jueves, 22 de marzo de 2012

¿Por qué amo a Israel? (1)

Francisco Aular
“Haré de ti una nación grande,  y te bendeciré;  haré famoso tu nombre, y serás una bendición. Bendeciré a los que te bendigan y maldeciré a los que te maldigan;  ¡por medio de ti serán bendecidas  todas las familias de la tierra!”Génesis 12:2,3 (NVI)
El pararrayos de las tormentas pasadas y actuales en la historia de la humanidad es Israel. Querámoslo o no, esta nación es el ombligo del mundo. En efecto, al leer las profecías bíblicas, descubrimos que Israel es el centro de ellas en las predicciones sobre el futuro de la tierra. Usted no puede leer la prensa de hoy y no reconocer que Israel está en los titulares más resaltantes. Para bien o para mal, Israel es noticia; está en la escena y allí seguirá.
Ahora bien, usted puede maldecir o bendecir a Israel, como el vidente famoso de la antigüedad, Balaam (Números 22-24). ¡Qué historia! Balaam intentó maldecir tres veces a Israel y Dios convirtió esas maldiciones en bendiciones para su pueblo.  Es posible que usted haya leído un rótulo que dice: “¡Cuán raro es de parte de Dios elegir a los judíos!” Pero lo cierto es que los cristianos bíblicos no podemos hacer a un lado el panorama profético cuyo centro es Israel. Israel es el pueblo elegido por Dios y así se lo hizo saber a Abram: “El Señor le dijo a Abram: “Deja tu tierra, tus parientes y la casa de tu padre, y vete a la tierra que te mostraré” (Génesis 12:1). Tal vez se pregunte, ¿por qué Dios eligió a este pueblo? Digamos que la elección eterna, según A. H. Strong -uno de los grandes estudiosos de la Biblia-: “Es el acto de Dios por el cual en su soberana benevolencia y sin atender a ningún mérito previsto que ellos hubieren de hacer, escoge algunos de entre el número de los pecadores, para que lleguen a ser recipiendarios de la especial gracia de su Espíritu y, por ende a ser hechos partícipes voluntarios de la salvación obtenida por Jesucristo” (Citado por el doctor Francisco La Cueva en su libro Doctrinas de la gracia). Israel fue elegido como pueblo de Dios al igual que nosotros hemos llegado a conocer la salvación, y a ser llamados “hijos de Dios” (Juan 1:12).
Pues bien, con la misma regla que Dios mide a Israel nos mide también a nosotros: “Nos escogió en Cristo antes de la fundación del mundo” (Efesios 1:4). ¡Israel es la vara de medir de Dios! Dio no nos elige por ser buenos, sino para mostrarnos su gracia. ¡Israel es un milagro de la gracia y la misericordia de Dios y nosotros también lo somos! ¡Israel le ha fallado a Dios y nosotros también le hemos fallado! ¡Israel ha recibido sufrimientos disciplinarios de parte de Dios y nosotros también!: “Porque el Señor al que ama disciplina: ¿Acaso olvidaron las palabras de aliento con que Dios les habló a ustedes como a hijos? Él dijo: “Hijo mío, no tomes a la ligera la disciplina del Señor y no te des por vencido cuando te corrija. Pues el SEÑOR disciplina a los que ama y castiga a todo el que recibe como hijo” (Hebreos 12: 5,6 NTV).
Hace algunos años escuché al doctor Pynchas Brener,  rabino principal de la Unión Israelita de Caracas, con el sentido de humor que lo caracteriza, decir: “Un niño judío le preguntó a su abuelo: Abuelito ¿Nosotros somos el pueblo elegido de Dios? Sí, le respondió el anciano…, el niño dijo entonces, ¿por qué hemos sufrido tanto, no sería mejor que Él eligiera a otro pueblo?…” Es verdad, viendo la historia de Israel algunos podemos pensar que Dios le ha dado la espalda a esa nación. ¡De ninguna manera!, el plan final para este amado pueblo define el propósito de Dios para Israel. El apóstol Pablo escribió: “Amados hermanos, el profundo deseo de mi corazón y mi oración a Dios es que los israelitas lleguen a ser salvos” (Romanos 10:1 NTV). ¡Esta oración del gran judío misionero está en pie y me uno a ella de todo corazón para bendecir a Israel y recibir la bendición del Padre! Y con el salmista digo: “Que el SEÑOR te bendiga continuamente desde Sión;  que veas prosperar a Jerusalén durante toda tu vida. Que vivas para disfrutar de tus nietos. ¡Que Israel tenga paz!” (Salmo 128:5,6 NTV).
Sin embargo, todavía es necesario que Israel pase por grandes pruebas, y sea menospreciado delante de las naciones; pero sus enemigos serán derrotados. ¡No prevalecerán los enemigos de Israel y sus maldiciones se volverán contra ellos! Ese día ya se acerca y se cumplirá lo dicho por el profeta: “En aquel día el SEÑOR su Dios rescatará a su pueblo,  así como un pastor rescata a sus ovejas. Brillarán en la tierra del SEÑOR como joyas en una corona. ¡Qué espléndidos y hermosos serán!  Los jóvenes florecerán con la abundancia de grano  y las jóvenes con el vino nuevo”  (Zacarías 9:16,17 NTV).
Oración:
SEÑOR de los ejércitos celestiales, tú sabes que los días en que vivimos son días peligrosos, nuestra lucha no es contra otros seres humanos, nada más: Es contra los poderes satánicos que mueven a las naciones de hoy, sin embargo, tú no eres hombre para mentir ni hijo de hombre para variar tus promesas, yo creo en todas ellas. ¡Tú protegerás a tu pueblo! Ayúdame a proclamar que vienen días de triunfo, de esperanza y de la victoria final. En el nombre en JESÚS. Amén.
Perla de hoy:
¡No prevalecerán los enemigos de Israel y sus maldiciones se volverán contra ellos!
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un mandamiento a obedecer?
¿Existe un pecado a evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?


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