jueves, 21 de noviembre de 2019

La mayordomía de la vida

Francisco Aular
perlasdelalma@gmail.com       
Lectura devocional: Santiago 4:13-17
¿Cómo saben qué será de su vida el día de mañana? La vida de ustedes es como la neblina del amanecer: aparece un rato y luego se esfuma. Santiago 4:14 (NTV)

Santiago, el hermano del SEÑOR, nos dice que nuestra vida humana es frágil, breve e incierta. Hacer planes independientemente de DIOS, no es prudente, porque la vida es como “neblina del amanecer: aparece un rato y luego se esfuma”. Esto debe hacernos reflexionar con las siguientes preguntas: ¿Por qué estamos aquí en la tierra? ¿Por qué nacimos? ¿Cuál es el propósito de la vida?¿Es el propósito de la vida buscar la felicidad en las riquezas, placer, fama, poder? ¿Cómo puedo encontrar el verdadero sentido de la vida? ¿Qué de mis anhelos, esfuerzo y trabajo para dejar una huella al irme de aquí y ser recordado en el futuro? ¿Qué hago con mi vida? ¿Entre tantas filosofías, ideologías y creencias en el más allá, quién tiene la razón?

Por supuesto que muchos han tratado de disfrutar al máximo su breve paso por la vida, nacieron, vivieron toda clase de experiencias que los marcaron y al final de sus vidas, en esta tierra, dijeron: “De modo que me hice más poderoso que todos los que vivieron en Jerusalén antes que yo, y mi sabiduría nunca me falló. Todo lo que quise lo hice mío; no me negué ningún placer. Hasta descubrí que me daba gran satisfacción trabajar mucho, la recompensa de toda mi labor; pero al observar todo lo que había logrado con tanto esfuerzo, vi que nada tenía sentido, era como perseguir el viento. No había absolutamente nada que valiera la pena en ninguna parte.” (Eclesiastés 2:9-11,NTV).

Ciertamente, DIOS en Su soberanía le había dado al rey Salomón gran riqueza, poder, fama y sabiduría. Sus experimentos al disfrutar y buscar su propósito en la vida no los hizo a medias. ¡Pero nada de ello, lo satisfizo! Reconoció al final, que no había sido un buen mayordomo de DIOS.

Oportunamente, llegué al conocimiento de la Biblia todavía en mi adolescencia, a mis 17 años. Una vez que tuve razón del verdadero propósito de mi vida, y entregué mi vida a CRISTO en una tarde de abril de 1963, a mediados de aquel año, encontré mi familia espiritual en la Misión Bautista Emanuel al Este de la ciudad de Caracas. En noviembre de aquel año, nuestro pastor Carlos Clark, hizo una actividad, la cual llamó “Primera Campaña Anual de Mayordomía”, descubrí entre las muchas verdades eternas de la Palabra de DIOS, la doctrina de la Mayordomía Cristiana y en esa doctrina encontré las respuestas que buscaba a las interrogante de la vida, en tres aspectos fundamentales en las cuales todavía estoy creciendo:

·      Todo ser humano es invitado por el SEÑOR en Su Soberanía a participar en Su reino, que se inicia con la creación de un ser humano nuevo que DIOS crea en CRISTO.
·      El ser humano no es dueño de nada en este mundo: ¡Todo proviene de DIOS! ¡DIOS es DUEÑO de todo! En Su gracia Él nos invita a participar con Él y nos llama a ser Sus mayordomos o administradores, mientras pasamos por esta tierra.
·      La mayordomía cristiana es el reconocimiento de la soberanía de DIOS, no solamente sobre la vida de los nacidos de nuevo, sino también sobre todo el universo.

Esto quiere decir que la mayordomía de la vida cristiana, es simplemente darle a “Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César”. En efecto, el cristiano nacido de nuevo no debe ser tan celestial que viva nada más en el cielo, ni tan mundano que viva nada más en la tierra. La verdad es que somos salvos por la gracia de la soberanía Divina; pero no debemos olvidar nuestra responsabilidad tanto hacia DIOS como con nuestros déberes cívicos, como ciudadanos también de la tierra.

Ante todo, el cristiano nacido de nuevo, no es salvo por las buenas cosas que ha hecho, pero la mayordomía de la vida, lo lleva a practicar las buenas cosas que DIOS ha puesto en sus manos, y eso es la mayordomía de nuestras vidas:

“Dios los salvó por su gracia cuando creyeron. Ustedes no tienen ningún mérito en eso; es un regalo de Dios. La salvación no es un premio por las cosas buenas que hayamos hecho, así que ninguno de nosotros puede jactarse de ser salvo. Pues somos la obra maestra de Dios. Él nos creó de nuevo en Cristo Jesús, a fin de que hagamos las cosas buenas que preparó para nosotros tiempo atrás.” (Efesios 2:8-10,NTV).

Nuestra responsabilidad como seres humanos “creados de nuevo en Cristo Jesús” incluye muchas formas en que vivimos la mayordomía cristiana: La vida, nuestros dones y talentos, nuestro ser, nuestro tiempo, nuestro dinero, nuestra influencia…es decir DIOS nos ha dado para que demos: “Y he sido un ejemplo constante de cómo pueden ayudar con trabajo y esfuerzo a los que están en necesidad. Deben recordar las palabras del Señor Jesús: “Hay más bendición en dar que en recibir.” (Hechos 20:35,NTV).
Oración:
Amantísimo PADRE DUEÑO:
Simplemente soy una vida,
que pronto pasará
solo lo que haga para ti,
es infinito y perdudará…
Ayúdame hacer la diferencia,
de lo pasajero y lo que se va.
Perla de hoy:
Mayordomía es el uso sabio de mi vida para darle al SEÑOR lo mejor de mi breve paso por aquí.
Interacción:
¿Qué me dice DIOS hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento por obedecer?
¿Existe algún pecado por evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?

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