viernes, 27 de noviembre de 2020

Esperanza y triunfo

Francisco Aular 

faular@hotmail.com

Lectura devocional: Romanos 8:28-39

Y sabemos que Dios hace que todas las cosas cooperen para el bien de quienes lo aman y son llamados según el propósito que él tiene para ellos. (Romanos 8:28, NTV)

Según la cosmovisión de los griegos en la antigüedad, concibieron la mitología con muchos dioses en su intento para explicar como surgió el ser humano y su entorno. 

 

¿Cómo surgió el mal? Es la historia de la primera mujer que existió, Pandora. Los dioses pusieron en la mujer gran belleza y muchas virtudes, pero un gran defecto: la curiosidad. El mito de Pandora, lo explica. La mujer recibe como regalo una caja y la recomendación de no abrirla. Como debemos suponer, la curiosidad venció a la obediencia.  Pandora, abrió la caja y salieron los males que, desde entonces, aquejan a la humanidad: el dolor, el sufrimiento, la vejez, la enfermedad…Entonces, Pandora tuvo miedo. Mientras los males se esparcían por toda la tierra, ella intentó cerrar la caja y allí en un rincón, estaba la ¡esperanza! Esta virtud, llenó de consuelo a la mujer. Porque la esperanza va detrás de los males… Por ello el dicho: “La esperanza es lo último que se pierde”.

 

Actualmente, pareciera que los males de la famosa caja de Pandora de la mitología griega, se haya abierto nuevamente y sus males han andado sueltos produciendo, todos los males que nos aquejan: confinamiento, uso de mascarillas, desastres naturales y, en fin: crisis sanitaria, política y económica. Sin embargo, la esperanza se ha puesto de moda. Como alguien dijo: “La esperanza se nos da a favor de quienes no tienen esperanza”. No obstante, millones de personas en este mundo de hoy, no tienen esperanza. No sueñan con el futuro de lo que se llama la “nueva normalidad” y tampoco tienen la esperanza de la “vieja normalidad”. La realidad es que no saben a dónde ir y en qué esperar.

 

Gracias al SEÑOR que la Biblia es el Libro de la esperanza. Ese bendito Libro que nada más al abrir sus páginas están llenas de amor, fe y esperanza, como dice el himno:

“Santa Biblia, para mí eres un tesoro aquí;

Tú contienes con verdad la divina voluntad;

Tú me dices lo que soy, de quien vine y a quien voy”.

 

Si usamos la imagen de la esperanza, las palabras del apóstol Pablo, nos pueden servir de ánimo en estos momentos tan difíciles:

“Y sabemos que Dios hace que todas las cosas cooperen para el bien de quienes lo aman y son llamados según el propósito que él tiene para ellos”. (Romanos 8:28, NTV).

 

Si amas a DIOS, puedes estar seguro de que esta crisis, te servirá para bien. El Apóstol, se movió en medio de grandes dificultades, no tenía medios que le mejoraran su situación, él iba hacia la muerte. Pablo no pudo cambiar las circunstancias de aquel mundo mucho más complicado que el nuestro, sin embargo, nos dice:

“Pues nuestras dificultades actuales son pequeñas y no durarán mucho tiempo. Sin embargo, ¡nos producen una gloria que durará para siempre y que es de mucho más peso que las dificultades!”.

(2 Corintios 4:17, NTV). 

 

Ahora bien, ¿cómo podemos sacar conclusiones positivas de esta pandemia y muchas otras pruebas que enfrentaremos, mientras estemos en este cuerpo? La verdad es esta: nos sentíamos tan poderosos, pero esta crisis nos ha mostrado ¡cuán débiles somos!; hemos aprendido a sacar lo mejor de nosotros, los solidarios que debemos ser para ayudar al prójimo; hemos madurado como seres humanos y hasta sonreírle a los demás debajo de nuestras mascarillas, pero los ojos hablan; hemos aprendido a valorar las pequeñas cosas, a darlas y recibirlas; las lágrimas fluyen sin ningún esfuerzo al solidarizarnos con los que sufren; hemos ido hasta el fondo de nuestros males y hemos encontrado allí: Esperanza y triunfo. 

 

Como dijo la poeta del siglo de oro, Teresa de Jesús:

“Nada te turbe, nada te espante. 

todo se pasa, Dios no se muda, 

la paciencia. todo lo alcanza, 

quien a Dios tiene. nada le falta. 

solo Dios basta”.

 

¡Adelante, siempre adelante!

 

Oración:

PADRE ETERNO:

Gracias por mostrarme en estos días que la vida humana es también un regalo tuyo para llegar a conocerte, amarte y servirte. Gracias por ensanchar mi corazón, fortalecerme y hacerme avanzar en mi camino por medio de tu esperanza y el triunfo que me espera en el fabuloso mañana.  Ayúdame a vencer para tu honra y gloria y enseñar a otros. En el nombre de JESÚS. Amén.

Perla de hoy:

La Biblia es un Libro actual: óyela, léela, estúdiala, memorízala, medítala, practícala y vencerás. 

Interacción:

¿Qué me dice DIOS hoy por medio de su Palabra?

¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?

¿Existe alguna lección por aprender?

¿Existe alguna bendición para disfrutar?

¿Existe algún mandamiento a obedecer?

¿Existe algún pecado a evitar?

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