lunes, 1 de enero de 2024

EL DIOS QUE NOS PRESERVA


Francisco Aular
MARTES, 2 de enero de 2024
Lectura devocional: Salmos 121
No permitirá que tu pie resbale;
 jamás duerme el que te cuida.
Jamás duerme ni se adormece
 el que cuida de Israel.
—Salmos 121:3,4
Porque yo conozco los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza. 
Jeremías 29:11

El DIOS que nos cuida, y "jamás duerme" le pedimos en estos primeros días del año 2024: 

Que nos permita estar en contacto con ÉL por medio de Su Palabra y la oración, a cada instante en nuestro andar cotidiano. Ninguna mañana sin buscar Su rostro:

—“Dios, Dios mío eres tú;
De madrugada te buscaré;
Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela,
En tierra seca y árida donde no hay aguas”. 
(Salmos 63:1).

Que nos permita ser felices y hacerles la vida feliz a los demás que nos rodean. Ningún trato a un semejante sin buena intención:  

—“Pero si les parece mal servir al Señor, elijan ustedes mismos a quiénes van a servir: a los dioses que sirvieron sus antepasados al otro lado del río Éufrates o a los dioses de los amorreos, en cuya tierra ustedes ahora habitan. Por mi parte, mi familia y yo serviremos al Señor». (Josué 24:15).

Que nos dé trabajo y la salud para realizarlo para que nuestras vidas estén llenas de gozo. Ninguna alegría sin una mirada de gratitud al SEÑOR:  

—“Hagan brillar su luz delante de todos, para que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben a su Padre que está en los cielos”. 

(Mateo 5:16).

Que nos permita saborear los momentos de descanso y ocio sin que nos sintamos culpables. Ningún instante sin Él. Manteniéndonos  fuertes al ejercitarnos en las pruebas. Ningún sufrimiento sin un alto de sumisión del alma a Su voluntad: 

—“El que habita al abrigo del Altísimo
se acoge a la sombra del Todopoderoso.
Yo le digo al Señor: «Tú eres mi refugio,
mi fortaleza, el Dios en quien confío».

(Salmos 91:1,2).

Que nos permita poner alas a la esperanza para cantar y soñar grandes sueños para Su honra y gloria. Ningún día sin reconocer que JESÚS en nosotros es la única esperanza:  ——“Pero los que confían en el Señor
    renovarán sus fuerzas;
levantarán el vuelo como las águilas,
    correrán y no se fatigarán,
    caminarán y no se cansarán”. 
(Isaías 40:31).

Que Su amor derramado en nuestros corazones salte de nosotros en beneficio de los demás. Ninguna ofensa recibida sin un perdón indulgente a quien nos hizo mal:  
—“Y esta esperanza no nos defrauda, porque Dios ha derramado su amor en nuestro corazón por el Espíritu Santo que nos ha dado. A la verdad, como éramos incapaces de salvarnos, en el tiempo señalado Cristo murió por los impíos”. 
(Romanos 5:5,6).

Que nos permita acudir a JESÚS y cobijarnos bajo Su gracia y perdón. Ningún pecado sin arrepentimiento y confesión:
 —Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio
    y renueva un espíritu firme dentro de mí.
No me alejes de tu presencia
ni me quites tu Santo Espíritu”.
 (Salmo 51: 10,11).

Que nos permita llevar a cabo todas las actividades para la extensión del reino. Ninguna reunión administrativa sin el recuerdo de la presencia de Dios:  
“Que todos nos consideren servidores de Cristo, encargados de administrar los misterios de Dios. Ahora bien, a los que reciben un encargo se les exige que demuestren ser dignos de confianza. 
(1 Corintios 4:1,2).

Que pueda decir la palabra amable y la buena acción sin demora. Ningún prójimo que sufra sin ofrecerle alivio, mostrar el carácter en todo y en todas partes: 
  “En cambio, el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio. No hay ley que condene estas cosas”. (Gálatas 5:22,23).

Que no use a las personas y sus necesidades para hacerme promoción. Ninguna buena acción sin humildad.  
—“Pongan en práctica lo que de mí han aprendido, recibido y oído, además de lo que han visto en mí y el Dios de paz estará con ustedes. 
(Filipenses 4:9).

Que no ande buscando las fallas de los demás para criticarlos. Ninguna falta observada en los demás sin ponerme en sus zapatos:
— “No juzguen y no se les juzgará. No condenen y no se les condenará. Perdonen y se les perdonará.  Den y se les dará: se les echará en el regazo una medida llena, apretada, sacudida y desbordante. Porque con la medida con que midan a otros, se les medirá a ustedes”. (Lucas 6:37,38).

Que no tenga una exagerada opinión de mí mismo. Ninguna noche sin un examen de conciencia: 
“No hagan nada por egoísmo o vanidad; más bien, con humildad consideren a los demás como superiores a ustedes mismos. Cada uno debe velar no solo por sus propios intereses, sino también por los intereses de los demás.La actitud de ustedes debe ser como la de Cristo Jesús, quien, siendo por naturaleza Dios,
    no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse.
(Filipenses 2:3-6).
Que tengamos la absoluta seguridad que Él, no duerme ni cabecea de sueño. Ninguna sombra de duda entorpezca nuestro corto peregrinaje en esta vida “bíos” a la luz de nuestra Vida Eterna "zoé":
“No es que ya lo haya conseguido todo o que ya sea perfecto. Sin embargo, sigo adelante esperando alcanzar aquello para lo cual Cristo Jesús me alcanzó a mí. Hermanos, no pienso que yo mismo lo haya logrado ya. Más bien, una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y esforzándome por alcanzar lo que está delante, 14 sigo avanzando hacia la meta para ganar el premio que Dios ofrece mediante su llamamiento celestial en Cristo Jesús". (Filipenses 3:12-14).

¡Adelante, siempre adelante!

PADRE ETERNO:
Frente al desafío del nuevo año, oro como tu siervo Moises: “Si tú no vas a venir conmigo, no nos saques de aquí”. (Éxodo 32:15). Presérvame hasta el final: En el nombre de JESÚS. Amén.
Perla de hoy:
El SEÑOR, no solamente nos cuida por lo que somos; sino 
por lo que vamos a llegar a ser.

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