lunes, 21 de diciembre de 2015

Navidad: el Regalo de Dios

Francisco Aular
Lectura devocional: 2 Corintios 9:8-15
¡Gracias a Dios por este don que es tan maravilloso que no puede describirse con palabras! 2 Corintios 9:15 (NTV)

Navidad es una fecha grata, no sólo para el creyente, que gracias a la Palabra de Dios ha entendido las profecías sobre el nacimiento de JESÚS; pero también estos son días que tocan los corazones de los indiferentes. Navidad, es la  celebración del dar con liberalidad, como Dios lo hizo, al darnos a su amado Hijo, como un “don” o Regalo, en otras palabras como Dios, dio, doy. Es más, en esta época navideña aun los corazones y los bolsillos cerrados se abren un poco; por esta fechas nada más aquí, en esta enorme ciudad en donde vivo, y gracias a la cultura del dar de sus ciudadanos, las organizaciones que recogen comida, ropa y dinero, como el banco de comidas de la ciudad, el Ejercito de Salvación y los hospitales, comparten el informe de que a pesar de la situación financiera actual, los habitantes de la ciudad se han acordado de los menos favorecidos, y los recursos han llegado. Aunque el mundo no lo entienda en el aspecto espiritual, y pese que vivimos en una sociedad postcristiana, es innegable que la tradición cristiana le ha dado ese carácter generoso y distintivo a las -fiestas de estos días, según ellos- porque celebramos la Natividad del Señor JESÚS, lo que San Pablo llamaba: “don maravilloso que no podemos describir con palabras” (2 Corintios 9:15, Lo más importante es el amor).
En realidad, los dones de Dios, sus regalos para todos nosotros, están a la vista, y todos los días disfrutamos de ellos, la vida, la luz, el aire, el agua, el planeta completo… Los seres humanos consideran que estos regalos son tan admirables e indispensables que hacen congresos mundiales para ver cómo podemos seguir conservándolos y disfrutándolos. Sin embargo, comparados estos dones con el Regalo de Dios en JESÚS, no se pueden igualar porque ese Regalo es “tan maravilloso que no lo podemos describir con palabras”.
Efectivamente, aquella noche de la primera Navidad se cumplió lo dicho por el ángel a José en sueño: “María (…) darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados” (Mateo 2:20,21, NVI). De manera que la salvación del pecador es el  Regalo de Dios en JESÚS; es iniciativa de Dios a favor del ser humano pecador desde antes de la creación misma; es la expresión de su amor extremo por nosotros:Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16 RV60).
¡JESÚS es el Regalo de Dios para que “todo aquel que en él cree, no se pierda”! Por ello, nunca olvidaré el día en el que descubrí que la salvación es la obra de Dios solo a favor del ser humano pecador. Ciertamente, abriendo la Biblia, lo veía claro: la salvación es el Regalo de Dios que me ofrece a través de depositar toda mi confianza y fe en la obra que JESÚS hizo en la cruz del Calvario, obviamente, pero debo decirlo: ¡Sin Navidad no hay Calvario! Porque lo que no nace, ni crece, ni muere. Esto lo comprendí porque el Espíritu Santo, abrió mi entendimiento, y le creí a la Palabra de Dios. Como consecuencia en aquel día, me arrepentí de mis pecados, y ¡nací de nuevo! Hecho que ocurrió en mi vida, hace cincuenta y tres años, extendí mi mano y recibí el maravilloso Regalo de Dios, la Vida Eterna y como dice San Juan: “Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida”  (1 Juan 5:11:12 RV60). Por esta razón, ¡yo sí, celebro en estos días!
La verdad es esta, frente a un regalo que se nos ofrece podemos hacer dos cosas, aceptarlo o ignorarlo y rechazarlo. San Pablo, al igual que todos los pecadores redimidos por la sangre de JESÚS, refleja la situacion y la pequeñez de todo ser humano pecador delante de Dios, de esta manera:  “¡Soy un pobre desgraciado! ¿Quién me libertará de esta vida dominada por el pecado y la muerte? ¡Gracias a Dios! La respuesta está en Jesucristo nuestro Señor.” (Romanos 7:24, 25ª, NTV) En efecto, el Apóstol había aceptado el don de Dios, y por eso, ante la grandeza del amor de Dios y su Regalo en JESUS, exclamó: ¡Gracias a Dios por este don que es tan maravilloso que no puede describirse con palabras! 2 Corintios 9:15 (NTV)
En otras palabras, Navidad: es el Regalo de Dios.
Oración:
¡Gracias Padre por ese Regalo que no merezco ni mereceré nunca! ¡Gracias Señor por ese gran Regalo de tu amado Hijo para nosotros y por nosotros! Me postro delante de ti, en el Nombre de JESÚS. Amén.
Perla de hoy:
Bajo el árbol de la vida Dios te puso el Regalo, acéptalo, ábrelo y disfrútalo para siempre.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún  mandamiento por obedecer?
¿Existe algún pecado por evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo? 

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