¡Feliz domingo del SEÑOR para todos en todas partes!
Nuestro DIOS es un DIOS de orden. Él no nos dejó a la deriva en este mundo. Sus mandamientos y directrices para vivir la vida cristiana son claros y contundentes, y por ello, les encomendó a sus discípulos a través de los siglos y hasta que Él venga esta Gran Comisión: “enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes.” No existen los “llaneros solitarios” ni Cristianos huérfanos de iglesia local, en el reino de DIOS.
Tampoco nos dio permiso para hacer una religión a nuestra medida. Entonces, ¿qué podemos hacer? Lo primero es conocer y experimentar la siguiente verdad: DIOS nos dejó Su Santa Palabra, la Biblia, para que nos guíe en nuestro crecimiento espiritual y vida terrenal, como dice en uno de nuestros folletos denominacionales: “Es la norma suprema por la cual toda conducta, credos, y opiniones religiosas y humanas deben ser juzgadas....La Biblia es un tesoro perfecto de instrucción divina” Pablo, escribiéndole a su discípulo Timoteo, le dijo: “Las Sagradas Escrituras...te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús” (2 Timoteo 3.15).
Por otra parte, el verdadero hogar espiritual de todo creyente es una iglesia local, compuesta por hombres y mujeres regenerados y bautizados, dispuestos y disponibles para servir a DIOS a través de los dones que Él nos ha dado. No somos perfectos, pero conocemos al que sí lo es: nuestro SEÑOR JESUCRISTO, quien nos perfecciona día a día. La iglesia existe en este mundo con un triple propósito: Exaltar a DIOS, edificar a los creyentes en CRISTO y anunciar el mensaje de salvación a los hombres, mujeres y niños de nuestra generación. ¡No podemos fallarle a DIOS! ¡No podemos llegar delante de Él con las manos vacías!
Todos los que llevamos años en el evangelio sabemos que uno no puede crecer espiritualmente como debiera, a menos que no sea miembro responsable de una iglesia local. Por esta razón y de una manera personal, oficial y en nombre de alguna de nuestras iglesias, quiero extender esta invitación para que usted pase a ser miembros en plena comunión y al mismo tiempo se una a nuestra denominación cristiana en una asociación local, regional, nacional y mundial.
Todo se inicia con el desafío a la membresía en una iglesia bautista de su localidad.
¡Adelante, siempre adelante!
¡Feliz domingo del SEÑOR!
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