miércoles, 4 de enero de 2012

Plegaria para el Nuevo Año

Año IV                                                                             
Número 57
Francisco F. Aular
Enséñanos a entender la brevedad de la vida, para que crezcamos en sabiduría. Salmo 90:12 (NTV)
Padre eterno:
Al empezar el Año Nuevo vengo delante de ti en espíritu de adoración, reconociéndome como un humilde instrumento en tus santas manos; estoy aquí de paso y debo contar mis días:
Enséñame a buscarte cada día en tu Santa Palabra, la Biblia.
Enséñame, que absolutamente todo en el cielo y en la tierra, visible e invisible, comenzó en tu Mente.
Enséñame a responder la pregunta sin titubeos, ¿para qué estoy aquí en la tierra?
Enséñame que se trata de conocerte a ti por el nuevo nacimiento, y luego crecer hasta tu plenitud.
Enséñame que fui planeado para agradarte, porque mi destino final es vivir contigo para siempre.
Enséñame que fui hecho para ser parte de tu familia, tu Iglesia, la cual es el campo de entrenamiento en esta vida para la verdadera, que nos espera al salir de aquí.
Enséñame que fui creado para ser como JESÚS, y que como Él, me corresponde vivir en medio de problemas, pruebas y dificultades para vivir y morir:Porque de Él, y por Él, y para Él, son todas las cosas. A Él sea la gloria por los siglos. Amén. Romanos 11:36.
Enséñame que me has dado talentos y dones como habilidades espirituales para servirte a ti, a tu pueblo y a tus criaturas en general.
Enséñame que fui hecho para una misión: Ayudar a alcanzar a este mundo con el mensaje de tu Evangelio, y de la salvación que nos ofreces como un regalo en JESÚS.
Enséñame que la felicidad no es algo que se alcanza sino que se vive; es disfrutar ahora lo que en tu Gracia me has dado.
Enséñame a realizar el trabajo que me has dado con gozo en mi corazón, y a hacerlo como para ti, primeramente, y, para los demás seres humanos.
Enséñame a enfrentar las pruebas para que los músculos de mi fe se fortalezcan.
Enséñame que tu Reino no es ni será de este mundo, y a ocuparme en tus negocios que consisten en dar vida al muerto, oído al sordo, vista al ciego, libertad al cautivo y buenas nuevas al pecador.
Enséñame que el arrebatamiento de tu Iglesia está cerca, y que lamentarse es mirar hacia atrás, preocuparse es mirar alrededor, pero esperanzarse es mirar hacia ti y hacia el fabuloso mañana que nos espera.
Enséñame a amar como tu amaste desde el principio y hasta el final, y también a subir la cuesta del Calvario: "Sin reservas, sin retiradas, sin lamentos".
Enséñame a mostrar tu paz en donde la guerra se asoma; a dar amor en donde el odio reina; a perdonar y a pedir perdón, y a cerrar con ello las raíces de amargura; a levantarme cuando caiga; a ser la esperanza cuando todo se haya perdido; a ser la alegría cuando la tristeza como un manto negro llegue; a ser la sal y la sazón en un mundo desabrido; a ser la chispa de fe en medio de las dudas, y a ser luz en medio de las sombras.
Enséñame que la verdadera sabiduría espiritual es no buscar ser servido, sino servir; no es buscar ser amado sino amar; no es buscar ser consultado sino consultar; no es buscar ser tomado en cuenta, sino estar allí sin otra intención que ser útil; no es buscar la alabanza sino alabar a otros; es ser ante todo, un constructor de puentes y no de muros.
Enséñame a tener por ti un corazón apasionado en lo que soy y lo que hago, y con un grito de alabanza terminar esta carrera con gozo.
Oración:
Padre eterno: Reconozco en esta hora que tú has estado a mi lado desde que fui concebido; cuando yo llegué ya tú estabas allí; también sé que estarás conmigo, sonriéndome cuando yo salga de este mundo porque escucharé tu voz, la misma voz que hizo todo: "Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor" (Mateo 25:21 RV60). En el nombre de JESÚS. Amén.
Perla de hoy:
La mejor manera de comenzar todos los días del año es de rodillas en oración, delante del SEÑOR del universo, del tiempo y de la vida, para estar de pie delante de los seres humanos.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un mandamiento por obedecer?
¿Existe un pecado por evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?


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