miércoles, 25 de abril de 2018

La Biblia: el Libro de la evangelización

Francisco Aular
perlasdelalma@gmail.com
Lectura devocional: 2 Timoteo 3:10-17
Desde tu niñez conoces las Sagradas Escrituras, que pueden darte la sabiduría necesaria para la salvación mediante la fe en Cristo Jesús. 2 Timoteo 3:15 (NVI)

Si Dios es Dios, tenía que dejarnos un mapa infalible para llegar a dónde Él, está.

¡Ese mapa es la Biblia! Conocí al Señor JESÚS como mi Señor y Salvador en una Semana Santa, toda mi familia se fue a la playa, pero yo me quedé en casa, y como desde muy jovencito he amado la lectura, descubrí una Biblia que le habían regalado a un primo mío, y decidí pasar el día leyéndola. Hacía un año que había oído el Evangelio y una invitación pública para hacer la decisión para salvación en una de las dos noches en que el Dr. Billy Graham, predicó en Caracas, Venezuela, el 21 de enero de 1962. Pero en aquella mañana del 11 de abril de 1963, el Espíritu Santo me guió hacia Evangelio de Juan, lo leí dos veces y la segunda vez, mi mirada fue a la Oración Sacerdotal del SEÑOR JESÚS, al versículo 20 del capítulo 17: “Más no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mi por la palabra de ellos”. Bajo la convicción del Espíritu Santo, concluí que yo estaba leyendo precisamente la palabra de uno de Sus amados discípulos, así que JESÚS, ¡había orado por mí! Esa verdad me conmovió y como el salmista dije: “¿Qué es el hombre, para que en él pienses? ¿Qué es el ser humano, para que lo tomes en cuenta?” Salmo 8.4 (NVI), el entendimiento entenebrecido y mi espíritu muerto tuvo el toque divino y la gracia de Dios, vino a mí y creí. Comprender estas verdades, quitó la venda de mis ojos, confesé mis pecados y me arrepentí, y desde allí, le rendí mi vida a Él. Creí en JESÚS quien es la vida eterna porque la fe salvadora, viene por el oír la Palabra de Dios: De hecho, en el evangelio se revela la justicia que proviene de Dios, la cual es por fe de principio a fin, tal como está escrito: «El justo vivirá por la fe». (Romanos 1:17, NVI). Entonces, mi vida cambió para siempre. ¡El mapa -la Biblia- que Dios por medio de alguien puso en las manos de mi primo, no era para él, porque no la apreció, era para mí y me condujo a Sus pies!

Sería muy prolijo contarles en esta hora, a cuantos peregrinos en este mundo he conducido hacia Dios, utilizando este mismo mapa. Pero además, este libro sagrado me acompaña cada día porque la Biblia es mucho más que un libro religioso, con ella en la mano, en mi mente y el corazón, puedo contar y vivir estos hechos: Me hizo una persona nueva, renueva mi mente, está formando y moldeando mi carácter cada día, me libra del miedo del mañana, de mi culpabilidad de mi pasado, de cobardía frente al peligro, de antipatía y rencor hacia alguien, de pereza cuando hay que trabajar, de la envidia frente al éxito de los demás, de sabiduría espiritual para entenderme a mi mismo y a los otros, me hace ver que simplemente soy un cristiano a quien Dios mismo está construyendo y transformando cada día hasta que llegue a ser como JESÚS, transforma las circunstancias, derrota mis tentaciones, me levanta del fracaso al usarlo como oportunidad para empezar otra vez, me produce fe suficiente para iluminar las tinieblas, fuerza abundante para cumplir las tareas que Él me asigna, me enseña la lealtad necesaria para cumplir con los propósito del reino de Dios en esta tierra, me ayuda a conocer y superar mis limitaciones, sabiduría para enfrentar las demandas normales del vivir humano, me da el poder para ayudar a otros para aconsejarlos y levantarlos si han caído, hace posible que ya palpe desde el aquí y el ahora las bendiciones que Dios nos tiene guardados para los que le aman, puedo decir, enseñar, escribir, predicar, y cantar una nueva canción, no por lo que alguien me ha dicho, sino por lo que yo mismo he experimentado por más de cinco décadas, he levantado mi vida, fundado un hogar y ser parte de la familia de Dios guiados por sus consejos. Verdaderamente: ¡Este libro está vivo! ¡No podemos vivir ni morir sin la Palabra de Dios!

Por eso, y por muchísima más razones, pido la palabra y propongo que la Biblia, sea el libro de la Patria Nueva. Porque tengo una visión y una pasión que algún día se diga que la nación en donde nací, es el pueblo de Dios: “¡Dichoso el pueblo que recibe todo esto! ¡Dichoso el pueblo cuyo Dios es el Señor!” (Salmo 144:15,NVI).

Agradece al Señor por el regalo de la salvación que nos dejó en Su Palabra, y ora para que las verdades eternas de la Palabra, hoy se encarnen en ti y confirmes esta verdad: La Biblia es el libro de la evangelización.

Oración:
En esta mañana mi alma y mi espíritu te busca porque quiero y anhelo estar en comunión contigo en este día. ¡Gracias por dejarme este Libro Sagrado que me guió y me guía hacia ti! ¡Gracias por aquel día en que me llamaste para darme las riquezas de tu fiel compañía y he palpado tu presencia bienaventura cada día por más de medio siglo! ¡Gracias por ayudarme en cada situación en que me ha tocado compartir con otros el Kerigma, tu Mensaje; te ruego una bendición especial para cada uno de los que has puesto en sus corazones que te busquen y de los evangelizadores prestos a llevar esta comida celestial a otros en todo lugar, en cualquier hora y cualquier precio. En el nombre de JESÚS. Amén.
Perla de hoy:
Dios y Su Palabra nos guían en las tormentas de esta vida, y también nos llevaran al puerto seguro al salir de aquí. ¡No pierdas tiempo! ¡Léela y vívela!
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento a obedecer?
¿Existe algún pecado a evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo? 

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