martes, 13 de noviembre de 2018

Juicio al pecado

Francisco Aular
perlasdelalma@gmail.com        
Lectura devocional: 3:1-8
A vosotros solamente he conocido de todas las familias de la tierra; por tanto os castigaré por todas vuestras maldades. Amós 3.2 (RV60)

El pecado significa “no dar en el blanco”, aunque los pecadores crean que lo están haciendo bien. El ser humano por naturaleza es pecador, y vivir al margen de un código moral puede convertirse en su manera de vivir. Justamente, al pueblo de Dios Israel, se le dio los Diez Mandamientos y vivir guiado por la Ley, debió ser su manera normal de vivir. En consecuencia a los profetas Dios los llamó y envió con Su Mensaje que proclamaron en diferentes circunstancias tanto a los distintos gobiernos como a los ciudadanos que hacían vida en aquellas naciones. El Mensaje de Dios, llevaba una advertencia contra el pecado “Ven al ecuentro de tu Dios” (Amós 4:12), y el juicio que vendría como consecuencia de la desobediencia, sería de destrucción, muerte y exilio. ¡La historia nos dice que asombrosamente, Israel y Judá pagaron muy caro la desobediencia como los profetas anunciaron!

En aquellos día de la predicación de Amós, el pueblo de Israel se había dividido en dos reinos, el reino del norte y el reino del sur. A Amós, le correspondió predicar en medio de los tiempos de prosperidad material pero lleno de injusticias, corrupción, codicia y soberbia de sus gobernantes, especialmente contra los pobres, la gran mayoría. Eran tiempos de persecución a cualquiera que abriera su boca contra aquellos pecados. Valientemente, los hombres de Dios, no callaron y por eso, tenemos esos mensajes allí hasta nuestros días, como toda profecía ha tenido un cumplimiento parcial para la época en el cual fue anuniciado, nuestros días y se completará en los años que vendrán. Todavía hoy podemos poner un anuncio anteponiendo el nombre de nuetra nación y decir con Amós: “…Ven al ecuentro de tu Dios”.

Como ya lo hemos oído: grandes privilegios traen consigo grandes responsabilidades. ¡Que puede compararse con la distinción de ser elejido el pueblo de Dios! Por ello, los pecados de Israel resaltan mas que el cualquier otra de las naciones del mundo. Esto era mas terrible aun porque cometian esas falta contra su propio Dios y contra su propia gente. El tiempo del juicio le había llegado a Israel y ahora tendría que pagar todas sus perversidades, entre ellas, la explotación de lo que menos tenían. Por extensión nosotros que somos actualmente hijos de Dios y conciudadanos de Su reino, ¿cómo escaparemos al justo juicio de Dios si nos complacemos en la maldad y es parte de nuestra conducta?

A la luz de todo este tiempo devocional de hoy, resalta el hecho de que al hacernos discípulos del Señor Jesucristo, es un gran privilegio que Dios nos ha dado como un regalo. Nuestra responsabilidad es comprometernos con Su reino con todo lo que somos y lo que tenemos. Eso implica tener bien claro que somos una nueva creación, y por lo tanto tenemos un destino eterno en el cielo y una misión histórica en la tierra. Por gracia nuestro destino eterno es seguro, pero nuestra misión histórica es nuestra responsabilidad aquí y ahora… Como alguien dijo: la guerra esta ganada, pero cada uno de nosotros tendrá que librar su propia batalla. Esto hace que la vida de un verdadero discipulo del Señor, sea una apasionante aventura cada día sobre esta tierra.

¡Ningun discípulo del Senor debe formar parte de  nada que le prive del privilegio y la responsabilidad de mostrar de quien vinimos, que hacemos aquí y hacia donde vamos!

Amantisimo Padre-Dueño
Vengo delante de ti SEÑOR y te confieso mis pecados y de las naciones de este mundo en el cual vivo. Permite que estos pueblos regresen a ti arrepentidos, y perdónamos porque ahora estamos sufrimiento el juicio tuyo, pero eres amplio en perdonar y por eso te busco, y te pido que me ayudes en medio de estos tiempos ser un portavoz de tu verdad, la fe, el amor y la esperanza. En el nombre de JESÚS. Amén.
Confiese al Señor todo pecado conocido que le venga a su mente, pida la llenura del Espíritu Santo y triunfe.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento por obedecer?
¿Existe algún pecado por evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?

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