jueves, 23 de abril de 2015

¡Arriésgate a creerle a Dios!

Francisco Aular
Lectura devocional: Juan 3:1-8
Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. Juan 3:3 (RV60)

La mayoría de las personas cree que el cristianismo es una religión que se puede pasar de una generación a otra, es decir, se nace cristiano; algunos enseñan que uno se hace cristiano al bautizarse; otros afirman que uno es cristiano por medio de las buenas obras que haga al cumplir con los mandamientos de su religión; para otros ser cristiano significa una experiencia emocional y fanática que priva al ser humano de todo gozo y diversión sanos. Sin embargo, la Biblia afirma que Dios quiere que vivamos una vida hasta lo máximo que ella nos pueda dar, y JESÚS, la llamó una vida suprema: “Yo he venido para que tengan vida y para que la tengan en abundancia” (Juan 10:10b). Es más, el Señor afirma: “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.” (Juan 14:6) ¿A quien le va a creer a las religiones humanas o a la Biblia? El asunto no es creer en Dios, sino creerle a Dios. ¡Arriésgate a creerle a Dios!
La Biblia afirma que Dios es santo y el ser humano pecador, -debo aclararle- que los seres humanos nos somos pecadores porque pecamos, sino pecamos porque somos pecadores: “Por cuantos todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:23)-. Entonces como lograr que siendo pecadores podamos tener comunión y la salvación eterna que nos lleva a la presencia de Dios, es por medio de la Vida que JESÚS vino a darnos, mediante el nuevo nacimiento. Lo explico así: nosotros llegamos a este mundo por medio de un nacimiento biológico “bíos”; pero es una vida temporal, se nos da para que como seres humanos tengamos un nuevo nacimiento y pasemos a la Vida “Zoé”, la vida que está en JESÚS quien nos compró un lugar en el cielo por medio de Su muerte en la cruz.
Ahora bien, es absolutamente necesario nacer de nuevo para poseer y disfrutar esta vida eterna; no importa cuan bueno y perfecto usted se considere en comparación con otros seres humanos, no lo es. El cielo no es un premio, es un regalo. Permítame citarle lo que JESÚS le dijo a un hombre llamado Nicodemo que vino para expresarle su admiración y respeto. Sin duda que aquel hombre tenía una conducta moral y religiosa sin tacha; había nacido en un hogar muy religioso y piadoso, y no hay manera de dudar que era un perfecto cumplidor de su religión, que le había una gran reputación entre su pueblo Israel; sin embargo a este buen ser humano JESÚS, le aconsejó: “De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios” (Juan 3:3 RV60). 
Ciertamente, por las palabras del Señor JESÚS una persona se convierte en cristiano verdadero por medio del nacimiento espiritual el cual se inicia al creerle a Dios: “Para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. (Juan 3:15,16 RV60). Humanamente hablando por el nacimiento natural, por medio de sus padres, Dios lo puso en la tierra. Pero, “lo que es nacido de la carne, carne es”. Por su gracia, Dios nos invita a formar parte de Su reino, nuestra responsabilidad a esa invitación, es creer en JESÚS. Porque como dice la Biblia, JESÚS es la vida eterna. En efecto, por medio del nacimiento espiritual, Dios lo pone en el cielo, “lo que es nacido del Espíritu, espíritu es”. Sin embargo, lo repito: Es necesario e indispensable, nacer de nuevo. 
En consecuencia, todo cristiano nacido de nuevo, puede disfrutar, en esta vida presente del maravilloso resultado de haber nacido dos veces. Si se da el caso de que usted celebre su cumpleaño, aquí y en el ahora, puede celebrar sus dos cumpleaños: El humano y el espiritual. ¿Ha nacido usted de nuevo? ¿Cuántos cumpleaños celebra usted? La respuesta a esta pregunta, lo pone en la ruta del nuevo nacimiento. Pues bien, ¡Arriésgate a creerle a Dios!
Oración:
Padre eterno:
Has puesto eternidad en el corazón de los seres humanos y nos invita a hacernos miembros de tu familia. Padre, no me toca a mí saber el futuro pero tú lo sabes y estoy en tus manos eso me basta, en el Nombre de JESÚS amén.,
Perla de hoy:
El verdadero propósito para nuestra vida de llegar a ser hijos de Dios, comienza con nuestro nuevo nacimiento.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un mandamiento por obedecer?
¿Existe un pecado por evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo? 

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