martes, 20 de marzo de 2012

El corazón del Evangelio

Francisco Aular

Al contrario, decidí hablarles sólo de Cristo, y principalmente de su muerte en la cruz. 1 Corintios 2:2 (La Biblia en lenguaje actual)
El apóstol Pablo, sin duda era el discípulo cristiano de mayor preparación intelectual con que contaban las iglesias del primer siglo. Su elevadísima cultura filosófica, pues, sin duda, había leído y estudiado a los principales filósofos griegos y romanos que le habían precedido en esto tenía un lema “Examinadlo todo; retened lo bueno” (1 Tesalonicenses 5:21); a esto se añade,  el dominio de los idiomas principales de aquel tiempo, y su trasfondo religioso de su pueblo “soy judío…instruido a los pies de Gamaliel” (Hechos 22:3), Por cierto Gamaliel es uno de los grandes maestros de Israel de todas las épocas. Sin embargo, Pablo conjuntamente con los demás autores del Nuevo Testamento había comprendido que la cruz de Cristo era el corazón del Evangelio. Su declaración descansaba en las palabra de JESÚS mismo dichas a Nicodemo, en el inicio de Su ministerio en esta tierra: “Como levantó Moisés la serpiente en el desierto, así también tiene que ser levantado el Hijo del Hombre, para que todo el que crea en él tenga vida eterna” (Juan 3:14-15 NVI) Igualmente, dijo: “Y comenzó a enseñarles que le era necesario al Hijo del Hombre padecer mucho, y ser desechado por los ancianos, por los principales sacerdotes y por los escribas, y ser muerto, y resucitar después de tres días” (Marcos 8:36 RV60).
Por otra parte, Pablo sabía que el mensaje del Mesías crucificado, no era popular. La crucifixión de JESÚS, era un escarnio público: “Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero)” (Gálatas 3:13 RV60). También sabía que era un escándalo para los judíos y una tontería “locura” para los que no son judíos, como lo sigue siendo hoy en día para los incrédulos. “Nosotros les anunciamos que Jesús es el Mesías, ¡y que murió en la cruz! Para la mayoría de los judíos, esto es un insulto; y para los que no son judíos, es una tontería” (1 Corintios 1:23 La Biblia en lenguaje actual).
En efecto, pase lo que pase, se burlen de nosotros o no, el mensaje de la cruz sigue siendo el corazón del Evangelio. Como ya lo he dicho, Pablo podía sentirse orgulloso de ser el apóstol de mayor preparación intelectual, de su trasfondo religioso, de los idiomas que dominaba, de las tres culturas y ciudadanías que poseía, y aún de su brillante carrera ministerial, la cual todavía está lejos de ser superada. Sin embargo, el corazón del Evangelio para él, era la cruz. Por favor, no vaya entender que se refería a ese símbolo que usted puede llevar consigo de madera, plata u oro. No. Lucir la cruz de esta manera, sería como llevar una silla eléctrica en miniatura de un familiar que ha sido electrocutado inocentemente. ¡No es a la cruz que adoramos sino a JESÚS!, quien murió en la cruz, y el significado de su muerte por nosotros: “Pero lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo” (Gálatas 6:14 RV60) ¡Éste es el corazón del Evangelio!
Oración:
Padre eterno:
Amado Señor, gracias por enviar a JESÚS a este mundo para que por Su muerte en la cruz hiciera posible mi salvación eterna, saber que Él murió por mí y en mi lugar, me hace humillarme bajo tu gracia, tu amor y justicia. Ayúdame a predicar este mensaje de la cruz, en el nombre de JESÚS, amén.
Perla de hoy:
Tanto la gracia como la justicia de Dios se ven en la Cruz del Calvario.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un mandamiento a obedecer?
¿Existe un pecado a evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?


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