martes, 25 de junio de 2019

Cataratas de bendiciones

Francisco Aular 
perlasdelalma@gmail.com
Lectura devocional: Amós 5:21-2
En cambio quiero ver una tremenda inundación de justicia y un río inagotable de rectitud. Amós 5:24 (NTV)

Vivimos a una hora y media de las famosas Cataratas del Niágara. Sea que lleve a mis amigos visitantes o que vaya con mis familiares a visitarlas, nunca me canso de ir. Me fascina verlas en todo su poder y belleza. Las he visto en todas las estaciones del año. Las he visto de distintos ángulos. Pero también las he oído y sentido sus gostas en mis mejillas. Uno puede bajar por un túnel y situarse a pocos metros de la caída del agua. El sonido y la lluvia que levanta el agua al caer, me hacen estremecer y las piernas tienen que apoyarse duro para no caer al suelo. Mi corazón palpita y mi pulso se acelera y mi espíritu y mi alma entonan una canción de gratitud a DIOS. No puedo callarme y desde lo más profundo de mi ser exclamo: ¡Me uno a la belleza de tu creación como cualquier insignificante gota de agua y te digo gloria a ti mi SEÑOR y mi DIOS! Y como quién sale de una catedral, después de experimentar un concierto sacro. No quisiera encontrarme con nada ni con nadie que me interrumpiera la comunión  con DIOS como fruto de mi adoración en aquel santuario natural  y el encuentro con lo eterno y lo infinito.

Amós, 750 año antes de JESUCRISTO fue un profeta incómodo para el rey Jeroboan y su estilo de gobierno. Aunque la prosperidad y la paz eran signos de Israel aquellos años, la idolatría religiosa, la injustica social hizo la odiosa separación de clases que trae consigo la corrupción, entre muy ricos y muy pobres, y hasta en el plano religioso, los pocos adoradores verdaderos y la multitud sin corazón contrito y humillado. Pero Amos, fue un profeta que no se detuvo ante el liderazgo religioso. Criticó y profetizó contra el engaño del activismo religioso. Ese ir al templo por ir nada más. Esa entrega de las ofrendas sin la entrega del corazón del ofrendador. Ese cambio tan rápido de la actitud del adorador falso que siente que ya cumplió con DIOS, por lo tanto, ahora a lo mío. Esa promesa superficial delante de DIOS de entregarnos a Él; pero sin mi compromiso y responsabilidad como cristiano. Se nos olvida que por encima de todo, DIOS quiere que le rindamos una adoración genuina y vital. ¡Qué estremezca todo el ser!  Ante la sequía espiritual, cuando ya nada nos conmueve. Es bueno que vayamos delante de la grandeza y la belleza de la presencia de DIOS en nosotros, hasta que volvamos a nuestro sano juicio, y disfrutemos una transformación verdadera. En otras palabras, adoremos a nuestro PADRE DIOS en espíritu, alma y en en verdad. Entonces seremos justos en darle a DIOS lo que le pertenece. El pueblo adorador del único DIOS verdadero, en medio de las circunstancias, más adversas debe esforzarce en la gracia y el poder de DIOS, y no ser indiferente ante el dolor de su nación y el sufrido pueblo de su generación. En consecuencia el adorador al DIOS vivo, pone su optimismo, en la Palabra Viva, echa fuera de sí mismo toda contaminación religiosa, ruidosa pero vacía, y se convierte en vocero del DIOS viviente que espera un fabuloso futuro, y exclama como el profeta Amós: “¡Fuera de aquí con sus ruidosos himnos de alabanza! No escucharé la música de sus arpas. En cambio quiero ver una tremenda inundación de justicia y un río inagotable de rectitud. Amós 5:24 (NTV). Es decir, una catarata de bendiciones.

Oración:
PADRE ETERNO
Sé que mantienes abiertas las puertas de la adoración verdadera y tu presencia. ¡Hoy quiero alabarte todo el día por tus atributos, especialmente tus misericordias y tus dones que nos das para que podamos servirte en esta hora y circunstancias sobrevenidas; pero sabemos que tú eres nuestro PADRE, y nos acompaña momento a momento. Ayúdame a consolar a otros y socorrer a los débiles en el nombre de JESÚS. Amén.
Perla de hoy:
Cuando las palabras de alabanzas, se hacen parte de nuestra adoración podemos esperar una catarata de bendiciones sobre nosotros y nuestra nación.
Interacción:
¿Qué me dice DIOS hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento a obedecer?
¿Existe algún pecado a evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?

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