martes, 27 de marzo de 2012

Escondido en Cristo

Francisco Aular                                            
faular@hotmail.com

Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Colosenses 3:3 (RV60)

La seguridad de la salvación que JESÚS ofrece a los cristianos nacidos de nuevo es una doctrina de nuestra denominación religiosa; los reformadores protestantes la proclamaron. La religión oficial en aquellos países, la decretó como herejía en el Concilio de Trento. La ceguera espiritual, el desconocimiento del propósito eterno de Dios trazado en las Sagradas Escrituras, y un inveterado prejuicio teológico -cuando no se tiene la Biblia como la única fuente infalible de la revelación de Dios a los seres humanos-, pudo hacer que, los religiosos de aquellos tiempos, persiguieran, torturaran y llevaran a la hoguera a quienes creían en ésta o en otras verdades bíblicas, las cuales siguieron firmemente, hasta morir por esas convicciones. Aquellos hombres y mujeres que ofrendaron sus vidas, creían en la seguridad de la salvación, y al igual que Pablo, creían que “sus vidas estaban escondidas en Cristo en Dios”; el mensaje llegó hasta nosotros.
¿En que basamos nuestra seguridad en Cristo? Principalmente, tenemos que recordar dos verdades bíblicas, que demuestran que el verdadero hijo de Dios –que ha nacido de nuevo por el poder del Espíritu Santo y la Palabra de Dios- es salvo para siempre, es decir, que el creyente es salvo ahora y lo será por la eternidad futura. La salvación es un regalo de Dios, la salvación no se merece, Dios es quien por gracia salva al creyente: Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera (Juan 6:37 RV60). Dios nos elige y nos da la vida eterna. Ahora bien, la otra verdad es que Dios es fiel, ¿podría Dios arrepentirse, retractarse y borrarnos de su libro de la vida? ¿Comenzaría Él en nosotros una obra redentora basada en su gracia, su perdón y su amor, y no la terminaría de una manera digna de sí mismo? Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta. El dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará? (Números 23:19 RV60). La respuesta a esas preguntas es no, si tenemos la vida eterna (JESÚS mismo viviendo en nosotros nos llevará hasta el final).
Por otra parte, nuestra salvación no se basa en que seamos buenos y hagamos buenas obras, por el contrario, somos salvos por fe, nuestras “vidas están escondidas en Cristo en Dios”, en Cristo podemos hacer todas las buenas obras que Dios ha planificado, de esta manera, Él nos usará en la extensión de su Reino en toda la tierra: Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica (Efesios 2:10). Nuestra salvación desde el principio hasta el fin, no depende de nuestra fidelidad, sino de la del Señor; Él está atento y trabajando para interceder a favor nuestro; Él nos libra de la condenación por siempre (Romanos 8:1,2); Él hace que todas los problemas, sufrimientos y pruebas de esta vida, obren para nuestro bien (Romanos 8:28); Él hace que yo esté libre de toda acusación condenatoria (Romanos 8:33,34); Él hace que nada ni nadie me pueda separar de su amor por mí (Romanos 8:35-39); Él tiene el poder de salvarnos enteramente, es decir, hasta que nos lleve a la casa del Padre: Jesús puede salvar para siempre a los que quieren ser amigos de Dios por medio de él, pues vive para siempre y constantemente está pidiendo a Dios por ellos (Hebreos 7:25. LBLA). ¿Cuál entonces es nuestra respuesta a la seguridad de la salvación? Vivir llenos de gratitud y amor por JESÚS y apartados del mal para su honra y gloria.

Oración:
Escogido fue de Dios
En el Amado.
En lugares celestiales
Su bendición me dio.
Antes de la creación
El plan fue hecho.
Por su santa voluntad.
Escondido en Cristo estoy,
Nada me apartará,
Y las fuerzas de este mundo
No me podrán dañar.
Vivo y ando en esta vida
Con seguridad,
Porque me escogió
Mi Dios.
Escogido fui de Dios, Víctor Garrido, Himnario Bautista # 326,  CBP, el Paso Texas, 1986
Perla de hoy:
Como en los antiguos mapas que conducían al Oeste, puede ser, que algunas veces nos desviemos, pero regresamos a la ruta de nuevo, así que, mantengámonos en Él para que nos guíe a Puerto Seguro.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un mandamiento a obedecer?
¿Existe un pecado a evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Déjanos tus comentarios