miércoles, 22 de abril de 2015

¡Arriésgate a ser libre de la pobreza!

Francisco Aular
Lectura devocional: Lucas 4:16-21
El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres. (Lucas 4:18ª RV60)

JESÚS mismo, al inicio de su ministerio en la sinagoga de Nazaret, definió el corazón de su misión al venir a la tierra: “El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; a predicar el año agradable del Señor” (Lucas 4:18,19 RV60). ¿Cuáles son estos pobres? Definitivamente no son los pobres sociales, porque algunos de ellos están tan llenos de orgullo por su pobreza social, que no quieren salir de ese estado. Aunque JESÚS prestó particular atención a ese sector de la sociedad, también les habló claro: Respondió Jesús y les dijo: De cierto, de cierto os digo que me buscáis, no porque habéis visto las señales, sino porque comisteis el pan y os saciasteis. Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará; porque a éste señaló Dios el Padre” (Juan 6:25-27 RV60). El apóstol Pablo fue mas allá cuando les dijo a unos pobres sociales perezosos de la iglesia del primer siglo: “Porque también cuando estábamos con vosotros, os ordenábamos esto: Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma” (1 Tesalonicenses 3:10 RV60). ¡La mejor solución para ofrecer a los pobres sociales es educarlos y crear fuentes de trabajo! Un pensador chino, muchos años antes de Cristo, dijo: “Dadle a un hombre un pescado, y comerá un solo día; enseñadle a pescar y tendrá comida todos los días de su vida”. Hasta hoy, no conozco a un pueblo más laborioso que el chino.
Aquella última semana del Señor en la tierra, una mujer trajo una ofrenda al Señor, oportuna y generosa. Viendo aquello surgió un crítico: “¿Por qué no fue este perfume vendido por trescientos denarios, y dado a los pobres?” (Juan 12: 5, RV60). Uno puede decir, que gesto tan noble de esta discípulo de JESÚS, sin embargo, Juan nos revela la verdadera intención de Judas Iscariote: “Pero dijo esto, no porque se cuidara de los pobres, sino porque era ladrón, y teniendo la bolsa, sustraía de lo que se echaba en ella.” (Juan 12:6). ¡Desde lejanos días, los pobres sociales han sido la excusa principal de algunos para llegar al poder y enriquecerse! Permítanme decirles que provengo de una familia numerosa, ¡nosotros éramos tan pobres socialmente hablando, que los otros pobres nos ayudaban! Con la ayuda del Señor, estudiando, trabajando y aún aportando nuestras ofrendas materiales para la extensión del reino, Dios nos sacó de allí. Soy testigo de primera mano, de lo que nuestro amado JESÚS, hace por los pobres tanto sociales como espiritualmente, hablando. ¡Gloria a Dios!
Pues bien, es claro que la Palabra de Dios se refiere a los pobres en espíritu. El profeta los describe así: “Dejaré un remanente en medio de ti, un pueblo pobre y humilde. En el nombre del Señor se cobijará” (Sofonías 3:12 NVI). El mismo JESÚS los definió en las bienaventuranzas:Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos” (Mateo 5:3 RV60). Los “pobres en espíritu” son aquellos que saben que son pecadores, y que son tan pobres espiritualmente hablando, que están “muertos en sus delitos y pecados” (Efesios 2:1,2); son los que han perdido toda la confianza en sus propios esfuerzos para alcanzar a Dios, y se humillan para que Él los alcance; pobres en espíritu son aquellos que tienen la capacidad para reconocer que sus tesoros en el mundo no pueden comprarles un lugar en el cielo; son los que reconocen que están perdidos sin la ayuda de Dios y acuden a Él para depositar toda su fe en la oferta de salvación divina; se arrepienten y alcanzan el perdón de Dios, y por lo  tanto “de ellos es el reino de los cielos…”. Son los que se esfuerzan en la gracia de Dios y pueden decir:Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4:13 RV60). Por eso, ¡Arriésgate a ser libre de la pobreza!
Oración:
Padre eterno:
¡Gracias, gracias sin fin, Señor, por la riqueza del espíritu que me has dado! Dame fuerzas y valor, sabiduría y virtud para ayudar a los de mi generación a salir de su pobreza espiritual y social, y disfrutar de “todas tus riquezas en gloria”. En el nombre de JESÚS. Amén.
Perla de hoy:
No permitas que las riquezas materiales o la búsqueda de ellas, te desvíen de procurar las riquezas del espíritu en JESÚS.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un mandamiento por obedecer?
¿Existe un pecado por evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?

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