jueves, 17 de diciembre de 2015

Navidad: Dar y recibir

Francisco Aular
faular@hotmail.com
Lectura devocional: Mateo 2:1-12
Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra. Mateo 2:11 (RV60)

Aquellos sabios que vinieron de oriente, llegaron trayendo sus regalos al Verbo hecho un bebé, en aquella noche de su Natividad. No sabemos cuánto tiempo les llevó el viaje y posiblemente, ya JESÚS tendría más de un año de nacido cuando los sabios llegaron con aquellos regalos que sin duda ayudaron a José y María, enfrentar su condición de pobreza social. Un regalo es doblemente valioso cuando se da con amor y en el momento preciso. Puede estar seguro que Dios te llegará con auxilio material y espiritual en el momento preciso. Y en el panorama de la Salvación del ser humano, JESÚS comenzó Su ministerio terrenal, diciéndonos precisamente esta verdad: “El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio.” (Marcos 1:15, RV60).
Navidad es tiempo para dar y recibir. Ahora bien, a la luz de la Biblia, Dios toma la iniciativa en el dar. Él es quien pone delante de nosotros el regalo de su gracia y de su amor. JESÚS, su amado Hijo, viene como el Regalo de Dios con su oferta de amor y perdón, en el presente y en el futuro: Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16); “Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos” (2 Corintios 8:9); “!Gracias a Dios por su don inefable!” (2 Corintios 9:15); “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad” (Juan 1:14).
En efecto, ni los Evangelios ni las cartas de los apóstoles, que conforman el Nuevo Testamento, ahorran palabras y alabanzas por el hecho de la iniciativa del Padre celestial en el dar, comenzando con la salvación de nuestras almas a través del arrepentimiento y la fe: “Testificando a judíos y a gentiles acerca del arrepentimiento para con Dios, y de la fe en nuestro Señor Jesucristo” (Hechos 20:21); se hace claro en las Escrituras que la salvación es un Regalo y no un premio:Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios, no por obras, para que nadie se jacte” (Efesios 2:8,9 NVI). Sí, JESÚS es el Regalo del amor de Dios.
Pues bien, aunque Dios toma la iniciativa en darnos el cielo como un regalo, también es cierto que la Navidad nos presenta el hecho que en la respuesta del ser humano, le toca primero dar, para después recibir. ¿Qué puede darle el ser humano a Dios? Su alma, su corazón, su fe; depositar toda la confianza en JESÚS para su salvación: “Dame hijo mío tu corazón”, ese es el clamor de Dios en busca del pecador. Y entonces, cuando el ser humano se da, recibe. ¿Qué recibe? Ciertamente, mucho más de lo que da: su vida temporal “bíos”; y recibe la vida eterna “zoé”; da su perdición, y recibe salvación segura y eterna; da su dolor, y recibe gozo; da su naturaleza corrompida desde Adán, y recibe una naturaleza nueva en JESÚS; da su miedo al porvenir, y recibe la esperanza de un fabuloso mañana junto a JESÚS; en resumen, da su infierno y recibe el cielo.
¿Cuál es el resultado de una vida nueva y eterna? El surgimiento de una nueva relación con Dios, consigo mismo y con los demás; surge un cambio divino y con él, un nuevo significado y propósito para vivir.
Quizás ya usted tenga el árbol de Navidad, lleno de regalos para su familia, amigos y para usted también, bueno, eso está bien, porque muestra su generosidad. Sólo una pregunta: ¿Qué le dará usted al Cumpleañero JESÚS? Por encima de todo, dele su corazón, y usted poseerá humildad tanto para dar como para recibir toda la vida, desde el más acá y hasta el más allá. Porque Navidad es dar y recibir.
Oración:
Padre Eterno:
¡Gracias por enviar a tu Hijo amado a salvarnos; eso ocurrió en la Navidad! ¡Navidad no es tan sólo una época del año, sino un estilo de vida dador y dispuesto también a recibir. Ayúdame a no desviarme del verdadero significado de la Navidad en estos días. En el nombre de JESÚS, amén.
Perla de hoy:
El mensaje de la cuna en el establo es el Regalo de Dios para la humanidad; no te quedes con Él, compártelo.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe algúna bendición para disfrutar?
¿Existe algún  mandamiento por obedecer?
¿Existe algún pecado por evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?

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