JUICIO A LA REBELIÓN

Francisco Aular

faular@hotmail.com

Pasaje devocional: Amós 3.13-15

Que el día que castigue las rebeliones de Israel, castigaré también los altares de Betel y serán cortados los cuernos del altar, y caerán a tierra. 

—Amós 3.14 (RV60)

“¡Pónganse de pie que entra el señor juez!”… Escuché la voz del agente de la corte que se proyectó sonora en aquella habitación. Allí estábamos representantes de la sociedad, delante de la presencia de un juicio. Cada acusado entraba esposado. Escuchaba los cargos por el fiscal del caso, se oía a la defensa y el juez dictaba la sentencia. 

Hubo uno de esos casos que me llamó la atención. El juez leyó con toda claridad los cargos, las pruebas eran contundentes y las palabras del magistrado tenían el tono de un hombre apasionado por hacer justicia. Esta actitud del juez, se contrastaba con la personalidad del acusado que lucía tranquilo y sin inmutarse de pie delante del juez. 

Todos hicimos silencio, mientras oímos la voz de la justicia, que dijo: “¡Culpable! Y le sentencio a pasar el resto su vida en prisión porque usted es un peligro para la sociedad...”  Inmediatamente se escuchó la reacción humana en toda la sala, aprobando la sentencia. 

Dos policías de enorme estatura se colocaron por detrás  de aquel criminal y escuchamos el ruido que hicieron los hierros de la esposa al cerrarse sobre las muñecas del sentenciado. 

Yo estaba allí en la corte para acompañar a la familia. Aquel joven criminal, había escuchado desde niño la predicación del evangelio, su mamá especialmente había un esfuerzo para traerlo desde su país de origen a Canadá. Visitamos aquel hogar varias veces; pero él nunca nos oyó, siguiendo  el falso camino de su rebelión. 

Negarse a obedecer la Palabra del  SEÑOR es rebelión. Sea que nosotros vengamos de un hogar socialmente humilde, o tal vez una nación como Israel. DIOS justo y santo nunca pasará por alto tal rebelión. No hay refugio posible en que un rebelde se pueda esconder de DIOS. 

Saúl el primer rey de Israel, comenzó muy bien su gobierno; pero se desvió. Toda rebelión traera consigo el castigo divino:

“Samuel respondió: «¿Qué agrada más al SEÑOR: que se le ofrezcan holocaustos y sacrificios o que se obedezca lo que él dice? El obedecer vale más que el sacrificio, y prestar atención, más que la grasa de carneros. La rebeldía es tan grave como la adivinación, y la arrogancia, como el pecado de la idolatría. Y como tú has rechazado la palabra del SEÑOR, él te ha rechazado como rey».

— (1 Samuel 15,22,23, NVI).

A pesar de todo, tenemos la Buena Noticia para todo pecador: ¡El SEÑOR JESUCRISTO vino a dar Su preciosa vida por nosotros!, los seres humanos que desde la rebelión de Adán, estábamos perdidos y sin escape  al justo juicio de DIOS. 

Por ello, predicar al Evangelio que es la mejor noticia que podemos proclamar porque es anunciar las buenas nuevas del perdón de DIOS. Insistimos es necesario, nuestro arrepentimiento por todas nuestras rebeliones y para poder aceptar el regalo de la vida eterna que DIOS nos ofrece en JESUCRISTO.

 

Concluimos: todo ser humano necesita estar en paz con DIOS y ser perdonado de su rebelión. ¡Este es el evangelio que predicamos!

¡Adelante, siempre adelante!

Oración:

PADRE ETERNO:

Gracias por llegar hasta nosotros y darnos el regalo de Tu salvación como lo hiciste con Israel: “Hace tiempo el Señor le dijo a Israel: «Yo te he amado, pueblo mío, con un amor eterno. Con amor inagotable te acerqué a mí”. (Jeremías 31:3,NTV). ¡Ayúdanos a proclamar este mensaje! En el nombre de JESÚS. Amén.

Perla de hoy:

Agradezca al SEÑOR por una salvación tan grande, eterna y segura.