pablo, -la cita es larga; pero no tiene desperdicio-:

“Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo,según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado.” (Efesios 1:3-6).

 

Después de esta lectura, trago grueso y oro con acciones de gracias por el amor de DIOS que no se puede medir. 

 

¡Adelante, siempre adelante!

 

¡Feliz domingo del SEÑOR para todos en todas partes!

 

Oración:

PADRE AMOROSO:

¡Ayúdame a creer Tu promesas de amor, compasión y perdón de mis pecados para siempre! Dame la plenitud de tu amor y compartir de Tu amor y Tu gracia con otros. En el nombre de JESÚS. Amén.

Perla de hoy:

Somos una muestra andante del amor y perdón de DIOS.

 

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