viernes, 2 de marzo de 2012

El secreto de la felicidad

Francisco Aular

Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Mateo 5:3 (RV60)

Todavía no conocía a JESÚS como mi SEÑOR Y SALVADOR, pero, disfrutaba leer, una y otra vez, las ocho bienaventuranzas de JESÚS que Mateo registra, y que yo leía en una porción de ese evangelio que alguna persona me había obsequiado. Con las bienaventuranzas, el divino Maestro comienza su famoso Sermón del Monte, estas enseñanzas han sido clasificadas con mucha razón, como “el más grande sermón que se haya predicado”, y es que, mientras más uno lee las bienaventuranzas, mejor comprende que allí está marcado el secreto de la felicidad del ser humano, ya que es aplicable a todos, sin distinciones étnicas, geográficas, sociales, edad o circunstancias. La palabra traducida por “bienaventurado” desde el griego es “macarios” que significa “dichoso”, “feliz”.
¿Quiénes son los pobres en espíritu? Pobre en espíritu es todo aquel que ha perdido su confianza en sí mismo para su salvación, y se pone en total dependencia de Dios y de la obra del SEÑOR JESÚS en el Calvario, de la eficacia del Espíritu Santo y del poder de las sagradas Escrituras. Esto lo comprendemos mejor por los siguientes ejemplos bíblicos, David dijo: “Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios” (Salmo 51:17). Vemos al publicano, en la parábola que el mismo JESÚS relató: “Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador” (Lucas 18:13). Otro ejemplo, el hijo pródigo: “Padre he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo” (Lucas 15:21).
Mientras no poseamos esta pobreza espiritual que nos lleve a depender de Dios y no de nosotros para cambiarnos y cambiar el mundo, será imposible la paz con Dios, con nosotros y con los demás. Marilyn Monroe que deslumbró al mundo del espectáculo de su época, dijo poco tiempo antes de suicidarse: “Tengo dinero, belleza, atractivo y popularidad; debiera ser la mujer más feliz del mundo, pero soy una miserable”, ¿por qué? Porque todo ser humano está buscando la felicidad en “las cisternas rotas que no tienen agua” que les ofrece este mundo. Pero la Biblia afirma que hay solamente un camino para conocer y experimentar la felicidad: JESÚS. Él mismo dijo: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14:6). Por eso Pablo, el más grande religioso que se convirtió en discípulo de JESÚS, relata su experiencia: “Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo” (Filipenses 3:8).

Oración:
AMADO JESÚS:
Hoy es mi día de nacer de nuevo en Ti, reconozco que tengo un vacío en mi corazón, que sólo puede ser llenado por Ti y en esta hora me humillo, te confieso mis pecados, me arrepiento y te pido me llenes de Ti. Confieso que Tú eres el SEÑOR y mi SALVADOR, que Dios levantó de los muertos, y confío únicamente en Ti y en Tu gracia salvadora. Bendito sea Tu nombre. Amén
Perla de Hoy:
El reconocimiento de nuestra pobreza espiritual, y del dominio absoluto de Dios en todos los aspecto de nuestra salvación y santificación, nos darán la verdadera felicidad. ¡Ese es el secreto!
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un mandamiento por obedecer?
¿Existe un pecado por evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?


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